Por el Arq. José M. García
Rozado
“El sentimiento nacional que tenemos todos los
argentinos,
nace
en la espada de San Martín se agita en el poncho
de Rosas y se ejecuta con la doctrina de Perón”. J.I. Rucci
“Las batallas las pierden los dirigentes, las guerras
los pueblos.
El electorado
se negó a perder la guerra”.
El Gobierno considera que controlando
la compra de divisas, apoderándose de las reservas del BCRA, obligando a las
petroleras a sobreexplotar las cuencas ya explotadas y seguir desinformando a
la población va a lograr superar mediante esto, que dio en llamar “la sintonía fina del modelo”, la crisis
latente económico- social que se avecina inexorablemente. Hasta el propio Hugo
Moyano ve venir una profundización de la crisis y alerta en medio del desierto,
los jóvenes camporistas siguen el juego y el viejo peronismo se mantiene
expectante pero al margen.
El Gobierno siempre encuentra una oportunidad para dar una nueva vuelta
de tuerca a lo que ellos dieron en llamar “la
sintonía fina del modelo cristinista”, y ahora desde el 3 de abril
extienden el cerrojo hasta a los retiros de moneda extranjera a los turistas
argentinos, que deberán contar con una caja de ahorro en dólares o moneda del
país donde vayan a viajar e intenten retirar su dinero, porque esto es lo que
es –el dinero no es del Estado sino del argentino o extranjero que pretende
hacer con el lo que le venga en gana-, cosa que este régimen estalinista y
totalitario no quiere aceptar; puede ser que los funcionarios y Cristina crean,
o acepten, que en realidad no existe el control suficiente, y eso los obliga a
ensayar una medida arbitraria e inconstitucional por donde se la mire.
El gran problema del cristinismo es que tomo real conciencia de que la
caja no le alcanza para pagar las deudas generadas y contraídas por la
despolitica aplicada durante estos últimos casi 9 años de gobierno, y esto
queda palpablemente demostrado con la ultima circular del BCRA esa que
restringe totalmente, y sorprende que el korralito implementado el 31 de
octubre pasado haya sido llevado a cabo en cómodas cuotas, lo que demuestra que
no se animaron a realizarlo todo de un saque, por temor al descontento popular,
esperaron que pasare el furor del verano y terminaron por implementarlo. No es
casual que se ponga ahora y definitivamente la mira en el turismo, ya que le
guste o no al Gobierno Cristina, la tentación de consumir en el exterior por
parte de los argentinos es directamente proporcional a la subvaluación concreta
de la moneda.
El “déme dos”, vieja y conocida rémora de la dictadura genocida y los
90 que ellos tanto castigan esta nuevamente presente y con gran presencia, el
rubro turismo explica una salida de US$ 4.750 millones, o sea un 40% mas que lo
salido en 2010, siendo una parte –aunque no importante- de la extraordinaria
fuga de divisas que viene sufriendo CFK y que acumula solo en su gestión US$ 60
mil millones y mas de US$ 75 mil millones desde 2003 a la fecha, y que se freno, no porque se halla
recuperado la confianza sino por la implementación de las restricciones y el
korralito del 31-O, lo que desconoce la administración k es que los dineros del
turismo no son los dólares del “capital
concentrado” sino de argentinos de a pie que, o bien mejoraron su poder
adquisitivo o por el abaratamiento relativo del dólar frente al peso argentino,
consumen en el extranjero.
Pretenden hacernos creer que esta medida, al igual que la totalidad del
korralito es “un acto de justicia” al
exigir que afuera se tenga que pasar por el filtro de la AFIP, desconociendo
que el uso de la tarjeta de debito de los bancos afuera del país esta de por si
muy condicionada por las mismas entidades que no permiten retirar mas de US$
200/300 diarios, lo que implica que son aquellos los que ya de por si regulan
que ningún turista pueda “fugar capitales
del país”, esto apunta a ampliar la “vigilancia
y el espionaje” burdo y absoluto que implemento el régimen cristinista
sobre la totalidad de los argentinos y extranjeros residentes en el país. Es
tal la necesidad gubernamental de no apartarse de la autoimpuesta y cada vez
mas exigente política por la cual no se le pide prestado a nadie que no sea el
BCRA, la ANSeS u otra cualquier caja
nacional ya que de hacerlo quedaría totalmente en evidencia la falta de
aceptación que este gobierno tiene para los posibles inversores o prestamistas,
lo que implicaría aceptar tasas internacionales que multiplican por diez las
que se le cobran –no a Grecia, Irlanda, Portugal, Italia o España- sino a
nuestros vecinos Brasil, Chile, Perú, Colombia, Uruguay y hasta el mismo
Paraguay.
