martes, 22 de noviembre de 2011

DÍA DE LA MÚSICA. UNA PLAZOLETA DE BUENOS AIRES SE LLAMARÁ GINASTERA

Alberto Ginastera

La ciudad de Buenos Aires honra a uno de sus más afamados compositores dando su nombre a una plazoleta céntrica para recordar su obra y su genio musical.

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PLAZOLETA GINASTERA

Homenaje a un gran músico

En el DIA DE LA MÚSICA la ciudad de Buenos Aires honra a uno de sus más afamados compositores dando su nombre a una plazoleta céntrica para recordar su obra y su genio musical.

Por Tcnl José Javier de la Cuesta Avila (LMGSM 1 CMN 73 VGB)

 

Cuando el Liceo Militar General San Martín abría sus puertas a la juventud argentina en uno de los mas interesantes proyectos educacionales uno de sus elementos distintivos era el claustro de profesores. La mayoría de los profesores provenían de la Escuela de Profesores Mariano Acosta que siguiendo la orientación de Pablo Pizurno estaba entregando a la educación los mas brillantes docentes. En este conjunto había una excepción por su juventud, se trataba de Alberto Ginastera con con sus solo 23 años de edad había sido seleccionado entre tantos distinguidos para enseñar música.

En aquel Liceo Militar, el tema educacional había sido asignado al profesor Valentín Mestroni, uno de los mas distinguidos pedagogos de la época y a el se debía la designación de Ginastera en una materia que, como es la música, tenia valores didácticos y culturales al unísono. La música en todos los ambientes, pero en particular los "militares", tiene un significado trascendente ya que lleva en sus sonidos y ritmos a la necesaria organización, orden, contacto y acción conjunta. Aquellos estudiantes, hoy ancianos próximos a los 90 años, recuerdan con simpatía y un dejo de picardía, aquellos momentos que ente el piano de Ginastera alcanzaban o no la opción de integrar el coro del instituto.

La designación de una plazoleta porteña con su nombre es, sin dudas, el enaltecer su obra y llevar a la mente y los oídos de los argentinos la serie de músicas inspiradas con un criterio que buscaba en sus sonidos el rescatar sentimientos y romances plenos de argentinidad. Ginastera había nacido en el barrio porteño de Barracas en el año 1916 y falleció lejos de la tierra que tanto amo en Ginebra en el año 1983. La obra de este maravilloso compositor muestra su afán educacional, el mismo que le diera lugar en aquel ya mencionado Liceo Militar, siendo el fundador del Conservatorio de la Ciudad de la Plata y el Centro Latinoamericano para Estudios Musicales del Instituto Ditella. Fue un de los creadores de la Escuela de Opera del Teatro Colon junto con Enrique Sivieri y Michel Borovsky que a partir del año 1960 es llamada Instituto Superior de Arte del Teatro Colon.

Su música alcanzaría nivel internacional siendo interpretada en los mas conocidos y elevados centros de todo el mundo destacándose aquellos temas que estaban vinculados a la Patria que tanto amo. Su huella de música y compositor es tan profunda como comparable a los grandes maestros que la civilización honra a lo largo de los tiempos. Sus posiblemente primeros discípulos que en aquellos salones llenos de tradición en San Martín supieron de su genio y admiraron sus valores, se asociaron emocionados en el recuerdo de aquel "jovencito" que le abría con la música un mundo de emociones.

