jueves, 13 de octubre de 2011

¿PARA CUÁNDO LA MATERIA “HISTORIA DE LA LITERATURA DEL PENSAMIENTO”? IRREVERENTE DIÁLOGO SOBRE LA FILOSOFÍA



Por Emilio Nazar Kasbo
Reproduzco a continuación un diálogo mantenido con Ofidio Dido, un griego devenido en filósofo de a ratos en materia de reflexión en búsqueda de la verdad. El diálogo surgió con el Camarada Ofidio Dido en torno a la ponderación de Kierkegaard como autor.

Ofidio Dido: Para poder decir que su cosmovisión es católica o no (y la extensa sarta de ganzadas que decís después), tenés que conocer su cosmovisión, cosa que evidentemente no se da en tu caso, Vomitás una catarata de cosas sobre Soren, sin tener la más triste idea de lo que Soren dijo (a diferenciad de indudables genios como Castellani, Fabro, Jorge Ferro, Hugo Verdera, Padre Carlos Baliña, por nombrar sólo algunos. Procedés de la misma manera que los malos filósofos modernos cuando criticaban la Edad Media sin siquiera conocerla. La verdad, según Santo Tomás, es la adecuación entre el intelecto y la cosa conocida. Si vos no conocés la cosa, no hay verdad en tus palabras. El día que Dios te llame a la gloria, va a venir Soren a darte la Bienvenida al Banquete que nunca se termina
Emilio Nazar: ¿Vos tenés la seguridad que va a estar jerárquicamente sentado después de San Juan Damasceno? Un excesivo elogio para un alma torturada que torturó a los demás. Y ya lo advertí: soy un ignorante para los neofilósofos. Decí lo que quieras. Abandoná a Santo Tomás y a San Agustín seguí a Soren. Del otro lado, seguro que te encontrarás con Soren en la misma posición que a él le toque, por seguir a un mal maestro… Esté en la posición en que se encuentre... que tal vez no sea tan afortunada como vos con Divina inspiración pretendés, y cuidado que ¡incluso hasta puede estar entre las llamas del infierno sin que nadie lo sepa!
Ofidio Dido: Emilio, no sabés un pomo de Kirk ¿Cómo podés decir lo que decís? No, no tengo la certeza evidente racional... hago un acto de fe en Castellani. De la misma manera, vos no tenés ninguna certeza evidente racional, y hacés un acto de fe... en... ¿? no, yo no, Castellani. El poema de Jauja es el más grande los poema de Castellani... lo conocés? ahí dice que Soren está en el Cielo... y yo, frente a mi ignorancia en tantas cosas, confío en el Padre Castellani
Emilio Nazar: y en su inerrancia e infalibilidad en el tema, sobre todo tratándose de una metáfora poética… Mirá: hacer un trabajo sobre un autor o estudiarlo, no significa que se deba elogiar cada estupidez o degeneramiento que diga. Para mí es una bosta. De ahí en más parte mi razonamiento. Los sábalos sabrán degustar el manjar que non me piace probar. Ya te dí mi punto de vista sobre la cuestión. Que a alguien le sirva y se acerque a la Fe leyéndolo, es una cuestión de la Gracia de Dios, pero leyéndolo debe darse cuenta de lo corto que quedó, y abrirse a verdades superiores
Ofidio Dido: Ahí está la concretísima prueba que sos esencalmente ideólogo, en las antípodas de la filosofía