El tan falaz como promocionado “fondo
de desendeudamiento”, así como la “Reforma de la Carta Orgánica del Banco
Central” que termino poniendo las
reservas de los argentinos –y no precisamente del Gobierno y que apenas
alcanzan a US$ 46.781 millones y muy lejanas a las más de US$ 52,5 mil millones
del pasado Enero 2011- a tiro de las necesidades del Tesoro; barajar y dar de
nuevo es la “sintonía fina del
cristinismo” que se encuentra atenazada entre los cambios en los factores
externos que nos influyen –precios de commodities, desaceleración de Brasil,
menores chances de exportación a Europa, restricción de exportaciones a China
(apenas aceites de soja)- y las modificaciones en las variables internas
–control del dólar (korralito),restricciones crecientes y desmedidas o sin
sentido en muchísimos casos a las importaciones, reforma a la Carta Orgánica del BCRA-, generan proyecciones dramáticas para
2012.
Muy pocos de los supuestos que se manejaban antes del 23-O siguen en pie,
y el rango de previsiones se amplio: la banda de crecimiento argentino esta
entre el 0% (los pesimistas) al 4% (los más optimistas), apenas hace 90 días el
crecimiento estimado como media –entre unos y otros- estaba en el 3,5% y ahora
bajo a menos del 2%, existían entonces dos hipótesis: una era la de que al
mundo le iba mal y a la Argentina también; la otra sostenía que el mundo no le
iba tan mal y que el cristinismo corregía las enormes distorsiones acumuladas
en estos años y la Argentina podía llegar a desengancharse de la malaria
global, aunque mas no fuere que parcialmente. Hoy solo queda en pie el peor
escenario, si bien “la seca”
agropecuaria fue menos intensa la intervención del supersecretario de comercio
arruina todos los pronósticos alentadores.
Hoy los factores que aquejan a la economía se parecen a los de 2009, y en
algún sentido a los de 1998, el único fenómeno que moverá la aguja del
crecimiento económico argentino será un repunte verdaderamente importante de
Brasil –algo ya del todo descartado-, en función de esto puede llegar a estar
muy cercano al 1%, la economía argentina no logro “resetearse”, pero así como a fines de 2011 se discutía si Europa
iba derecho a la recesion en el primer semestre del presente año, hoy esa ya es
una realidad palpable, ya que esta entre el estancamiento y la recesion lisa y
llana, con ampliación de los índices de desocupación en mas de la mitad del
mercado común. Aunque aun no termino de impactar en las “expectativas”, solo se saben dos cosas: por el lado de la oferta,
la industria se desacelero claramente y el campo tiene previsiones mucho mas
bajas; y el consumo aunque muestra cierta continuidad ya no muestra las
fortalezas del 2011.
Los anuncios de las quitas de los subsidios, comienzan a impactar en las
expectativas de las clases medias bajas y medias, salvándose únicamente las
medias altas y las altas –o sea porcientos muy pequeños del pueblo-, impacta
negativamente y comienza a tomarse conciencia de su condición de “ajuste”; si bien el gasto turístico disimulo la desaceleración
comercial en los shoppings y supermercados, no alcanza para tapar la sensación
de que el consumo se desacelera notoriamente, aunque aun la masa de consumo no desapareció
se la ve bastante mas restringida. Congelar o disminuir el gasto en subsidios
no es un proceso fluido, y aun faltan resolver cuestiones básicas de implementación,
las herramientas que maneja el Gobierno Cristina no tienen la profundidad
necesaria para hacer realmente exitosa esta intervención.
El gasto estatal sigue descontrolado, el déficit fiscal ya es imposible
de ocultar, el superávit de la balanza comercial es muy inferior al necesario,
los manotazos a las cajas –BCRA, ANSeS, BNA, etc.- no alcanzan a cubrir los agujeros
del déficit fiscal, los vencimientos de deuda externa e interna, la importación
de combustibles y las importaciones imprescindibles (mal que le pese a Moreno),
la gradualidad que pretendió imponerse no se logro; la tragedia de Once impidió
deshacerse de los subsidios a los subterráneos, los trenes y los colectivos
cuyos boletos según confeso De Vido pasarían a costar $ 4,40 cuando la quita se
realice. Esto no es “sintonía fina, sino
un ajustazo” y mas si a ellas se suman el encarecimiento de la luz, el gas
y el agua, además de los gravámenes de ABL y rentas provinciales que vienen
desfilando e irremediablemente atacaran la economía de los hogares y atentara
contra el poder adquisitivo de los salarios, eso que denuncia Hugo Moyano, el
Momo Venegas y Luis Barrionuevo, entre muchos otros.
