LA DEUDA EXTERNA. ENTREVISTA A HÉCTOR GIULIANO

Por Silvio H. Cóppola

En el programa dominical del día de hoy, de Radio Provincia de Buenos Aires “Los dos reinos”, conducido por monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y por el periodista Fernando Estrada, se entrevistó al licenciado Héctor Giuliano, quien referente al acuciante tema de la deuda externa argentina, ratificó anteriores conceptos suyos, precisando al respecto:
“Que mientras se puedan ir pagando intereses, se seguirá tomando deuda, lo que hace en consecuencia que esta se torne perpetua. Actualmente no se amortiza capital. Solamente se paga de lo debido, una proporción de las dos terceras partes de los intereses, siendo que el resto se capitaliza sucesivamente. Lo que nos lleva a una de las trampas características de la usura. Así la deuda es permanente e inalterablemente el deudor conservará ese carácter.
“Que este gobierno, al igual que otros, hace lo contrario de lo que dice. Es mentira que no estemos desendeudando. La deuda a fines de 2009 era de 177.000 MD (millones de dólares, cálculos oficiales), venciendo este año en concepto de capital 31.000 MD. El Presupuesto aprobado contempla tomar nueva deuda por 38.000 MD, para saldar aquella a vencer, pero entonces se presenta un aumento de 7.000 MD. Así la deuda crece continuamente y se engaña al público en general.
“Por intereses vencen este año más de 10.500 MD y sólo está contemplado el pago en el presupuesto de 6.800 MD. La diferencia de intereses que no se pagan, pasa a integrar automáticamente el capital (anatocismo). Cada vez más deuda.
“Así, ante el aumento constante de deuda de nuestro país, cuando sale a cubrir estos vencimientos, significa que las tasas que cobran los acreedores son cada vez más altas (riesgo país). En consecuencia se mantiene inalterable la plena vigencia de la deuda. Con esta actualidad, que todos quieren que no se termine (acreedores y gobierno), lucran también y con los mismos propósitos, intermediarios, gestores, etc.etc., con sus respectivas comisiones.  No se trató con los hod outs por licitación, sino que por intermedio del Barclays se hizo una contratación directa. Lo que es sumamente irregular y en consecuencia, pueden quedar muchos dólares en el camino.
“El Congreso Nacional no actúa, dejando todo en manos del poder ejecutivo. Las elecciones últimas de junio, que hubieran correspondido al mes de octubre de 2009, se adelantaron, debido a los vencimientos de agosto de la deuda. Así fue que había que arreglar esta después del acto electoral. Y el ministro Boudou, ya había adelantado, que había “una hoja de ruta al respecto”.  Primero, arreglar con los hold outs, luego con el Club de París y después, regularizar la situación con el FMI. ¿Todo para qué?  Para volver a “los mercados de capital”, a fin de tomar nuevos préstamos, para pagar viejos préstamos. Con estas refinanciaciones, simplemente, se van llevando las obligaciones para más adelante.
“El Megacanje de 2005 (Kirchner-Lavagna), como igualmente todos los anteriores (Plan Brady, Blindaje, Megacanje, etc.), que se presentaron en su momento como grandes éxitos, terminaron todos como fracasos. Porque siempre hubo que hacer nuevas refinanciaciones y las condiciones impuestas por los acreedores, fueron invariablemente más duras.
Pregunta el profesor Estrada:  ¿Y esto cómo termina?
“Como las nuevas deudas se toman en su totalidad, sin capacidad de repago, la deuda seguirá incólume e irá a nuestros hijos y a nuestros nietos.
“Y en lo que hace a las últimas tratativas con los hold outs (en el 2001 eran 18.600 MD), anuncia el gobierno que habría aceptación por unos 12.000 MD, pero en consecuencia el resto más los intereses, seguirán con o sin los fondos buitres, efectuando y tramitando denuncias judiciales ante los tribunales extranjeros. Sin embargo, los números finales no se conocen todavía”.
Finalizó la charla y la conclusión obvia para aquellos que medianamente conocen este problema de la deuda externa, es que salvo un cataclismo, que puede ser de diferente naturaleza, el problema subsistirá hasta un futuro lejano y cada vez más acentuado.