domingo, 28 de abril de 2013

SOBRE CHAVEZ, LA AMIA, Y EL PAPA


Por el Dr. Edgardo Atilio Moreno

En estos primeros meses del 2013 ocurrieron varios hechos que merecen algún comentario. Nos referiremos solo a tres de ellos.

En primer lugar queremos dejar sentada nuestra opinión sobre la muerte del presidente Chavez, mejor dicho sobre su gobierno, por qué sobre la muerte no hay mucho que decir, más que lo que se dice cuando muere cualquier persona, es decir, que descanse en paz.

Ahora bien, sobre su gestión tampoco es necesario extenderse mucho. Chavez, por más empeño que  pongan los chavistas en revestirlo con los laureles de un héroe nacional,  no significó ningún cambio sustancial para Venezuela, ni representó ninguna amenaza al Poder Mundial.

Es cierto que su gestión logró bajar los índices de pobreza y mejoró la situación de muchos carenciados en ese país, al menos de aquellos que se mostraron sus fieles seguidores. Sin embargo lo hecho es muy poco en comparación a lo que una verdadera revolución nacionalista debería y podría hacer.

En efecto, Venezuela, a pesar de los cuantiosos recursos que obtiene de la exportación de su petróleo,  sigue siendo un país sin industrias, sin autoabastecimiento alimentario, y dependiente de una renta petrolera que se mal gasta al grado tal que la empresa estatal que explota esa actividad esta terriblemente endeudada.

En lo que sí fue coherente el “bolivariano” fue en su papel de socialista; pagó puntualmente a la usura internacional y difundió por doquier las ideas marxistas, mientras que al mismo tiempo se hizo rico.

Claro que los opositores al chavismo tampoco son mejores. De modo que los venezolanos no tienen ninguna alternativa, se  compraron el buzón de la falsa dialéctica.

Ojala que algún día los pueblos comprendan que el enemigo a combatir es el Régimen, y no sus distintas expresiones, sean estas de izquierda o de derecha.

El otro tema que queremos tratar aquí es el de la aprobación del acuerdo con Irán; a tenor del cual los funcionarios iraníes, requeridos por la justicia argentina por la voladura de la AMIA, podrían desvincularse de dicha causa.

Al respecto vale la pena recordar que los Estados Unidos e Israel en un principio pidieron que se inculpara a Siria; luego apuntaron a Irán, en base a unos informes de la CIA y del Mossad que no convencieron a nadie, al punto tal que la misma presidenta reconoció que hay muchas dudas sobre esta cuestión.

Ahora resulta que, aparentemente, los norteamericanos ya no quieren seguir confrontando con los iraníes, entre otras razones por el fuerte apoyo que Rusia les brinda a estos. En consecuencia el gobierno argentino habría recibido un guiño de ojo para firmar este tratado. Con lo cual y como era de esperar, las entidades sionistas en nuestro país – a las cuales convencieron de la culpabilidad de Irán- pusieron el grito en el cielo.

Como se ve estamos muy lejos todavía de conocer la verdad sobre estos atentados. El problema es que desde el principio se actuó mal, se permitió que la injerencia extranjera orientara la investigación según sus conveniencias. Por eso se ocultaron y no se tuvieron en cuenta las pericias de la Academia Nacional de Ingeniería, las cuales demuestran que las explosiones, tanto en la AMIA como en la Embajada israelí, fueron adentro. Es más desde la embajada de Israel dijeron que afirmar eso era antisemita.

Otra cosa que se soslaya es que estos actos terroristas se produjeron en el marco de un enfrentamiento entre facciones internas del estado de Israel, el cual alcanzó su clímax cuando la ultraderecha israelí asesinó al primer ministro Rabin para impedir la firma de un tratado de paz con Arafat que incluía la entrega de tierras a los palestinos.

En definitiva, no hay dudas que esta es una causa muy compleja pero también es cierto que si las entidades sionistas en la argentina realmente quieren saber quiénes son los responsables de los atentados, deberían aceptar una investigación imparcial y no ser funcionales a los intereses de países extranjeros como Israel y los EEUU.

