martes, 7 de diciembre de 2010

FUERTE ESTUPOR POR LOS IZQUIERDOS INHUMANOS DEL DIARIO HOY DE LA PLATA

a abortistas provida

Afirma en su edición del día martes 7 de diciembre de 2010 el Diario Hoy de La Plata: “un ser humano deja de serlo cuando, por acción u omisión, se convierte en cómplice de la tortura y de la violación sistemática de los derechos humanos”.

¿Los directivos del Diario Hoy han dejado de ser seres humanos y por tanto dignos de protección jurídica? Porque explícitamente avalan el aborto a escala masiva, lo cual es un genocidio, una violación a los Derechos Humanos reconocidos por el Pacto de San José de Costa Rica, a la Constitución Nacional y en particular y por sobre ambos a la Soberanía Nacional.

Efectivamente, puede afirmarse que quien avala el aborto es un genocida que hace apología del delito. ¿Qué culpa tiene esa persona humana inocente que es torturada despedazada antes de nacer?

CUESTIÓN DE GUITA

Si fuese cierta esa frase del Diario Hoy, habría seres humanos que no son seres humanos, y que por tanto carecerían de derecho alguno. Tal afirmación es prácticamente la misma de los antropófagos, que no reconocen como humanos a personas que no pertenezcan a la propia tribu… pero en este caso la tribu es la izquierda vendepatria.

Diario Hoy es un medio genocida y difamador por naturaleza, que carece de la más mínima objetividad en sus notas, según el viento de quien le arrime unos manguitos. Afortunadamente, hay diferencia entre el comercio y el periodismo. Y mal no le vendría a los propietarios y directores de dicho medio, releer el primer ejemplar que distribuyeron en la ciudad de modo gratuito… con una promesa incumplida a juzgar por los resultados.

¿Diario Hoy defiende los Derechos Humanos de los que consideran humanos, o pelea por su bolsillo? Grave pregunta que debieran responder en este caso.

DIFAMACIÓN

Lo grave de la nota que se encuentra en la página 3 del referido medio gráfico platense que cuenta solamente con 17 años de antigüedad y de resistencia económica en la ciudad de La Plata, es que la nota es motivada por un caso jurídico de reclamo de publicidades no abonadas por el municipio platense. Y a tales efectos, arma páginas enteras dedicadas a difamar al Juez en lo Contencioso Administrativo N° 3 Francisco José Terrier.

Lo acusan de “cómplice” de hechos en los que jamás ha tenido que ver, de un “antisemitismo” inexistente y le inventan repudios de la AMIA platense sin fundamento alguno. Pero hagamos un poco de historia:

El día 13 de junio de 2010, en la publicación kirchnerista Página 12, Horacio Verbitsky señaló que Salomón Benhamú Anidjar, el gran rabino de Buenos Aires, actuó en la guerra contra la subversión terrorista en la década de 1970, cuando en mayo de 1976 “visitaba las cárceles y presionaba a las presas políticas para que colaboraran con sus captores y contaran quiénes eran sus compañeros”.

El día 10 de octubre de 1976, el presidente de Argentina, General Jorge Rafael Videla, almorzó entre otras personalidades con el rabino. Tras el encuentro, Salomón Benhamú Anidjar señaló que "...expresé mi complacencia por compartir una mesa donde predomina la comprensión y la afinidad", todo ello según informó nada menos que el diario La Opinión en aquél entonces.

¿Y POR QUÉ NO SEIS MIL?

Y ya que el Diario Hoy inventa la cifra de “más de 2.000 desaparecidos judíos durante la última dictadura militar”, cuando el libro Nunca Más reconoce menos de nueve mil en total. Es decir, están pretendiendo que un 30 por ciento de los desaparecidos que constan en el Nunca Más eran judíos, lo cual es una ridiculez a todas luces. Sería bueno conocer el listado de los “más de 2.000 desaparecidos judíos” que lo fueron por un gobierno en el cual predominó “la comprensión y la afinidad” de su representante con el gobierno del Proceso Militar.

