domingo, 24 de marzo de 2019

EN DEFENSA DE ALEJANDRO GEYER: CUANDO LOS MENORES DAN CONSENTIMIENTO




Por Emilio Nazar Kasbo

Alejandro Geyer, uno de los organizadores de la marcha del 23 de marzo, que reunió a más de dos millones de personas rechazando el aborto, fue entrevistado por un canal de televisión. La periodista buscó desorientar al entrevistado, realizando una interpretación subjetiva de sus dichos.
Sostiene Infobae que “Mientras se realizaba la multitudinaria marcha contra la despenalización del aborto en la ciudad de Buenos Aires y otros distritos del país, uno de los organizadores de la movilización fue entrevistado por un canal de noticias y, consultado por el caso de la nena tucumana que fue violada, quedó embarazada y luego fue sometida a una cesárea, sugirió que niñas de 10 años pueden tener relaciones sexuales consentidas y ser madres.
Sin embargo, en el marco de la Educación Sexual que se imparte obligatoriamente en todos los colegios, los niños y jóvenes ya sea por contenido en sus propias aulas, o por “contagio” de tales contenidos entre su núcleo de familiares, amigos y compañeros de otros ámbitos, divulgan desde muy temprana edad y con la mayor crudeza cuestiones de intimidad sexual.
En este marco, la violación puede producirse entre dos menores, donde ambos prestan su consentimiento a “jugar” según los contenidos obtenidos en clase, dados por algún conocido de su misma edad, o que logran conocer mediante los medios masivos de comunicación e Internet, que carece de todo tipo de protección contra la pornografía.
Hay mucha pornografía que circula como “arte erótico”, pero debemos destacar que no abandona bajo tal denominación su condición de pornografía. El problema es que todo este material resulta accesible a cualquier menor, bastando un solo click, incluso si ese click es una declaración de ser mayor de edad. Y no estamos hablando ni de la “Deep web” ni de la “Dark web”, sino de aquello que es simplemente accesible como contenido a cualquier usuario independientemente de su condición.
Así, imbuidos desde pequeños de las intimidades sexuales y de todo tipo de “variedades” en el ejercicio de la lujuria como vicio capital, los menores pueden desde su “convencimiento” prestarse a cualquier tipo de actos, no sólo con mayores sino con menores. Debemos recordar asimismo, que hace unos años hubo tomas de colegios por alumnos en la Ciudad de Buenos Aires, en cuyo marco un menor cometió un acto de violación contra una compañera del Colegio, el cual no recibió sanción alguna ya que todo fue “justificado” por la situación.
¿Pudo la menor dar su consentimiento? ¿Qué tipo de consentimiento puede dar un menor? Con mala información, con información precoz, con Educación Sexual obligatoria en las escuelas… todo es posible. Y tal vez la interpretación de la periodista sobre los dichos de Alejandro Geyer haya sido expresada desde un prejuicio y no desde un razonamiento adecuado.
De todos modos, el aborto SIEMPRE es delito en Argentina, porque así lo establece la Constitución al incorporar en su texto el Pacto de San José de Costa Rica. No hay duda posible: desde la concepción hay una persona, y eso es reconocido por nuestro Derecho, basado en la ciencia. Y por tanto, si el bebé concebido es persona, tiene derechos, y el primero de ellos es el derecho a la vida y a la salud, no a que sea abortado y tirado a la basura. Y si fuera fruto de una violación, a quien se debe castigar es al violador, no al bebé inocente que fue concebido en tales circunstancias. ¿Tiene que seguir con el embarazo la mujer violada, sea mayor o menor de edad? La respuesta es SI, porque de lo contrario cometería un homicidio.
¿Qué sucede si un menor viola a otro menor? Y no voy a entrar en mayores detalles, porque las alternativas tampoco son infinitas, pero siempre son delictivas, pecado y horripilantes para las víctimas. Bajo el gobierno mundial de Herodes, vivimos en una Sodoma globalizada, y en este caso, debemos seguir el ejemplo de Abraham y su familia.  
Es por eso que está proliferando el Homeschooling como alternativa. Después de episodios violentos y shockeantes para los menores, cuando los padres se están enterando están sacando directamente a sus hijos de las escuelas para educarlos en su casa. Y esos padres, son cada vez más.