Emilio Nazar: Dios es el único que puede sacar un bien de algo malo. Y los textos de Soren te aseguro que son malos.
Ofidio Dido: "Es una bosta" es tu punto de partida, no tu conclusión
Emilio Nazar: Ya te lo dije desde el principio. Desde la visión de la filosofía que te enseñaron en Fasta, la UCALP, los Seminarios (hasta el más pintado), y en nosédonde.. Prosiguiendo con una tradición de errores que después les hacen agarrarse el marote* por las consecuencias, cuyo origen desconocen. Y no se dan cuenta que el meollo es precisamente LO QUE VOS ESTÁS DICIENDO y tu descalificación a lo que digo.
Ofidio Dido: Tenés un sistema (chato y cheto**), y pretendés adaptar la realidad al sistema, y no el sistema a la realidad. No importa lo que dice Soren. Lo que importa es TU IDEA, sos ideólogo. FASTA? que tiene que ver FASTA?
Emilio Nazar: Digo por decir, nomás. Ninguno de los erutitos del palo comparte lo que digo. Y no me calienta, me importa un rábano, un comino y un pistacho.
Ofidio Dido: Claro... me importa tres huevos lo que digan todos los tipos del palo que leyeron!!! Yo, que me la re banco sin leer, sé todo sobre Kirk!! No, ya sé! Tenés ciencia infusa!! Sos un ángel!!
Emilio Nazar: En ningún momento dije eso. Soren es un pobre infeliz exaltado por admiradores a quienes les gustaba la lectura de lo angustioso. Es lo mismo que esas mujeres de avanzada edad que gustan de ver telenovelas a ver hasta dónde caen los protagonistas... al cuete. Y después pretender que esa telenovela es filosofía
Ofidio Dido: Y eso vos lo sabés muy bien, por que conocés a fondo vida y obra de Kirk
Emilio Nazar: ¡Que se vayan a freír churros! ¿Eso filosofía? ¿A eso llaman Filosofía, amor a la Sabiduría? Eso es “amor a la novedad”, o “amor a la extravagancia que tenga más apariencia de coherente”, pero jamás filosofía
Ofidio Dido: ¡Tenés razón Emilio! Fabro y Castellani eran dos perejiles... qué lástima que no te conocieron a vos para que los salves
Emilio Nazar: Mirá: ni fu ni fa, ni me interesa. Prefiero leer Los Tres Mosqueteros, y eso que Víctor Hugo no era un santo.
Ofidio Dido: Bien! no te interesa, no sabés nada sobre el tema, y por lo tanto, cualquier cosa que digas al respecto estará inadecuada con la realidad.
Emilio Nazar: Han admirado lo efímero de alguna obra, teniendo en cuenta los términos, y no el sentido y conceptos en el marco de la cosmovisión kierkegaardiana, y eso no es filosofía, es apología ciega de lo subalterno.
Ofidio Dido: Claro Emilio, ellos que lo estudiaron a fondo en su idioma se re equivocaron y no vieron la verdad iluminadora que viste vos (sin haberlo leído). Tenés razón, perdoname
Emilio Nazar: No tengo nada que perdonar. Más bien tenés que ir a confesarte de dar entidad a aquello que no lo tiene, y no soy cura (al menos por ahora). Hay que abrir una rama nueva, que se llame "literatura del pensamiento" o algo así, donde se puedan arrojar todos los librejos con estupideces, como los que escribieron desde el iluminismo en adelante todos los que opinaron fuera del tarro del pensamiento católico. Sí, son toda gente que piensa fuera del tarro, y así les va en las consecuencias. Y ahí quedará claro: FILÓSOFOS por un lado, LITERATURA DEL PENSAMIENTO por otro
