jueves, 19 de enero de 2012
EL HORROR A NIVEL INTERNACIONAL
Por Silvio H. Coppola
Cuando Barack Obama ascendió a la presidencia de los Estados Unidos hace ya casi cuatro años, mucha gente de todos los ambientes políticos mundiales, pensó cándidamente que lo que era una continua política de agresión de los Bush, presidentes salientes, iba a ser morigerado y se iba a buscar por parte de la gran potencia del norte, un mejor trato para el resto del mundo, sobre todo para aquellos países que habían sido agredidos impunemente.
Lamentablemente el caso no fue ese, sino que se continuó viendo terrorismo en todos lados, lo que culminara con la descarada y sangrienta agresión a Libia y actualmente a Siria, bajo el disfraz siempre presente de la libertad y de la democracia.
Anestesiado el pueblo norteamericano con denuncias de su gobierno sobre atentados y conspiraciones, parece que tiene una venda en los ojos, que les impide ver la verdad y dónde están los negocios de sus principales representantes. Lamentable, pero lo que se augura, no parece ser mucho mejor, ante las nuevas elecciones presidenciales en ese país.
Al ser elegido presidente Obama, ahora saliente, se creyó que al ser hombre de color, iba a tener criterios diferentes a los anteriores mandatarios. Ilusión, ya que sus mentores siguieron siendo los Bush y todo el imperio de los armamentos, del petróleo y de la dominación estratégica en el mundo, en particular en el llamado Próximo y Medio Oriente. Ahora parece que se va a repetir la historia y así en horas de la noche de ayer, se pudo ver por televisión, la entrevista que se le hiciera al precadindato norteamericano a la presidencia por el partido republicano, también de raza negra, que fue preguntado por la tortura a los prisioneros que en tan gran escala poseen los yanquis, en particular en la vergüenza de Guantánamo. Muy suelto de cuerpo, este hombre de cuyo nombre no quiero ni acordarme, manifestó con un cinismo que pocos equivalentes puede tener o haber tenido en el orbe, que él no era partidario de la tortura, pero que confiaba en “nuestros militares, para que juzguen cuándo algo era tortura o no”. Uno se queda sin palabras al escuchar esto.
No alcanzan los adjetivos de ningún idioma. Ni siquiera los comentarios, al pensar que este individuo o cualquier otro semejante, pueda llegar a presidente de su nación. Se supera no obstante antes de terminar su plan de gobierno, al ser preguntado qué opinaba sobre la asfixia de los prisioneros, por el llamado procedimiento del submarino seco. Aquí aclara que el método es plausible, porque parece que lo aprecia como un poco más delicado que otros que se aplican democrática y libremente... por los carceleros.
Parece con estos ejemplos, que los antes despreciados negros, sirven al imperio blanco, para que este no se ensucie personalmente las manos y a cambio de figurar y de algunos millones de dólares. Antes estas cosas se callaban, pero al haber trascendido de tal manera, no pueden ocultarse más, propósito de los reyes de la hipocresía y de tal manera Tartufo tiene que confesarse. Ahora dicen aunque sea en parte lo que pasa en los centros de detención, pero no todo, desde luego. ¿Y el mundo sigue andando? Claro y los Estados Unidos también, con Gran Bretaña y los países de la coalición, con los países aliados, con los países que buscan mantener su nivel de vida a costa de los pobres e indefensos, con los países que no quieren dejar de estar cerca del poder y también ¿porqué no?, con los países que de alguna manera quieren congraciarse con el poder, para no ser a su vez víctimas de él.
LA PLATA, enero 16 de 2012.
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