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- Error, ignorancia, confusión y mentira
- Los colonos abortistas
- Buenas causas, mal defendidas
- In memoriam: Padre Julio Triviño
- In memoriam: Agustín de la Vega
- ¿"Indignados" o meros sacrílegos?
- Kaddafi: justicia y verdad
- Kirchner y la pseudo Academia
- La Cámpora
- El oro que perdimos
- Sacheri, mártir de Cristo y de la Argentina
- Pearl Harbor: en busca del infame
- La injusta prisión de Pedro Varela
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LA GRAN AMENAZA PÚBLICA

Economia liberal

Por Silvio H. Coppola

En el más que interesante programa radial de actualidad “Los dos reinos”, que se transmite todos los domingos de 9 a 11 horas por Radio Provincia de Buenos Aires, dirigido por el Arzobispo de esta ciudad Héctor Aguer y por el profesor Santiago Estrada, se comentó hoy el tema de la deuda externa o pública de los países del mundo y en particular del nuestro. Es reconfortante que se haga conocer su problemática a la población en general, cuando es un tema que por las autoridades del gobierno permanentemente se oculta, cuando no se tergiversan sus datos, afirmando sin verdad que estamos en un proceso de desendeudamiento. Pero esto no sólo por parte de las autoridades sino por cuenta de los políticos en general, ya que como bien sabemos, en las plataformas de gobierno de los partidos políticos en las últimas elecciones, tal asunto por la casi totalidad de los presentados, ni siquiera se rozó, como si el problema no existiera. O sea admitiendo tácitamente la ignorancia sobre el mismo o lo que es peor, la conformidad inalterable sobre la situación creada por la deuda.

Así, en el programa citado se afirmó que “la deuda externa es la gran amenaza pública”. Y quedó como pregunta si los préstamos que toman los países del mundo, debería ser para fines importantes y de desarrollo o sino simplemente para gastos ocasionales, como prácticamente lo vemos todos los días. Indudablemente tendrían que ser sólo para gastos de suma importancia como guerras, emprendimientos económicos como grandes represas hidroeléctricas o bien caminos o puertos o similares. En la práctica eso no sucede y simplemente se van tomando para pagar viejas deudas con nuevas deudas, como en la Argentina y actualmente en varios países de Europa o sencillamente para solventar déficits de presupuesto. Por ejemplo de inversiones redituables, se dio el de la Gran Bretaña en el S. XVI, ya que el dinero tomado a préstamo le significó formar una importantísima flora, que a poco le dio el dominio del mar, con todas las consecuencias rentables que el mismo significaba. Los préstamos en este caso rindieron sobre manera. Pero los ejemplos del signo contrario abundan muchísimo más. Por eso es totalmente negativo tomar deuda frívolamente, porque tarde o temprano llegará el momento de pagar. Y entonces vemos la desesperación y la inestabilidad que se crea, con los ejemplos muy cercanos de Grecia, Irlanda, Portugal e Islandia. Por no hablar de nuestro país en 2001.

Las erogaciones de los préstamos son siempre pesadísimas. Tal tema fue tocado extensamente por los tratadistas italianos Paletto y Einaudi. Este último (1874-1961), economista y escritor, señaló con los datos del primero, que si al nacimiento de Cristo se ponía un céntimo a interés compuesto del 4%, en la primera Navidad del S XX, habría llegado a tener poder de compra de 31 bolas de oro, grandes como el planeta Tierra. Habría que hacer la cuenta, pero es indudable que el desmesurado endeudamiento va contra la propia naturaleza humana

y los intereses de un país.

Hasta aquí el programa radial. Pero quiero agregar un comentario asaz interesante de Miguel Ángel Ekmekdjian, en su “Tratado de Derecho Constitucional”, Ed.Depalma, Buenos Aires, 1997, T.IV, pags.452 y stes.: “. . .los empréstitos deben ser utilizados únicamente para afrontar situaciones de emergencia (guerras, epidemias, inundaciones, etc.). En la realidad tampoco se cumplen estas prescripciones constitucionales, ya que los numerosos empréstitos en circulación (p.ej. bonos externos, letras de tesorería, valores nacionales ajustables, bonos de consolidación de deuda, etc.) se utilizan como recursos para hacer frente a los gastos ordinarios de la administración (p.ej. sueldos, suministros, etc.). Es decir que, en otras palabras, los empréstitos públicos se han transformado en un recurso normal del Estado para allegar fondos.

LA PLATA, noviembre 20 de 2011.