Ofidio Dido: Emilio, insisto, tenés razón... sin haber leído a Soren, sabés más sobre él que los que lo estudiaron a fondo
Emilio Nazar: No hace falta probar el veneno para saber que mata. ¿Filósofo contemporáneo? ¿Qué filosofía contemporánea? (Huevada contemporánea sería mejor llamarla). Esas materias hay que anularlas como filosóficas. No se basan en la Sabiduría ni conducen a la Sabiduría. Luego, nada de filosofía tienen.
Ofidio Dido: Emilio, Sos brillante, deberías ser decano. Sos el máximo exponente del pensamiento tomista. Santo Tomás hubiera hecho exactamente lo mismo que vos. Sos todo un ejemplo de como se debe adecuar el intelecto con la realidad
Emilio Nazar: Precisamente, Santo Tomás no podría hacer más que tomar frases y analizarlas con el método Escolástico, porque es imposible extraer conclusiones de personas que cortan el vínculo entre la Ontología y la Gnoseología, desfigurándolas por otra parte, para arrastrar la línea de pensamiento al extravío del error, donde jamás se hallará la Sabiduría.
Ofidio Dido: Emilio, por favor, dedicate al Derecho
Emilio Nazar: Precisamente, estoy dedicándome al Derecho, defiendo la Verdad y la Filosofía que ni Filósofos ni Teólogos hoy defienden. Lo discursivo no es un método, sino el modo de hacer una literatura para convencer a la gente de algún error, cada vez más grave, cada vez más grueso, cada vez más irracional, en una debacle gnoseológica que acaba en el extravío intelectual.
Ofidio Dido: Estás jugando con palabras que desconoces
Emilio Nazar: A eso me dedico, distinguido Ofidio Dido: al derecho, a defender a la Verdad ante usurpadores mentirosos que de falsos principios llegan a horripilantes conclusiones.
Ofidio Dido: Amén
Emilio Nazar: Por otra parte, ¿con qué parámetro filosófico me estás juzgando? ¿Acaso vos leíste todo lo que yo escribí para interpretar mi pensamiento?
Ofidio Dido: Si hay alguna obra a la luz de la cual deben leerse tus furibundas manifestaciones de ideólogo, por favor decime cuál es
Emilio Nazar: Lo que me criticás respecto a lo que digo de Soren, lo cometés conmigo al criticarme. Podés leerlas en el Blog, en Internet, y en otros materiales que puedo facilitarte. Pero como ves, vos no podés abarcar mi pensamiento para juzgarme. Y te aclaro: si en algún momento te doy material propio, inmediatamente escribiré algo nuevo, para que no puedas llegar jamás a tener una cabal concepción de lo que escribo, por lo cual tu juicio siempre será parcial e incompleto por no conocer lo último que haya escrito
Ofidio Dido: Lo que leo respecto a Soren, es siempre más de lo mismo... y hay otro pequeño detalle... a Soren lo salvan Fabro, Castellani y compañía... a "tu obra" no la salva nadie
Emilio Nazar: Estás hablando con Nadie...

