viernes, 19 de abril de 2013

EL PRÓXIMO PASO




Por Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 19 de Abril del año 2013 – 1154


Una vez más ha quedado probado que esta tiranía ha usurpado el poder a través de elecciones fraudulentas cuyo resultado fue amañado mediante trucos electrónicos en el cómputo de los votos, al igual que se hace en Venezuela desde hace 10 años o más. (En este momento se decide la suerte de Venezuela y de toda América del Sur en un drama en el que el pueblo venezolano es la primera víctima y todos nosotros víctimas secundarias, sin que nadie nos defienda verdaderamente. No creo en la sinceridad de Capriles, ni en la del gobierno de Obama.) 


Es imposible que en las calles de Buenos Aires y de muchas otras ciudades del país se hayan manifestado ayer 2.000.000 de personas contra este gobierno si fuera verdad que en Octubre del 2011 hubiera habido un 54% de votantes a su favor o sea, supuestamente, 11.865.055 de los 22.956.385 de electores (que, a su vez, eran el 79,38% del padrón).  Cuando 2.000.000 están en las calles, eso quiere decir, estadísticamente, que hay 10 personas más que simpatizan con los que salieron pero que no lo hicieron por diversas razones. 


Por su parte, la tiranía nunca jamás consiguió reunir semejante cantidad de gente en cualquiera de sus actos y la usurpadora nunca habla en plazas o en lugares que permitan a sus pretendidos sostenedores reunirse masivamente. Sabe que no lo conseguiría, de manera que sus peroratas casi diarias son en lugares cerrados y siempre están en primera fila, sentados y aplaudiendo, sus ministros, legisladores y demás paniaguados. 

Esto, más los antecedentes fraudulentos de INDRA, la empresa de computación contratada por el gobierno para contar los votos de las elecciones desde hace diez años, son indicios graves, precisos y concordantes de que esta mujer no fue elegida válidamente sino que ha usurpado el poder mediante el fraude electoral, como lo he dicho varias veces en este periódico.
  

Si a eso le sumamos las numerosas razones constitucionales y penales que demuestran la más escandalosa deshonestidad en todos los niveles oficiales y el mal desempeño de la Sra. Kirchner y sus ministros que dejan desamparada a la población frente a la delincuencia, a las catástrofes naturales y a los accidentes en el servicio público; el desorden social fomentado por la omisión del deber de aplicar la ley, la quiebra provocada de la economía, la estafa a los jubilados, etc. etc. etc., es evidente que esta mujer y sus ministros debieron haber sido destituidos hace rato por juicio político. 


Los legisladores de la oposición no lo han pedido nunca y los legisladores oficialistas, para colmo, le han otorgado poderes extraordinarios con sucesivas "leyes de emergencia" y convalidando sus "decretos de necesidad y urgencia", que funcionan como leyes, motivo por el cual, todos ellos son cómplices del delito de traición a la Patria que estigmatiza el art. 29 de la Constitución Nacional. Por ello, sus mandatos han cesado por indignidad y no deben ser ellos quienes acusen y juzguen en un eventual juicio político. 


Esto debería sentenciarlo la Corte Suprema "de oficio", tal es el colapso general de toda autoridad y de toda legalidad.  Ocurre sin embargo, que los jueces de la Corte Suprema han prevaricado varias veces resolviendo contra Derecho en perjuicio de la libertad de casi 1.500 secuestrados políticos, de los cuales cerca de 200 han sido víctimas de sendos homicidios cometidos por los funcionarios responsables de lo Poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo.  Por lo tanto, ellos tampoco ocupan legalmente sus cargos y son cómplices del estado de excepción absolutamente inconstitucional en que vive el país. 


Los "democráticos" de aquí y del mundo no pueden dejar de reconocer que esto es así. Si no lo hacen ha de ser mediante una negación de los hechos inspirada por la más descarada mala fe. 


¿Cómo se sale de este círculo vicioso? ¿Existe algún remedio legal? Las FFAA, defensoras legales del orden constitucional que deberían haber puesto coto en su momento al desmantelamiento de la Nación, han sido sobornadas y anuladas por la tiranía. Luego, sólo queda uno y lo están esbozando las marchas populares que se suceden en el país desde hace un año. Ese remedio es la destitución de todos esos ocupantes ilegítimos del poder mediante su DESLEGITIMACIÓN declarada por la propia ciudadanía en forma inequívoca. 


Para eso, sin embargo, a estas marchas les faltan cosas esenciales que es necesario conseguir, a saber: 

1) Un dirigente nuevo rodeado de otros como él, nutrido con las esencias tradicionales de la Patria, inteligente, justo, honesto y valiente y sin compromisos con el "sistema", motivo por el cual no sirven ni socialistas, ni peronistas, ni la Carrió, ni ninguno de los personajes del actual reparto. 


2) Ese dirigente debe exponer un discurso claro, comprensible, coherente que transmita entusiasmo para recuperar la Patria, que explicite lo que casi todos intuyen pero no consiguen explicitar, y que conduzca a la destitución de la usurpadora y de toda su banda. Toda marcha debe estar presidida por un discurso de ese dirigente que señale los objetivos y unifique la acción. 


3) La nueva dirigencia debe ofrecer una alternativa de poder que excluya a los responsables del desastre nacional. Estos deben ser expulsados de la política como lo deben ser los delincuentes comunes y no puede decirse que eso es "discriminatorio". Negarse a incluir en el "menú" alimentos envenenados no puede ser considerado "discriminante", en el mal sentido de la palabra. 


4) Esto exige de parte de todos, cualesquiera sean sus preferencias, que acepten a esos dirigentes que ofrecerán, por ser justos, todas las seguridades necesarias de que no habrá favoritismos ni rencores y sí respeto a los derechos de todos en un marco de Justicia insobornable. 

Este es el próximo paso de las maravillosas marchas que culminaron el 18 de Abril. Sin eso, lo hecho no alcanza y seguiremos en manos de la tiranía. 

Cosme Beccar Varela