DECLARACIÓN FINAL DEL 1ER ENCUENTRO DEL APDA

APDA- Alianza Parlamentaria por la Democracia de America

Por UnoAmérica


Política Parlamentarios electos por voluntad popular, provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, han decidido constituir la Alianza Parlamentaria por la Democracia de América (APDA), con el fin de defender la democracia, las libertades, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción en nuestro continente.

Nosotros, parlamentarios electos por voluntad popular, provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, hemos decidido constituir la Alianza Parlamentaria por la Democracia de América (APDA), con el fin de defender la democracia, las libertades, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción en nuestro continente.
Este es un acontecimiento histórico y emocionante, que nuestros pueblos estaban esperando. Desde las décadas de los sesenta y setenta, la democracia y las libertades en Latinoamérica no habían estado tan amenazadas por el terrorismo y las dictaduras.
En los albores del siglo XXI, un nuevo modelo totalitario, que se suponía superado y desaparecido, ha cobrado vida en la región, y se ha ido expandiendo peligrosamente. Este neo- totalitarismo consiste en una nueva variante de lo que ocurrió en las décadas del sesenta y setenta. Esta vez llega al poder por la vía electoral, pero luego destruye la democracia desde adentro, secuestra los poderes públicos, destruye las libertades, persigue ferozmente a la disidencia y arremete contra la propiedad privada. Dados los cambios en las constituciones, las reelecciones indefinidas y el comportamiento general no podemos sino sospechar que parte importante de la agenda de este neo- totalitarismo es perpetuarse en el poder.
En algunos casos, este nuevo modelo establece, de manera encubierta y a veces abierta, nexos con el terrorismo, el narcotráfico y el fundamentalismo. Ante el asombro de muchos, la comunidad internacional no protesta con la energía debida. Existe una red de tolerancia y silencio cómplice que abarca los espacios más insospechados en ciertas entidades, organismos internacionales y gobiernos.
Por estos motivos, nace la Alianza Parlamentaria Democrática de América, una plataforma que se compromete a rescatar y defender la democracia, las libertades y los derechos humanos de todos las personas, sin distinción alguna.
El APDA no pretende sustituir a los organismos multilaterales ya existentes, pero sí desea presionar para que la comunidad internacional reaccione con mayor vigor frente a la tragedia que experimentan algunos pueblos de América, sometidos a la opresión en plena modernidad.
Sin embargo, el APDA no es sólo una plataforma para denunciar las transgresiones a los principios antes enunciados, sino también, un espacio de cooperación y colaboración abierto para deliberar y para hacer propuestas que permitan consagrar los mismo.
Hoy levantamos nuestra voz desde Bogotá, con orgullo y optimismo, para anunciar a los pueblos de América nuestro compromiso de construir una era plena de democracia, libertades y desarrollo. Para anunciar que está llegando el fin de las dictaduras y el neototalitarismo que existe en la región.
Suscrito por los diputados en Bogotá, D.C, República de Colombia, 18 de noviembre de 2011.

CATÓLICOS DE SAN LUIS GANAN AMPARO A LA FIRMA “KOMODO DE PUTA MADRE 69”

komodo

Con fecha 10 de noviembre de 2011 se hizo lugar a una demanda interpuesta por personas particulares, católicos, contra una firma comercial de la ciudad de San Luis, "Komodo", que tiene la franquicia de venta de ropa de la marca "De Puta Madre-69". La razón de la de la demanda fue que la firma vende ropa, rótulos, etiquetas y afiches que contienen imágenes y leyendas blasfemas y ofensivas a la fe católica, a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María.

Ante la demanda realizada en 2009 por numerosos católicos de San Luis, "De Puta Madre 69" les endilgó tener una "mente frizada y encapsulada" y les retrucó con muy mal gusto: "si alguno se sintió dolido con nuestra campaña, ofendido o cree que somos blasfemitos, tenemos solo para decirles: que la hicimos con el mayor cuidado posible en los aspectos tanto religiosos como social. Y si no lo entendiste, tenemos una remera que dice así: CHUPALA, EN SILENCIO" (la respuesta contiene esas palabras en mayúscula).

