martes, 10 de septiembre de 2013

¿PUEDE UN BUEN GOBIERNO RECUPERAR LA PATRIA?


Por el Dr. Cosme Beccar Varela
09 de Septiembre del año 2013 - 1188


Supongamos que la tiranía cae con toda su parafernalia de políticos corruptos, ineptos y de pésimas ideas, tanto oficialistas como "opositores". 

Supongamos que un argentino de bien, justo, patriota, inteligente, de buenos principios, laborioso y valiente fuera Presidente de la Nación, ¿podría recuperar la Patria, restablecer el orden justo y favorecer el bienestar general? 

Si ese milagro ocurriera hoy, respondo sin dudar que, así como están las cosas, no sería posible; ya es demasiado tarde, por las siguientes razones: 

1) Un Presidente, por más que la Constitución le otorga poderes suficientes, no podría gobernar solo. Necesita ministros, jefes de las FFAA y de la Policía, funcionarios públicos y buenos gobiernos en las Provincias. Para eso, sería necesario que hubiera un grupo importante de personas serias con las mismas cualidades que el Presidente en las cuales éste pudiera confiar.   

Esas personas no existen. ¿Cómo lo sé? "Para muestra basta un botón", dice el refrán y en ese principio se basan las encuestas. Interrogando a un número mínimo de personas, los encuestadores saben cómo piensa el conjunto de la opinión pública acerca de un determinado tema.   

En este caso el "botón" es mi experiencia con "La botella al mar". Durante los 13 años que publico este periódico, que tiene más de 15.000 lectores, innumerables veces he convocado para deliberar a toda persona de bien que haya en la argentina que esté dispuesta a hacerlo. No he conseguido reunir ni diez. 

Ahora bien, si no aparecieron para luchar, no se les puede creer si aparecen para participar del poder. Si tuvieron miedo de dar la cara, saliendo de sus respectivas y pequeñas vidas personales para exponerse públicamente, más miedo tendrán de apoyar a un Presidente que deberá tomar medidas graves si es que quiere lograr el objetivo mencionado en el segundo párrafo de este artículo, enfrentando la furia de las sociedades secretas y sus sicarios. 

Hay muchos críticos de la tiranía. La Internet está llena de ellos. Pero es notorio que fuera de las consabidas denuncias de corrupción y de peticionar alguna que otra medida justa, esas críticas son inocuas y admitidas por el régimen sin problema. 

Con los partidos "opositores" no se puede contar, como es obvio. Todos ellos deben ser desplazados por ser cómplices de la tiranía. 

Luego, de esos ambientes el Presidente ideal no podría ni debería, convocar a alguien. 

Fuera de esos hombres que son notorios por malos o son cautelosamente insuficientes, no hay otros que se atrevan a destacarse creando un grupo patriótico nuevo e independiente que realmente quiera, sin temor, acabar con la tiranía y rescatar el país. Y sólo de un grupo así podrían salir los hombres nuevos que ayuden en la inmensa tarea, si es que por milagro surgiera un Presidente que realmente se la proponga. 

2) Supongamos que por un milagro de conversión, como la de San Pablo en el camino de Damasco, surgiera un grupo desconocido hasta hoy y silencioso que repudiara su cobardía actual y resolviera arriesgarse para colaborar en la obra de restauración y que el Presidente ideal tuviera una gracia especial para discernir la sinceridad de esa conversión y nombrara a esos conversos en las varias centenas de cargos cuyas funciones son importantes. Sería maravilloso, pero ese nuevo gobierno tendría que enfrentar resistencias enormes. Veremos en los siguientes puntos cuales serían algunas de esas resistencias. 

3) Los corruptos actuales se han hecho inmensamente ricos y es indispensable obligarlos a restituir lo que robaron y mandarlos a la cárcel. Obviamente, harán todo lo posible para impedirlo. Contra ellos deben trabajar una Policía diligente en la investigación, Fiscales apegados al Derecho, Jueces rectos e insobornables y periodistas veraces que no se dejen intimidar. 

Sin embargo, la riqueza tiene el poder de sobornar y de comprar adhesiones con la cual se puede tejer una maraña de "intereses creados" muy difícil de romper. Llegado el caso, con dinero hasta se puede comprar asesinos. ¿Cuanto vale una vida hoy en la argentina? ¿Cuanto vale para un ladrón inescrupuloso, inmensamente rico e inmensamente culpable, la vida del integrante de un gobierno justo que quiera terminar con su fortuna mal habida? 

4) Los violentos que hoy cortan calles y rutas y probablemente estén armados por la tiranía para impedir cualquier resistencia a su opresión, deberán ser desarmados y castigados por sus actuales tropelías y para prevenir las que puedan cometer en el futuro. Estos se defenderán a tiros. Las FFAA -cuyo papel en la defensa de la Constitución contra las amenazas en el interior del país deberá restablecerse- y la Policía deberán actuar enérgicamente para desarmarlos y castigarlos.   

