domingo, 13 de noviembre de 2011

AGUER DIJO QUE LOS CHICOS NO SABEN EXPRESARSE PORQUE NO LEEN BUENOS LIBROS




Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata y reelecto como Presidente de la Comisión Episcopal para la Educación Católica, destacó que “el conocimiento que proporcionan los libros es importante para el crecimiento personal y para el horizonte que puede abrirse al ejercicio de la propia libertad”.

El prelado explicó esta propuesta en su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), partiendo de la pregunta: “¿Qué relación podría establecerse entre los libros y la libertad?” y sosteniendo que “la libertad es orientada por la inteligencia, por la razón. Entonces, en la estructura del acto libre hay un juego muy delicado, muy bello, entre la razón y la voluntad”.

“Una concepción correcta de la libertad valoriza medios o instrumentos que le permiten a la inteligencia humana conocer mejor la realidad del hombre y la realidad de las circunstancias en las cuales el hombre tiene que obrar”, comentó e indicó que en occidente, en los siglos modernos, se advierte que “es importante una cultura, una concepción del mundo para poder obrar con sentido, para poder ser más libre”.

Luego explicó que “los expertos en las cuestiones cognitivas y en la pedagogía suelen observar que los chicos, actualmente, utilizan un bagaje muy restringido de palabras. Usan pocas palabras. No saben cómo expresarse. Si tienen pocas palabras para emplear o para designar las cosas quiere decir que tienen pocas ideas en su cabeza y quiere decir que también se basan en una relación también restringida con la realidad. Sólo abarcan un sector muy restringido de la realidad, y eso significa también una limitación de la propia libertad”.

Al reunir estos elementos afirmó: “la tradición moderna de occidente insiste mucho en la necesidad de la instrucción, del conocimiento. ¿Para qué? Para ser libres. De allí vamos a la cuestión de los libros. Es fundamental leer”. Y añadió: “¿Por qué los chicos usan pocas palabras? Lo hacen porque leen poco. Entonces no saben como nombrar las cosas”.

Dijo  que “podríamos reducir esta reflexión a una especie de slogan: “Libros para ser libres”. Estoy obviamente refiriéndome a los buenos libros, a los libros que tienen un contenido edificante, a aquellos que representan para el hombre un verdadero crecimiento espiritual”
Mons. Héctor Aguer concluyó: “Valga esto para animar a la lectura y para la elección de buenos libros. Esa elección de los buenos libros está íntimamente, aunque de un modo un poco secreto y misterioso, vinculada a la buena elección de las cosas que debemos decidir en la vida”.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“¿Qué relación podría establecerse entre los libros y la libertad? Más allá del juego de palabras es importante advertir que la libertad no es una fuerza ciega, no es una elección indeterminada de la voluntad abierta a posibilidades infinitas, pero sin orientación”.

“La libertad es orientada por la inteligencia, por la razón. Entonces, en la estructura del acto libre hay un juego muy delicado, muy bello, entre la razón y la voluntad”.

“De modo que es importante saber qué ideas se ha forjado la razón acerca de la realidad, qué sentido ha adquirido de la vida, qué horizonte propone para las elecciones que una persona tiene que hacer. Es la inteligencia la que ofrece el contenido objetivo a la libertad: lo que hay que elegir, y las razones por las cuales hay que elegir o no, hay que elegir esto o aquello”.

“Una concepción correcta de la libertad valoriza aquellos medios o instrumentos que le permiten a la inteligencia humana conocer mejor la realidad del hombre y la realidad de las circunstancias en las cuales el hombre tiene que obrar”.

“Tradicionalmente, en occidente, y sobre todo en los siglos modernos, se ha pensado mucho en esto. Se ha advertido que es importante, por ejemplo, una cultura, una concepción del mundo para poder obrar con sentido, para poder ser más libre”.

“Hoy día, por ejemplo, los expertos en las cuestiones cognitivas y en la pedagogía suelen observar que los chicos, actualmente, utilizan un bagaje muy restringido de palabras. Usan pocas palabras. No saben cómo expresarse. Si tienen pocas palabras para emplear o para designar las cosas quiere decir que tienen pocas ideas en su cabeza y quiere decir que también se basan en una relación también restringida con la realidad. Sólo abarcan un sector muy restringido de la realidad, y eso significa también una limitación de la propia libertad”.

“Como decía, la tradición moderna de occidente insiste mucho en la necesidad de la instrucción, del conocimiento. ¿Para qué? Para ser libres. De allí vamos a la cuestión de los libros. Es fundamental leer”.

“¿Por qué los chicos usan pocas palabras? Lo hacen porque leen poco. Entonces no saben como nombrar las cosas”.

“Por lo tanto, el conocimiento que proporcionan los libros es importante para el crecimiento personal y para el horizonte que puede abrirse al ejercicio de la propia libertad”.

