“DERECHO” AL ABORTO = ¿EL “PROGRESISMO”
TROSKO-CRIOLLO REVOLUCIONARIO AL SERVICIO DEL CLAN ROCKEFELLER?
Estimada diputada Paula Cecilia Merchán:
En el día de ayer pude verla en un canal
de televisión, debatiendo con la diputada Cinthia Hotton, sobre la
despenalización del aborto. Entre otras cosas, usted plantea que una mujer es
madre cuando desea serlo, en caso
contrario tiene derecho a abortar si no quiere tener un hijo.
Me llama poderosamente la atención que usted funde el derecho a la vida de una persona en el
deseo de otra persona a aceptar o no su existencia. En este
sentido, es francamente contradictorio (o cuasi esquizofrénico) que usted
condene la política de desaparición forzada de personas por parte del Proceso
de Reorganización Nacional –en el que varios de sus miembros eliminaron
personas de las que no deseaban su existencia-, y por otro lado pretenda
despenalizar la desaparición forzada de personas en el vientre materno. También
Adolf Hitler justificó su política de exterminio de población no aria en su
deseo de eliminar a todos aquellos que no tenían derecho a la existencia ¿En
qué quedamos? ¿Usted condena la eliminación sistemática de personas por parte
del Proceso y al mismo tiempo pretende justificar la desaparición anual de
millones de seres humanos “en forma legal”? ¿Por qué Videla no y Hitler sí?
¿Por qué le dice no a la
Junta Militar argentina y le dice sí al poder financiero
internacional, impulsor del holocausto demográfico mundial? Usted reivindica la figura de Juana Azurduy,
Generala del Ejército Argentino, pero difunde la
ideología criminal y antinatalista de la familia Rockefeller, la
inventora del “aborto como derecho”.
En este sentido, llama poderosamente la
atención que usted piense igual que la
oligarquía financiera internacional, uno de cuyos principales
personajes emblemáticos fundó el aborto como derecho, en tanto “derecho de la
mujer a determinar su propia fertilidad”. Es decir, la mujer que no desea ser
madre, puede matar a su hijo gestado (¿???). Esto es lo que piensa el mismisimo John Davison Rockefeller
III: “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su propia
fertilidad”[1]. Es decir, estimada diputada, usted piensa igual que los Rockefeller, aunque de tanto en tanto levante la figura
del Che Guevara, de Evo Morales, de Fidel Castro o de Juana Azurduy.
Pero sus coincidencias con la oligarquía
financiera angloamericana no sólo se reducen a esta afirmación, sino a toda la argumentación desplegada en el proyecto de
ley que usted ha firmado y promovido junto a otros “progresistas a la Rockefeller”.
Por eso me preguntó QUÉ TIPO DE REVOLUCIÓN
SOCIAL O PROGRESISTA PRETENDE USTED LLEVAR A CABO, SI PIENSA IGUAL QUE LA OLIGARQUÍA MUNDIAL. Reivindica personajes revolucionarios, PERO USTED PIENSA Y
HABLA IGUAL QUE LA OLIGARQUÍA ANGLOAMERICANA.
Es por este motivo que le envío a
continuación las pruebas que muestran y demuestran que usted y sus colegas, “por izquierda”, quieren imponer
en nuestro marco jurídico la ideología gorila del capital financiero
internacional.
La saludo atte.
Diputada Nacional Paula Cecilia Merchán
De mi mayor consideración:
En estos días usted, junto con un grupo de
diputados, acaba de reiterar la presentación de un proyecto de ley sobre
«Derecho de toda mujer a la interrupción voluntaria del embarazo durante las
primeras 12 semanas de gestación en cualquier establecimiento del sistema de
Salud».
En este proyecto se determina que no sólo
«toda mujer tiene derecho a decidir la
interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas
del proceso gestacional», sino que también «tiene derecho a acceder
a la realización de la práctica del aborto en
los servicios del sistema de salud» (Arts. 1º y 2º).