¿Cómo acusar de antisemita a un gobierno con el cual el Gran Rabino de Buenos Aires tenía buen trato y conocía a los presos judíos, que no eran tantos como pretende el Diario Hoy? Por otra parte, en ningún lado figura un repudio al Juez Terrier, y quien lo conoce personalmente a simple vista se podrá dar cuenta de que es imposible que haya estado vinculado a cualquier hecho como el que le adjudican maliciosamente.

El Diario Hoy se caracteriza por el sensacionalismo amarillista vacío. Promete “la prueba contundente” de la nada, y utiliza bajos recursos para torvos fines. Con el mismo criterio, todos los que eran mayores de edad al 10 de diciembre de 1983 fueron cómplices del Proceso Militar y de todo lo que se le adjudica, y deberían todos estar inhabilitados para ocupar cargos públicos, e incluso para dirigir medios de comunicación. Afortunadamente, Diario Pregón de La Plata quedaría fuera de esta normativa.

LAS TRES CARAS DE LA IZQUIERDA

Lucha de clases

Por Aníbal D'Ángelo Rodríguez

Testigo de cargo

Como es sabido, se comienza a hablar de izquierda y derecha a partir de la Revolución Francesa, cuando en la Asamblea Nacional se sientan en esas posiciones los partidarios del cambio rápido y profundo y los del cambio evolutivo.

A través del siglo XIX surgirá la primera cara de la izquierda, en torno a tres características principales: uno, predominio de los intelectuales en el diseño de las bases teóricas y en la conducción política; dos, adopción de principios socialistas; tres, definición de la lucha obrera y de la huelga como método principal de lucha.

Estas características deben ser explicadas: a principios del siglo XIX los intelectuales burgueses son un puñado (abogados, literatos y los primeros periodistas).  De allí que la conciencia de su número exiguo les hiciera buscar una “tropa” que les permitiera participar en las contiendas políticas democráticas y también en las que no lo eran.  Esa tropa la proporcionó  el proletariado creado por la revolución industrial.

El paradigma central sería el marxismo, que tenía la ventaja de proporcionar una teoría grandiosa que  explicaba todo y convertía la lucha de la izquierda en una batalla ganada de antemano por formar parte de unas “leyes de la historia” de cumplimiento necesario.

Esta línea de pensamiento se continuó en el siglo XX, tras pasar los avatares del revisionismo, en la social democracia que primero excluyó del marxismo la necesidad de la revolución y luego excluyó al mismo marxismo de sus fundamentos partidarios. (El primero fue el socialismo alemán en Bad Godesberg, 1959).

Marxista a veces, revisionista otras, esta es hoy la primera de las caras de la izquierda en todo el mundo, incluyendo nuestro país. Quiere ser una cara amable, civilizada y progresista (el caso argentino clásico es el socialismo de Binner) pero la traiciona su solidaridad con la segunda izquierda, solidaridad que la ha llevado a seguir sin protestar la venganza de los epígonos de nuestra guerrilla urbana y rural contra los militares que la derrotaron.

Dicho más claramente: no hubiera habido juicios a los militares, no se hubieran tolerado las aberraciones jurídicas en las que se basan sin la complicidad de la izquierda supuestamente civilizada, de los Binner pero también de los Alfonsín, Carrió y demás.

La segunda cara de la izquierda es la que se desarrolló en el siglo XX, la torva cara revolucionaria cuyo principal teórico fue  Lenín.  Esa cara tomó los elementos proféticos del marxismo pero varió principalmente el método de la lucha, que pasó de la huelga a la guerra revolucionaria.  Lo cual creó un tipo humano diverso del intelectual de la primera cara.  Ahora era el “revolucionario profesional” el protagonista, la “máquina fría de matar”, como lo definiría uno de ellos, el llamado “Che” Guevara.

Hay que agregar, sin embargo, que este nuevo tipo humano era el resultado de una conversión del anterior.  La mayoría de los revolucionarios profesionales eran primero intelectuales, si se da de ellos una definición suficientemente amplia.  Y esa definición nos la proporciona la realidad social.

En la tercera década del siglo XX, en los países que hoy llamamos desarrollados, se produjo un acontecimiento de la mayor importancia.  Por primera vez en la historia las personas ocupadas en el sector terciario (servicios) superaban a las empleadas en el primario (extractivo) y el  secundario (transformador).