NOTA:
* Marote: Cabeza
** Cheto: Persona que usa todo de marca, identificando la marca con “calidad”, y se cree superior solo por eso.

CARTA ABIERTA AL JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO ARGENTINO, LUIS ALBERTO POZZI


 
 
Por JOSE LUIS MILIA
 
Desde el 18 de abril de 1964, fecha en que el EGP guevarista asesina al Cabo de Gendarmería Nacional Juan Adolfo Romero tuve la certeza que sobre la República caía la sombra ominosa de la subversión internacional y, consecuente con mis convicciones, tomé partido.
 
 Adherí,  entonces, con el alma a mis FF.AA. y a todas las Fuerzas de Seguridad que en los años siguientes serían mandadas a enfrentar a la subversión en una guerra de agresión sistemática bosquejadas por el terrorismo internacional y diagramadas en Cuba. Guerra que es menester aceptar que por su forma y esencia nadie estaba preparado para combatirla. Aunque mi adhesión hubiera sido sólo moral, son casi cuarenta y ocho años de enfrentamiento entre argentinos y, debo confesarle, estoy cansado.
 
Cuando vi su foto, Pozzi, haciendo la “venia” – Ud. no hace el Saludo Militar – en el Instituto Dámaso Centeno ante una placa que recordaba a ex alumnos de ese instituto que militaron en organizaciones terroristas, quise ver en su gesto, quizás desde mi cansancio y angustia, la misma actitud que se reflejaba en una foto de un par de años antes donde el Jefe del Ejército Francés, General Elrick Irastorza rendía honores en un cementerio a los soldados alemanes caídos en Normandía. Quise imaginar que su actitud era un llamado a la pacificación nacional. Sólo fue un deseo ingenuo de mi parte, ya que Ud., conforme a los aires que corren en la República desde hace unos años - aires que privilegian a aquellos que por un escritorio blindan su estómago para desentenderse de muertos en acto de servicio y de camaradas que por cumplir órdenes están presos - jamás participó ni se acercó a un homenaje a los militares que cayeron cumpliendo su deber en esa guerra.
 
En verdad, en ese acto en el Instituto Dámaso Centeno Ud. ni siquiera rendía homenaje al enemigo de otrora contra el cual quiero creer que combatió. Su teatral actuación remitía solamente a la repetición pertinaz de gestos que gente como Balza, Bendini, Ud. y sus “incondicionales” hacen para mantener intacta la confianza que tanto les ha costado ganarse con quienes, despreciando al Ejercito Argentino, lo mantienen en un permanente estado de abandono y, por ende, a la República en un irremediable desamparo.
 
Nada hay en Ud. ni en quienes le acompañan en su faena de desarme que indique una vocación por reunir a los argentinos todos. Previsor, conociendo los bueyes con los que ara se tomó el trabajo, un día antes, de mandar a sacar las placas de las aulas que llevan nombres de Héroes del Ejército Argentino - Larrabure, Duarte Ardoy y otros - no fuera a ser que con el antecedente que tienen algunos generales de actuar como meros ordenanzas - ¿Recuerda Ud. a Bendini subido a un banquito? - el rufián del ministerio de defensa que los acompañaba lo obligara a Ud. a empuñar un cortafierro para sacar a golpes de maza las placas con los nombres de los héroes.
 
Pueden Uds. estar - esos pocos que prefirieron vender a sus camaradas y arrastrar por el barro el honor del Ejército Argentino - al menos por el momento, tranquilos. La “línea intelectual” que dejó el embajador-general, de prender ventiladores y arrojar cualquier bosta con tal de salvarse, está intacta. El embajador-general puede hoy hablar sin sonrojarse de un “plan sistemático de robo de bebés” y tratar de mantener en el olvido la triste memoria de la estancia “la Polaca” en paso de los Libres cuando era jefe de Unidad en esa localidad fronteriza en plena contraofensiva montonera. Y así, en consonancia con esta “política” de aguante, a partir de este “homenaje” a terroristas, si alguna vez alguien le pregunta que hizo Ud., Pozzi, en la Guerra contra la Subversión, podrá sacarse de encima el fardo recordando que permitió ese día que los planes de estudios de los Institutos Militares sean fiscalizados por las Madres de Plaza de Mayo – hoy sospechadas, ya no de terrorismo, sino simplemente de estafadoras del estado nacional – o por los farsantes de alguna ONG de DD.HH. empeñados desde siempre en destruir a nuestras Instituciones.
 
No es mi intención darle una clase de historia, Pozzi, ya que creo que en su fuero interno Ud. sí sabe que hubo una guerra y en la que, aunque tiemble si alguien se lo recuerda, supongo que combatió. Una guerra tan asquerosa en la forma en que la guerrilla la había planteado que aquellos que sí eran Soldados temían más por la salud de su alma que por su vida.
 
Tampoco es mi intención hablarle de Larrabure, Berdina, Moya, Estévez, Silva, Cisneros, Fernández Cutiellos o de los Soldaditos que murieron defendiendo su cuartel en Formosa ni de aquellos que quedaron en el Monte Tucumano, en Manchalá, en la Tablada, en Malvinas y en tantos otros lugares de nuestra geografía, y menos aún de todos aquellos que, cautivos sometidos a viles encierros, han tenido el valor de no rebajarse a pedestres indignidades, porque Ud. sabe bien que desde hace ocho años para aquel que traicione a sus camaradas existe el premio de ganar su libertad. Y ni uno, Pozzi, ni uno, ha esbozado la posibilidad de venderse.
 
