Por Ricardo
Díaz
Nunca me he reído tanto, por no llorar, con los
titulares de todos los medios de comunicación, tanto impresos, como orales,
como televisivos y también por Internet, hablando del NUEVO gabinete de la
señora presidente.
Pero en esto es tan culpable el chancho/a como los que le dan de comer, porque se nota
como una especie de manejo por una mano única, de los medios informativos,
puesto que todos, absolutamente todos, titularon como NUEVO a estas repetidas
figuras que continuarán otros cuatro años más, y tal vez después otros cuatro
años más, hasta que alguien con un poco de poder se avive de que las elecciones
son un fraude total que no va a parar hasta que no se logre convertir a la
Argentina en una Cuba, es decir, con un partido único en dónde ir a votar será
un estúpido trámite que sólo servirá para hacerle perder idiotamente un domingo
al sufrido pueblo.
Hay que hacer la salvedad de que algunos
medios, muy pocos, titularon, después, la misma palabra pero entre comillas:
“Nuevo” gabinete. Estos merecen nuestro reconocimiento. Es que seguramente se
habrán preguntado, como nosotros, ¿dónde están los nuevos?
Pero lo más grave es que esto significa que va
a seguir todo igual (¿ó peor?) que hasta ahora: inflación; inseguridad;
narcotráfico; robo de nuestros minerales cordilleranos; corrupción estatal;
coimas a la orden del día no reconocidas en los respectivos juicios (como con
Skanka); casos tipo Shoklender sin resolver, jueces genuflexos mediante.
Todo esto significa el hecho de tener este
NUEVO gabinete… perdón, “NUEVO”.
Nuevo va a ser el sufrimiento de los
argentinos, cuando a raíz de la quita de los subsidios, que “no es” un AUMENTO
DE LAS TARIFAS, comencemos a pagar el doble de lo que pagábamos antes. Entonces
vamos a saber lo que es el NUEVO gabinete.
Ajustémonos los cinturones porque esto va a ser
de película, diría Pino Solanas.-
No nos van a alcanzar las paredes para darnos
la cabeza contra ellas y muchos lo harán diciendo: “¡Que tarado, yo los
voté!!!... los más honestos, los otros dirán: Noooo, yo no los votéeeee.
Sea como fuere, tenemos NUE…”NUEVO” gabinete,
perdón, por otros cuatro años, tras los cuales habrá un nuevo juramento
presidencial inválido, ya que en lugar de ser tomado por quien corresponda
constitucionalmente, con el ejemplo de este último llevado a cabo por CFK, en
que se convirtió un acto estatal en otro familiar-lacrimógeno, será tomado por cualquiera que ande por ahí,
ó por alguien de la farándula que resulte ser ídolo del candidato elegido.
Dios se
apiade de nosotros y bendiga a nuestra querida Patria, bastardeada, humillada y
rebajada a una chatura insuperable.