“Podríamos reducir esta reflexión a una especie de slogan: “Libros para ser libres”. Estoy obviamente refiriéndome a los buenos libros, a los libros que tienen un contenido edificante, a aquellos que representan para el hombre un verdadero crecimiento espiritual y pienso, desde la perspectiva cristiana, a libros de formación en la vida cristiana. Por empezar pienso en la Sagrada Escritura y toda la tradición literaria que constituye un “corpus” sapiencial iluminado por la fe cristiana”.

“Valga esto para animar a la lectura y para la elección de buenos libros. Esa elección de los buenos libros está íntimamente, aunque de un modo un poco secreto y misterioso, vinculada a la buena elección de las cosas que debemos decidir en la vida”.

TUTORES DE TOMATE II




Por Mons. Richard Williamson
Obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
Número CCXXVI (226), 12 de noviembre 2011

Cuando el “Comentario Eleison” citó (10 de Septiembre, 217) el proverbio Ruso asemejando la mujer y el hombre a una planta de tomate y al tutor alrededor del cual esa planta se apoya y trepa para llevar frutos, usó la comparación para exponer la naturaleza y el papel de la mujer. Una lectora preguntó entonces como se aplica ello a los hombres. ¡Ay! nuestra época loca está tratando de borrar todas estos fundamentos de la naturaleza humana.

Acerca del designio de Dios para el hombre y la mujer, profundamente diferentes pero sublimemente complementarios, hay por supuesto mucho más para decir de lo que una mera comparación con la huerta puede decir. En cada Misa Católica de esponsales, la Epístola compara las relaciones entre esposo y esposa a aquellas entre Cristo y su Iglesia. Digno de mención en este pasaje (Efesios V, 22-33), es cómo San Pablo delinea extensamente los deberes consiguientes del esposo y brevemente aquellos de la esposa. Podemos ya sospechar que los hombres de hoy día son en gran parte responsables por la pérdida de cordura entre el hombre y la mujer contemporáneos, pero dejemos el misterio sobrenatural para otra ocasión y retornemos a la huerta, porque por encima de todo, los fundamentos naturales son los que están siendo atacados hoy por los enemigos de Dios y del hombre.

Para que un tutor de tomate sirva a la planta de tomate precisa dos cosas: debe mantenerse elevado y debe mantenerse firme. Si no se mantiene elevado la planta no puede trepar, y si no se mantiene firme la planta no puede apoyarse o enrollarse alrededor del tutor. La firmeza, uno puede decir, depende del hombre enrollándose alrededor de su trabajo, mientras que la estatura depende de que alcance a Dios, nada menos.

En cuanto a la firmeza, en todos los tiempos y lugares donde la naturaleza humana no ha sido retorcida fuera de todo reconocimiento, la vida del hombre gira alrededor de su trabajo mientras que la vida de la mujer gira alrededor de su familia, comenzando por su hombre. Si el hombre hace de la mujer el centro de su vida, es como si dos plantas de tomate se apoyaran entre sí – ambas terminarán en el barro a no ser que la mujer tome el papel del hombre, para el cual no fue hecha y que, al menos, ella nunca debería desear hacer. Una mujer sabia elige por marido precisamente a un hombre que ya ha encontrado su trabajo y lo ama, de manera que mientras él está firmemente enrollado alrededor del mismo, ella puede enrollarse alrededor de él.

En cuanto a la estatura, así como el tutor debe apuntar al cielo, así un hombre debe estar dirigido hacia el Cielo. Los líderes precisan de una visión con la cual inspirar y dirigir. El Arzobispo Lefebvre tenía una visión de la restauración de la Iglesia verdadera. Del mismo modo, cuando la fe del Cardenal Pie (1815-1880) vio alrededor de él la falta total de hombría en los hombres del siglo XIX, lo atribuyó a la falta de fe en ellos. Donde no hay fe, dijo, no hay convicciones. Sin convicciones no hay firmeza de carácter. Sin firmeza de carácter, no hay hombres. San Pablo estaba pensando en lo mismo cuando dijo: “La cabeza de todo varón es Cristo, y el varón, cabeza de la mujer, y Dios, cabeza de Cristo” (I Cor. XI, 3). Por consiguiente, para recobrar su hombría, vuélvase el hombre a Dios ordenándose por debajo de El, y será así mucho más fácil para una esposa ordenarse por debajo de su hombre, y para los niños por debajo de ambos.