Dicho de otra manera, quedan en minoría los campesinos (que habían sido mayoría durante siglos) y los obreros industriales (que lo habían llegado a serlo en el XIX).

Ese “terciario” es —como se sabe— un cajón de sastre.  Cabe todo lo que no es extractivo o transformador.  Pero lo que en verdad oculta es primero, que los otros dos sectores dependían cada vez más, de la ciencia y la tecnología y que éstas exigían un crecimiento de personal ocupado acorde con tal circunstancia.  Y que ciencia y tecnología dependía también de un vasto mundo de enseñanza, profesores, libros y los que los escriben, conferencias, academias, simposios, congresos, publicaciones, correspondencia.  Todo lo cual creaba una enorme cantidad de empleos del terciario.

Además, la reducción de las horas de trabajo y la extensión de la alfabetización habían creado un vasto mundo de información, diversión y ocio que produjo la primera explosión de los medios de difusión.  Es decir diarios, revistas y (ya en el XX) radio.  Y luego TV, teatros, cines y fiestas.  Y un largo etcétera que el lector conoce bien porque es su mundo.  El crecimiento del terciario implicaba que ahora la izquierda tenía una tropa propia y que ya no se necesitaba al proletariado.  Porque la mayoría de los que integraban el nuevo terciario podían definirse como intelectuales ya que eran, por lo pronto, hombres que no se inclinaban sobre el surco ni sobre el torno.

Así surgió la tercera cara de la izquierda.  Si podemos llamar marxista a la primera y leninista a la segunda, esta tercera merece el nombre de gramsciana.  Si Lenín salió a corregir a Marx para explicarlo, Antonio Gramsci corrige a Marx  y Lenín y pretende superarlos. Es por lo pronto una toma de conciencia del crecimiento de una clase intelectual con poder propio.

El objetivo final no es ahora la sociedad sin clases sino el triunfo de la inmanencia sobre la trascendencia, la edificación de un hombre absolutamente autónomo, que no necesite nunca más de un Dios que lo limite y lo esclavice.

Y el método de lucha ya no es la huelga ni la guerra sino el predominio en los mecanismos del conocimiento, la constitución de una clase de “intelectuales orgánicos” que adoctrine a todos los hombres por igual.

ADÓNDE ESTAMOS

Esta es la situación actual. La primera izquierda subsiste en los políticos socialdemócratas. La segunda en las torvas mesnadas de los infinitos grupúsculos de la zurda piquetera y en las cálidas ilusiones del socialismo del siglo XXI.

Pero la tercera es la vigente: las tres p, la tropa de “pensadores”, profesores y periodistas que predomina culturalmente en las sociedades desarrolladas (y en muchas que no lo son, como la nuestra) aunque políticamente fracase una y otra vez.

No reincidiré en la descripción de estas nuevas huestes de la izquierda reciclada. Lo he hecho muchas veces y el lector las conoce por diaria experiencia. En realidad todo esto fue un exordio para referirme a un caso puntual.

En el diario “Clarín” del 23 de enero pasado (2010) se nos relata que habrá “bodas gay al pie del Everest” y se nos explica que el máximo dirigente del Partido Comunista de Nepal en el poder planifica estas bodas gay para obtener “fuertes beneficios económicos” aumentando la afluencia de turistas,  por lo cual su iniciativa “ha sido acogida con gran fervor por el capitalismo nacional”.  Habrá, pues, en el Everest y “otras montañas, casi todas altísimas… fiestas exóticas con los contrayentes y los invitados que van y vienen montados en elefantes (con) música nepalesa y rock”.

