viernes, 31 de julio de 2009

FUNCIONARIOS INSISTEN EN QUE EL DEGENERAMIENTO INFANTOJUVENIL ES EDUCACIÓN “INTEGRAL” DE LA PERSONA

Por Emilio Nazar Kasbo


Perspectiva de género, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el rol de la familia figuran entre las principales dicotomías planteadas entre Iglesia Católica, la vivencia de los Diez Mandamientos y de las virtudes morales por un lado, y Estado gobernado por ateos e inmanentistas por el otro.

El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni defendió la educación sexual tal cual se está dando, porque promueve una concepción “integral” de la sexualidad. Por su parte, el director general de Educación y Cultura bonaerense Mario Oporto afirmó que: “acusar con términos como neo-marxisas o decir que se fomenta la homosexualidad, son delicados y hay que tratarlos seriamente”, criticando las declaraciones de Mons. Héctor Aguer, quien cuestionó el contenido de un manual de educación sexual para “deformar” a los docentes.

Desde la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el cardenal Jorge Bergoglio, salieron a respaldar a Aguer, al asegurar que no se trató de "una posición aislada" ni de su opinión como diocesano, sino como responsable del organismo eclesiástico para la Educación.



En la foto: El Cardenal Jorge Bergoglio junto al rabino Sergio Bergman: el judaísmo del Antiguo Testamento sostiene los Diez Mandamientos como norma de vida, que Jesucristo enseñó a vivir libremente en el Nuevo Testamento. No es represión vivirlos, sino liberación, vivirlos es virtud.


El conflicto

Lo primero, es definir el centro del conflicto educacional, su sentido y concepción de la persona humana.

“Nueva izquierda”: denominación atribuida al marco ideológico de intelectuales de la “Escuela de Frankfurt”, quienes han mezclado a Darwin, Marx y Freud en un cóctel en que la persona tiene un fin en sí misma en la mayor gratificación posible (sexual), y en la sociedad del futuro, en una concepción mesiánica e inmanentista anticatólica de alcances teológicos. Su lucha cultural es definida teológicamente, y busca implantar todo tipo de degeneramiento por desechar el concepto de “anormal” (todo es “normal”, ya que pretenden la inexistencia de normas, que es la “liberación”).

Perspectiva de género: reafirmar la unidad biológica, psicológica y espiritual, implica que tal es su identidad sexual, de hombres o mujeres. Otra cosa es una falla de la naturaleza, o una desviación psicológica, social, moral y espiritual. Mons. Aguer lo deja muy claro en su escrito, ya que afirma que en la educación impartida, "bajo el amparo del género caben los diversos comportamientos sexuales: así se otorga carta de ciudadanía a la homosexualidad y sus variantes". El Estado, según la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral, se refiere a "igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres, y la Capital Federal reconoce y promueve "el respeto a la diversidad de valores en sexualidad" (esto significa promover la homosexualidad entre toda la población argentina, que traducido es que los hijos y nietos o familiares y amistades cambien su “orientación sexual” y se conviertan en invertidos, ya sea homosexuales, lesbianas, se mutileno o realicen implantes antinaturales, o tengan una vida de lujuria al nivel de la prostitución, porque “todo vale”). La Ley ¿obliga a ser invertidos a toda la población, y por eso atacan culturalmente todos los medios de comunicación con mensajes homosexuales y de exhibiciones impúdicas?

Métodos anticonceptivos: el Manual de Educación para el Amor, piblicado por la Conferencia Episcopal Argentina en 2007, menciona a todos los métodos. Cabe destacar al respecto, que los métodos “naturales” no son de “anticoncepción”, sino de “concepción”, ya que resulta inmoral si no hay causa grave utilizarlos para no tener hijos según la moral católica y la Ley Natural (ignorada por los legisladores). La ley de “Educación sexual integral” no detalla métodos anticonceptivos, pero remite al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que establece: "reconocer la importancia que tienen las políticas de educación sexual y anticoncepción como estrategias de prevención de embarazos no planificados, mediante la oferta en los establecimientos públicos de salud de una canasta sin costo de métodos anticonceptivos de calidad, incluyendo la anticoncepción hormonal de emergencia". Esto hace a la educación sexual una excusa para distribución de condones, como método de la fantasía del “sexo seguro”, ya que se estima que un 15% de los profilácticos tienen fallas de fábrica, y otro 15% tiene fallas en su uso, permitiendo ese 30% un alto porcentaje de embarazos y de transmisión de SIDA y otras ETS. Asimismo, en un país con tan baja densidad de población, es de primordial importancia una política poblacional, estimulando nacimientos para asegurar el futuro de la Patria. Por otra parte, no se habla de amor ni de una familia, sino de “educación sexual”, “anticoncepción”, “embarazos no planificados”, “condones”, y todo esto es la puerta además del aborto: el asesinato de los bebés concebidos.