Pero además se propone que toda mujer
tenga derecho a abortar, más allá de las 12 semanas de gestación, «si el embarazo
fuera producto de una violación, acreditada con denuncia judicial o policial o formulada en un servicio de salud»,
«si estuviera en riesgo la salud de la mujer» o «si existieran malformaciones
fetales graves» (Art. 3º), todo ello «sin
ninguna autorización judicial previa».
También se postula el derecho a la objeción de conciencia de médicos y
personal de salud que no deseen intervenir en estos actos “médicos” (Art. 6º).
1. DERECHO A MATAR AL
PROPIO HIJO. A diferencia de anteriores proyectos, en
los que se pretendía imponer el criterio que el aborto es un crimen que no debería ser castigado,
usted sostiene que MATAR
AL PROPIO HIJO ES UN DERECHO QUE TIENE TODA MUJER (!!!) ¿Pero
cuál es el “criterio” que sustenta esta irracionalidad? En las “Fundamentaciones”
del proyecto usted cita textos y documentos que avalarían tal derecho, pero nunca explicitan en qué se basa
el mismo. Usted habla de “interrupción voluntaria” del embarazo –es decir,
eliminar al hijo porque no se lo “desea”- y del “derecho al aborto como una
causa justa. Ahora bien, más allá de la justificación legalista positivista de
los documentos citados, ¿podría usted explicar, desde su «progresismo», en
qué basa que MATAR AL PROPIO HIJO en FORMA VOLUNTARIA ES UN DERECHO?
Si no desear la existencia es la fuente de este “derecho”, ¿usted no está reivindicando, por ejemplo, que Adolf Hitler
actuó conforme a Derecho, cuándo dispuso por ley la eliminación de todas aquellas personas que no deseaba que existieran?
Usted pretende que esta propuesta del
filicidio como derecho es «progresista». Pero llama poderosamente la atención
que el espacio político al que usted pertenece condene el Consenso de Washington, el neoliberalismo y
la expansión del poder financiero internacional, mientras que en el plano
político-ideológico REIVINDICAN EL IDEARIO
ANTINATALISTA Y GENOCIDA del imperialismo internacional del dinero, representado
y materializado por el clan Rockefeller. ¿O usted no sabe que el patriarca y
pionero del control de la natalidad a nivel planetario fue John Davison
Rockefeller III (hermano de David y Nelson Rockefeller), quien inventó e impuso
el concepto de “embarazo no-deseado” como “fundamento” del aborto?
¿Tampoco sabe usted que el supuesto
“derecho” al aborto está basado en el principio “ético” que sostiene que «sólo
deben ser traídos al mundo los hijos deseados o queridos», tal como lo ha
definido hace años el “clan” Rockefeller[2]?
¿Tampoco sabe que el tríptico “educación
para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir» es el mismo esquema instrumental diseñado por esta oligarquía
financiera y plutocrática para controlar el crecimiento poblacional en Estados
Unidos y en el mundo entero[3]?
¿No sabe usted que «la exigencia hacia el
Estado de realizar modificaciones en los sistemas de Educación, Salud y
Justicia», así como también la de «propiciar profundos cambios culturales en la
sociedad» coincide con el planteo que hace el
mismísimo John Davison Rockefeller III, de acompañar la educación de
la población y el acceso a mejor información y servicios para controlar la
fertilidad con cambios radicales en los valores y en el sistema político, a
través de un conjunto diferente de valores respecto a la naturaleza, la
trascendencia de un sistema de mercado de laissez-faire,
la redefinición de la identidad humana en términos que trasciendan el
consumismo y un cambio radical de la ética del crecimiento (o su abandono)[4]?
¿Acaso no sabe usted que este
esquema-tríptico es el que recomendó Henry Kissinger como Consejero de
Seguridad Nacional en su conocido Memorando
de Seguridad Nacional 200/74, diseñado para salvaguardar la seguridad nacional
de Estados Unidos y sus intereses de ultramar? ¿No saben
acaso que el entonces presidente de Estados Unidos, Gerald Ford, rubricó este
diseño que usted promueve en la Decisión Presidencial
de Seguridad Nacional 315/75?[5]. En este sentido, sería bueno que
usted explique cómo puede levantar banderas
políticas anti-imperialistas y contra el neoliberalismo de los ´90 o
reivindicar el indigenismo latinoamericano y por otro lado trabajar a favor de la seguridad nacional de Estados
Unidos y su domino imperial, promoviendo la ideología dogmática antinatalista y
genocida de la plutocracia financiera angloamericana representada
por el “clan” Rockefeller. ¿Cómo hace para unir al Che, a Evo Morales, a
Santucho con Gerald Ford, Henry Kissinger y David Rockefeller?
