Por Carlos Belgrano
Amigos:
Este círculo concéntrico de iniquidades que es nuestra actual Argentina
aún dará para mucho más de lo que imaginamos, como la reelección de esta golfa que nos gobierna, con el desenfado que sólo otorga la impunidad auténtica, verdadera.
Establecer comparativos con lo pretérito siempre es fácil, porque contamos con sobrados antecedentes.
Esos que marcan a fuego el destino de una Nación.
Ronald Reagan era un actor más que mediocre.
No tenía mucha idea de lo que era la política.
Con todo ello en contra, fue dos veces gobernador de California y otras tantas Presidente, en momentos en que USA le ganó la pulseada a Gorbachov, sobre el predominio del escudo aéreo defensivo misilístico y produjo el desmembramiento de la Unión Soviética.
Tuvo una sola virtud, que consistió en rodearse de intelectuales, como en materia económica la Chicago School.
Con las directrices de ese grupo de poder, hizo vender casi todas las reservas auríferas a los europeos y árabes, recomprándolas dos años después a casi la mitad de lo que obtuvo en la venta originaria.
Su política exterior estranguló a economías emergentes como la nuestra, con la tentación de un dólar de bajo costo y un brutal endeudamiento, que nuestros militares primero y los radicales a continuación, suscribieron sin advertir de sus funestas consecuencias inmediatas.
Aquí la tuvimos poco antes a "Isabelita" que también era del medio artístico, pero con un target de bailarina folclórica sin suerte ni estrella.
Pero pese a no pronosticar ni ella misma, mas que desdichas en su vida, fue ungida por la fortuna, cuando desempeñándose como vendedora ambulante de cigarrillos en un cabaret/tugurio de Panamá City, lo conoció a Juan Perón.
Tal vez, en un plano de mera esencia aritmética, ni el cow boy devaluado de Hollywood, ni ella, tenían grandes diferencias.
La sustantiva, a mi juicio es que el yankee, era consciente de sus limitaciones intelectuales; la nuestra no.
Por ello a su lado, en lugar de universitarios, los sitiales de privilegio fueron ocupados por gánsteres como Casildo Herreras, Adolfo Savino, José López Rega y Raúl Lastiri, entre los más conspicuos.
Ello nos acredita que las obras de gobierno, por lo general, son diseñadas por los gabinetes, no por los presidentes.
Eisenhower transcurrió sus dos períodos jugando al golf y Clinton, tocando el saxo y gozando el pueril beneficio del sexo oral en su despacho de la Casa Blanca.
Las grandes excepciones del siglo XX, fueron Mao Tse Tung, De Gaulle, Franco, Oliveira Salazar, Kennedy, Stalin y Hitler, por mencionar a los más conocidos.
En nuestro país, contamos con una sola cucarda: Arturo Frondizi.
Pero todo lo antedicho es tan pretérito y lejano como si hubiera transcurrido hace apenas un año ó un mes.
El caso que propongo para el debate, es el que tenemos frente a nuestras propias narices, ergo el de la Presidente.
Habrá de superar a Néstor si se postula, porque hasta aquél engendro desistió de hacerlo.
Optó por manejarla como si fuese un "carlitos".
Eso hace desde entonces y hasta el presente.
Y este simple hecho le imprime a esta trágica melodía, una nueva tonada.
Muchos lisiados mentales, son de la opinión que este ominoso período kirchnerista que aún no termina, está plagado de aciertos, de conquistas para la comunidad.
Que el crecimiento del 9% anual previsto para este año es una irrefutable prueba de ello; que la acumulación de reservas es otro señero ejemplo, que esto, que lo otro; y que todo lo demás justifica otra aventura santacruceña.
La ciudadanía en general, ya lo está aceptando con el concurso de estos amanuenses/periodistas" que le hacen de comparsa.
A tal punto esta es una verdad de a puño, que quienes creen estar del otro lado de la barricada, apuestan por Duhalde.
Ignoran que con esa réplica, acentúan las posibilidades de la "Wilhelm".
Pero hay quienes estamos en un ángulo diferente al de esas dos presuntas trincheras, nada antagónicas, salvo para este anodino pueblo de descerebrados, afines "a la caja boba televisiva".
Que creemos en lo más excelso del Evangelio, aunque asumamos nuestro rol de infatigables pecadores.
Los que alguna vez leímos acerca de Jonás, que prefirió alejarse de Nínive, para abordar una embarcación con destino a ciudades dónde Dios no gobernaría.
Pero que eructado por la ballena, rogó el Divino perdón y se dedicó a buscar el pecado "entre las togas de Jueces y Senadores".
Los mismos de antaño, corporizados en el presente, para ser utilizados como una brisa balsámica por esta ruinosa y criminógena administración.
Que se adentra hasta en los aspectos más farandulescos de esta sociedad carcomida por esta hedionda y rutilante corriente de pensamiento, cuando a través de la SIDE, comisiona a una conocida prostituta, sobrina de "Palito" Ortega, para ensuciar a un idiota, que no requería de mucho más para sacar patente de orate, como Martín Redrado, una musilaginosa mezcla de Marley y el diseñador Jorge Ibáñez, que además pretende de erigirse en un intelectual y futuro referente político.
Hasta ese punto atrapa esta trama vergonzante a los recursos del Estado.
Ya nada puede ni debe sorprendernos.
Salvo que de estas cenizas argentinas, emergiera alguien, como aquél réprobo pintor de acuarelas, que ejerciendo tareas de inteligencia para sus superiores del Ejército, tímidamente improvisó unas palabras en un mitin del partido Obrero Alemán en el Munich de 1919.
Algunos de los concurrentes bostezaban con su incipiente arenga, otros dormitaban ó leían el periódico y el resto lo abucheaba.
Cuando el disertante atónito observó lo que sucedía en su derredor, apuntó su dedo índice derecho y dijo algo que conmovió a toda la concurrencia por igual:" Este es nuestro verdadero flagelo: La Indiferencia".
A partir de esa frase todos se despabilaron.
Y lo harían aún más en los siguientes veintiséis años.
Si tal evento u otro similar no llegara a presentarse, aprestémonos a observar que masivamente estarán
TODOS CON KRETINA.
Atentamente Carlos Belgrano.-