En su
reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor”
(América TV), MONS. HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata y miembro de la Academia Nacional
de Ciencias Morales y Políticas, volvió
a referirse a las modificaciones que se estudian sobre el Código Civil.
Recordó que “para Eva Perón el
auténtico feminismo, a cuyo triunfo quiso contribuir, se basa en dos fundamentos:
la presencia de la mujer en el hogar y la indisolubilidad del vínculo
matrimonial. Dos valores que han sido ya muy deteriorados. Pero en lugar de
favorecer su recuperación, la propuesta de reforma del Código Civil los sepulta
legalmente”.
El prelado fundamentó su comentario en las
expresiones de Eva Perón que sostuvo que “nuestro siglo no pasará a la historia como el
siglo de las guerras mundiales ni el de la desintegración atómica, sino con
otro título mucho más significativo: el siglo del feminismo victorioso; el cual se apoya sobre dos pilares que
constituyen el afán de la mujer argentina: el valor insustituible de la
presencia de la mujer en el hogar y la vigencia efectiva de la indisolubilidad
del vínculo matrimonial. Por que las
mujeres argentinas sabemos, sin necesidad de sutiles raciocinios, que sólo en
el hogar y en el matrimonio indisoluble el amor puede lograr su más plena
expansión”.
Recordó que “el Episcopado Argentino se ha pronunciado varias veces, y con toda
claridad, proponiendo objeciones a ciertos temas muy importantes que tienen
que ver con el matrimonio, la familia, la procreación, el derecho a la
vida; todos ellos giran alrededor de una
concepción del hombre y de la sociedad”. Y luego sostuvo que tiene la impresión
que “los autores del proyecto profesan
una especie de fundamentalismo; parece que son fundamentalistas del positivismo
jurídico”. ¿Por qué digo esto? Porque se
intenta legislar como si la ley pudiera elaborarse prescindiendo de una
relación esencial con la ética y el orden natural. Para poner un ejemplo: uno
de los redactores del anteproyecto ha dicho que la fidelidad en el matrimonio
es una cuestión moral, no legal. Con esta afirmación está postulando una
escisión entre la ley y la moral”.
Además consideró que estos datos y otros
aspectos de la reforma que se prepara “son
para preocuparse” pues “se podría
suscitar una objeción acerca de la legitimidad social de esta reforma. Los
legisladores que se van a pronunciar sobre ella nunca habían propuesto en sus
plataformas electorales, antes de ser electos, que iban a emprender semejante
transformación de las estructuras básicas de la sociedad argentina.”
Mons. Héctor Aguer también explicó que como “dos de
los tres redactores del anteproyecto son miembros de la Corte Suprema de
Justicia” si luego de la promulgación del Código “se suscita una acción de inconstitucionalidad porque alguien considera
que algunas de las disposiciones del mismo se oponen a la Constitución : ¿cómo
puede ser que aquellos mismos que han intervenido en la redacción vayan a
pronunciarse, en la máxima instancia de justicia de la Nación , sobre aquello mismo
que han inspirado?”.
Quiso subrayar ese “aspecto de esta reforma controvertida” aclarando que no se refiere al conjunto del futuro Código
Civil y Comercial “donde hay muchas
cuestiones técnicas sobre las cuales yo no puedo pronunciarme ni
corresponde que lo haga” pero sí a “a
aquellas fundamentales relacionadas con la estructura del matrimonio, la
familia, la procreación, el derecho a la vida. Entre los valores que están en
juego hay que destacar la dignidad de la mujer, que queda menoscabada
con la introducción de nuevos paradigmas
en la estructura del orden familiar.”
Por
eso leyó “una declaración debida a una personalidad que siempre fue reconocida
como adalid de la dignidad y los derechos de la mujer”, refiriéndose a la
Sra. Eva Perón que
descalifica las modificaciones que ahora se intentan implementar en esos
aspectos.
Adjuntamos
el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“Desde hace un tiempo se viene deliberando
acerca del proyecto de reformas a introducir en el Código Civil de la Nación ”.
“El Episcopado Argentino se ha pronunciado
varias veces, y con toda claridad, proponiendo objeciones a ciertos temas muy
importantes que tienen que ver con el matrimonio, la familia, la procreación,
el derecho a la vida; todos ellos giran
alrededor de una concepción del hombre y de la sociedad”.
“Tengo la impresión de que los autores del
proyecto profesan una especie de fundamentalismo; parece que son
fundamentalistas del positivismo jurídico”. ¿Por qué digo esto? Porque se
intenta legislar como si la ley pudiera elaborarse prescindiendo de una
relación esencial con la ética y el orden natural. Para poner un ejemplo: uno
de los redactores del anteproyecto ha dicho que la fidelidad en el matrimonio
es una cuestión moral, no legal. Con esta afirmación está postulando una
escisión entre la ley y la moral”.
“Este dato, como otros aspectos de la
reforma que se prepara son para preocuparse,
sobre todo si se tiene en cuenta que se podría suscitar una objeción
acerca de la legitimidad social de esta reforma. Los legisladores que se van a
pronunciar sobre ella nunca habían propuesto en sus plataformas electorales,
antes de ser electos, que iban a emprender semejante transformación de las
estructuras básicas de la sociedad argentina”.
“Por otra parte, dos de los tres redactores
del anteproyecto son miembros de la Corte Suprema de Justicia. Si eventualmente,
después de la promulgación del Código, se suscita una acción de
inconstitucionalidad porque alguien considera que algunas de las disposiciones
del mismo se oponen a la
Constitución : ¿cómo puede ser que aquellos mismos que han
intervenido en la redacción vayan a pronunciarse, en la máxima instancia de
justicia de la Nación ,
sobre aquello mismo que han inspirado?”.
“Quiero hoy subrayar un aspecto de esta
reforma controvertida. No me refiero al conjunto del futuro Código Civil y
Comercial donde hay muchas cuestiones
técnicas sobre las cuales yo no puedo pronunciarme ni corresponde que lo haga.
Me refiero en cambio a aquellas fundamentales relacionadas con la estructura
del matrimonio, la familia, la procreación, el derecho a la vida. Entre los
valores que están en juego hay que destacar la dignidad de la mujer, que queda
menoscabada con la introducción de
nuevos paradigmas en la estructura del orden familiar. A propósito, quiero
leerles una declaración debida a una personalidad que siempre fue reconocida como
adalid de la dignidad y los derechos de la mujer”.
“Dice así: “Nuestro siglo no pasará a la historia como el siglo de las guerras
mundiales ni el de la desintegración atómica, sino con otro título mucho más
significativo: el siglo del feminismo victorioso; el cual se apoya sobre dos
pilares que constituyen el afán de la mujer argentina: el valor insustituible
de la presencia de la mujer en el hogar y la vigencia efectiva de la
indisolubilidad del vínculo matrimonial. Por que las mujeres argentinas
sabemos, sin necesidad de sutiles raciocinios, que sólo en el hogar y en el
matrimonio indisoluble el amor puede lograr su más plena expansión”.
“Habrán notado ustedes, por las expresiones
usadas, que se trata de una personalidad femenina. ¿Quién pronunció esas palabras? Fue Eva Perón”.
“Para Eva Perón el auténtico feminismo, a
cuyo triunfo quiso contribuir, se basa en dos fundamentos: la presencia de la
mujer en el hogar y la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Dos valores que
han sido ya muy deteriorados. Pero en lugar de favorecer su recuperación, la
propuesta de reforma del Código Civil los sepulta legalmente.”-
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