Es entendible que Ud. nada quiera saber de ellos. En su mente la distancia a Marcos Paz, Campo de Mayo, Bouwer y otros campos de concentración es mucho más grande que la que mi nieto de cinco años cree que hay hasta la luna. Ellos, que saben que arrastrarán su vida en la inmundicia de un penal federal pero tienen su orgullo y su fe intactos, se han convertido, para Ud., en dedos acusadores que hasta su muerte le señalarán su indignidad.
 
A sabiendas he hecho omisiones de grado y he escrito cargos y grados a veces con mayúsculas o minúsculas. No son errores ortográficos, es sólo una manera de expresar mi respeto o mi desprecio.

CONSENTIR DESDE YA EL GRAN FRAUDE DEL 23 DE OCTUBRE, ES TRAICIÓN A LA PATRIA



Por Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 13 de Octubre del año 2011 - 1063

Se acerca la hora en que el Gran Fraude se impondrá en las elecciones del 23 de Octubre.  La tiranía ha conseguido que todos, menos este modesto periódico y tal vez algún otro que no conozco, acepten como un hecho consumado ese Gran Fraude que mantendrá la suma del poder público en manos de la secta que conduce el país usando como mascarón de proa a la mujer que usurpa la presidencia de la Nación. Es unánime la sumisión a esta farsa que está destruyendo lo que queda de la Argentina mediante una parodia constitucional y una república burlesca de utilería.

No hay un solo "politicólogo", ni un sólo "opinador", ni siquiera de los supuestos diarios opositores, "La Nación" y "Clarín", que analice, aunque más no sea para descartarla como hipótesis, la sospecha vehemente del fraude electrónico que se comete con el auxilio de la empresa INDRA, a pesar de que existen antecedentes nefastos de fraudes gigantescos en Venezuela, Ecuador y tal vez en algún otro país dominado por la izquierda. Se limitan a un estúpido lloriqueo en torno de la diferencia entre las actas "firmadas" por los presidentes de mesa (cuyas firmas, dicho sea de paso, nadie controló ni nadie puede controlar) y no sé qué otro dato incongruente, sin reparar que además de ese fraude al menudeo, está el otro, el electrónico y al por mayor, que se mide por decenas de porcentaje, o sea, que cambia un 60% de abstención y no más de un 20% para la usurpadora, por otro descomunalmente distinto que le otorga un 50% de los votos a ésta última y una abstención de sólo el 22%. 

Los argentinos marchan como sonámbulos rumbo a su propia destitución como ciudadanos y alegres de convertirse, a cambio de una efímero plato de lentejas (que nadie sabe cómo se paga. ni cómo se reparte. ni cuánto va a durar), en una recua de esclavos.

* * *

Pero todo esto es poco comparado con el mayor mal de este país y es la deserción de los católicos, de los "buenos patriotas" y de las clases cultas no izquierdistas en general. Esto es asombroso y trágico. No me cansaré de decirlo mientras haya una esperanza, aunque sea remota, de que un grupo de ellos caiga en sí y resuelva valientemente enfrentar al enemigo.

Casi todos los que conozco de este conglomerado desertor, son gente de bien, inteligentes, tienen buenas intenciones, hacen varias cosas loables, pero la verdad es que no entienden lo que pasa o no lo quieren entender y dejan que la tiranía se consolide por la simple vía de no hacer nada para acabar con ella.

Estos señores -a muchos de los cuales podría llamar, “grosso modo”, como mis amigos- no toman en cuenta mis quejas y críticas porque me consideran una especie de atrabiliario que vive en los desiertos, carente de toda influencia política y empeñado en realizar gestas imposibles, de manera que no vale la pena intentar convencerlos con mis propios argumentos, que ya conocen y rechazan.

* * *

Ocurre que releí un magnífico libro del gran Louis Veuillot llamado "La ilusión liberal", escrito en 1866, en el cual encontré frases que merecen ser meditadas por estos señores.

