El
presidente de la Exposición del Libro Católico, Manuel Outeda Blanco, emitió un
nuevo comunicado sobre la polémica surgida a raíz de las exigencias de cambiar
el nombre de la Sala de Lectura “Gustavo Martínez Zuviría” de la muestra.
A
continuación, transcribimos el mismo:
Glorificamos sólo a Dios; y trabajamos
por la cultura católica
Cuando
creíamos superados los ataques contra la XIII Exposición del Libro Católico en
La Plata, por llevar su Sala de Lectura y video el nombre de “Gustavo Martínez
Zuviría” (Hugo Wast), escuchamos con asombro que se nos acusa de “glorificar al
escritor antisemita Gustavo Martínez Zuviría”. Debemos volver a mostrarnos
categóricos: no glorificamos personas, ni exaltamos el antisemitismo.
Los
católicos sólo damos gloria a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sólo
a Dios corresponde todo honor y toda gloria. Y, como bien enseña San Ireneo de
Lyon, “la gloria de Dios es que el hombre viva”. Por lo tanto, rechazamos
enfáticamente la acusación de antisemitismo, y de cualquier otro cargo parecido,
venga de donde viniese.
La
novela “El Kahal – Oro”, de Martínez Zuviría, a la que se califica de
“antisemita” –vale recordarlo- es protagonizada por personas judías, quienes al
final de la misma se convierten al catolicismo. Fue prohibida bajo el nazismo,
en Alemania. Y su autor, valientemente, en ningún momento accedió a cambiar el
final de la obra; para adaptarlo a un régimen racista, pagano y naturalista,
condenado por la encíclica Mit brennender Sorge (Con
ardiente preocupación), del Papa Pío XI, en 1937.
A quienes buscan silenciar la divulgación de la obra de
Hugo Wast e, indirectamente, de otros autores católicos; relegados al
destierro, el ostracismo, la censura encubierta o deliberada, y hasta la
decidida persecución, volvemos a remitirlos al artículo “Tormenta en un vaso de
agua”, publicado por el Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, en “El
Día”, de La Plata, el 12 de noviembre de 2002; ante una polémica parecida, por
la IV Exposición del Libro Católico en La Plata.
Trabajamos
por la cultura católica, por la cultura de la vida, por el amor a la verdad y
por los derechos humanos de todos, sin excepción; desde el seno materno, hasta
la muerte natural. Invitamos, una vez más, a quienes buscan censurar la
Exposición del Libro Católico, a que vengan a conocerla; para comprobar qué
valores nos animan.
Y, en
esta hora de violento anticristianismo, en la que cada cinco minutos es
asesinado un cristiano en el mundo, a causa de su fe; según denunció
recientemente el sociólogo Mássimo Introvigne, en la Conferencia sobre Diálogo Interreligioso de Budapest, volvemos a
convocar, nuevamente, a los hermanos de otras religiones, a que alcen su voz y
sumen sus esfuerzos para detener este genocidio. Y construir, junto con todos
los hombres de buena voluntad, “la civilización de la verdad y del amor, para
alabanza y gloria de Dios Creador, y amante de la vida” (cfr. Beato Juan Pablo
II, encíclica El Evangelio de la Vida, 1995).
Manuel Outeda Blanco
Fundador y Presidente
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