¿Cuando usted reivindica el “aborto legal
para no morir” en realidad no están diciendo que la madre-asesina debe tener
cobertura médico-asistencial para cometer un crimen en buenas condiciones
sanitarias? Pero al sostener esto, ¿usted no está convirtiendo al sistema de
salud en una pulcra carnicería humana, en genocidio de guante blanco?
Usted afirma que «despenalizar y legalizar
el aborto [asesinato del propio hijo] es reconocer que no hay una única manera
válida de enfrentar el dilema ético que
supone un embarazo no deseado. Es reconocer la dignidad, la plena autoridad, la capacidad
y el derecho de las mujeres para resolver estos dilemas y dirigir sus vidas
[…]». En este caso, ¿sabe usted que está repitiendo literalmente las palabras
de John Davison Rockefeller III: «La Comisión CREE que las diversas prohibiciones contra el
aborto a lo largo de Estados Unidos surge como obstáculos al ejercicio de la
libertad individual: la libertad de las mujeres para hacer elecciones morales
difíciles basadas en sus valores personales, la libertad de las mujeres para
controlar su propia fertilidad y, finalmente, la libertad respecto a las cargas
pesadas de un embarazo no-deseado»[6]?
En este sentido, llama la atención que
usted forme parte de un espacio político cuyos máximos dirigentes reivindican
las figuras del Che Guevara y de Mario Roberto Santucho, al mismo tiempo que reivindica la ideología antinatalista y genocida de la
“familia” Rockefeller, que de revolucionaria y trotskista no tiene
nada. Permítanme preguntarle; ¿cómo hace
usted para poner en un mismo plano al Che o a Santucho y a David Rockefeller y
sus hermanos? También llama la atención la reivindicación que usted
hace de uno de los máximos exponentes del moderno pensamiento liberal burgués,
John Locke, antecesor y patriarca de la ideología sustentada por la parasitaria
y usurera oligarquía financiera moderna. ¿No sabe usted que el pensador inglés
es uno de los antecedentes más notables de la doctrina de la eliminación
preventiva de todo ser humano que puede ser un posible adversario o enemigo?[7]
2. DERECHO BÁSICO A
DECIDIR LA CANTIDAD DE
HIJOS Y EL ESPACIAMIENTO ENTRE ELLOS. En otra de sus
consideraciones a favor del aborto “legal”, usted afirma que «El derecho a decidir no
sólo se circunscribe al derecho a la
interrupción de un embarazo, sino que incluye también la posibilidad
de decidir la maternidad. Es
reconocer a las mujeres como sujetos sociales, como ciudadanas y agentes
morales capaces de decidir si desean o no
ser madres, el número de hijos y el espacio entre los nacimientos».
Una vez más, ¿usted no sabe que esto es lo
mismo que ha planteado literalmente el patriarca del genocidio abortista¸
John Davison Rockefeller III, como un dogma no fundamentado ni científica ni
racionalmente: «Creemos que la
gran mayoría de los padres desean tener el conocimiento y los medios para
planificar sus familias; que la oportunidad para
decidir el número y el espaciamiento de los hijos es un derecho humano básico», para
«preservar la paz mundial»[8]?
Que ya desde 1968 este dogma antinatalista
y controlador del crecimiento poblacional mundial se haya impuesto en los
organismos internacionales (convertidos en supranacionales y controlados por el
imperialismo internacional del dinero), como las Naciones Unidas, significa que
la gran oligarquía y plutocracia financiera, de raíz angloamericana, ha
impuesto sobre el resto del mundo su ideología criminal. ¿POR QUÉ USTED PREDICA ESTE DOGMA OLIGARCA?
