Por el Emilio Guillermo Federico Nazar
Abogado
Especialista en Derechos Humanos UNLZ
Se ha recibido al
mail de Diario Pregón de La Plata, un mail conteniendo un correo de lectores
del Mayor EA Hugo Reinaldo Abete.
Dicho correo va precedido del siguiente texto que se transcribe a continuación:
Ahora que prácticamente ha cesado la protesta salarial de
GN y PNA, fuera de toda especulación y, con la sola finalidad de intentar poner
un poco de luz sobre la confusión que se instaló, se adjunta un escrito enviado
a los medios en el día de la fecha.
Cordialmente.
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
MEDIOS DEL SISTEMA
En todo movimiento,
ya sea de Fuerzas Armadas o de Seguridad, los medios de comunicación ofrecen en
primer término un gran bombardeo noticioso, para luego “desinflarlo” y
convertir la cuestión en algo menor, en un tema más, acabando finalmente por
extirparlo de la pantalla y el audio de los medios masivos de comunicación.
Este movimiento es
acompañado por una estrategia gubernamental: dividir a quienes realizan un alzamiento,
buscar apoyo para manifestarse en contra, una campaña gubernamental que avale
el accionar oficialista, a la vez que hasta pueden realizarse concesiones para
que con ello parte de los que realizan el acto de insubordinación lo concluyan.
Finalmente, la expulsión de miembros de las Fuerzas que realizan el alzamiento,
e incluso la compra de algunos insubordinados (que luego serán traicionados).
Esta metodología
pretende el aislamiento social, la falta de difusión de la acción, y si existe
alguien que se resiste hasta el final, que quede como un anacrónico solitario
sin ascendiente alguno, cuya acción será nula.
REACCIONES EFECTIVAS
Si alguien quiere
buscar en los antecedentes históricos cómo se realiza una “Revolución” o una “Contrarrevolución”,
es muy simple descubrir su procedimiento: un puñado de convencidos, de insobornables
y de valientes se dirige hacia los sitios desde donde se gobierna una Nación, y
exigen al Presidente, Monarca, Dictador, Gobernante o lo que fuese que renuncie
a su cargo porque será sustituido en el mismo por uno de los insubordinados.
Lo dicho es la
cuestión meramente formal, más allá de que efectivamente se esté instaurando un
gobierno que busque el Bien Común o no. Ya sea un buen gobierno o un mal
gobierno el que surja de la insubordinación que depone a una autoridad, el
procedimiento es el mismo.
Quien quiere
realizar un cambio de autoridades en un país, lo que hace es dirigirse al
centro del Gobierno, ocupa espacios geográficos y avanza en ellos, plegando a
su causa a la población, hecho que generalmente se realiza por tener a su mando
las Fuerzas del Orden (o del desorden).
TITULARES EN LOS MEDIOS
En los medios masivos
de comunicación, acaban apareciendo titulares como “Gendarmes y prefectos
levantaron la protesta”, “Sensación de una batalla perdida entre los gendarmes”.
Sin embargo, mientras estos titulares se difundían, personalmente he tenido
oportunidad de pasar frente al Edificio Centinela de la Gendarmería Nacional,
pudiendo ver que había un grupo de gendarmes en el exterior continuando con la
manifestación, junto con personas que sostenían banderas con consignas de la
protesta. Todo esto el mismo día jueves 11 de octubre de 2012 en que los
titulares eran difundidos.
A su vez, la
Gendarmería se encontraba prácticamente ausente en sus puestos habituales,
hallando concentraciones de los mismos, que exhiben un estado deliberativo.
¿Cómo es posible ello si ya “levantaron las protestas” como dicen los titulares
mediáticos?
Resulta claro,
entonces, que a la misma problemática los medios de comunicación y el sistema
político reaccionan del mismo modo.
Así, sólo la
realidad puede vencer a la noticia, por más que la misma exhiba imágenes de
archivo de momentos anteriores al surgimiento del movimiento o de la protesta.
EL RECLAMO
Una protesta
reducida al orden salarial, carece de trascendencia y de entidad como para que
sea calificada de “intentona golpista”. Lo mismo sucede con reclamos puntuales
referidos al interior de una fuerza militar, o cuestiones presupuestarias.
De hecho, quien
buscase la Restauración del Orden y de las Leyes de la Patria, como antes lo
hemos dicho, debe gozar de ascendiente y autoridad sobre las tropas para
efectuar un movimiento militar. Del mismo modo, si se tratara de un civil, debería
poseer el mismo un particular don de mando que suscitara la adhesión de la
población a él subordinada. A eso se llama “liderazgo natural”.
Mientras tanto, la
Presidente Cristina Fernández Wilhelm
exige un “líder” a los caceroleros, y tal pedido se basa en la necesidad de
personalizar la protesta, de modo que el líder pueda ser anulado. La protesta
anárquica no resulta útil. La que goza de un líder, tiende a parecerse a la que
manipulara el sr. Blumberg, quien
acabara en el descrédito tras solicitar en una manifestación pública que no se
hablara mal del presidente Néstor
Kirchner porque el mismo no era responsable de la inseguridad. La
inseguridad es política de Estado, y su vigencia es una consecuencia de la
aplicación ideológica de los postulados de la Escuela de Frankfurt.
SUSTITUCIÓN GUBERNAMENTAL
Para que pudiera
existir un desplazamiento de autoridades suplidas por un nuevo Gobierno, el alzamiento
y la insubordinación deben ser claros en sus objetivos, repudiando directamente
al sistema completo. De lo contrario, no puede hablarse ni de “golpe de
Estado”, ni de “atentado contra la democracia”, ni nada que se le parezca, ya
que la base democrática institucional no resulta siquiera cuestionada.
Desviado el fin,
los medios tenderán a otra cosa diversa. Si la finalidad fuese el
desplazamiento del Gobierno, los insubordinados ejercerían su acción hasta las
últimas consecuencias, hasta lograr el objetivo. Ningún obstáculo que se
presentare, incluyendo información noticiosa que indicaran los medios masivos
de comunicación, habría una insurrección contra la politiquería, contra las
autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales, e incluso militares. No
habría información que no fuese la del propio bando que resultara de
credibilidad, y de tal modo la realidad sobrepasaría los fantasmas mediáticos.
Y todo llevaría a la ocupación de territorio, en una lucha por controlar todo
el territorio nacional.
Como puede
comprobarse, nada de esto existió ni existe, y es más, ante el primer anuncio
de los grandes medios informando que “ya nadie protesta”, todo se acabó.
Efectivamente, todo
se acabó, excepto la disconformidad interna que impera en todo el territorio
nacional. Quien hace trampas, sabe que no es real el resultado que proclama. El
Gobierno hizo trampa con las elecciones, y su popularidad tan proclamada no es
cierta. Tal vez el 8 de noviembre próximo se perciba algo de lo que comentamos…
en medio de un gran cacerolazo opositor.
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