En la demanda se solicitaba que se termine de inmediato en "el uso de imágenes sagradas representativas de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María y de otros Santos, insertas en láminas, afiches, carteles u otro medio de comunicación gráfica, como argumento de propaganda y venta de prendas de vestir, de su marca “De Puta Madre 69”, debiendo prohibir la exhibición y difusión de las imágenes mencionadas".

El texto completo de la demanda realizada en 2009 por Tomás Ignacio González Pondal y otros puede descargarse aquí.
El texto completo del fallo en el que el Juez Jorge Sabaíni Zapata hace lugar al amparo puede descargarse aquí.

En la contestación del amparo, el abogado Carlos Acevedo, representante del Sr. Gustavo Andrés Borra (quien comercializa en San Luis la firma “Komodo de Puta Madre 69") sostuvo que "que no se puede demandar a un nombre de fantasía y la falta de legitimación activa por parte de los amparistas y que se ha omitido integrar la litis con el titular de la marca, autor de las obras y de la gráfica".

El Juez Jorge Sabaíni Zapata hizo lugar al amparo pues reconoció que "la libertad de expresión, no puede significar al mismo tiempo ofender, o difamar los sentimientos y creencias de un grupo religioso, en este caso el católico, en sus creencias más sagradas, existiendo como sostienen los amparistas una clara discriminación en el sentido peyorativo y denigrante que significa ridiculizar los dogmas más sagrados de la Iglesia Católica".

Frente a esta situación resolvió que la firma “Komodo de Puta Madre 69” debe abstenerse de "exhibir y difundir, en el local comercial y/o por cualquier medio las imágenes de la marca “De puta madre 69”, donde se vean representadas imágenes del Culto Católico y donde aparezcan las imágenes del Señor Jesucristo, de la Santísima Virgen María y de los Santos".

Felicitamos a todos los amparistas e invitamos a nuestros lectores a felicitarlos en la sección de comentarios.

¡No compres ropa de "De Puta Madre 69"!

Fuente: Argentinos Alerta

LENGUAJE Y DEGRADACIÓN

sueldo docente

Por Teodoro E. Scrosati

“Mirad que fuego tan pequeño, que selva

tan grande incendia. Y la lengua fuego es…”

(Santiago, 3, 5)

La palabra es un signo, una expresión de vida; un poder. Poder de nombrar y seducir; de erigir y destruir. Signo de salvación o de muerte. Expresión del hombre: con esto queda dicho todo.

La palabra es el hombre en cuanto se expresa, se dice, se comunica; con la palabra, el hombre, se abre o se cierra a la comprensión. Se explica, “crea” el mundo para el hombre; la intimidad y la intersubjetividad. Por eso, el lenguaje, per-vertido, constituye el engaño, la mentira, el poder demoníaco de tentar con la apariencia. Porque el lenguaje es signo de una realidad; o nombra una cosa y signa un alma, o es simple ruido, halagador pero vacío y por eso tentación.

           Intermediario del diálogo si viene del amor; halago de la fatuidad si viene de ánimo superficial; trampa para caídas si viene del odio.

           De la palabra creadora de Dios a la palabra tentadora del demonio: tal la distancia que le cabe recorrer al lenguaje humano.

           Es un poder tremendo. Y no le damos importancia.

           Cada palabra, cada concepto, responde a una filosofía; queda ensamblada en un universo teológico; así, no sólo expresa, sino que conforma. No sólo es forma –como signo–, sino que tiene el poder de formar dando contenidos. Y el poder de de-formar.