El último tema sobre el que nos vemos en la obligación de  decir algunas palabras es el de la designación del cardenal Jorge Bergoglio como Papa.

En primer lugar tenemos que consignar con dolor que los antecedentes del cardenal no son muy alentadores que digamos. Es de público conocimiento que este a lo largo de su trayectoria simpatizó con el clero tercermundista y con los apologistas de la subversión marxista, además participó de cuanta ceremonia ecumenista pudo (sin preocuparse de que ello pudiera alentar el indiferentismo sincretista); mientras que por otro lado nunca atendió a los pedidos de los fieles que solicitaban la Santa Misa en su venerable rito tradicional; ello a pesar de que el Papa Benedicto mandó a satisfacer dichas demandas. Todos estos aspectos negativos de su pastoral hacen comprensible el beneplácito de los enemigos de la Iglesia por su designación.

De todos modos como católicos entendemos que, a partir de su elección como Sumo Pontífice, el cardenal Bergoglio murió y nació el Papa Francisco. Además estamos seguros que el Espíritu Santo no dejará de asistir a la Iglesia de Cristo. Por ende lo que nos corresponde hacer es simplemente rezar para que Francisco sea un buen Papa. En ese caso que nadie dude que seremos sus más fieles servidores, de lo contrario tendremos que mantenernos firmes en la Fe, soportando el proceso de “autodemolición” de la Iglesia que supo denunciar Paulo VI… hasta que El vuelva a reinar.



*Editorial Revista "Milo" Nº 10, abril del 2013  

MONS. AGUER: “NO SEA COSA QUE POR SER ULTRAMODERNOS PERDAMOS LA CALIDAD HUMANA DE CIERTAS REALIDADES”



Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, dedicó su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), para reflexionar sobre aspectos de la comunicación, las nuevas TICS y la verdadera relación entre las personas.
“Quiero comentarles algo que he leído recientemente en varios estudios y, aún, en artículos periodísticos en diarios del exterior: es el cambio que las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación están produciendo sobre las relaciones humanas y, especialmente, sobre las relaciones afectivas”, dijo.
Indicó que la actual “comunicación inmediata y continua tiende a la banalización, a un bla bla que carece, por lo general, de contenidos. La intención es estar siempre, viendo lo que está haciendo el otro, comprobar si está conectado, o si no lo está; si me responde de inmediato, o no me responde”.
A partir de unos estudios que ha leído manifestó que “ya el teléfono es casi una antigüedad, el teléfono celular también, los mensajes de texto están pasando de moda y ahora con “skype”, el “twitter” o el “WhatsApp” cualquiera puede hacer una especie de seguimiento instantáneo de otras personas que supera las barreras del espacio y del tiempo. Esto crea ciertas dificultades, aunque no parezca, porque todos estamos encantados con esta posibilidad”.
Ello hace que se esté “perdiendo un cierto aspecto que podríamos llamar “ritual de las relaciones interpersonales”. Uso a propósito la palabra “ritual” por una referencia al Principito”. Y comentó que en libro de Antoine de Saint-Exupéry hay una escena fantástica que es el encuentro del Principito con el Zorro. ¿Qué le dice el Zorro? Dice que los ritos son necesarios y le explica al chiquito de cabellos rubios, si tú vienes mañana a las cuatro, yo desde las tres estaré esperando y me estaré preparando para tu llegada. También en la música son importantes los silencios. Por eso es necesaria la distancia, una justa distancia, que hace mucho más sabroso el encuentro”.
Si bien señaló que no quiere decir “que hay que volver a establecer las pautas relacionales que eran propias de cuando no existía ni siquiera el teléfonotodo esto da la impresión de que “se está poniendo en juego algo muy importante, muy valioso. No sea cosa que por ser ultramodernos perdamos la calidad humana de ciertas realidades que, si bien van cambiando siempre en sus modos, conservan algo que es irreemplazable, como el sentido humano de la relación y la conciencia que uno tiene de uno mismo y del otro.
Este valor se pierde por completo si desaparece esa cierta distancia y los necesarios momentos de ausencia que nos hacen pensar, que nos hacen evaluar cómo está desarrollándose la amistad y, que al mismo tiempo también, nos permiten desear y preparar el encuentro personal. Es decir nos llenan de esperanza, de alegría. Esa es la expectativa de la cual el Zorro le hablaba al Principito”, culminó Mons. Héctor Aguer.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