Enfermedades de transmisión sexual: la Iglesia Católica (la única que se ha pronunciado en forma clara en la materia), se refiere al SIDA en su manual, y se aclara que la abstinencia sexual fuera del matrimonio es el mejor método de prevención de todas esas enfermedades. Mientras tanto, la ley plantea la falsa prevención para los problemas relacionados con la salud sexual con el “mágico” preservativo, cuyos poros son casi 90 veces más grandes que el virus del SIDA.

La familia: La Iglesia subraya la importancia del matrimonio. La ley nacional relaciona a la familia y a la escuela para el logro de los objetivos del programa. En el marco de la “Nueva Izquierda”, la familia es adulterada: se considera como familia uniones no solamente concubinarias, sino a las madres solteras, a uniones de invertidos o invertidas, y a cualquier forma de cohabitación entre seres humanos. Este es el modelo planteado hoy por la “nueva izquierda” a cada persona del planeta (algo muy alejado de meras reivindicaciones económicas).

Ministro Neomarxista de Sexo

El ministro de Educación Alberto Sileoni aseguró que el Estado tiene la obligación de hacer cumplir la ley e insistió en que los lineamientos curriculares promueven valores. El funcionario respondió así a los cuestionamientos de Monseñor Aguer, quien había afirmado que el "Material de formación de formadores en educación sexual y prevención del HIV-SIDA" tiene una visión "reduccionista" y "neomarxista".

De esta manera, el ministro salió al cruce del contenido de un texto elaborado por el titular de la Comisión de Educación Católica, Monseñor Héctor Aguer, en el que critica duramente al "Material de formación de formadores en educación sexual y prevención del HIV-SIDA", aclarando que tiene una visión "reduccionista", "constructivista" y "neomarxista": "por su tenor parece otra imposición totalitaria del Estado", escribió.

Sileoni afirma que ese material "no llega a las escuelas" y está destinado a "maestros que forman maestros y como es un documento para adultos, hay diversos textos con enfoques distintos". En ello incluye los textos objetos de la crítica de Mons. Aguer.

Además, el ministro sostuvo que el documento representa "los lineamientos curriculares para la educación sexual integral que aprobamos con todos los ministros en mayo del año pasado", en lo cual ratificó las acusaciones del titular de Educación del Episcopado.

Entre esos lineamientos se destaca la promoción de valores y una concepción integral de la sexualidad, "que no es mera genitalidad", dijo el ministro, haciendo referencia a que se deben evitar los hijos (anticoncepción) y las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo la preparación en la homosexualidad. A eso se denomina “integral”.

Según el ministro nacional, la ley de Educación Sexual tiende a resolver tres cuestiones fundamentales: el abuso infantil, el embarazo temprano y las enfermedades de transmisión sexual. ¿Cómo las resuelve? Haciendo perder la inocencia desde la niñez, y preparando el ambiente para que sean presa de los invertidos antinaturales. Promoviendo el “sexo seguro”, se potencia todo aquello que afirman estar “resolviendo”.

"No creemos que las escuelas sean una agencia de distribución de preservativos", dijo Sileoni en respuesta a Aguer, quien se preguntó: "¿No sería más eficaz e indudablemente segura la abstinencia de las relaciones sexuales prematuras e irresponsables". Sileoni consideró que hay conductas seguras como la abstinencia, en la que insiste la Iglesia, pero insiste en que "el preservativo es el método más seguro".

La controversia entre la Iglesia y las autoridades educativas se suscitó a raíz de un instructivo en educación sexual y prevención del sida, de 302 páginas, editado por los ministerios de Educación y de Salud, que es debatido en las jornadas de capacitación docente.

El funcionario reconoció que el instructivo puede contener "posiciones más extremas, que no son necesariamente las que sostiene el ministerio de Educación". La pregunta es entonces: ¿qué hacen esos textos en los instructivos y los perfeccionamientos docentes?


