viernes, 17 de agosto de 2012

EL PATRIOTA


En el día del Principe Cristiano, Padre de la Patria, Honor y Gloria al Brigadier General Don José Francisco de San Martín.
Frases inmortales de un hijo de Terciarios Dominicos:

"Al Ejército de los Andes queda la gloria de decir: en 24 días hicimos la campaña, pasamos las cordilleras más elevadas, concluimos con los tiranos y dimos libertad a Chile."

"Declaro no deber ni haber debido, jamás, nada a nadie."

"De lo que mis granaderos son capaces, solo lo sé yo, quien los iguale habrá quien los exceda no."

"Desearía que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires." (Fuente: Claúsula de su testamento.)

"El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades."

"El que se está ahogando no repara en lo que tiene a mano para agarrarse."

"La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos."

"La seguridad de los pueblos a mi mando, es el mas sagrardo de los deberes."

"Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles mi edad mediana al de la patria, creo que me he ganado mi vejez."

"Cuando la patria peligra todo es válido".

"Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos."

"Para los hombres de coraje se han hecho las empresas."

"Sacrificaría mi existencia, antes de echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición."

"Si hay victoria en vencer al enemigo; la hay mayor cuando el hombre se vence a si mismo."

"La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien."

"Una derrota peleada vale más que una victoria casual."

GENERAL DON JOSE de SAN MARTIN.





Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)

Cuando los tiempos muestran que los rumbos se han perdido, es que ha llegado el momento de recordar lo que en el pasado se ha sido, así, la figura del prócer surge cual lucero nunca olvidado, para volver al rumbo que fuera  por el trazado.

                               Salve Patria, mi Argentina
                               los clarines están sonando
                               y los tambores redoblando
                               al prócer genial recordando.

                             Allí aun esta, junto a los cielos
                             como si fuera un cóndor bravío
                             que cruzando pampas y cerros
                             alentara a vencer sin desvío.

                             San Martín, el gran soldado
                              que en nuestra Patria hiciste
                              el santo legado de libertad
                              para los pueblos nos diste.

                            Independencia fue el grito
                            que toda América escucha
                            brotando de ese tu sable
                            pleno glorioso en la lucha.
                           
  Es importante saber del pasado, recorrer en  sus paginas las  muestran de esfuerzos y sacrificios, que se hicieron para llegar a las metas que se proponían. Cuando aquellos aportes se olvidan o sus efectos se cambian, la savia de la vida queda viciada, haciendo que los frutos del mañana pierdan calidad y sabor. El General Don José de San Martín, forma parte destacada de aquellos que soñaron con un país pleno de beneficios, y, para lograrlo, lucharon por la libertad de las personas y la independencia de la comunidad Sus esfuerzos se basaron en la entrega, dentro de la sana aspiración de ser cada día mejores, sembrando ideales y sueños, que, como legado de pureza infinita, es la herencia de Patria y futuro. Aquellos que olvidan lo que sus mayores le dieron y cambian sus ideales, conforme les resulte personalmente oportuno, no tan solo traicionan el ayer, sino que destruyen las bases para edificar los mañanas

IR POR TODO PARA PERMANECER




 Por José Luis Milia


“El punto de vista económico de los nazis era grotescamente primitivo; contemplaban la creación de riqueza como un juego de suma cero en el que, si Alemania tenía que ganar, otro tenía que perder. La consecuencia fue que, desde 1940, Hitler financió la guerra saqueando cada vez más su propio imperio; este proceso solo podía terminar en la bancarrota.”
Max Hastings.- “Se desataron todos los infiernos”.- pag.567