Dos cosas formidables nos muestra esta noticia. La primera es la confluencia final de las tres caras del izquierdismo. El régimen nepalés tiene algo de social democracia porque subsiste un “capitalismo nacional”.  Algo de leninismo porque se trata de un Partido Comunista, nombre característico de la etapa siglo XX. Y por último está en la lógica del gramscismo, la destrucción de la vieja sociedad y la entronización del hombre soberano que no reconoce leyes ni obligaciones de ninguna clase.
Pero por sobre todo este minúsculo episodio dibuja la curva de la izquierda. Sus objetivos grandiosos han quedado empantanados en el charco de los vicios pequeñoburgueses que producían horror a los primeros socialistas. La discordancia entre los ideales primigenios y los casamientos gay en Nepal —con elefantes y rock— es de tal magnitud que allí donde quede un adarme de sentido común tiene que producir un rechazo visceral.

PERO A SU VEZ

En “La Nación” del 30 de enero luce a toda página un artículo (uno más) de nuestro conocido Mario Vargas Llosa.  Se refiere a “El triunfo de Piñera” en Chile y desde el subtítulo nos tranquiliza (o por lo menos tranquiliza a las lectoras de “La Nación”) aclarando que es “la  reafirmación de la economía de mercado”.

Todo el largo texto se dedica a razonar este hecho evidente: La dictadura de Pinochet impuso una línea económica exitosa que sepultó el intento socializante de Allende.  La paradoja de la Concertación que sucedió al gobierno militar fue que debía denostar a Pinochet pero seguir cuidadosamente su política económica.  Llegó el momento en que parte de los chilenos se preguntó ¿para qué seguir a unos imitadores si tenemos a los auténticos?

Es evidente que la reciente batalla electoral en Chile se dio sobre todo en torno a esta cuestión.  Cualesquiera hayan sido las salvedades y prevenciones de Piñera con respecto a Pinochet, se referían exclusivamente a lo político pero en lo económico tenía todo el derecho de presentarse como un intérprete —y continuador— más fiel que sus adversarios.  Así lo entendió la mitad más uno del pueblo chileno y le dio la victoria.

Pero en este panorama (triunfo de un liberal lejano en lo político de los militares pero fiel seguidor de su economía) queda vacante un asunto: lo cultural.  Vargas Llosa también nos tranquiliza: Piñera no es “la derecha cavernaria, autoritaria y conservadora”, Piñera, que según Vargas Llosa “es un católico practicante”, apoya “medidas como la píldora del día siguiente y las uniones legales entre parejas gay”.

Sin estas precisiones quedaría incompleto el panorama pintado en las notículas que anteceden.  Lo que hoy se llama derecha coincide plenamente con la tercera cara de la izquierda en materia cultural.  Es más, desea ni plantearse esas cuestiones.  Se las saca de encima como engorros molestos que le impiden dedicarse a la gestión eficiente de la economía.  La actitud de Macri en relación con el matrimonio gay es bien clara.  Con toda seguridad el Jefe del Gobierno porteño se asombró cuando Bergoglio le reprochó su actitud. ¿Cómo, se dijo, por qué hacen tanto lío con esto? No entienden nada, si consigo inaugurar tres líneas nuevas de subte tengo la elección asegurada.  Lo terrible es que tiene razón.  Y lo prueba la experiencia del Alcalde de Madrid, un hombre de derecha de la misma escuela que nuestro Mauricio. Ha hecho una gestión eficiente y el electorado de derecha lo premia con reelección tras reelección. ¿A quién le importan los bebés abortados? ¿Votan? Entonces sean realistas, sigan al empresario exitoso. Se llame Berlusconi, Macri o Piñera y lo demás se dará por añadidura.

O sea que Vargas Llosa apuesta al hombre que “es fuente de creación de empleo y de riqueza y (cuyos) éxitos revierten sobre el conjunto de la sociedad”. Gracias a Piñera (y sus iguales) Chile será muy rico. Eso sí, habrá cada vez menos chilenos ya que “habrá dejado el subdesarrollo y será el primer país de América Latina en incorporarse al Primer Mundo”. Y ya sabemos las consecuencias demográficas de tal hazaña. Me temo que ese galardón no viene solo y no se ve por qué Chile sería una excepción. Menos chilenos, el sinsentido de la vida, todos los “pequeños” inconvenientes que trae consigo eso que llaman desarrollo cuando la conducción cultural está en manos de la izquierda y los éxitos económicos los obtiene la derecha.

