sábado, 19 de abril de 2014

LA HEREJÍA PELAGIANA Y SEMIPELAGIANA DAÑA LA ENSEÑANZA DE LA SALVACIÓN O... "LAS MONJAS SOLO QUIEREN DIVERTIRSE"


Por Emilio Nazar Kasbo
Actualmente, hay en la Teología católica frases están dichas desde una cosmovisión de libre interpretación protestante en la cual no se distingue la Redención que sí es de todos los hombres de la salvación que sólo será de muchos. 
¿Cuál es el destino de los feligreses católicos, si la Jerarquía misma se extravía en el semipelagianismo, hundiendo su accionar en la inmanentización sociológica de su accionar, cuando debieran elevarse a Dios en agradecimiento por los dones recibidos por la Gracia? Cuando en vez de rezar a Dios se ofrece "al mundo" el accionar, todo SE HA PERDIDO, puesto que ya no hay más Fe, aunque se siga utilizando el término. La Fe quedará convertida en una mera moda pasajera, y una monja será idéntica a cualquier persona pagana, solo que vistiendo un hábito en concordancia con el deconstruccionismo aplicado a la Iglesia Católica: la cáscara católica con un contenido hueco, un "gran Nirvana" qua de nada servirá, porque a Dios no se lo transmite en la herejía, a no ser que alguna "eminencia" diga lo contrario. El sacerdote dejará de ser un Alter Christus para convertirse en un alter hominem idéntico a cualquier otro, desfigurando el Gran Tesoro del cual deben ser portadores. Un triste papel en que lo mejor es absolutamente corrompido y dañado.
Buscando en "El Teólogo Responde" del P. Miguel Fuentes del IVE, hallamos lo siguiente: 

El término ‘redención’ hace más bien referencia al ‘rescate’ (viene del latín redimere, que significa volver a comprar) del pecado, que Cristo pagó muriendo en la Cruz por nosotros.
En cambio la ‘salvación’ es el fruto obtenido por la redención de Cristo, al no estar más enemistados con Dios por el pecado, nuestra alma está en gracia y es este estar en gracia lo que llamamos salvación.
Hay que tener en cuenta que como son dos conceptos muy ligados, muchas veces pueden usarse indistintamente, tanto para indicar el aspecto de haber sido rescatados como el de la salvación.


No podemos compartir la imprecisión en los términos, a pesar de que sea considerada como "costumbre", ya que las consecuencias de ello son graves. Sería como confundir la Persona de la Santísima Trinidad con su personalidad jurídica como sujeto de derechos en este mundo, ya que tal identidad implica una herejía (para quienes no lo saben, no hay persona humana en Jesucristo, sólo hay Persona Divina, puesto que es Dios).
La efectiva omnipresencia y omnisapiencia de Dios no implica que todo hombre se salve, porque de hecho muchos se condenarán. 
Todos los seres existimos por ser creaturas de Dios y nos hallamos ante Su presencia omnisciente, y el hecho de la existencia del ser humano como una creatura particular de Dios, creado a Su imagen y semejanza, no lo equipara a Dios, tal como fue la tentación de la serpiente en el Paraíso a Eva. 
El trasfondo pelagiano o de semipelagianismo en muchos textos teológicos de la modernidad, de lo cual anteriormente todos los autores se cuidaban de no reproducir, se percibe en la equiparacion de trato del hombre con Dios en lo cual la Gracia es omitida. 
Así la "intimidad con Dios" es interpretada como un "estar a solas" y no como experiencia mística o como referencia a visión beatífica a la cual no todo hombre por el solo hecho de serlo llega, y mucho menos por mérito propio o esfuerzo personal. 
La ofrenda en la redención es Dios sacrificado para Dios mismo (no para el hombre ni para "el mundo" como si fuesen seres superiores a Dios). Por tal ofrenda, que consistió en la Crucifixión de Jesucristo, es la via por la cual todo ser humano se redime y muchos se salvarán por ese motivo. 
Cristo crucificado no es una ofrenda al hombre para que este mediante su propia fuerza y su libre albedrío en la elección se salve. 
La Redención, no requiere de aceptación por parte del ser humano porque es un hecho de Dios. 
Por su parte, la aceptación de la salvación no es un hecho de la conciencia humana que así elige por propia fuerza cuál es el Bien o el alcance del Sacrificio de Jesucristo. La salvación es una Gracia de Dios y la aceptación de ese socorro se da en el marco de la misma Gracia, de modo que el rechazo de la salvación involucra, sí por decisión propia con su consecuente responsabilidad, el rechazo de la Gracia y por ende la condena perdurable del alma. 
El P Miguel Fuentes del IVE dice que se usa como sinónimo salvación y redención, lo cual es un gravisimo error que acaba encubriendo pelagianismo y semipelagianismo en autores modernos inspiradores de una Teología que la Tradición jamás señaló como ortodoxia. 
La identidad o indiferencia en el uso de los términos salvación y redención debe involucrar un discernimiento y análisis para evitar la confusión en la feligresía, o que se tome como "santidad" lo que es un acto de semipelagianismo. ¿Es el esfuerzo propio, o la elección propia de la Voluntad de Dios lo determinante para ser santo, o es la Gracia en un movimiento precisamente gratuito hacia la persona por cuya acción la aceptación personal es otorgada en el marco de esa Gracia como Don de Dios? No es lo mismo uno que otro concepto, y por tanto podría conducir todo esto a una errada concepción de la santidad... ¿y quién podrá ser santo en el marco de una herejía explícita o implícita?
Antes del Concilio Vaticano II la corriente modernista y de la Nouvelle Theologie llevaron a esta grave confusión, que fue extendiéndose cada vez en mayor medida cuantos más adherentes se hallaron en los Seminarios, todo lo cual fue potenciado tras el Concilio Vaticano II con la excusa de una "revalorización del mundo" que acabó siendo en la mayoría de los casos una "revalorización de lo mundano".
¿Alguien puede nombrar alguna causa de canonización de alguien que sea pelagiano o semipelagiano? Pues debe dirigirse de modo urgente al organismo del Vaticano correspondiente a formular la denuncia.
No es posible la canonización o la declaración por parte de la Iglesia como santos de quienes hayan sostenido pelagianismo o semipelagianismo en su Teología, puesto que previamente deberá resolverse el dilema de Casiano. Casiano no es ni siquiera beato porque fue hallado semipelagiano. Pero parece que eso ya no importa... nuevos tiempos co una nueva "teologia" deformadora de la Tradición. Cuando vuelva el Hijo del Hombre, hallará Fe sobre la tierra? Mientras los nuevos Poncio Pilatos dirán: y que es la Fe?