¿Puede explicar en qué sentido ser “progresista” es
pensar igual que los Rockefeller & Cía.?
En este esquema, usted levanta las
banderas de los derechos sexuales y reproductivos «como derechos básicos de
todas las personas». No sólo el sentido común reconoce que el derecho a la vida es el primer
derecho humano y básico, también lo hace su “venerado” John
Locke, cuando sostiene que hay cuatro derechos naturales, previos a toda
configuración estatal y a toda codificación legal: a la vida, a la libertad, a la salud y a la propiedad[9].
Como es evidente de suyo, la
propuesta de ustedes atenta contra
los tres primeros derechos mencionados, de los cuales despojan al abortado.
En apoyo de su propuesta, abogando por los
derechos sexuales y reproductivos como derecho “básico” de toda persona, usted
recurre al fundamento planteado en la Plataforma de Acción de la Conferencia Internacional
sobre Población y Desarrollo, en la cual se afirma: «Los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están
reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales de
derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas,
aprobados por consenso. Estos derechos se
basan en el reconocimiento del derecho
básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el
número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el momento de tenerlos
y a disponer de la información y de los medios necesarios para ello y el
derecho a alcanzar el nivel más alto de salud sexual y reproductiva.
También incluye el derecho de todas las personas a adoptar decisiones en
relación con la reproducción sin sufrir discriminaciones, coacciones ni
violencia»[10]. Como bien puede apreciar, al
hacer el reconocimiento a la propuesta de este documento, en realidad usted están reivindicando la ideología del
clan Rockefeller, eso sí, desde la “izquierda”. Pero no se trata de
una mera coincidencia conceptual (de por sí grave), sino política-ideológica,
ya que además el mismísimo David Rockefeller alabó y ponderó esta Conferencia y
sus propuestas, como elemento fundamental
para avanzar en el control de la natalidad a nivel mundial, para
promover el desarrollo económico y proteger el medio ambiente (???)[11].
Una vez más, con la mano izquierda usted
levanta al Che y a Santucho, con la mano derecha levanta a los hermanos
Rockefeller. ¿Cómo hace? ¿No es una actitud esquizofrénica?
3. LEGALIZACIÓN DEL
ABORTO COMO ACTO DE JUSTICIA SOCIAL. Usted sostiene
que «legalizar el aborto en razón de justicia social es reconocer que en el
contexto latinoamericano, sumido en la pobreza y en la desigualdad social, son las mujeres pobres quienes sufren o mueren por
abortos realizados en clandestinidad», ya que «las mujeres de los
sectores más ricos o mejor ubicados social y económicamente acuden en forma
privada a profesionales idóneos, las pertenecientes a las franjas más pobres
sólo tienen acceso a procedimientos caseros o de baja calidad, y por lo tanto,
riesgosos para su salud y su vida».
No deja de ser llamativo el razonamiento
que usted esgrime: en vez de luchar a fondo y en serio contra la pobreza y la
desigualdad social, usted aboga para que las mujeres pobres puedan matar a sus hijos, al igual que
las mujeres ricas, en condiciones “seguras”, pero ni por
casualidad se le ocurre equiparar ya los derechos que realmente
dignifican a la mujer: alimento para sí y para sus hijos, vivienda digna,
acceso integral a la salud, educación, etc. Pero más llamativo aún es que la “fundamentación”
que usted formula ES LA MISMA QUE FORMULÓ YA EN
1972 JOHN DAVISON ROCKEFELLER III: «La Comisión CREE que las diversas prohibiciones contra el
aborto a lo largo de Estados Unidos surge como obstáculos al ejercicio de la
libertad individual: la libertad de las mujeres para hacer elecciones morales
difíciles basadas en sus valores personales, la libertad de las mujeres para
controlar su propia fertilidad y, finalmente, la libertad respecto a las cargas
pesadas de un embarazo no-deseado. Las
disposiciones restrictivas también violan la justicia social,
pues cuando se prohíbe el aborto, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir
nacimientos no-deseados. Los abortos médicamente seguros han
estado disponibles siempre para las mujeres ricas, las que pueden afrontar los
elevados costos de médicos y viajes al extranjero; pero la mujer pobre ha sido
forzada a arriesgar su vida y salud con remedios populares y practicantes
desacreditados»[12]. Éste es el único “derecho” de
las mujeres pobres que los Rockefeller equiparan con el de las mujeres ricas:
matar al hijo no-deseado en condiciones “seguras”. De equiparar el resto de los
derechos, ni una palabra. ¿Cómo se
explica que usted se defina como progresistas y a la vez coincida en forma
absoluta con los hermanitos Rockefeller? ¿Para
usted los Rockefeller son ahora los sucesores del Che y de Santucho?