La tragedia del mundo actual no queda dibujada con la sola descripción de la izquierda dominante en lo cultural. Se completa con la consideración de lo que ha llegado a ser una derecha que tuvo, en sus tiempos, algunas consideraciones de carácter moral, aunque más no fuera a partir de una  cierta idea del orden de las sociedades. Todo eso se vino abajo, entre otras razones por la debilidad de los argumentos con que se sostenía.

VARGAS LLOSA Y SU JUICIO LAPIDARIO SOBRE LOS ARGENTINOS

Cosme Beccar Varela leyendo

Por Cosme Beccar Varela

Buenos Aires, 07 de Diciembre del año 2010 – 1016

INTRODUCCIÓN: Tengo serias objeciones contra Vargas Llosa pero hay algo que no se puede negar: su inteligencia.  El juicio que acaba de emitir sobre los argentinos es lapidariamente verdadero. Lo subscribo en caso, género y número (salvo en eso de "democrático" porque ese no es mérito alguno y es en cambio la causa de los otros males). Por eso lo publico.

A mí me da vergüenza ser argentino (aunque como he dicho muchas veces, yo no me siento argentino de esta argentina con minúscula). Verme retratado en una forma tan severa cuan veraz, me deja anonadado.

Lo peor es que en los pocos días que pasaron desde que Vagas Llosa escribió estas líneas, los argentinos hemos decaído todavía más. Nuestra caída libre no cesa, Nos hundimos inexorablemente en la inmundicia. Y lo que es peor, aunque él no lo diga, jamás saldremos de esto porque jamás querremos salir.

Esto último lo sé yo, que vivo en este país y conozco muy bien a sus habitantes y puedo informarle a Vargas Llosa que hasta los "buenos patriotas" son los más estúpidos, los más cobardes, los más pertinaces en su voluntad de degradarse  a sí mismos y destruir lo que queda de lo que era la Argentina.

Hay una ley siniestra detrás de todo eso y ya la formuló Donoso Cortés en 1851: "Yo no sé si hay algo debajo del sol más vil y despreciable que el género humano fuera de las vías católicas". ("Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo", edición BAC, tomo II,  pag.. 532).

Por eso mismo, el propio Vargas Llosa que es tan inteligente para diagnosticar nuestra propia ignominia no es capaz de recapacitar él mismo sobre la suya y renunciar a su agnosticismo, su relativismo y su liberalismo. Si fuera argentino y viviera aquí, seria igual a nosotros o tal vez mucho peor. Pero como no es argentino y no vive aquí ha visto con una claridad desoladora lo que fuimos, lo que somos y lo que seguiremos siendo.

Tal vez su publicación sirva para que algún argentino, aunque sea uno, recapacite y se rescate a sí mismo de esta fatalidad horrenda bajo la que estamos sepultados.

Cosme Beccar Varela

* * *

¡VARGAS LLOSA SOBRE LA ARGENTINA: CONTUNDENTE!

Argentina, un país que era democrático cuando tres partes de Europa no lo eran,  un país que era uno de los más prósperos de la Tierra cuando América Latina era un continente de hambrientos, de atrasados.

El primer país del mundo que acabó con el analfabetismo no fue Estados Unidos, no fue Francia, fue la Argentina con un sistema educativo que era un ejemplo para todo el mundo. Ese país, que era un país de vanguardia ¿Cómo puede ser que sea el país empobrecido, caótico, subdesarrollado que es hoy? ¿Qué pasó? ¿Alguien los invadió? ¿Estuvieron enfrascados en alguna guerra terrible?.

No, los argentinos se hicieron eso ellos mismos. Los argentinos eligieron a lo largo de medio siglo las peores opciones.

Eso es. El peronismo es elegir el error, es el partido de los resentidos más aberrantes, llenos de odio, de rencores viscerales, fascistas, enfermos de rabia inexplicable hacia todo lo bueno que sea diferente a su manera radical y fanática de ver las cosas, son por lo general incultos, ignorantes, mediocres de mediocres! El peronismo es perseverar en el error a pesar de manera masoquista, enfermiza, en las catástrofes que se le han ido sucediendo en la historia moderna del país.

