La segunda jornada del Congreso Internacional de Productores Lecheros
(Ciple), que comenzó en Villa María y seguirá en Sunchales, permitió contrastar
las distintas realidades que viven los productores latinoamericanos, y advertir
cómo la fijación del precio requiere de un mecanismo y una organización que
brinde previsibilidad para que el sector pueda desarrollarse y crecer.
Desde los “ranchos” mexicanos, Vicente
Gómez Cobos, presidente de la Asociación Nacional
de Ganaderos Lecheros (Anglac), indicó que se encuentran con una situación de
precios controlados por la libre importación de lácteos. La volatilidad se
torna peligrosa ante el aumento de los insumos en mayor proporción que los
ingresos y la reducción de los márgenes.
El ejemplo de Brasil fue expuesto por Ronei Volpi, presidente del Consejo Conjunto de Productores e
Industrias de Leche del estado de Paraná, conocido como Conseleite. Demostró
cómo, luego de arduas negociaciones, representantes de ambos sectores, junto a
la participación de la
Universidad Federal de Paraná, establecieron un sistema de
ponderación de márgenes y costos para fijar un precio de referencia que cuenta
con el acuerdo de las partes y es adoptado cada vez por más estados.
En Uruguay, fueron los mismos productores quienes crearon una empresa
que es líder en el mercado y es la que determina el precio de referencia para
el resto de las industrias. José Noel Alpuin
Duque, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche
uruguayos, dijo que hoy los asociados a la usina de los tamberos están
recibiendo un precio por encima del resto de los productores, aún cuando en
Uruguay el litro de leche al público tiene uno de los valores más bajos del
continente.
Chile vive su realidad atada al mercado internacional y a los tratados
de libre comercio que mantienen con varios países. Dieter Konow Hott, presidente de la Federación Nacional
de Productores de Leche, dijo que en este sistema, la recesión de la moneda
local les juega en contra y la industria suele quedarse con márgenes que no
traslada a la materia prima.
El caso más contrastante es el de Perú, donde tres industrias dominan a
su antojo el mercado y determinan unilateralmente el precio. Javier Enrique Valera Díaz, presidente
de la Asociación
de Ganaderos Lecheros de ese país, explicó que los productores son sólo
tomadores de precios, y no tienen alternativa para vender mejor. Con esto
explicó en parte lo débil que se encuentra la producción primaria peruana.
En el cierre de la segunda jornada Alejandro
Leveratto, ex presidente de la
Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec), destacó
la posibilidad de contar con las visiones de los distintos países para poder
tomar los elementos que le sirvan a la Argentina a tener una actividad tambera
previsible y en crecimiento. Enfatizó que la producción primaria debe dejar de
estar atada al precio que fija la industria y dio su visión de los vaivenes que
atraviesa el sector de la producción primaria de leche en Argentina, tema que
desarrollaremos en el parte de mañana.
Tras el aporte de Leveratto,
la segunda jornada se cerró con un panel de Daniel Carignano, director de Ganadería de la provincia de Córdoba,
Carlos Berra, asesor de la Subsecretaría de
Lechería de la Nación
y de Pedro Fernández, dirigente de la Asociación de
Trabajadores de la Industria Lechera
de la República
Argentina (Atilra).
El Ciple continuará miércoles y jueves en Sunchales, Santa Fe, y
culmina el viernes con la visita a la Muestra Interprovincial
de Lechería de Morteros (MIL).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.