           Expresa ideas y da ideas. Los creadores, la tradición, conforman un lenguaje desde el alma; los más reciben su alma –se puede decir– a través del lenguaje. Y así, muchos, han recibido su alma en vano porque soportan un vano lenguaje. Y no le damos importancia… Pero se la dan, y mucha, los revolucionarios; los que se han adjudicado el oficio de tentadores. Y mientras divierten la atención de los hombres con la “problemática actual” y la “proyectiva futura”, pervierten la lengua, la dislocan en un torbellino ilógico, hacen de ella un bullante disparate, un rechazo de la meditación serena: un instrumento de deformación.

           Dentro de la técnica de envilecimiento de que habla G. Marcel, el lenguaje chato, irreverente y varío, es un engranaje tanto más peligroso cuanto difícil de desenmascarar. Es el infiltrado más tenaz y eficaz que se ha introducido en la Iglesia, en sus teólogos-divulgadores de “palabras nuevas”. Es difícil de desenmascarar, precisamente porque hemos de embestir con palabras y conceptos y vivencias contra quienes viven ya de palabras, conceptos y vivencias envilecidos. Dialogar, razonar, convencer a una mentalidad deformada es empresa empinada, porque como dijo San Pablo, ha llegado el tiempo en que los hombres aborrecen la verdad… Y el lenguaje envilecido tiene gran culpa.

           “En el principio era la Palabra”. El fáustico Goethe no entendió esto; quería dinamismo. No entendió que por el Verbo fueron hechas todas las cosas, que en Dios, Palabra y poder coinciden creadoramente. Y Goethe se dejó tentar por la esencial mentira que le dejó, como a Adán, en el vacío. “Y en el principio fue la Acción”, el torbellino inesencial, el dinamismo de la impaciencia. Y el hecho fue palabra-ruido; y al final fue la desolación.

           Del Verbo a la magia, la magia de la palabra; el conjuro por la voz. Del ruido estético de Mallarmé al silencio hosco y desesperanzado de Rimbaud, pero también del ardid de la razón hegeliana –palabra desfigurada por la razón ensimismada– a la incomunicación del infierno sartriano.

            Y en medio, el mesianismo palabrero de Marx. En suma, una “pasión inútil”. No ya la palabra que encarna y signa una pasión sino el caos de una verborrea patológica. Un catálogo de palabras para desatar pasiones inútiles. El ciclo se cerró y el hombre masificado consume la masa amorfa de un lenguaje ritual, autoritario, hipnótico.

Un lenguaje tecnificado que ya no enuncia, sino tan solo anuncia; compactamente estandarizado no ofrece resquicio al juicio, no autoriza intervalos para la meditación, no admite distinciones; no demuestra: se impone. Como quien alimenta con tarjetas una computadora electrónica; tarjetas previamente perforadas para que el juicio marche sobre circuitos impresos. Se acabó el “itinerarium mentis” que hace poco recordaba Paulo VI.

           Lenguaje banal, por apurado, simplista y superficial. Lenguaje directo como puñetazo: atonta, impacta. Este feo verbo es significativo de todo el proceso.

           El uso indiscriminado de los conceptos –o sea falto de toda jerarquía de valores- es la base de esta técnica de envilecimiento de los intelectos mediante el lenguaje.

           Hegel racionalizó la teología, ahora la están “humanizando”. Pero ya los conceptos están siendo barajados al voleo, con el único fin de impactar en la sensibilidad enferma, para colmo, con la guía de un único criterio: el de la propaganda crudamente comercial. Hoy se venden heladeras y religión, a la par. Usados así, los conceptos, las ideas, quedan desvirtuadas, vacías. Y como signos manoseados, manosean la vida misma.

           Por vía de ejemplo vaya el concepto, el valor, de “fidelidad” que una propaganda comercialmente erótica usa para promocionar cigarrillos (y le replican promocionando enceradoras). Esto no es inocente. ¿Cuántos lazos radicales quedan rotos? ¿Cuánta facilidad presta esta banalización conceptual de la “fidelidad” al viraje anímico respecto a realidad tan substancial? ¿Cuánta ligereza concede al razonamiento sentimentaloide este mal uso de un valor del cual depende todo, desde el almanaque hasta el matrimonio y el orden de una república? Después de uso tan alevoso ¿qué resonancias puede tener tal concepto? Las relaciones que se establecen al mentarlo son deprimentes. Lo saben educadores y predicadores. (No hay “honestidad para con Dios” sin una previa honestidad lingüística. El libro del obispo Robinson está escrito con conceptos voladores y mal planteado, por tanto, el problema. En conceptos bastardeados no cabe Dios). De tales usos está repleta la “literatura” comercial.