¿Cómo se entiende eso?. Un país con gentes cultas, absolutamente privilegiado, una minoría de habitantes en un enorme territorio que concentra todos los recursos naturales. ¿Por qué no son el primer país de la Tierra ?¿Por qué no tienen el mismo nivel de vida que Suecia, que Suiza?

Porque los argentinos no han querido. Han querido en cambio ser pobres. Seguir a "caudillos" de pacotilla, "salvadores" de porquería, locos, desquiciados por su mismo odio a todo lo que sea diferente a su locura. Han querido vivir bajo dictaduras, han querido vivir dentro del mercantilismo más espantoso. Hay en esto una responsabilidad del pueblo argentino.

Para mí es espantoso lo que ha ocurrido en Argentina. La primera vez que fui allí quedé maravillado. Un país de clases medias, donde no había pobres en el sentido latinoamericano de la pobreza. ¿Cómo pudo llegar a la presidencia una pareja tan diabólica, manipuladora, populistas en grado extremo, corruptos de calle, como los Kirchner gobernando ese país? ¡Al menos ya uno no está! Esperemos que la que queda no pueda seguir hundiendo a ese otrora gran país argentino!

Sin embargo, a juzgar por sus diabólicas relaciones estrechísimas con el desquiciado, paria, bestia troglodita, de la extinta y queridísima Republica de Venezuela, todo parece indicar que ahora "Cristinita" se apegará aun más a ese escoria, aprendiz de dictadorzuelo, quien ya bastante le ha financiado su mandato a costa de los dineros del noble pero incomprensiblemente inerte pueblo venezolano. ¡Qué degradación política, qué degradación intelectual! Argentina y Venezuela, dos países extraordinarios vueltos pedazos por una sarta de demoníacos desquiciados!!!

Por eso me pregunto ¿Cómo es eso posible?

Mario Vargas Llosa

QUIEREN CAMBIAR EL NOMBRE DE LA CALLE HUGO WAST DE CÓRDOBA CAPITAL

Calle Hugo Wast de Córdoba

Muy queridos amigos:

                                Gran sorpresa me llevé al leer el diario de hoy, pues me encontré esta noticia cuyo enlace y texto copio debajo. Pienso que no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras siguen estos atropellos a todo lo que queremos y nos representa. Tenemos que mandar cartas de lectores, tocar a nuestros contactos y hacer todo lo que esté a nuestro alcance (rezar, sobre todo). Quizás se les ocurra algo bien concreto, en cuyo caso les pido lo comenten a la vuelta de este mail.

                    Hugo Wast es uno de los más grandes escritores que ha dado nuestro país. Ha ganado los premios más importantes de la lengua hispana, y sus libros se han vendido por millones (más de tres sólo hasta la década del 60). Varios de sus libros han sido llevados al cine en la Argentina y en México. Su único objetivo en esta vida terrena fue transmitir sus valores cristianos (¡católicos!) y su amor a la Patria. Todas estas campañas buscan eliminar de la memoria de nuestro pueblo a uno de los escritores que mejor reflejó sus alegrías y tristezas, sus costumbres y sus sueños.

                     Fue, además, un ciudadano comprometido con la cosa pública. Fue Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, Diputado Nacional, candidato a vicegobernador de la provincia de Santa Fe e interventor federal en la provincia de Catamarca, donde aún recuerdan su labor callada y eficaz.

                     Pese a todo lo que digan, y aunque repitan una y mil veces que su obra es antisemita, los que lo hemos leído en profundidad sabemos que Hugo Wast (el Vechin), jamás rechazó a nadie por su raza o su religión, por el contrario, y pese a lo que consigna este artículo, ninguna de sus obras se editó jamás en Alemania durante los años del nazismo, precisamente, porque Hugo Wast no reflejaba ni de lejos sus ideas. Sí, y esa es obligación de todo católico, supo defender el honor de Dios y de su Iglesia contra todos los ataques, y trabajó arduamente en su misión de apóstol para traer a la Fe a los que aún no la conocían.