En la foto: Monseñor Héctor Aguer, quien denunció la visión reduccionista,neomarxista y fomentadora de la homosexualidad y de la lujuria de la educación sexual para que sea impartida por los docentes en Argentina en los institutos educativos.

Director Sexual Bonaerense

Mario Oporto, Director general de Educación y Cultura bonaerense, atacó al Arzobispo platense: "no me gusta el tono acusatorio que elige monseñor Aguer con conceptos procesistas", y que el Arzobispo platense "usa una terminología que no me parece que esté destinada a construir sino a acusar".

"Monseñor Aguer sabe que el tema sexual es un tema serio en cuanto a la maternidad temprana, las enfermedades de transmisión sexual, las perversiones -que él debe conocer-, la falta de información, la ignorancia que lleva a los chicos a tomar caminos equivocados", dijo el funcionario. Por su parte, la Iglesia tiene documentos claros en los que expresa cómo debe ser la Educación, en particular el denominado “Educación y Proyecto de Vida” del Episcopado Argentino.Asimismo, la castidad previene la maternidad temprana, las ETS, las perversiones (que el Ministro debe conocer), la falta de información, y la ignorancia que “lleva a los chicos a tomar caminos equivocados”: la promiscuidad, la fornicación, los vicios lujuriosos, o ser presa de invertidos.

En declaraciones periodísticas a Radio Provincia, el Director General de Cultura y Educación aseguró que él está “de acuerdo” con la educación sexual y “en nada” con los dichos de Aguer.

En su embestida contra el clérigo, Oporto le recordó a Aguer –aunque no fue explícito- algunas acciones repudiables dentro de la Iglesia Católica, al ilustrar la necesidad de un debate en materia sexual: “Monseñor Aguer sabe que el tema sexual es un tema serio en cuanto a maternidad temprana; enfermedades de transmisión sexual y perversiones, que él debe conocer bien”, dijo el funcionario provincial.

“Acusar con términos como neo-marxisas o decir que se fomenta la homosexualidad, son delicados y hay que tratarlos seriamente y desde la discusión con todo los sectores”, aseguró, haciendo caso omiso de los postulados de la “Nueva Izquierda”.

En su virulenta agresión a Mons. Aguer, Oporto declaró estar “de acuerdo” con la Educación Sexual en las escuelas

Aguer denunció que el manual "afirma expresamente que la escuela debe orientar sobre el uso exclusivo del preservativo como único medio de protección eficaz en la relación sexual frente al VIH, tanto para los varones como para las mujeres". Las respuestas dadas por sendos responsables de la Educación desde el Estado no han sido más que evasivas y argumentos estultos que más parecen defender una ideología y un negocio que la Educación Nacional.

El arzobispo aseguró que se entiende a la educación sexual como "la reivindicación del derecho a fornicar lo más temprano posible y sin olvidar el condón". "¿No sería más eficaz e indudablemente segura la abstinencia de las relaciones sexuales prematuras e irresponsables", preguntó Aguer.


En la foto: El padre Alberto Bochatei, quien respaldó los dichos de Mons. Aguer afirmando que el instructivo oficial distribuido a docentes tiene "una línea neomarxista", de tono "feminista" que plantea en algunos casos "un empujón a la homosexualidad"

La UCA

El padre Alberto Bochatei, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, remarcó por Radio Nihuil de Mendoza que la educación sexual actual se olvida de hablar de los valores católicos, y niega a los alumnos la posibilidad de elegir, acreditando así el totalitarismo estatal.

“Que no se les diga (a los alumnos) que el sexo tiene una relación muy grande con el amor, es un poco discutible”, afirmó el sacerdote.

Alberto Bochatey, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, defendió los dichos de Aguer, al asegurar que el instructivo oficial tiene "una línea neomarxista", de tono "feminista" que plantea en algunos casos "un empujón a la homosexualidad". "Nos hace acordar a los programas que vimos en Venezuela. Esto no nació de un repollo", dijo el religioso en declaraciones al canal de noticias TN.

El especialista en bioética advirtió que el texto oficial introduce "no ya la dialéctica de clases sociales sino de clases sexuales, algo de lo que Marx no habló, por lo que es neomarxista".

"Como se presenta el tema de la homosexual, pareciera que se da un empujón. Dice que la heterosexual es alentada por el capitalismo. Y afirma que la sexualidad no es natural sino cultural", manifestó el sacerdote.

Finalmente, Bochatei denunció que “en 12 años de enseñanza no se nombra la palabra matrimonio ni se habla de la maternidad de la mujer”.