Pero “debajo” no debe entenderse como una especie de tiranía, sea del esposo sobre la esposa o de los padres sobre los niños. El tutor está allí para la planta de tomate. Fue un sabio Jesuita que dijo que lo mejor que un hombre pueda hacer por sus niños es amar a la madre de ellos. Los hombres no aman como lo hacen las mujeres, así es que fácilmente pueden dejar de entender cómo las mujeres necesitan amar y ser amadas. ¡Una cucharita de afecto, y ella puede andar otros cien kilómetros!  El Espíritu Santo lo dice más elegantemente: “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no las tratéis con aspereza” (Col. III, 19).

Kyrie eleison.

DECLARACIÓN PÚBLICA DE ESTADO DE GUERRA



Por Roberto Daniel Fascia Tartabini
apuntador1982@gmail.com


NO TOLERAREMOS A LOS INGLESES EN MALVINAS.



NO TOLERAREMOS LA FALTA DE RECONOCIMIENTO A LOS VGM NR DE LA FAS Y CAT.

NO TOLERAREMOS A LOS TERRORISTAS.

NO TOLERAREMOS QUE SE ENCARCELE A LOS PATRIOTAS.


Tengo publicado en La Nueva Provincia de Bahía Blanca, tres hechos ocultados adrede:
a) La FAS hundieron EL INVENCIBLE y los ingleses para evitar se conociera ello tras varios días de desaparición hicieron aparecer el gemelo que lo tenían en un astillero de Canadá.
2) Publiqué fotos de aeronaves de EEUU de ese momento en las que aparecen marcas de derribe de MIRAGE, y de la OTAN no podían ser porque a 1982 no habían entrado en acción desde la Segunda Guerra Mundial, así que solo cabían que fueran nuestros Mirages lo que demuestra que EEUU no solo participo con información y apoyo logístico, sino en vivo y directo con sus pilotos, aviones etc en el campo de batalla NUNCA NADIE ME SALIO A DESMENTIRLO O CONTRADECIRME, amen de haber recogido datos de combatientes que escucharon transmisiones de un ingles yanqui y no ingles británico.
3)Con bombas de fósforo que mando Ghadafy la F Aérea propuso y en principio había aceptado Arana por la Marina, pero Galtieri nunca quiso y al final convenció que no aceptara la Marina y por eso no se llevó a cabo la siguiente proposición: DEJAR EN LAS ISLAS UNA BANDERA ARGENTINA ENARBOLADA A CUYOS PIES ESTUVIERAN CINCUENTA OFICIALES SUPERIORES VOLUNTARIOS DE CADA FUERZA, retirar a todos los soldados al Continente, y bombardear las islas de punta a punta con FOSFORO. La intervención del Papa y su acuerdo logrado en su paso previo con la Reina en Londres, habría desbaratado el plan que culminaba no solo con ese acto, sino con la eventual guerra de guerrilla en el continente. La amenaza secreta de Inglaterra traída por el Papa, de que tirarían la bomba en Córdoba, hizo el resto y se abortó la estrategia propuesta. Un abrazo.
Dr  MIGUEL ANGEL ASAD.

EL ABORTO TERAPÉUTICO Y EL DR. JÉRÔME LEJEUNE



El doctor Jérôme Lejeune, uno de los mayores genetistas de la historia, fue invitado por el Senado de Francia hace unos veinte años, para que ofreciese su documentada opinión sobre el tema del aborto. 
Una de las opiniones fuertemente arraigada en dicha cámara, era la que sostenía que hay embarazos que deben ser interrumpidos, cuando los antecedentes o el pronóstico parecen ser irreversiblemente malos.
Cuando se le otorgó la palabra al Dr. Lejeune, planteó un caso: 
"Tenemos —dijo— un matrimonio en el que el marido es sifilítico terciario incurable, y además decididamente alcohólico. La mujer está desnutrida y sufre tuberculosis avanzada. El primer hijo de esa pareja muere al nacer; el segundo sobrevive, pero con serios defectos congénitos. Al tercer hijo le ocurre lo mismo y se le suma el hecho de ser infradotado mentalmente. La mujer queda embarazada por cuarta vez. ¿Qué aconsejan ustedes hacer en un caso así?". 
Un senador del bloque socialista manifestó categóricamente que la única solución para evitar males mayores, era practicar un "aborto terapéutico" inmediato. 
Lejeune hizo un largo y notorio silencio; bajó la cabeza por unos segundos en medio de su expectante mutismo; volvió a alzarla y dijo: 
"Señores Senadores, pónganse de pie, porque este caballero acaba de matar a Ludwig van Beethoven".

Este hecho real, podría aplicarse a otros muchos de similares circunstancias, que tuvieron después por protagonistas a personajes muy célebres en la historia de la humanidad, lo que desmonta de forma irrefutable la justificación de un asesinato bajo el mal llamado “aborto terapéutico”.
    