                    Claramente, el modo en que escribió sobre temas históricos, políticos o religiosos lo convierte en un escritor políticamente incorrecto, pero eso jamás ha asustado a los cristianos, y por eso, hoy más que nunca, tenemos que rescatar del olvido a esta figura señera de nuestro país.

                    El otro día hablaba con un librero que me decía que notaba asombrado cómo sus libros están volviendo a ser pedidos, sobre todo por jóvenes que leen fascinados Año X, Juana Tabor, La autobiografía del hijito que no nació, el inefable Alegre, y muchos otros que están comenzando nuevamente a editarse gracias a los esfuerzos del Instituto Hugo Wast y la valentía de editoriales como Librería Córdoba (Argentina), Homo Legens (Española) y Editorial Folia Universitaria (Mexicana), entre otras que han manifestado su interés en reeditar otros títulos de este autor.

                    Los invito a que participen activamente en esta campaña, pero de manera concreta y eficaz. No sólo difundiendo esta idea, sino poniendo manos a la obra. Quedo a la espera de sus comentarios. Un abrazo, y muchas gracias.

Luis María Caballero (h)

PD: Para los que quieran escribir cartas de lectores, sugiero centrar el texto en las virtudes literarias de Hugo Wast, en que es el escritor que más ha hecho conocer la provincia de Córdoba en el mundo, en su calidad de padre y amigo cariñoso, en su condición de político honesto y trabajador, en su realidad de católico ferviente y en su proverbial humildad.

http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/quieren-que-la-calle-hugo-wast-se-llame-sonia-torres

Quieren que la calle Hugo Wast se llame Sonia Torres

Lo solicita el Inadi por el pasado antisemita del escritor y político cordobés. Proponen el nombre de la abuela de Plaza de Mayo.

La calle con algunas de las propiedades de mayor valor  del Cerro de las Rosas lleva el nombre del escritor Hugo Wast, pero pronto podría cambiar radicalmente de nominación: proponen que se llame Sonia Torres, una de las Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba.

¿La razón? “La militancia antisemita (de Wast) es conocida tanto a nivel nacional como internacional, así como su adhesión a la teoría de la superioridad de la ‘raza aria’, que defendía y buscaba difundir en cada uno de sus actos”, dice el pedido.

La propuesta la elevó ayer la delegación Córdoba del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo) al intendente Daniel Giacomino y a bloques del Concejo Deliberante.

“Como pequeña prueba (...) podemos remitirnos a su obra El Kahal y a sus intervenciones en la revista Clarinada , de neto corte anticomunista y antijudío, y que fueron elogiadas por el nazismo alemán. En su libro 666 , llegó a comparar al judaísmo con el Anticristo”, continúa la nota.

Hugo Wast es en realidad el seudónimo de Gustavo Adolfo Martínez Zuviría. Nació en Córdoba en 1883 y entre sus obras se destacan Flor de durazno y La casa de los cuervos , entre otros. Este escritor, político, nacionalista, católico y padre de 10 hijos fue director de la Biblioteca Nacional en 1931 e interventor federal de Catamarca (1941).

Como ministro de Justicia e Instrucción Pública (1943) emitió un decreto sobre la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas, como materia ordinaria no obligatoria, publica el sitio del Instituto Hugo Wast (www.hugowast.com.ar).

Pero el escritor no fue sólo homenajeado con la calle de unos 800 metros que va desde Rafael Núñez a Gregorio Gavier. En la ciudad de Córdoba y en Las Varillas dos colegios llevan el nombre Gustavo Martínez Zuviría.

Los vecinos con los que pudo hablar este diario no se mostraron muy conmovidos con la idea. “No me molesta ni que se siga llamando como se llame ni que se cambie. Hay muchas calles que llevan nombres de peores personas”, dijo Alicia atrás de la puerta de su casa.

Sabrina, que ayer caminaba por la calle en disputa, comentó: “No me parece mal, pero no sé si la gente sabe quién fue Wast; tampoco creo que le importe”.

Alternativa. Como  existe un decreto que prohíbe designar una calle con el nombre de una persona viva, el Inadi propone como alternativa al de Sonia Torres el nombre de Azucena Villaflor, fundadora de la asociación Madres de Plaza de Mayo (desaparecida en 1977).