Por Gustavo Cardenas
La oración a San Miguel del Papa León XIII
En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión
horrible.
Después de celebrar la
Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la
capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y
quedó sumido en una realidad que solo él veía. Su rostro tenía expresión de
horror y de impacto. Se fue palideciendo.
Algo muy duro había visto. De
repente, se incorporó, levantó su mano como saludando y se fue a su estudio
privado. Lo siguieron y le preguntaron:
- ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se
siente mal?
Él respondió: "¡Oh, qué
imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!", y se encerró
en su oficina.
¿Qué vio León XIII?
"Ví demonios y oí sus
crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás
desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar todo el
mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió
permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca
antes había podido hacerlo".
También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su
propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San
Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del
infierno.
Después de media hora, llamo al
Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le
ordenó que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato
tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había
escrito.
Oración
"San Miguel Arcángel, defiéndenos
en el combate, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del
demonio; reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia
Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros
espíritus malignos que rondan por el mundo para la perdición de las almas. Amén".
(Oración compuesta por el Papa León XIII y que Su Santidad Juan Pablo II insistió en el Regina
Coeli del 24 de abril de 1994 en que fuese rezada todos los días por los fieles
católicos).
Consagración
Oh gran Príncipe del Cielo, fiel
guardián de la Iglesia, san Miguel Arcángel; yo, aunque indigno de aparecer ante
tu gloriosa presencia, confiado sin embargo en tu especial bondad, me presento
en compañía de mi ángel guardián, y en presencia de todos los ángeles del
cielo, que yo tomo como testigos de mi especial devoción a ti, yo te escojo hoy
como mi protector y mi especial abogado, y me propongo firmemente el honrarte
todos los días y hacer todo lo que esté en mi poder para hacerte honrar. Asísteme
durante toda mi vida a fin de que jamás ofenda yo gravemente a Dios, ni en
obras, ni en palabras, ni en pensamientos. Defiéndeme contra todas las
tentaciones del demonio, especialmente de aquellas contra la fe y la pureza, y
a la hora de mi muerte, dale la paz a mi alma e introdúcela en la patria
eterna. Amén.
Coronilla de San Miguel
Un día San Miguel Arcángel
apareció a la devota Sierva de Dios Antonia
De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado
mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias
corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un
Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel
promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para
acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que
recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán
de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la
muerte. Aun más, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres
queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.
En esta coronilla invocaremos a
los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre
Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida
de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.
Corona AngélicaI:
En el Nombre del Padre....Dios
mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras
almas y así recibir dignamente en nuestros corazones, el fuego de la Caridad
Perfecta. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la
gracia de abandonar los caminos del pecado, y seguir el camino de la Perfección
Cristiana. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros
corazones, el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia
de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras
almas contra las asechanzas del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de
todo mal y no nos deje caer en la tentación. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar
nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de Los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la
gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras, y así nos
lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Por la intercesión de San Miguel
y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la
gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal, y nos guíen a la
Gloria Eterna. Amén.
1 Padre Nuestro, 3 Avemarías.
Se reza un Padre Nuestro en honor
de cada uno de los siguientes ángeles:
• En honor a San Miguel, 1 Padre
Nuestro.
• En honor a San Gabriel, 1 Padre
Nuestro.
• En honor a San Rafael, 1 Padre
Nuestro.
• En honor a nuestro ángel de la
Guarda, 1 Padre Nuestro.
V: Rogad por nosotros, O Glorioso
San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo....
R: Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor.
Oraciones finales
Gloriosísimo Príncipe San Miguel,
jefe y conductor de los ejércitos celestiales, custodio de las almas, vencedor
de los espíritus rebeldes, favorito en la casa de Dios, dígnate librarnos a
nosotros todos, que a ti recurrimos con confianza, de todo mal, y haz que
mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo
servicio de Dios.
Ruega por nosotros, oh
gloriosísimo protector nuestro San Miguel, Príncipe de la Iglesia de
Jesucristo, para que nos hagamos cada vez más dignos de sus promesas.
Omnipotente y sempiterno Dios,
que con prodigio de bondad y misericordia, para salvación común de los hombres,
elegiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, haznos
dignos te suplicamos, de ser, por su poderosa protección, librados de todos
nuestros enemigos, de suerte que en la hora de nuestra muerte ninguno de ellos
nos perturbe y podamos lograr que él mismo nos introduzca en la mansión
celestial para contemplar eternamente tu Divina Majestad. Por los méritos de
Jesucristo nuestro Señor. Así sea.
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