Por Patricio Lons
Con motivo de la reciente visita de la ex presidente argentina
Cristina Kirchner a Grecia, me entrevistaron de MDZ Online de Mendoza y eso me
inspiró estas líneas para mis queridos lectores. CFK, en su visita al Partenón de
la Acrópolis dijo que su personaje preferido era Pericles, el constructor de
este magnífico templo de la antigüedad. Hace bien un político en estudiar a los
griegos. Mejor sería que lo haga antes de asumir sus funciones para gobernar
con virtud y evitar la mayor cantidad posible de errores.
Pues bien, ante esta observación,
me viene una pregunta. ¿Qué tiene que ver Grecia con Argentina? Pues muy simple, nuestra identidad argentina
e hispanoamericana, se sostiene sobre las bases que colocó como cimientos, la
España de los Reyes católicos en estas tierras que amamos y habitamos. Y esas
bases fueron el coraje numantino de los españoles, que los impulsó a descubrir
y conquistar el mundo, con todos los valores que trajeron consigo como son el
orden romano, la filosofía griega y la fe de Tierra Santa. Esos cuatro pilares
forman la columnata de nuestra civilización. Tanto en Argentina en particular,
como en occidente en general. Sin esos valores, no existiríamos, solo habría
una tierra yerma y sin espíritu.
¿Y qué parecido hay entre
Pericles y Cristina Kirchner o cualquiera de nuestros gobernantes
contemporáneos? La respuesta es más simple todavía, ninguno; no hay paralelo
posible entre la grandeza griega, entre este gran estadista con visión de
futuro y la pobreza moral de nuestros dirigentes, elija el color político que
elija, ninguno sobresale por su vocación civilizadora y sentido del honor. El genial griego gobernó convenciendo, no
amenazando, persuadiendo a su pueblo para impulsarlo adelante. Tomó lo mejor de
su mundo y lo llevó al progreso. A Pericles, el pueblo le pidió perdón luego de
enojarse con él. Nuestros políticos se retiran del poder portando sobre sus
conciencias el odio de buena parte de los pueblos.
El Partenón es una obra maestra
de la arquitectura clásica y del mundo antiguo. Un testimonio de la sabiduría
que todavía permanece en pié. Una sombra del logos spermatikos que Dios reparte por el
mundo. Su arquitectura forzada y sus famosas columnas, han sido inspiración de
numerosos edificios y en iglesias, tanto en Europa como en Estados Unidos; aquí
podemos apreciar su influencia en las facultades de derecho y de ingeniería de
la Universidad de Buenos Aires.
Por eso, si un argentino u otro
hijo de occidente viajan a Grecia, en realidad vuelven a ella. Somos hombres
del oeste, como nos señalaba el imaginario rey Aragorn; aquel oeste cuyo camino
abrió en surcos sobre el azul de las aguas de la Mar Océano, las carabelas del
Gran Almirante, don Cristóbal Colón, intrépido navegante que nos señalaba: “El mar le dará esperanzas a los
hombres como sueños al dormir”.
Vaya aquí mi recuerdo y
reconocimiento al capitán Pedro Samuel Spiro, nacido en Hidra, Grecia y oficial
de nuestra marina de guerra.
Amigos, las piedras del Partenón,
como nuestras antiguas catedrales románicas y góticas, tienen memoria, con la sabiduría calada entre
sus grietas. Esa sabiduría es un legado eterno para nosotros. Y la memoria de
esas ruinas griegas es una espina apuntada a los malos gobernantes. Y los
señala con dureza. Y los condena como culpables.
Nosotros, hombres de a pié,
tengamos memoria para vivir la virtud y para no olvidar tampoco, aquella
verdad, bien y belleza que nos dejaron.
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