jueves, 2 de diciembre de 2010

VIVIR LA BIENAVENTURANZA

a La Ultima Cena

Por Emilio Nazar Kasbo

Alguien ya ha dicho que malo es no tener amigos, pero que mucho peor debe ser no tener enemigos, porque eso significa que en la vida no se hace nada. Y quien más enemigos tiene no es quien más malo es, sino quien es más bueno.

Quien pretenda vivir en sentido contrario al que la sociedad hoy induce, quien pretenda vivir los Mandamientos y la Fe con coherencia, indefectiblemente sumará enemigos, y cuanto más escale más enemigos poderosos tendrá. ¿Quién está en la cima de esos enemigos? Satanás.

Porque es fácil tener enemigos por una suma de dinero que no se puede pagar, porque son competidores comerciales, o por un saludo que alguna vez no se ha dado… esos son enemigos baratos. Es fácil meterse en un partido politiquero y considerar al resto como enemigos… ahí ya se habla de poder humano, que es un poco más considerable que el anterior pero que sigue siendo barato.

Los enemigos graves se perciben al tratar de buscar en serio la santidad. Ya dijimos quién es el que encabezará las acciones para la derrota de los buenos, pero también hay otros que lo siguen sabiéndolo o no.

Claro, los sionistas y los masones que adoran a Lucifer, Jahbulon o como quieran llamarlo. Aclaremos que Jahbulon significa en sus partes que componen el nombre: JAH (nombre hebreo: Yahweh y caldeo de Dios), BUL (abreviatura siriaca de "Baal", dios mistérico cananeo, que significa "Señor, Poderoso") y ON (palabra egipcia, abreviatura de Osiris-Apis en la religión telúrico-mistérica de Isis en el antiguo Egipto). Esos son enemigos declarados del catolicismo, y harán lo imposible para dañar la buena fama de las personas honradas, ya que para ellos lo único honesto es satánico y por tanto invertido.

Esta gentuza controla medios de comunicación masivos, utilizados para mentir a su conveniencia y causar la confusión y consternación en la población, y además controla gobiernos, dineros, es capaz de fabricar e imponer una cultura ficticia, utilizando otros que les son funcionales, porque venden sus voluntades al mejor postor a cambio de algún vicio (dinero, alguna prebenda, poder, lujuria, etc).

Pero resulta que hay enemigos más dolorosos aun. Son los enemigos enquistados en el bando de Jesucristo: personas que, inocentemente o no, caen en los engaños de los enemigos de Cristo. Personas que creen a politiqueros o a la información difundida mediáticamente sin análisis crítico para analizar sus fundamentos, y que actúan en consecuencia. Los medios de comunicación y la anticultura que se impone influyen incluso en la cosmovisión religiosa católica, moldeando la débil fe de incautos con formatos heréticos. Pero esto sólo es válido para quien de buena fe vive engañado creyendo que es católico aquello que no consta en la Tradición de la Iglesia Católica.

Hay otros que en realidad son “infiltrados” para causar el mayor daño entre los católicos. Son personas que dicen ser católicos pero que ni viven conforme los Mandamientos, ni permiten que otros los vivan. Es más: ni siquiera creen en el Catolicismo y hasta odian a la Iglesia Católica y a su Jerarquía por ser Jerarquía (no porque haya malos pastores).

Y también los hay quienes imbuidos de un espíritu de chismerío feminista creen en las difamaciones de todos los anteriores para divulgar mentiras sobre las personas. Sin elementos, sin pruebas llegan a la difamación de alguien, y solamente porque alguien ha dicho algo en un medio de comunicación, ya sea un infiltrado, un mercenario intelectual o un incauto, o cualquiera de los perversos que responden al bando del demonio.

Este espíritu difamador de chismerío barato es propio de almas enanas, incapaces de elevarse e incluso de perfeccionar los defectos propios. Entusiasmados en ver defectos ajenos, o como defensa que justifica vicios propios, se dedican a ver errores reales en los demás, y si no los hallan se preocupan por inventarlos.

Es necesario preguntarse: ¿de qué vale la “buena fama”, si el alma se condena? La única “buena fama” es la fama de santidad. El resto no sirve para nada.

Jesucristo mismo fue difamado al punto que fue crucificado en la peor muerte de su tiempo ¿Qué otra cosa puede esperar quien siga sus pasos? Jesús es la persona que más enemigos tiene en la Historia de la Humanidad, enemigos que no valen nada, enemigos derrotados de antemano, enemigos que no pueden sortear el dilema de la muerte. Pero también es la persona que más amigos tiene en la Historia de la Humanidad, amigos que todo lo dieron, lo dan y lo darán por El, vencedores de antemano que saben que la verdadera vida es en la Gloria de Dios, para lo cual luchan para crecer en las virtudes y así agradarlo.

Y nosotros… ¿dónde nos ubicamos en toda esta clasificación?

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