Por los mayores del E.A. D. Hugo Reinaldo Abete, D. Héctor Adrián Romero Mundani y D. Pedro Mercado (h).
Escrito en el Penal Militar de Magdalena y publicado en el diario “Los Nacionales” en noviembre de 1993
En vísperas del 2 de abril de 1982, los cimientos que establecieran Savio y Mosconi en el campo de la siderurgia y los hidrocarburos, se habían ensanchado y consolidado, constituyendo la base de una industria que, en el área de Defensa, descollaba nítidamente en la región y dentro de los países de avanzada del mundo.
La Fábrica Militar de Aviones y el Complejo de Falda del Carmen, en la aeronáutica y la misilística; los Astilleros Navales de Río Santiago y Domecq García, en la construcción de unidades de superficie y de submarinos convencionales de última generación; la Fabrica Militar TAMSE, constructora del Tanque Argentino Mediano que, en su momento, fuera uno de los mejores blindados de batalla del mundo; la investigación y el desarrollo que, sobre los más variados tipos de armamentos en las áreas de la misilística, la cohetería, la electrónica, el láser, la artillería de tubo, y muchas otras, llevaban a cabo Ingenieros Militares de nuestras tres Fuerzas Armadas en CITEFA; las Fábricas Militares de Armas Portátiles, de Munición, de Pólvoras y Explosivos, de Material de Comunicaciones y tantas otras; y, por cierto, los emprendimientos y logros de la Comisión Nacional de Energía Atómica; todos ellos, eran la expresión cabal de la capacidad real y potencial de la República que, de por si, confería una autonomía, una capacidad de negociación y de decisión, y una gravitación dentro del concierto de las naciones del continente y del mundo, por demás destacadas.
Una Nación con tantos recursos, con el potencial humano y material que disponía; con el nivel científico y tecnológico alcanzado; sin peligros internos que acecharan su sistema de vida. Una Nación orgullosa de su historia y de sus tradiciones; con alma y temple victoriosos... Un pueblo con ese caudal, debía ser quebrado en su espíritu, limitadas sus aspiraciones, sometidas sus dirigencias, aniquilados sus paradigmas. Su existencia, podía constituirse en un mal precedente de soberanía y autodeterminación.
Así se concibió la trampa. Había que empujar esta Nación a la encrucijada. Para ello había que tocarla en su "Honor Nacional", darle una serie de señales falsas que le permitiera creer que los aliados del enemigo, lo eran de ella. Había que estimularla en uno de sus más viejos y caros anhelos: restituir aquella "hermanita perdida" al seno del hogar. Todo estaba decidido... La Argentina debía ser quebrada.
Pero los argentinos sabían lo que hacían, conciben y ejecutan una operación tan brillante, que amenaza echar por tierra la estrategia concebida. Con la Operación "Rosario", las armas de la Patria reconquistan las tierras invadidas sin causarle bajas al enemigo inglés, pese a sufrirlas en las propias filas, y se dispone a negociar... el coraje, la eficacia y la potencia de nuestras Fuerzas Armadas, proporcionan las bases que pueden permitir salvar el Honor mancillado y evitar la guerra. Más... "la suerte estaba echada", el viejo pirata sabe que todo vale para no perder y, desde el corazón del "Foreign Office", sale la orden: ¡Hundan al Belgrano!... El golpe fue muy grande, ya no había retroceso, se cayó en la trampa, la guerra fue inevitable...
Se suceden las traiciones. El TIAR es olvidado, claro... ¡cómo compararlo con la OTAN!. Los vecinos nos "cuidan las espaldas", pero en su territorio aparecen aeronaves enemigas. Todos declaman su apoyo... sólo unos pocos, inolvidables hermanos Iberoamericanos, dan su ayuda. Enviados norteamericanos ganan tiempo para la "Task Force"; en isla norteamericana se abastecen barcos y aviones enemigos, satélites norteamericanos espían nuestra flota, misiles norteamericanos derriban nuestros aviones, destruyen nuestros radares, matan nuestros soldados. Es la Argentina contra los grandes del mundo, es Iberoamérica poniéndose de pie, ¡cuánto coraje lindo de la raza!... Pero no basta, el 14 de junio termina en rendición.
Sólo los Argentinos creemos que "la victoria no da derechos". No habíamos sido derrotados por Inglaterra, ella no bastaba; habíamos caído ante un "Primer Mundo" ávido de mercados, de materias primas, de mano de obra barata, de reservas ecológicas, de lugares donde volcar las basuras contaminantes que sus pueblos ya no aceptan, y que, para ello, descaradamente imponen un vasallaje indigno de pueblos libres. La Argentina había sido derrotada, ahora, debía ser escarmentada para ejemplo de los que pudiesen verse tentados a sacudir el yugo de la esclavitud.
