Por Carlos Manuel Acuña
Ya no se trata de simples
escándalos administrativos ni algunas salidas fuera de lugar que llenan de
versiones los sucesos públicos por más simples que éstos sean. Ahora los casos
se acumulan en las conversaciones cotidianas, en los análisis políticos y en
los comentarios empresarios. Primero llegan a las embajadas, luego saltan las
fronteras, se asoman en las oficinas de argentinos y extranjeros y la vergüenza
nos inunda a todos con su carga decadente. La Argentina camporista,
kirchnerista o como quiera llamársele, se apresta, además, a cambar su
historia, a incorporarle sucesos inexistentes en el pasado y a interpretar de
una manera distinta, digamos que "a contramano", la verdadera
construcción de la República Argentina. Obviamente, una de las primeras
víctimas de este insólito giro en que se ha colocado a la Patria será uno de
sus grandes hombres, el general Julio
Argentino Roca, por citar al últimamente más atacado en su memoria y en su
gestión afirmativa del territorio nacional.
Dejemos por el momento este tema
básico y fundamental y pasemos a otro más superficial pero no menos grave del
que surgió la primera señal cuando la presidente de la República lo pasó por
alto en la fila que aguardaba el consabido beso en la mejilla- ¡Lo pasaron por
alto! Estiró la cara para recibirlo pero nada sucedió. Primero abrió un ojo,
luego el otro y de reojo la vio a ella, a dos pasos de distancia y que sin
mirarlo siquiera, había tomado distancia y continuado con el besamanos. El
"chuick" y la consiguiente sonrisa habían pasado a otra mejilla y con
otro fue el intercambio de lugares comunes que se dan en estas circunstancias. Cristina Fernández había avanzado a lo
largo de la fila de industriales en la sede gremial que los reunía pero el
trovador fue ignorado olímpicamente. Nadie dijo nada pero todos se percataron
de esta señal reveladora. Nada menos que el ministro de Economía y flamante
vicepresidente perdió, públicamente, una de las formas sociales de los favores
y simpatías.
¿Qué había sucedido...? ¿Era
verdad, entonces, que le habían "copado" la designación de los cargos
más importantes en el Senado que debe presidir y que por lo tanto Amado (Boudou) había dejado de ser
políticamente importante...?) Al menos, el trovador está en penitencia y el
motivo es una reservadísima selección de fotografías donde el todavía ministro
de Economía celebró su cumpleaños número 49 nada menos que en canzolcillos
(claros, de una cierta elegancia y adornados con motivos florales) en una célebre
boite (como se decía antes) llamada "El Cielito" o "del
Cielito" de "Mame"
Genicks y acompañado en el estrado, guitarras en mano, por su amigo André Calderón.
Música va, música viene,
canciones de toda laya, letras subidas de tono, coros que subían y bajaban con
una entonación conocida, se brindó copiosamente por el éxito en la futura
gestión de gobierno, por los viajes que se realizarían y por quienes los
acompañarían en las funciones oficiales. Dicen que pasó de todo y que hasta
hubo quienes deslizaron en los oídos del guitarrista algunos nombres de
aquellos que serían (o serán) los verdaderos hombres fuertes del futuro
gobierno. Entre otras cosas le hablaron con lujo de detalles del rejuvenecido
poder de Julio De Vido, del nuevo
cargo para el "Napia" Gillermo
Moreno o el perfil (y el nombre) del ministro de Economía elegido sin
consultarlo, de los importantes vínculos que posee este futuro funcionario -
aunque ya lo es como representante del Estado en Aluar S.A. y otros cargos
destacados pero de bajo perfil - y de las forma en que manejaría el difícil y
complejo asunto de la supresión de los subsidios, un tema que no sólo dará que
hablar sino que signará el devenir político y social a partir de este verano
que será rico en acontecimientos y entre otros, mantendrá muy ocupado a Hugo Moyano y varios de sus amigos.
Aseguran que a Boudou le importaron poco estas
novedades que no se agotan con lo que dejamos dicho y que por lo contrario,
amplió su sonrisa, tomo una botella, la agitó y convocó a la diversión general,
a las risas y a los tragos, es decir, a un estado de cosas que se alejará
rápidamente del escenario nacional a partir de ahora mismo.
Pero cerremos la anécdota:
algunos noveles funcionarios amigos personales de Crisstina, presurosos, le contaron algunos aspectos jugosos de esta
reunión pródiga en cantos, mujeres bonitas y bebidas de calidad, además de
ricos bocados dignos de una celebración mayúscula. El día siguiente fue intenso
en la tarea de rescatar las fotografías. Según parece, fue con éxito pero en
estas cosas - es inevitable - siempre existen las filtraciones.
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