Veuillot nació en 1813 y vivió bajo el liberalismo más atroz hasta 1883. Fue socialista pero  se convirtió al catolicismo en 1838 y no sólo al catolicismo como religión sino también como filosofía de la Historia y del Estado. Desde 1840 escribió en el diario católico "L’Univers" y mereció elogios de los grandes Papas Pío IX y San Pío X. En 1866 escribió una serie de artículos en el diario "L’Union"  que después convirtió en ese libro llamado "La ilusión liberal".

Según puede deducirse de la enseñanza de Veuillot, la ceguera de los "buenos patriotas" que los confina en una inacción inexplicable, es una consecuencia de la degradación del pueblo en general, en todas sus clases sociales. No es posible que esos "buenos patriotas" sean tan burros y que actúen de una manera que se parece tan extraordinariamente a la traición sino fuera porque padecen una ceguera casi teológica.

Veuillot decía:

"Del seno de la multitud se eleva entonces no sé qué niebla espesa, que obscurece hasta las inteligencias superiores, encontrándose en abundancia los sapientes que no verán claro más que a los resplandores del incendio desencadenado.

"Cuando se estudia este fenómeno aparece tan extraño y tan terrible que es menester reconocer en él algo de divino. Es que la cólera de Dios estalla, triunfa, castiga el largo desprecio de la verdad." (Louis Veuillot "La ilusión liberal", pag. 21/22, editorial Nuevo Orden 1965).

Las consecuencias de la entrega del país entero al peronismo desde hace sesenta años son muchos más profundas que el dominio de los corruptos, sindicalistas y demagogos. Esa degeneración política que infectó a las masas, contagió a todos los partidos y fue subiendo hasta las clases cultas produciendo en ellas un efecto estupefaciente. Llegó un momento en que "hasta las inteligencias superiores" se vieron afectadas por esa "niebla espesa" que subía desde la masa peronista de tal manera que ya no consiguen pensar con claridad. Es así que tanto las masas como las "clases cultas" han llegado a ser fácilmente manipulables por la secta marxista que hoy nos domina.

El caso es que esa secta, aunque controla el poder político y el mediático, sería derrotable si se produjera una reacción salvadora de esas clases cultas no izquierdistas. Sin embargo, cada día que pasa esa reacción es menos probable a causa de la idiotización generalizada que padecemos..

¿Cómo romper ese hechizo? ¿Cómo disipar esa "espesa niebla" que nos enceguece?

Si Veuillot acierta en la última de las frases citadas, no será posible sin una sincera conversión de los "buenos patriotas". Porque Veuillot dice que "este fenómeno aparece tan extraño y tan terrible que es menester reconocer en él algo de divino. Es que la cólera de Dios estalla, triunfa, castiga el largo desprecio de la verdad."  Sólo cuando el desastre sea total,  “los resplandores del incendio desencadenado” –como dice Veuillot-  tal vez hagan pensar a los que ahora no piensan. Aunque lo dudo. 

La conversión consistiría en recordar verdades elementales del la filosofía del catolicismo lamentablemente olvidadas. Por ejemplo, ésta que menciona Veuillot:

"Debilitada por el pecado la humanidad se inclina naturalmente al error y la pendiente del error lleva a la muerte o, mejor aún, es la muerte misma. Este sólo hecho, por todas partes evidente, demuestra que el Poder se halla en la obligación de confesar él mismo la verdad y de defenderla mediante la fuerza que la sociedad pone en sus manos.  La sociedad no puede vivir más que con esta condición; ni siquiera ha intentado nunca vivir de otra manera. Ningún filósofo del paganismo se ha forjado un ideal de jefe de Estado que no fuese a la vez el defensor armado y resuelto de la verdad y de la justicia. 

"Cicerón…. escribe: ‘Un Estado, al igual que una casa, no puede existir si los buenos no son recompensados y los malos castigados’ (De natura deorum).