En realidad, la derrota no sobrevino con la firma de la rendición de aquel aciago 14 de junio. No era la primera vez que las Armas de la Patria sufrían una derrota. También lo fue Cancha Rayada en la Gesta Libertadora, pero allí estaba el espíritu indomable de un verdadero Conductor, respaldado por el sentimiento de un Pueblo dispuesto a vencer... y la derrota trocó en victoria. Decimos derrota, porque el enemigo logró el objetivo de la guerra: QUEBRAR LA VOLUNTAD DEL ADVERSARIO, al menos, la de los mandos militares de la época.
Malvinas es el punto de inflexión a partir del cual se produce el desbande de las autoridades del Proceso. Intrigas, traiciones y defecciones se suceden, hasta llegar a la entrega del poder en condiciones vergonzosas, no porque se entregara a un gobierno constitucional (al fin, ese era el objetivo invocado por el Proceso al tomar el gobierno), sino por la lamentable forma en que se llegó a esa instancia... El enemigo impuso sus condiciones y, con el ignominioso regreso de los heroicos combatientes al continente, comenzó el proceso de Desmalvinización.
Estas condiciones, aceptadas por una conducción nacional ilegítima, quebrada y complaciente, y puntual y detalladamente ejecutadas por quienes le sucedieron, podemos concretarlas en tres aspectos:
1. Desarme: Destrucción de las FFAA Argentinas, mediante su desnaturalización y el achicamiento (no confundir con racionalización), hasta límites que impliquen una existencia tan sólo formal.
2. Desmovilización: Mediante acciones que impidan toda posibilidad de recomposición de las FF.AA.: eliminación de su autonomía logística (desmantelando el Sistema de Investigación y Producción para la Defensa), eliminación de las reservas instruidas y, fundamentalmente, la desvocacionalización de sus cuadros, "resocializándolos", a fin de que dejen de "ser soldados", para pasar a "trabajar de soldados".
3. Indemnización: Mediante escandalosas concesiones, incluso de áreas de importancia geopolítica o estratégica, como ser redes troncales de comunicaciones, vías de comunicaciones de carácter estratégico, fuentes de energía, fuentes de producción de energía, recursos ictícolas (con las consiguientes concesiones de soberanía), etc.
Así, hace tan sólo poco más de una década, comenzó el proceso que, rápidamente, sumió a nuestra Patria en una aguda crisis de Indefensión, situación ésta, que implica una flagrante violación a la Constitución Nacional y pone en serio riesgo la vida y los bienes de todos los argentinos, compromete potencialmente su bienestar general y la seguridad de su libertad, y hace peligrar la misma supervivencia de la Nación.
Sin lugar a dudas podemos asegurar que nuestra Patria está Indefensa. En un minucioso estudio que hemos desarrollado a lo largo de dos años y que, precisamente, publicamos en estos días bajo el título "La Patria Indefensa", amén de un detallado análisis de las circunstancias, los antecedentes y sus previsibles consecuencias, hemos compilado declaraciones y documentos -oficiales y extraoficiales- de especialistas en el tema, de jefes militares y de políticos de todo espectro ideológico, donde, con total objetividad, se verifica lo aquí afirmado.
Algunos dicen que la seguridad puede estar dada por terceros. Creemos que la actitud de los Estados Unidos en el conflicto "Malvinas" responde por sí misma. La realidad es que los países no tienen amigos, sino intereses. ¿No es sugestivo comparar la rápida reacción en defensa de Kuwait (petróleo mediante), con el "dejar hacer" en Bosnia o Somalia?.
No es ésta una propuesta belicista, pretendemos ser realistas. Creemos que la realidad de la hora y la agresión común que sufrimos los pueblos Iberoamericanos, nos exige una genuina pero urgente integración, basada en todo lo mucho que nos une y no en simples especulaciones de mercado, pero, mientras ella se va concretando, mientras vamos limando las asperezas que histórica y naturalmente nos separan, es imprescindible mantener un equilibrio de fuerzas que disuada de la tentación de aprovechar la extrema debilidad de algunos para satisfacer viejas aspiraciones de otros... "por la razón, o por la fuerza". Porque queremos la integración, queremos la paz, y porque deseamos la paz, aspiramos a revertir esta locura del desarme unilateral.
Eso fue Malvinas. Esa es nuestra realidad hoy. Allí está la razón de una guerra justa... pero provocada. El presente está signado por las consecuencias de aquella postración, y el futuro... el futuro sólo dependerá de la voluntad y la fibra de los dignos herederos de aquellos héroes, quienes, desde la primera Reconquista, en 1806, hasta la última, el 2 de abril de 1982, han jalonado la vida de la Patria bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de la Reconquista.
¡Por Dios y por la Patria!