4. LA ILEGALIDAD DEL
ABORTO COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA. Usted sostiene
que «una de las consecuencias más terribles de las leyes penalizadoras del
aborto en nuestro país es la muerte de 300 a 400 mujeres en edad fértil por año».
En primer lugar, el argumento que ustedes
esgrimen es rayano en lo ridículo: las mujeres mueren no por ser madres, sino por no querer serlo.
Además, no mueren a causa de las leyes penalizadoras, sino porque pretenden matar a sus propios hijos.
En segundo lugar, usted hace afirmaciones
mendaces respecto a la cifra en cuestión, ya que oficialmente el Ministerio de
Salud de la Nación
sostiene que en los últimos años las muertes por esta causa son menores a 100.
Pero aunque la cifra fuera real, y siguiendo su “razonamiento”, ¿habría que
despenalizar y convertir en un problema de salud pública la violencia contra
las mujeres, ya que mueren por año entre 180 y 200 mujeres?
Si aplicáramos su lógica, ¿también habría
que despenalizar y convertir en un problema de salud pública los asaltos a
ancianos que resultan brutalmente agredidos, para que tanto un aborto como un
ataque contra personas ancianas, “realizado con buenas condiciones sanitarias,
con posibilidades de derivación por complicaciones, utilizando métodos seguros
y eficaces, por profesionales calificados, no constituye un riesgo para la salud
física y psíquica [de las mujeres y de los ancianos], salvo las normales de
cualquier intervención menor”?
Por otra parte, ¿sabe usted que su
propuesta de considerar el aborto como un problema de salud pública coincide en forma absoluta con el diseño
genocida del clan Rockefeller: «Nosotros creemos que el aborto no debe ser
considerado un sustituto para el control de la natalidad, sino más bien un elemento más en un sistema general de cuidado de la
salud materno-infantil»[13]?
¿Ignora también usted que «la ciencia y la
medicina en general, y el aborto en
particular, fueron utilizados como armas
de destrucción masiva por los médicos nazis en su celo para cumplir
con el clima político de la época»? ¿Usted no sabe que «la política nazi sobre
el aborto y el parto fue precisamente uno de los métodos dispuestos y diseñados
para asegurar el extermino de aquéllos a quienes los nazis consideraban que
tenían “vidas no dignas de vivir”»[14]?
¿Ignora usted que el mismo Adolf Hitler emitió una
Declaración en 1942, según la cual sostenía que los nazis debían «utilizar todos los medios para instalar en la población la idea que es
dañino tener muchos hijos, los gastos que causan y el efecto
peligroso para la salud de la mujer… Será
necesario abrir instituciones especiales para
abortos y los médicos deben
ser capaces de ayudar allí en caso que algún cuestionamiento de esto sea un
quiebre de su ética profesional»[15]?
Es notable: en apoyo de su propuesta no sólo está el clan Rockefeller, sino también
el mismo Adolf Hitler. ¿Está usted segura que su propuesta es
“progresista”?
5. ABORTO EN CASOS DE
EMBARAZO POR VIOLACIÓN. Usted pretende que el aborto
pueda ser efectuado en cualquier etapa de un embarazo en casos que éste sea
producto de una violación. En este sentido, usted propone la pena de muerte
para la criatura gestada (ser humano indefenso que no ha cometido ningún delito), mientras que para el criminal
violador usted propone… nada.
¿No considera usted que es una locura total condenar a muerte a un inocente y dejar
vivo a un criminal? ¿Cuál es el carácter “progresista” de esta
propuesta propia de las épocas pre-cavernícolas de la historia humana? ¿Ésta es
la ética revolucionaria que aprendió del Che o de Mario Santucho?
