Por el Tcnl. José Javier de la Cuesta Avila.
Las sociedades a lo largo de la historia se encontraron ante la necesidad y la obligación de tomar "grandes decisiones".
Estas resoluciones fueron "grandes" debido a que ellas cambiaban el rumbo de su marcha y las llevaba a modificar un camino.
Estas decisiones fueron "importantes" pues ellas determinarían salir de una actividad que se mostraba como fracaso y emprender otra que, si bien puede parecer luminosa, solo la experiencia de su aplicación dirá si se está ante el éxito o se volverá al fracaso.
Nuestra Argentina ha llegado a uno de esos puntos vitales de su historia.
Quizás se está repitiendo la situación que se vivió en mayo del 1810, julio de 1816 y en el tiempo constitucional entre 1953 y 1860.
Posiblemente, podemos releer el período de éxitos a caballo del inicio del Siglo XX y estudiar la cadena de errores cometidos a lo largo de este.
En una síntesis generalizada, se puede comprobar que los éxitos y fracasaron se vinculan con el cumplimento o no, respectivamente, de la Constitucion Nacional.
Resulta una real afrenta al pasado y a las virtudes de los constitucionalistas del Siglo XIX, los cambios que se introdujeron y, una real equivocación, los métodos de su institucionalización.
La solución actual parece ser posible con una simpleza que en general es aceptada por todos. Volver a lo que se pacto en el inicio, para enderazar el curso de la historia y volver a ser lo que un día fuimos.
Si nuestra Argentina vuelve a la forma de gobierno de la CNA art. 1 y sus REPRESENTANTES responden al FEDERALISMO, ellos, sin dudas, afianzarán la REPUBLICA.
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