Fuente: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com/

¿ES LÍCITO EN LA ARGENTINA HABLAR DE LOS JUDÍOS? – CORREO DE LECTORES




Señor Director:
Permítame que le comunique un episodio reciente, que quizás tenga interés para sus numerosos lectores.
En la Argentina nos jactamos de gozar de una libertad de prensa tan amplia que, a veces, nos parece excesiva. Nos imaginamos que se puede escribir sobre todo, especialmente sobre los frailes, el Papa, la Patria y Dios. Y cuando digo escribir sobre, quiero decir escribir contra. Y si alguien nos afirmara que esa maravillosa libertad es sólo aparente, y que hay un poder oculto que ejerce la más tiránica de las censuras, sin que el público lo advierta, no faltaría quien le replicase indignado: ¡Tal poder no existe!
Y bien, yo acabo de sentir la presión de esa mano, que desde la sombra maneja alguna de nuestras libertades. Y voy a referir cómo.
Cierta importante empresa editó algunas novelas mías, y me asignó, como derechos de autor, determinado espacio en revistas de gran circulación, para anunciar mis libros.
Publicó algunos avisos de “El Kahal” y “Oro”, cuando, de pronto, un grupo de anunciadores judíos le prohibió esa propaganda, so pena de boycott. Un aviso más que publicara significaría su ruina, porque el 80% de la publicidad, base financiera de esos periódicos, proviene de empresas estrechamente solidarias y obedientes a las instrucciones del Kahal…
Ahora yo preguntaría a los hombres prudentes, que me acusan de provocar el peligro judío, con la misma ingenuidad con que el indio acusa al termómetro de provocar la fiebre, si sospechaban que el Kahal controlase hasta los avisos de nuestros periódicos.
Deseo dejar bien establecido que yo no discuto el derecho con que estos señores dan o retiran sus anuncios.
Me limito a preguntar a los escépticos y a los que suelen espantarse de cuatro frailes congregados en un convento ridículamente pobre, si no los inquieta un poco más el saber que existe en nuestro joven país, una organización secreta y extraña a la tradición argentina, verdadera peña de magnates, señores de las finanzas, y más que todo dueños de orientar o de extraviar la opinión pública, por el control que ejercitan sobre los periódicos y hasta los cinematógrafos y las agencias de noticias.
Si para cortar la publicación de un simple anuncio, este poder ejerce tan irresistible presión, qué no hará para impedir que aparezca una noticia o que se escriba un editorial, o para desencadenar una campaña de prensa que favorezca sus planes o sus negocios.
El Kahal es omnipotente por sus recursos y por la ciega disciplina de los factores humanos que maneja.
En los famosos “Protocolos de los Sabios de Sión” se dispone lo siguiente: “el que quiera atacarnos con su pluma no encontrará editor” (Sesión 12)
Los mismos que sostienen con palabras la falsedad de los “Protocolos”, cada día con hechos nos prueban su verdad.
Una violenta campaña de pasquines ruge en torno de mi nombre. Me atacan con las armas habituales: la intriga y la calumnia, y me atacarían mucho más, si no temiesen dar enorme resonancia al libro que quisieran aniquilar.
Aquí todos (sin ninguna excepción) podemos hablar de todo (con una sola excepción). Podemos hablar de los alemanes y de los españoles; de los jesuitas y de los musulmanes; podemos blasfemar de Dios y negar a la Patria, porque eso es ser librepensador.
Yo tenía delante de mí ese inmenso campo, para cubrirlo de tinta y de bilis. Y no lo hice. En cambio quise tratar en un libro, sin injurias y sólo con citas de grandes autores judíos, para que fuesen testimonio irrecusable de la peligrosa política del Kahal, y eso no es lícito. Nuestra Constitución lo permite, pero el Kahal lo prohibe.
Y aunque la inmensa mayoría del país esté conmigo, y repita en voz baja, lo que yo he dicho sin reservas, seré perseguido –según me anuncian-, hasta la quinta generación.
No me inquieta. Soy argentino y estoy en mi Patria, en esta sagrada tierra sobre la cual se fijaron hace 40 años los ojos inteligentes de Teodoro Hertzl, el gran judío, que la nzó la idea de restaurar su nación y entrevió en la nuestra la futura Palestina (L’État Juif, pág 94).
Por poderosos que sean los recursos del Kahal y hábiles sus intrigas, no temo que lleguen a hacerme extranjero en mi Patria.
Ellos tienen centenares de millones. La lluvia y el sol argentinos están en sus manos. Yo no tengo nada. He labrado materialmente la tierra; he dado a mi país trece hijos; he escrito treinta libros, traducidos a casi todos los idiomas europeos, inclusive el ruso, y me he negado a retirar el último, que ha aparecido en buena hora.
Creo haber cumplido con mi deber.
Agradezco al señor Director la atención que se ha dignado prestarme, y lo saluda atentamente

HUGO WAST
Buenos Aires, agosto de 1935.