EL DECESO DE LAS QUEJAS

Por Carlos Belgrano

Amigos:

Con fraude o sin él, Kretina ya ha ingresado dentro de un paroxismo triunfalista, que la ubica como la potencial presidente por otro cuatro largos años.

Lo único saludable, que se puede extractar de su victoria de ayer, es que estos prometeos de la oposición han agotado ese discurso mediocre, paupérrimo y errático, con el que nos sacudieron desde hace meses.

Duhalde y Alfonsín -jr- se han erguido, como abanderados de este "corso de contramano" que le disputará al gobierno en octubre, lo que ya se vislumbra como otra de las tantas quimeras de la política doméstica.

Este pueblo oligofrénico se ha expresado en las urnas.

Lo que indica meridianamente, que la mitad de nuestra población, ha optado por esta forma de gobernar y de vivir.

Que convalidará más piquetes y asentamientos irregulares, a cualquier hora y en cualquier parte; que enviará a sus hijos a escuelas deflagradas por este canibalismo educativo.

Que se desayunará un día de éstos, con la noticia que se verá privado de los beneficios jubilatorios, porque los fondos de la Anses, han desaparecido, para financiar una campaña electoral, culminada con un rotundo éxito.

Que abonará tarifas de electricidad y gas con efectos multiplicadores que los sobrecogerán.

Que soportará el recrudecimiento de la delincuencia callejera, por la inacción policial, que se acentuará aún más, conforme transcurran los próximos meses, junto al fortalecimiento del garantismo judicial, que otorgará excarcelaciones masivas, para que dicha facción, siga mutilando la vida de ciudadanos indefensos.

Que advertirá demasiado tarde, la deflación de su patrimonio, por el incremento extorsivo de las alícuotas del impuesto inmobiliario, que el "banana" Macri ya anticipó, respecto de la ciudad de Buenos Aires.

Y que en líneas generales, vivirá en un contexto de mayor ingobernabilidad e indefensión de sus derechos civiles.

Éstos son pequeños acápites, cuya advertencia ya es tardía.

Hubiera sido oportuna, antes de lo acaecido ayer.

Sus pregoneros deberían de haber sido todos estos precandidatos fracasados, ahora devenidos en perdidosos.

Este modelo séptico, con estos guarismos habrá de profundizarse mucho más, de lo que este imaginario colectivo idiotizante supone.

Nos falta descender aún muchos tramos, para alcanzar el fondo del abismo.

Será más acelerado, si la crisis económica internacional se agudiza en poco tiempo, como muchos suponemos.

Pero para entonces, todo será extemporáneo.

En momentos tan aciagos como éstos, lo único que se puede aguardar es algún tipo de ayuda celestial, para desemabarazarnos de todos estos rufianes; grupo al cuál se han incorporado desde esta madrugada, todos estos supuestos opositores de cartulina.

El resultado de ayer, no tan previsible como particularmente suponía, ha generado en algunos de nosotros una pequeña flama de esperanza.

Ha refundado nuestra admonición sobre las cruentas inconveniencias de este sistema democrático, que lo único que ha prohijado, es el nacimiento de estos seres abominables, que dicen ser los referentes de la voluntad popular.

Bien, hemos transitado por los primeros rounds.

Habrá otros, porque afortunadamente la lidia, aún no termina.

Le hemos otorgado a este "sistema" una nueva oportunidad.

Como vemos que no hay remedio contra esta endemia de heces, utilizaremos otros métodos.

Serán más efectivos, resonantes tal vez.

Porque como lo expresamos antes de ahora, serán de "acción directa".

Desde hace veintisiete años, la arquitectura de la fraudocracia ha brillado con esplendor.

Políticos, legisladores, gremialistas e industriales sin escrúpulos, se han saciado de dinero espurio.

Han embrutecido a todo un pueblo, que no requería de mucho para cruzar esa meta, con tanto fútbol y hedonismo televisivo.

Una sociedad con universidades prestigiosas, que eran la meca de estudiantes de toda la Hispanoamérica, hoy son una ruindad y destello de la anarquía.

El sustrato de ese glorioso pasado académico empero, está protegido en su núcleo.

Requiere tan solo de ciertos cambios de rumbo.

Este nuevo orden mundial lo exigirá pronto.

Vamos a coadyuvar para ese retorno al sentido común colectivo.

El premio al esfuerzo y el flagrante castigo a la molicie y a la vagancia.

Habremos de recuperar el respeto y la simpatía hacia nuestras Fuerzas Armadas, pese a los denodados esfuerzos que las propias cúpulas, hicieron y hacen para que ello no suceda.

Nada de todo lo reseñado es difícil.

Sólo se necesita de un solo elemento: la convicción.

Ésa que subyace en más de la mitad de los Argentinos, que son personas de bien.

Pero que se encuentran abrumadas por estos desaguisados, sobre los que sienten la impotencia de sobreponerse, por la desaparición de referentes de nota.

Pero quienes así piensan, deben de recordar que si tuvimos en el pasado a notables como Nicolás Avellaneda, Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña y Arturo Frondizi, la impronta, aunque en algún recóndito lugar, se encuentra intacta.

Por ahora comencemos con

EL DECESO DE LAS QUEJAS.

Atentamente Carlos Belgrano.-

laautopsiadelbicentenario@yahoo.com