“Hoy quiero comentarles algo que he leído recientemente en varios estudios y, aún, en artículos periodísticos en diarios del exterior. Es el cambio que las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación están produciendo sobre las relaciones humanas y, especialmente, sobre las relaciones afectivas”.
“Ya el teléfono es casi una antigüedad, el teléfono celular también, los mensajes de texto están pasando de moda y ahora con “skype”, el “twitter” o el “WhatsApp” cualquiera puede hacer una especie de seguimiento instantáneo de otras personas que supera las barreras del espacio y del tiempo. Esto crea ciertas dificultades, aunque no parezca, porque todos estamos encantados con esta posibilidad”.
“Pero fíjense lo que se viene estudiando ahora: se advierte que no es posible estar todo el tiempo siguiendo a alguien, que no es posible estar siempre conectados, siempre pegoteados -podríamos decir-, sino que también es importante la distancia, que tiene un valor la ausencia y que esa pausa permite una preparación adecuada para los encuentros”.
“Se está perdiendo un cierto aspecto que podríamos llamar “ritual de las relaciones interpersonales”. Uso a propósito la palabra “ritual” por una referencia al Principito. ¿Han leído ustedes el libro “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry? Ahí hay una escena fantástica que es el encuentro del Principito con el Zorro. ¿Qué le dice el Zorro? Dice que los ritos son necesarios y le explica al chiquito de cabellos rubios, si tú vienes mañana a las cuatro, yo desde las tres estaré esperando y me estaré preparando para tu llegada. También en la música son importantes los silencios. Por eso es necesaria la distancia, una justa distancia, que hace mucho más sabroso el encuentro”.
“Se nota ahora que ya incluso los mensaje de texto en el celular son una antigualla, porque ellos todavía requieren una cierta expresión literaria. Si alguien quiere enamorar una chica o decirle algo lindo a un amigo, o lo que fuere, piensa muy bien cómo lo dice y el otro descubre en ese lenguaje el carácter de los sentimientos”.
“En cambio ahora esta comunicación inmediata y continua tiende a la banalización, a un bla bla que carece, por lo general, de contenidos. La intención es estar siempre, viendo lo que está haciendo el otro, comprobar si está conectado, o si no lo está; si me responde de inmediato, o no me responde”.
“Yo no quiero decir que hay que volver a establecer las pautas relacionales que eran propias de cuando no existía ni siquiera el teléfono, pero me dio la impresión, cuando leí estas cosas, que se está poniendo en juego algo muy importante, muy valioso. No sea cosa que por ser ultramodernos perdamos la calidad humana de ciertas realidades que, si bien van cambiando siempre en sus modos, conservan algo que es irremplazable, como el sentido profundamente humano de la relación y la conciencia que uno tiene de uno mismo y del otro en la relación”.
“Este valor se pierde por completo si desaparece esa cierta distancia y los necesarios momentos de ausencia que nos hacen pensar, que nos hacen evaluar cómo está desarrollándose la amistad y, que al mismo tiempo también, nos permiten desear y preparar el encuentro personal. Es decir nos llenan de esperanza, de alegría. Esa es la expectativa de la cual el Zorro le hablaba al Principito”.

GREC – IV



El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo seguidor de Mons. Marcel Lefebvre
Número CCCII (302), 27 de Abril de 2013
Una señora, habiendo leído el primer “Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los Tradicionalistas y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y hablar pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy feliz de corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en admitir las faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto, debo estar en desacuerdo con ella.
En cuanto a los errores de hecho, el Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante el Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal del Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en los salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra. Huguette Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por haber fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de gente “competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición”.
En cuanto a mis faltas, ella escribió que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante”, que carecía de modestia y diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos, y que escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio particular.
Sin embargo, en cuanto al sarcasmo, permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos tienen hoy por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el Embajador Pérol en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas multitudes, no dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que separara a la Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe sentimentalizada de la década previa que es justamente la que condujo directamente al Vaticano II ! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver con personas subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.
Y es por ello que debo estar en desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra. Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible, dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la “competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para soluciona r un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal esfuerzo pudo haber estado.
Sin embargo, aun así, incluso en el caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio francés: “Entender todo significa perdonar todo”. El Arzobispo pertenecía a una generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber recurrido a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y mientras él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron completamente su doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años comenzaron a recaer. Pero él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC -- perdóneme, agraciada dama -- están en el error. Quiera Dios que vuelvan a lo cierto.
Kyrie eleison

