En la foto: Ota Benga, el africano exhibido en un zoológico como si fuese una prueba del evolucionismo, en una crueldad antihumana.
Necesitamos un Requiem para el “evolucionismo” y para todas las teorías que en él se basan: el “evolucionismo” ha muerto.
NO HAY FÓSILES “INTERMEDIOS”
Todos los especímenes e incluso fósiles hallados demuestran que el mono siempre fue mono, que el hombre siempre fue un hombre, que los patos han sido siempre patos, y que los dinosaurios siempre fueron dinosaurios. La evolución tal como muchos pretenden exponerla, es una mentira.
No existen “fósiles intermedios”, ya que si se coloca el esqueleto de un chimpancé, de un orangután y de un hombre, las diferencias se perciben a simple vista de los ignorantes en la materia. Colocar los esqueletos uno junto a otro no es prueba alguna de evolución, ya que nada los une de modo “evolutivo”. Mucho más se percibe la diferencia si se los ve actualmente tal cual son, con su pelamen y su forma, su olor y el modo en que usan respectivamente las cuerdas vocales... Y si se hace esta comparación, ¡el hombre nada tiene que ver con los simios!
Hablar del hombre de Neandertal o el Hombre de Cromagnon, es hablar siempre de un hombre, no de un simio.
Pero efectivamente, se ha escrito tanto, se han hecho tantas producciones audiovisuales, que por el hecho mismo de su realización pretenden su imposición como un dogma: “el hombre viene del mono”. Se trata de una mentira reiterada y divulgada, pero no deja de ser una afirmación mentirosa, carente de sustento científico e incluso de pruebas.
MENTIRA AMPLIAMENTE DIVULGADA
No se niega que puedan existir adaptaciones naturales dentro de una especie, pero no hay posibilidad de nacimiento de una especie nueva desde otra que nada tiene que ver con ella, ni saltos ni mutaciones. Desde que se registran los datos científicos y desde los observadores de la antigüedad, no hay constancias de semejantes saltos evolutivos, como por ejemplo que salgan alas a un escuerzo, por mucho que se lo arroje de cierta altura.
Charles Darwin mismo afirmó que “si no se encuentra algún fósil en estado de evolución paso a paso, toda mi teoría se viene abajo” ("El Origen de las Especies", Ch. Darwin, editorial Planeta, 1992, p. 227).
No existen “especies intermedias”, y a lo sumo los descubrimientos de fósiles muestran adaptaciones dentro de una misma especia, y no el cambio de una especie a otra. El “eslabón perdido” no existe.
El Hombre de Piltdown (1912), el Hombre de Nebraska (1922), y la presentación de la supuesta cara de un Neandertal, que era un hombre presentado con "cara de simio", son muestras de una mentira intencional y tendenciosa para fabricar artificialmente una prueba ante la inexistencia de fundamentos científicos.
Pretendiendo un experimento que acreditara la evolución humana y el eslabón perdido, se tomó en 1904 con extrema crueldad a un hombre nativo africano para introducirlo en una jaula, presentándolo como una especie en evolución del simio al ser humano. Encerrado en una jaula con gorilas se encontraba así privado de su libertad Ota Benga, que tal era el nombre de este “eslabón perdido” viviente.
OTA BENGA
Ota Benga había nacido entre 1881 y 1884 - 20 miembro de la etnia Batwa pigmea del Congo expuesto en 1904 en la Exposición Universal de St. Louis y posteriormente fue exhibido en el zoológico del Bronx junto con un orangután amaestrado, de nombre Dohong. La exhibición buscaba justificar el evolucionismo, la eugenesia y el racismo científico.
Benga fue adquirido como un esclavo, e incluso le permitieron salir de la jaula del zoológico para “interactuar” con los visitantes, y se lo podía ver con un chimpancé en sus brazos, pretendiendo una asociación inexistente, y degradante para el ser humano.
El primer día de la exhibición, el 8 de septiembre de 1906 los visitantes que pudieron ver a Benga en la "Casa de Monos" y leyeron la siguiente información: “Pigmeo Africano "Ota Benga" 23 años de edad, Altura, 4 pies y 11 pulgadas Peso: 103 libras, Traído desde la rivera del río Kasai, Estado Libre del Congo, Centro Sur de Africa por el Dr. Samuel Phillips Verner, Exhibido cada tarde durante Septiembre”. Benga terminó suicidándose.
El evolucionismo es tan indigno de todos los seres humanos como la indignidad antihumana a que fue sometido Ota Benga. En él vemos la consecuencia del evolucionismo para el ser humano: un suicidio colectivo del pensamiento y de la civilización.
TEOLOGÍA EVOLUCIONISTA
Theilard de Chardin fue quien pretendió unir el evolucionismo materialista que excluye a Dios con el pensamiento cristiano, realizando una mixtura inconcebible de un modo que la Tradición jamás ha afirmado.
El problema mayor es que si el evolucionismo queda desacreditado, la teología evolucionista de Theilard de Chardin acaba cayendo por su propio peso unida a la suerte de aquél.
Dios ha creado el Universo, y a cada especie en particular; y como el ser humano es personal crea a su vez el alma humana de cada ser humano concebido. Las especies tienen sus leyes físicas, químicas y biológicas, que constan en la naturaleza creada por El. Pero no Dios no ha creado la “evolución de las especies” como salto de una especie a otra por “evolución”. Así, una teología que contemplara tales principios no solamente sería falsa, sino herética.