Cerca de US$ 5 mil millones de intereses de deuda, US$ 8 mil millones al
Club de Paris, US$ 10 mil millones –confeso CFK- de importación de
combustibles, sin contar la suba internacional del barril de crudo, cuesta ver
el crecimiento del gasto publico por debajo del 25% y también cuesta aceptar la
moderación de los requisitos salariales en el 18% previsto por el Gobierno;
deberemos discutir seriamente la sustentabilidad del ¿programa? implementado
por Moreno respecto de las importaciones, en una economía como la Argentina la
dependencia de los insumos industriales importados es muy grande y tendrá
impacto aunque se pretenda lo contrario. Las denuncias de corrupción, espionaje
y la estupidez de levantar programas televisivos de quienes no comulgan con
ellos también terminan haciendo ruido en la economía y en la visión de futuros
y posibles inversores.
La contradicción flagrante entre “cuidar
la caja en dólares” –korralito cambiario y restricción de importaciones- y
modificar la Carta Orgánica del BCRA para apropiarse de las reservas, es un
verdadero sinsentido, las previsiones de techos salariales y la de quitar los
subsidios no se están cumpliendo, el Gobierno Cristina no esta actuando de
manera prolija, y el no tocar el tipo de cambio, o hacerlo muy por debajo de la
inflación interna real no se condice con una política seria de crecimiento y
desarrollo, pues provoca desinversión, falta de voluntad en sumar sustitución
de importaciones, o inversiones agropecuarias serias respecto del aumento de
rodeos ganaderos, o de inversiones para aumentar la capacidad de producción
lechera.
Los controles cambiarios nunca fueron efectivos, y mucho menos fueron
positivos, por el contrario se genero un “mercado
paralelo”, se retiraron los ahorros bancarios aumentando la tasa de interés
para prestamos internos, o sea fueron soluciones catastróficas, y esta vez no
tienen porque ser diferentes, quizás no hoy, ni mañana, pero si pasado y en un
futuro muy cercano., el malestar empresario con el supersecretario y “príncipe” del cristinismo, si bien no
se explicita, es una realidad palpable. Los costos de los productores
agropecuarios están subiendo diariamente y superan los aumentos de los
commodities, con lo cual la rentabilidad baja y atenta contra las reinversiones
o el consumo, la generación de la “sintonía
fina” genera ruidos, una importante porción de argentinos son cada vez mas
escépticos respecto de lograr cerrar las cuentas fiscales.
La intervención sobre el BCRA generara inflación, y esto atentara contra
el crecimiento genuino, el descenso abrupto de las reservas dejara al país
expuesto a una crisis monetaria y cambiaria, lo dicho por Cristina y Marco del
Pont sobre que “se quiere un BCRA en función
de la economía real” queda en sana intención, pues la Argentina no tiene ni la eficiencia en gestión
ni un marco institucional adecuado para inyectar las reservas de manera que
lleguen efectivamente a financiar la inversión productiva, además este es un
año de necesidades gubernamentales muy importantes, aumentando el riesgo
permanente de usar las reservas para tapar emergencias. Entre 2005 y 2011 se triplico la
participación de pasivos del Estado en el activo del BCRA, se verifica un
descenso de la inflación pero como producto de la disminución del consumo, pero
nunca tanto como para que baje del 20%, una verdadera barbaridad.
Las microdevaluaciones gubernamentales implican aumento de las
importaciones y perdida de divisas y ahorros, y contrariamente a lo que expresa
Giarrizo el pueblo no se volcara al consumo al no poder ahorrar, el núcleo inflacionario
es muy preocupante, por la inflación de costos que además es creciente, el
gobierno esta entrampado porque el riesgo de bajar ese costo es el enfriamiento
de la economía y de la actividad y el cristinismo se niega a salir de un
esquema de populismo berretizado que hasta el 23-O le vino cerrando y dando
ficticiamente buenos resultados. Este año 2012 tendremos menos crecimiento y
mucha inflación, nuestra inflación tiene aristas relacionadas con el crecimiento
de las variables monetarias y fiscales; un tipo de cambio corriendo a una tasa
menor, genero la corrida del año pasado y generara a la corta o la larga otra
corrida, pues la inflación genera incertidumbre y eso siempre se traduce en dos
cosas: seguiremos sin recibir
inversiones genuinas de peso y perderemos los últimos pilares del “modelo que el kirchnerismo heredara del
duhaldismo”.
Buenos Aires, 16 de Marzo de
2012.
Arq. José M. García
Rozado
MPJIRucci – LIGA FEDERAL
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