En la foto: Diego Maradona no acepta que Argentina jugó mal, perdió frente a Paraguay y se complicó su clasificación para el Mundial
El seleccionado argentino sigue sin rumbo y desorientado, mientras una amplia mayoría responsabiliza a Diego Armando Maradona del fracaso. Tras haber sido derrotado por el seleccionado de Brasil, en Asunción cayó ante Paraguay por 1 a 0. Nelson Haedo Valdéz, a los 27 minutos del primer tiempo, anotó el gol local. Con este resultado la selección nacional deberá jugar el repechaje. Por su parte, Paraguay ya clasificó para el Mundial en Sudáfrica ’2010.
Argentina salió a jugar con la línea de cuatro de siempre y delante de ellos se ubicó Verón, por derecha, Fernando Gago y Javier Mascherano como “dobles cinco” y Jesús Dátolo por la izquierda.
El seleccionado argentino trató de posicionarse en campo contrario, con los dos cinco jugando delante de la línea del mediocampo, con Messi moviéndose por todo el frente de ataque y un movedizo Dátolo por la izquierda, asistido por un lateral como lo es Emiliano Papa.
Después del gol, Maradona se metió en el banco de suplentes gesticulando, probablemente insultando, como no pudiendo entender como su defensa agrandaba a un rival que no parecía tener mayores ambiciones ofensivas.
Verón cometió un error de un amateur haciéndose expulsar a los 8 minutos, complicando más el partido. Después todo volvió a ser confusión, con Gago agarrándose la cabeza porque Maradona no marcaba quién ocuparía el lugar de Verón por derecha o molestándose porque le tocaba a él. Esos gestos son una muestra cabal del presente del equipo argentino.
Con ese panorama Maradona mandó a la cancha a Martín Palermo, saliendo un desdibujado Agüero, y si al conjunto nacional con 11 le costaba, con 10 mucho más.
Los comentarios entre quienes pudieron ver el partido fundamentalmente responsabilizaban a Maradona de la derrota. “No tiene orden, disciplina, no tiene ideas claras”, decían unos; “como Director es un fracaso, no puede dirigir ni un partido más” afirmaban otros; y los más arriesgados decían: “Maradona está ahí porque tiene el tatuaje del Che Guevara y es kirchnerista, es una muestra más de cómo anda el gobierno”, politizando el tema.
Diego Armando Maradona, seleccionador argentino, descartó presentar su renuncia al cargo tras la derrota (0-1) ante Paraguay que agudizó la crisis del combinado albiceleste en las Eliminatorias Sudamericanas.
"Voy a seguir luchando, hay que seguir (...) Las críticas no me afectan", afirmó el entrenador argentino en conferencia de prensa, mientras tomaba una actitud desafiante ante los periodistas.
La selección argentina mostró un juego decepcionante, pero Maradona dijo que "Mientras tenga una gota de sangre voy a luchar para que Argentina clasifique". ¿Respuesta de los hinchas? “no hay que pedir peras al olmo”.
La continuidad de Maradona es discutida, mientras en las calles se habla de la necesidad de cambiar al cuerpo técnico. Condenado por la falta de juego y de resultados, ya no cuenta con el respaldo unánime de sus jugadores. Malas caras, futbolistas tachados y fastidio ante sus decisiones, han dejado el vestuario a punto de estallar.
El mundo del fútbol nacional ha dado su veredicto sobre el inicio del ciclo Maradona: se equivocó bastante.
Al llegar se peleó con Riquelme. El futbolista de Boca lo acusó de tener “códigos diferentes”. Jamás tuvo en cuenta a Higuaín y se instaló la certeza de que no fue convocado por cuestiones extrafutbolísticas. También se distanció de Carlos Bilardo, a quien no lo tenía en cuenta en sus labores diarias y casi no le hablaba.
Maradona también se peleó con los seleccionadores juveniles, con los que no hay diálogo. Diego está deprimido, angustiado y ya no convence con sus métodos a todos. Los jugadores están confundidos por los cambios constantes de Diego. Y él, mientras tanto, convive entre su ilusión por ir a Sudáfrica y su abatimiento por la falta de reacción de sus muchachos.
Y mientras tanto, quienes politizan el fútbol afirman que la estrategia de Maradona es idéntica a la del Gobierno Nacional, y que obtiene también los mismos resultados.