Lamentablemente, usted parece ignorar que lo que propone ya fue diseñado y postulado en el año 1969 por el
“camarada” Harrison Tweed (asesor legal del Chase Manhattan Bank y
de la familia Rockefeller[16]), en momentos en que era
presidente del American Law Institute, organismo privado fundado por un miembro
del Council on Foreign Relations, manejado ininterrumpidamente desde el momento
de su creación por el «Imperio Rockefeller»?[17]. ¿Sabe usted que este criterio
fue explicitado en un borrador del Model
Penal Code (Código Penal Modelo)[18], esbozado mas nunca aprobado, pero
que le sirvió a la oligarquía angloamericana para “justificar” y legitimar este
criterio?
¿Por qué en este caso usted recurre a las
propuestas ideológicas de la oligarquía angloamericana de los Rockefeller y sus
secuaces, en vez de recurrir al americanismo indigenista que reivindican de
palabra, pero no en los hechos? ¿Por qué dejan de lado la doctrina de la Convención Americana
de los Derechos Humanos (San José de Costa Rica, 1969), que prohíbe la aplicación
de la pena de muerte en los países donde no está implantada o ha sido derogada,
y que prohíbe la aplicación de la pena de muerte –en países donde está vigente-
a personas menores de edad o a mujeres embarazadas?
¿Por qué olvida usted que el nascituro en
el vientre de la madre es un ser humano, y por eso mismo ya es persona, según la Convención Americana
de Derechos Humanos?[19]
6. LA DES-JUDICIALIZACION DEL
ABORTO. Usted pretende que la práctica del
aborto en nuestro país se efectivice «sin ninguna
autorización judicial previa? Usted no lo van a creer, ¿pero sabe
quién ha formulado una propuesta idéntica a la suya? El “camarada progresista”
John Davison Rockefeller III, en su “revolucionaria obra trotzkista” Population and the American Future: «La
mayoría de la Comisión CREE que las mujeres deben ser libres para
determinar su propia fertilidad, que la cuestión del aborto debe ser dejada al
arbitrio de la conciencia de la individuo afectada, en consulta con su médico,
y que los Estados debe ser animados a sancionar estatutos legales afirmativos,
para crear un marco positivo para la práctica del aborto a petición»[20].
En definitiva, bien podría explicar usted
por qué, si por un lado reivindican el indigenismo latinoamericana, la
resistencia popular contra el neoliberalismo, el socialismo progresista, los
nuevos líderes “izquierdistas” latinoamericanos, por otro lado propone imponer
criterios jurídicos, ideológicos y culturales elaborados y diseñados por la
oligarquía más feraz y genocida que ha conocido la historia de la humanidad.
Bien podría explicar usted por qué, si repudia el Consenso de Washington, el
neoliberalismo de los ´90 y la globalización, no duda en difundir y promover la
ideología genocida de la oligarquía angloamericana.
No creo estar errado afirmar que si los
hispanoamericanos queremos ser libres de toda dominación extranjera, mal pueden
usted pretender unir la ideología gorila y reaccionaria de la oligarquía
imperialista angloamericana con la liberación de nuestros pueblos para
“conquistar nuestra segunda y definitiva independencia”, tal como dice la Declaración de
Principios de la agrupación política a la que ustedes pertenece. ¿CÓMO PRETENDE QUE NUESTRO PAÍS SEA LIBRE CON LAS
BANDERAS DE DAVID ROCKEFELLER Y SU FAMILIA? ¿O es que de ahora en
más usted van a impulsar la consigna «¿Juana
Azurduy y la familia Rockefeller UN SOLO CORAZÓN»?
En caso de persistir en esta actitud de
seguir promoviendo los criterios y desvalores del proyecto antinatalista del
clan Rockefeller, me permito preguntarle:
1) ¿La Convención Americana
de Derechos Humanos no tiene rango constitucional en nuestra Patria?
2) ¿La Convención Americana
de Derechos Humanos no prohíbe la instauración de la pena de muerte en países
como el nuestro, donde no está implantada?