HEREJÍA E INMORALIDAD
Paul Bourget afirmó que: “el hombre que se desprende de la Fe se arranca sobre todo una cadena insoportable a sus placeres… Yo no sorprendería a ninguno de los que han realizado los estudios en nuestros liceos, al afirmar que la impiedad precoz de estos librepensadores con uniforme tiene por punto de partida alguna flaqueza de la carne, acompañada del horror a la confesión. El razonamiento –¡y qué razonamiento!– viene enseguida a suministrar las pruebas en favor de una crisis de negación aceptada de antemano para las necesidades de la práctica”.
Efectivamente, el desprendimiento de la Fe puede ser un cisma o una herejía, y es la impiedad la que tiene por consecuencia una falla moral.
Las herejías no vienen solas, no son meramente especulativas. En la práctica se traducen en actos inmorales y que esencialmente atacan a la Iglesia Católica. La justificación de actos inmorales, se realiza mediante elucubraciones teóricas en el marco de una herejía cuya precisa finalidad es dar razones al pecado.
El evolucionismo es uno de estos casos. Ataca a Dios, utiliza argumentos blasfemos, niegan la obra creadora de Dios (¿quién otro podría crear el Universo?). Los evolucionistas presentan postulados de una falsa ciencia pretendiendo que Dios no existe, que el alma y la libertad no son más que palabras….
LA NADA
Los darwinistas sostienen que todo proviene de la nada, de una manera caótica, incontrolada, no creada y casual.
De la nada, surge un “gran disparo” (“big bang” le llaman en inglés) que produce la materia y la energía. Ese “gran disparo” surge solo, sin causa alguna, y en un movimiento expansivo crea las galaxias del Universo. ¿Quién ha comprobado esto? Nadie, porque además contradice a la razón que haya un efecto sin causa, a no ser que se trate de un Ser Incausado que es el Primer Motor de ese gran disparo: el Ser que ordena la producción de ese “disparo”.
Lo que hoy se llama “ciencia” tiene un postulado inicial que se llama “ateísmo”, porque ven incompatible con la Fe Católica la enunciación de principios científicos, y por tanto se ven obligados a contradecir al catolicismo. Al proceder de este modo, donde no quieren reconocer a Dios lo suplen por la “casualidad”. La misma ciencia rebate los postulados, que quedan sin explicación en el pretendido universo mecánico en el que vivimos que no debiera estar sujeto más que a leyes físicas. Sin embargo, el Universo está sostenido por el Gobierno de Dios, a la vez que la vida de la persona humana es objeto de la Providencia y de la Predestinación de Dios. Pero a estos datos la ciencia no los llega a descubrir, porque pertenecen al territorio de la Fe, y el hecho de que no sea de su competencia no implica que deba negar la realidad de Dios y su intervención para sostener al Universo entero.
Si en la ciencia actual Dios no está presente, es porque ha sido sustituido por la invención de una Ley que lo excluye, a fin de explicar aquello que queda inexplicable, y esa Ley es la casualidad. Si se observara con más detenimiento, Dios no escapa a la razón y sólo un acto de terca soberbia y de cinismo puede excluirlo.
LA CIENCIA HABLA DE DIOS
El conocido astrofísico Manuel Carreira, advirtió que la teoría del científico británico Stephen Hawking por la que el universo habría sido creado por la nada carece de "rigor y de validez científica".
Desde Valencia, donde dicto el martes 23 de noviembre de 2010 una conferencia titulada "Diálogo con Stephen Hawking sobre la Creación", el experto indicó que el planteamiento de Hawking es "anticientífico" pues contraviene las leyes de la física y, además, "no aporta ninguna prueba" para demostrar sus aseveraciones.
Se trata más bien de "un juego de palabras inaceptable" que "no contribuye al conocimiento de ninguna manera", consignó
El P. Carreira reconoció aclaró que el nuevo libro del físico británico es "una descripción de alto nivel divulgativo de lo que ha hecho la ciencia en el siglo XX y lo que queda por hacer", pero "no aporta nada nuevo".
ORIGINALIDAD DE LO ILÓGICO
La obra únicamente es "original" en una "forma falta de lógica en el primer capitulo, al negar la libertad humana" y en el ultimo, donde "dice que de la nada, por la fuerza de la gravedad, puede salir un universo", lo que representa también una afirmación absurda.
En cuanto a la idea de que la nada tiene fuerza gravitatoria y que, gracias a ella surge el universo, resalto que "la nada no tiene ninguna fuerza ni propiedad" sino que es "puramente ausencia de toda realidad". Lo que sí es una evidencia es que "la gravedad es el resultado de la masa", de modo que "como la nada no tiene masa, tampoco puede tener gravedad. Sería algo así como decir que de cero ha de salir una cuenta del banco".
El astrofísico español también se refirió a la "compatibilidad" de la ciencia, la filosofía y con la Teología para conocer la verdad. "Todas son maneras parciales de conocer una realidad que es muy rica y que no puede conocerse con una única metodología", por lo que "pueden complementarse para favorecer el desarrollo del conocimiento humano", afirmo.
La cuestión del sentido del universo o de la vida "no entra dentro del ámbito científico y uno tiene que buscar una respuesta en otro orden de raciocinio", agregó.
La ciencia, así, es "un modo de conocer lo que es observable y experimentable, pero no se le puede pedir que hable de lo que no puede comprobar", como "el deseo de conocer, la libertad, la finalidad, la ética, el arte, de relaciones familiares o de relaciones sociales". Por todo ello, "reducir la realidad humana a las cuatro fuerzas de la materia es una afirmación totalmente anticientífica y opuesta a nuestra experiencia".