ARGENTINA CONSORCIO DE COOPERACIÓN NAVIERO, UNA PROPUESTA EN EL MERCADO DE TRANSPORTE MARÍTIMO Y FLUVIAL




Argentina Consorcio de Cooperación Naviero surge de la unión realizada entre Naviera Sur Petrolera SA y National Shipping SA.  El objetivo fue conformar una propuesta  netamente nacional, que se posicione fuertemente en el mercado de transporte marítimo y fluvial; forjándose a través de de la unión de sus trabajadores.
Este Consorcio de Cooperación está conformado por la empresa Naviera Sur Petrolera SA que comienza a transportar hidrocarburos el 10 de febrero de 1993. Desde su nacimiento posee en todos sus buques el pabellón nacional, signo distintivo de su condición nacional Argentina. La empresa siempre se mantuvo en expansión, generando inversiones y brindando la mejor seguridad y calidad de transporte de hidrocarburos con los más altos estándares internacionales. Cuenta con las certificaciones de las empresas petroleras más importantes del mundo.
Dentro de Naviera Sur Petrolera SA se emplea a más de 200 personas que viven de esta sociedad de trabajadores.
La otra empresa que forma parte de Argentina Consorcio de Cooperación Naviero es  National Shipping SA. Esta es la única empresa argentina dedicada al transporte de hidrocarburos livianos y pesados que ofrece no sólo el transporte marítimo, sino también el transporte fluvial en todo el litoral argentino llevando cargas a Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay. En esta empresa también se porta el emblema de la bandera argentina y se trabaja arduamente con las dotaciones de los buques para prevenir accidentes y posibles derrames de hidrocarburos.
Cuando comenzó la privatización de YPF, el Sindicato Flota Petrolera del Estado (SUPE) representaba al personal de marinería y maestranza que navegaba en los buques en calidad de agentes de YPF Sociedad del Estado. Ante la inevitable venta y privatización, los empleados en vez de oponerse, propusieron que YPF SA les vendiera a sus trabajadores parte de los buques petroleros de su flota. Fue allí cuando se conformó la sociedad obrera que se denominó Naviera Sur Petrolera SA. Los trabajadores del sindicato firmaron un contrato rebajando el 35% de las tarifas de transporte vigentes en el mercado de aquel entonces. A su vez se pagarían con ese contrato el valor de los buques adquiridos.
El capital de Naviera Sur Petrolera SA quedó conformado por el 50% de las acciones para los trabajadores a título personal y el otro 50% a nombre SUPEH FLOTA (Sindicato de Flota Petrolera e Hidrocarburífera), dejando sin ningún tipo de intervención al capital privado.
Los trabajadores de la flota están sindicalizados en diversos gremios, estos son: SUPEH FLOTA (en parte propietarios del consorcio); SOMU; Capitanes de Ultramar; Maquinistas Navales; Centro de Patrones y Baquianos.

Fue la sociedad obrera la que protegió a YPF de posibles oligopolios navieros y fueron los trabajadores los encargados de mantener bajas las tarifas beneficiando también a otros productores y compatriotas Argentinos.
Uno de los mayores referentes de la lucha y la valentía para defender las fuentes de trabajo de cada uno de los buques y embarcaciones, fue Eduardo Gustavo Virasoro, férreo defensor de la causa nacional y la soberanía argentina.
Es por su historia, por la defensa de la causa nacional y por su conformación a través de sus trabajadores, que  Argentina Consorcio de Cooperación Naviero es un emblema nacional.