3) ¿La Convención Americana
de Derechos Humanos no prohíbe la aplicación de la pena de muerte a menores de
18 años y a mujeres embarazadas, allí donde rige?
4) ¿Con su iniciativa, usted no está
promoviendo una legislación que es claramente anticonstitucional o
inconstitucional, en cuanto va en contra de las disposiciones constitucionales
respecto a la aplicación de la pena de muerte?
5) ¿Sabe usted en su famoso Memorando
200/74, Henry Kissinger propone la implementación de políticas de control de
natalidad en todo el mundo para
proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y sus intereses de ultramar?
¿Sabe usted que en este documento oficialmente en vigencia hasta hoy la despenalización del aborto es
fundamental para asegurar el éxito de los planes de control de la natalidad?
En este caso, usted pretender promover una legislación que sirve claramente para proteger la
seguridad nacional de Estados Unidos, con el estandarte de Juana
Azurduy
6) Que la oligarquía financiera
internacional haya implementado en el mundo la aplicación de la pena de muerte
a nascituros y nonatos, violando expresas disposiciones constitucionales y
tratados internacionales, es simplemente un acto
soberbio y prepotente de los que se creen que por ser multimillonarios pueden
hacer lo que quieran y puedan violar todas las leyes que ponen freno a sus
designios criminales. Lo que no se entiende en absoluto es por qué usted
pretende hacer lo mismo que la oligarquía financiera mundial, proponiendo la
violación de claras y explícitas normas constitucionales que protegen la vida
de todo ser humano desde la concepción y prohíben la implantación de la pena de
muerte. Aunque
usted se pretenda progresista, propone lo
mismo que los oligarcas angloamericanos promotores del asesinato legal de
millones de seres humanos a quienes les niegan el derecho a la existencia.
En definitiva, Juana Azurduy luchó, con
armas en la mano, para conquistar la independencia política de nuestro
continente sudamericano. Usted, en nombre de ella, promueve la ideología
genocida, antinatalista y abortista del capitalismo financiero internacional,
al servicio de la dominación política, económica, social y cultural de nuestros
pueblos. Usted levanta la figura de Juana Azurduy para introducir en nuestra
Patria la ideología del genocidio abortista promocionado por el clan
Rockefeller y los “amos del universo”. ¿Esquizofrenia o hipocresía?
Estimada Paula Cecilia, la disyuntiva es
clara: o Juana Azurday o el clan Rockefeller. Mezclar
las dos cosas es política cipaya, propia de los traidores a la Patria.
La saludo atte., y quedo a su disposición,
por si le interesa conocer toda la documentación que demuestra que propuestas
como la suya están al servicio del peor de los colonialismos contemporáneos, el
del imperialismo internacional del dinero fabricado por las oligarquías
británicas y estadounidenses.
José Arturo Quarracino
Temperley, 21 de setiembre de 2011
[1] John Davison Rockefeller III, The Second American Revolution, New York ,
Harper & Row Publishes, p. 64.
[5] Henry Kissinger, Memorando 200/74. Implicancias del crecimiento
poblacional mundial para la seguridad de Estados Unidos y sus intereses de
ultramar, del 24 de abril de 1974; Gerald Ford, Decisión de Seguridad Nacional. Memorando 314/75,
del 26 de noviembre de 1975.
[10] Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo, Plataforma de
Acción, Capítulo 7. § A., El Cairo 1994.
[11] «David Rockefeller en la ONU», en la cena del Embajador
de Estados Unidos en Naciones Unidas, realizada por el Business Council for the
United Nations, ver en http://www.youtube.com/watch? v=HFT5x9_MzdY
[14] Tessa Chelouche, «Doctors,
Pregnancy, Childbirth and Abortion during the Third Reich», en IMAJ, Vol. 9,
March 2007.
[18] American Law Institute, Model Penal Code, Section 203.3. Abortion,
en http://hometown.aol.com/ abtrbng/mpca.htm
José
Arturo Quarracino
Roque
Esteves Correa 150
B1834FUD
Temperley (Pcia. Bs. As.)
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