"Este deber de apoyar la justicia y, por ende, de confesar la verdad, pertenece a la esencia misma del gobierno, independientemente de todas las constituciones y de todas la formas políticas..." (loc. cit. pag. 21)

Es evidente que aquí está ocurriendo exactamente lo contrario de lo que enseña Cicerón: los malos gobiernan, se enriquecen y castigan a los buenos, mientras éstos sufren el castigo, el destierro, la exclusión y viven permanentemente bajo la amenaza de cosas peores, sin intentar siquiera mejorar su situación. ¿Cómo puede esperarse algo bueno de algo así? ¿Cómo puede tolerarse que esto ocurra? ¿No se dan cuentas los "buenos patriotas" que toda "conciliación" con esta lepra política, la consolida? ¿Qué puede ser más favorable para un tirano que la tranquila sumisión de los tiranizados?

Hay “débiles inteligencias -decía Veuillot- a quienes invade el falso espíritu de conciliación” (op.cit. pag. 79). Aspiran a “no ser nada, lo suficientemente nada a fin de vivir en paz con todo el mundo”. (op. cit. pag. 65).

* * *

Hay entre los "buenos patriotas" algunos que queriendo hacer de su vicio, una virtud, se excusan de luchar políticamente contra la tiranía -único combate que la tiranía teme- alegando que los católicos no podemos aceptar el sistema constitucional de 1853 porque es liberal. Entonces abandonan el campo por entero al dominio de la "dirigencia" corrupta e inepta en la cual viene enancado el marxismo que creó y conduce esta tiranía.

Por el contrario, Veuillot sostenía que los católicos deben disputar el poder a los enemigos de la Justicia, aunque eso implicara someterse a una Constitución liberal, sin dejar de condenar su filosofía.

"Decíamos entonces -escribe- y seguimos diciéndolo hoy, que la base filosófica de las constituciones modernas es ruinosa, pues entrega a la sociedad a peligros ciertos. Jamás hemos dicho que se pudiese ni se debiese substituirlas violentamente por otras bases, ni que estuviese prohibido obedecer a tales constituciones en aquellas cosas que no son contrarias a las leyes de Dios. Es un hecho totalmente independiente de nosotros, un estado de cosas en medio del cual nos encontramos en cierta manera como en un país extraño, observando las leyes generales que regulan la vida pública, usando el derecho de ciudadano cuyas obligaciones adquirimos, pero absteniéndonos de entrar en sus templos y de ofrecer el incienso de la adoración. Si el autor de estas páginas se permite ofrecer este ejemplo débese a que ha practicado largo tiempo la libertad de prensa y pide seguir ejerciéndola todavía, sin creer por eso y sin haber creído jamás, que la libertad de prensa sea un bien absoluto." (Op. cit. pags. 70/71)

El programa del Partido Católico que Veuillot consideraba deseable decía: "Nosotros aceptamos vuestras dinastías y vuestras constituciones; os dejaremos vuestras ganancias. Pero no os pedimos más que una cosa, que es de estricto derecho, incluso para vosotros mismos: la libertad. Queremos combatir y convenceros mediante la libertad solamente. Cesad de someternos a vuestros monopolios, a vuestras trabas, a vuestras prohibiciones; dejadnos enseñar libremente...abrid posibilidades para todos los bellos entusiasmos a los cuales no sabéis otra cosa que  imponer o proponer expedientes dilatorios. Y no temáis nuestra libertad...." (op. cit. pag. 69).

Dios quiera que estas frases de Veuillot, un gran luchador católico del siglo XIX, convenzan a los "buenos patriotas" antes de que sea todavía más tarde de lo que ya es. Después del 23 de Octubre, el poder de la tiranía será tal vez irrevocable, como lo ha sido en Cuba desde hace 50 años. 

Cosme Beccar Varela

e-mail: correo@labotellaalmar