Más el poder de fuego y la organización de esos grupos ya ha llegado a un nivel tal que es posible que puedan enfrentar a las FFAA y a la Policía. Una chispa de guerra civil puede encenderse. Si los buenos Jefes de las FFAA y de la Policía, bajo la conducción del Presidente ideal, responden con decisión, es  posible que venzan, aunque no es seguro, porque las FFAA han sido desmanteladas por la tiranía, algunos de sus integrantes probablemente estarán del mal lado y éste será apoyado por toda la izquierda internacional. Esa fuerza enemiga es ya muy grande. 

5) Una buena parte del clero, sino la mayoría, predicará contra ese gobierno exigiendo "paz y concordia", cosa que no hace ahora para cesar la tiranía que nos oprime y tiene más de mil secuestrados políticos en la cárcel, entre otras injusticias atroces que comete a diario. Será necesario que los buenos sacerdotes multipliquen su dedicación y su esfuerzo para contrarrestar esa prédica mentirosa. ¿Existen esos sacerdotes? 

6) Después de 60 años de dominio político del peronismo y de influencia preponderante de la izquierda en los medios de difusión, en  las Universidades, en las editoriales y librerías y en los entretenimientos, una gran parte del pueblo ha perdido los buenos hábitos e ideas del pasado católico de nuestra nación y se ha hecho igualitario, insolente y materialista. 

La masa se ha acostumbrado a ser adulada y consentida en todas sus violaciones del respeto a los superiores, a los débiles, a la moral y son millones los que se han independizado a sí mismos de toda forma de orden que les incomode. Para que toda esa gente vuelva a ser como debe ser, será necesaria una energía paciente pero severa que será resistida por esa masa anarquizada. Sin embargo, si eso no hace, nunca se recuperará una forma de convivencia que permita a los buenos trabajar en paz, ni se conseguirá el bienestar general. 

7) El poder difamador de los medios de comunicación es inmenso. "Miente, miente, que siempre algo quedará". Ese lema de Voltaire parece ser el de la prensa actual, con el agravante de que no sólo miente sino que corrompe con falsas ideas, con noticieros que chorrean sangre y se solazan en relatos depravados. El gobierno ideal que imagino sería presa inmediata de esta máquina trituradora. ¿Cómo resistir la ola de inmundicia y de mentiras con que sería cubierto por la prensa? 

Si se la castiga, todos los falsos democráticos del mundo se pondrán contra él acusándolo de atacar la libertad de prensa, no obstante lo cual deberá hacerlo porque si la deja actuar, esos falsarios de la información levantarán al pueblo contra ese gobierno. Al mismo tiempo deberá apoyarse en la parte sana del pueblo, que es mayoría, manteniéndola debidamente informado de la verdad que deberá corroborar con buenos actos de gobierno. Sin eso, no podrá contar con una opinión pública favorable que, sin embargo, es indispensable para poder gobernar. 

* * *   

Estas no son sino algunas de las dificultades que encontraría un buen Presidente si, por milagro, surgiera en la argentina. Pero la primera dificultad, y esa debería ser vencida hoy, es la falta de argentinos de bien del cual pueda surgir ese Presidente y la gente que lo ayude a gobernar. 

Como dije más arriba, si ese grupo no se manifiesta hoy ¿qué esperanzas hay de que surja cuando la situación empeore y la reacción contra la tiranía sea más peligrosa? Si no hemos sido patriotas ahora que el riesgo es menor, ¿cómo creer que lo seremos cuando sea mayor? 

Alguien dirá que hay muchos grupos de gente buena y es verdad. Pero yo doy fe de que me he acercado a esos grupos, sin que eso haya servido para unir fuerzas (o debilidades). Cada uno de ellos tiene un objetivo especial y una visión parcializada de la grave situación del país y de sus causas. 

Muchos de ellos tienen sus debilidades por el peronismo, otros son liberales, otros creen que es posible confiar en alguno de los partidos pseudo-opositores, muchos de los que son nacionalistas creen que no es lícito actuar dentro del sistema republicano y sueñan con un militar inspirado que no existe, otros creen que filosofando se resolverá el problema, otros creen que rezando se conseguirá el milagro de la salvación nacional sin otros esfuerzo de nuestra parte. Todos se repelen unos a otros. ¿Puede confiarse en esas buenas gentes para gobernar con la clarividencia y la constancia que la situación exige? No lo creo. 

En resumen: si no cambiamos ya y nos ponemos en serio a formar el grupo del cual pueda surgir un buen gobierno, el país no tiene solución porque la falsa “oposición” ha dado pruebas sobradas de que cualquiera de sus integrantes sería más de lo mismo. Y aún así, tal vez sea tarde y es posible que la Providencia divina haya resuelto que los argentinos hemos colmado todas las medidas y nos deje abandonados a nuestra triste suerte. Demasiada paciencia ha tenido con nosotros. 

Cosme Beccar Varela

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