Un niño necesitaba $ 100, y rezaba todos los días para que alguien se los regalara.
Un día decidió escribir una CARTA A DIOS pidiendo los $ 100 y la mandó por el correo correo.
Cuando el Jefe de Correos vio a quién estaba dirigida la carta, determinó despacharla a la Casa Rosada, a la Presidente Cristina Fernández, ya que estaba cerca palacio de gobierno.
La carta fue recibida por Hebe de Bonafini, Aníbal Fernández y Amado Boudou que se encontraban en la entrada (pollos gordos), y fueron ellos quienes se la entregaron a la Presidente. Al recibirla, Cristina quedó gratamente impresionada de tan solo leer las primeras líneas (Dios Todo poderoso, dueño de Argentina y del universo, Vos que sos Todopoderoso, etc. etc...) e instruyó a su secretaria para enviar de inmediato al niño $ 10, pensando que para un pequeño esa cifra debía significar una gran cantidad.
El niño, feliz con los $ 10, se sentó rápidamente a escribir una carta de agradecimiento a Dios que decía:
"Oh Dios Todopoderoso, dueño del universo, Gracias querido Dios, por mandar el dinero a un niño tan necesitado como yo. Sin embargo, por alguna razón que no me explico, lo mandaste a través de la Casa Rosada, y como era de esperar, estos corruptos con cara de piedra... se robaron $ 90; seguro que pensaron que era parte de su comisión. Ni la correspondencia de Dios respetan estos ladrones... Al final, lo leí en una Revista Cabildo, y tiene razón: son todos unos chorros hijos de…”
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