           Otro aspecto, al cual hay que poner atención, es la unificación de los contrarios en el habla. (En el fondo es la igualación del bien y del mal). Este tipo de lenguaje se impone porque aquí, Argentina, no se enseña a pensar, a razonar, sino a memorizar, con palabras y no con ideas… De modo que fallando la lógica del lector se impone la deshonestidad del hablador. La contradicción se impone negando el desarrollo del concepto.

           Una civilización del bienestar, insensibilizada para lo que no sea estremecimientos sensuales, soporta en su propaganda cosas como esta: “Refugio de lujo contra la caída de residuos atómicos” (USA). La suavidad de los términos (elegidos) oculta la horrible dureza de la mente que lo concibió: ofrecer “lujo” bajo la muerte atómica. Es la misma insensibilidad que revela la frase: “la bomba limpia”, como si pudiera concebirse una matanza pulcra…

           Esta hipnosis que impide razonar cabalmente se puede advertir en muchos “slogans” corrientes (y molientes): socialismo-democrático, desmitologización-de-la-revelación, etc., ¡todos muy “atrevidos y sedantes”! Como perfumes de moda, para tapar malos olores.

           Mas el punto central  de esta técnica de envilecimiento es la funcionalidad o funcionalismo del lenguaje. Vale decir, la identificación de la cosa con su función, y de la palabra a esa función previamente delimitada por prejuicios positivistas, o sea comerciales (que también la política va siendo comercio).

           Así desaparece todo Universal.

           Lenguaje anticrítico, negador de dimensiones esenciales, ya que la cosa es mucho más que su función. Desaparece toda diferenciación, distinción y desarrollos; queda endurecido en categorías de uso; pensar unidimensionalmente capaz de apurar todos los fanatismos inútiles y peligrosos.

           Este hablar simplificador adquiere terrible eficacia cuando la cosa identificada con su función es el hombre: progresista, ejecutivo o proletario, marcados con una adjetivo –siempre el mismo– que cierra el concepto impidiendo la comprensión al negar todo ulterior, y necesario, desarrollo. Endurece, achica la realidad. Finalmente este lenguaje que quiso ser dinámico termina en un inmovilismo mental que solamente admite rotura por la violencia física. La palabra dada para el diálogo y la comprensión se transforma en factor de incomunicación y violencia. Que es lo que está pasando.

           La revolución comenzó en las palabras, porque su vocación es ser carne y encarnarse. Y Dios nos libre de los sonsos que se alimentan con verborrea dinámica, que no hay quien les meta luz.

           Mientras tanto, los responsables de la educación y de la cultura debieran prestar atención a este proceso de envilecimiento del alma por la palabra bastardeada. Que no se dejen hipnotizar por la “libertad de cultura” y por la “eficacia” los colegios católicos…

           Se vive apuradamente, se piensa a saltitos ilógicos, sin jerarquía. El lenguaje se está cargando de significados inferiores (y lo inferior nunca puede explicar lo superior). Basta leer al periodismo (para avestruces) para notar cómo –valga el ejemplo– la sexualidad humana es analizada al nivel de los lagartos. Como machacan con estos, crearán mentalidades de lagartos. Esto ya lo dijo San Pablo a los romanos: I, 24ss.

           Palabra, mente, cuerpo. El hombre se envilece en cuanto mal usa de uno de estos tres. Que son uno.

           Cuidado, pues, con la lengua. Porque el resto es silencio. Y el silencio es Dios.