 Al igual que Hitler, al menos en lo que han pensado siempre de la economía, el dúo presidencial que manejó la República hasta el 27 de octubre de 2010 obró siempre con criterios de suma cero. Sus armas eran, y son, subsidios y retenciones; los primeros para los amigos que reciben todas las prebendas y para mantener más o menos contenta a la hacienda electoral y los segundos para los enemigos que solo merecen ser saqueados.
Hagamos algo de historia. Cuando el dúo llegó al gobierno, con ellos llegó algo desacostumbrado en estas latitudes. Por primera vez desde hacía mucho tiempo nuestra producción tradicional, los granos, tenía precio y no cualquier precio, eran valores que tenían que ver con las necesidades que el crecimiento de una nación cuyo censo es el 14,3% de la población mundial debía solventar. El precio de los commodities agropecuarios crecía acorde con un mundo que necesita alimentos.
Con esas condiciones dadas, con la solvencia que en pocos años ese mercado en ascenso nos iba a dar, había que ser un bribón consumado o un incompetente a tiempo completo para no reconstruir, a niveles inimaginables, el País. Como tenían la ubicuidad de los primeros y a su rapacidad sumaban la torpeza inmanente de los otros convirtieron a la República en un infame mercado donde todos tenían su precio y cada acción su tasa; desde los políticos de cualquier pelaje, funcionales como compañeros de ruta en las mas inmundas tramoyas, hasta los jueces que, proxenetas consumados, se dedicaron a bajarle los calzones a la justicia y cobrar por los favores que la pobre daba, sin olvidar a los jefes militares que a cambio de espurias canonjías aceptaron entregar sin decir palabras a sus camaradas ni al empresariado industrial siempre listo a arrodillarse. Ni siquiera la Iglesia, o al menos su jerarquía, cacheteada como nunca en la historia de la Argentina, osó, vaya uno a saber por qué causa, ir más allá de ligeras reconvenciones mientras se daba vía libre al aborto, al gaymonio y a tantas otras cosas que eran cintarazos crueles en nuestras espaldas de creyentes.
En verdad, y aunque nos duela el engaño, no habían venido a reconstruir un país, solo les importaba continuar la faena urdida en su comarca. Sus previsiones resultaron exactas. Podían, y aún pueden ir por todo. Conocen a los argentinos.
Hace tiempo que las promesas dichas aquel 25 de mayo de 2003 y las que se cuecen en cada 25 de mayo cada cuatro años han quedado en el olvido; nada hay de los 5.000 kms. de autopistas ni de las 700.000 viviendas prometidas, y aunque inventaron el ministerio de planificación, jamás planificaron nada, excepto la exacción, el desorden y la fábula contada cada tanto en cadena nacional; y entraron, ahí ya de lleno, en un surrealismo exaltado cuando el dios del relato se les presentó por primera vez y les garantizó que si lo sabían usar los pobres seguirían creyéndoles aunque cada vez fueran más pobres y los ricos, aunque no les creyeran, nada harían en su contra porque sus bolsillos seguirían llenándose.
Todo permanece igual en Argentina, nada ha cambiado desde 2003. De lo que era una simple pero rencorosa manera de hacer política, la sobreviviente del dúo ha llevado al paroxismo las características de este modus operandi político pero le ha sumado una fervorosa adoración del dios de la patraña que solo a ella se le manifiesta y que presuntamente le ha hecho saber que si no nombra algo- inseguridad, inflación, drogas o la muerte de niños desnutridos-, ese algo no existe o no sucede en el país de las maravillas que ella en su cerebro se ha diseñado.
Un simple ejercicio, ponerle a la soja hoy el valor que tenía en 2001, nos revelaría que nada de lo que se nos muestra como logros económicos del modelo hubiera sucedido. Hoy no habría combustibles ni siquiera para calentarnos y ni hablar de producir energía para que los industriales “flor de ceibo”- esos que si no tuvieran a papá estado sobándoles el lomo no existirían- pudieran hacer la parada de un país industrializado. No habría subsidios, salvo que se pagaran con vidrios de colores pero al menos un país pauperizado como sería el de la soja a 148,25 US$/ton podría justificar impiadosamente las muertes de chicos por desnutrición.
Hoy quieren que hasta le creamos la payasada que al dólar, en su real valor, se lo puede manejar con un verbo de barricada o jugando de maestra de Siruela pero solo han conseguido desplomar el mercado inmobiliario y han convertido el auge turístico en una entelequia sin visos de realidad.
La única realidad visible en este patético festival de realismo mágico es que quieren permanecer, como sea, en el poder y para ellos tienen que ir por todo, caiga quien tenga que caer, sin importar que sufrimientos se inflijan a los argentinos, porque necesitan caja y seguirán apostando a hacerse de ella aunque deban saquear, hasta dejarla exhausta, a la República.

JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com

LA MUERTE DE LA CONVERSACIÓN





Acabo de leer en internet que a la entrada de algunos restaurantes europeos les decomisan a los clientes sus teléfonos celulares. Según la nota, se trata de una corriente de personas que busca recobrar el placer de comer, beber y conversar sin que los ring tones interrumpan, ni los comensales den vueltas como gatos entre las mesas mientras hablan a gritos.

La noticia me produjo envidia de la buena. Personalmente, ya no recuerdo lo que es sostener una conversación de corrido, larga y profunda, bebiendo café o chocolate, sin que mi interlocutor me deje con la palabra en la boca, porque suena su celular.

En ocasiones es peor. Hace poco estaba en una reunión de trabajo que simplemente se disolvió porque tres de las cinco personas que estábamos en la mesa empezaron a atender sus llamadas urgentes por celular. Era un caos indescriptible de conversaciones al mismo tiempo.

Gracias al celular, la conversación se está convirtiendo en un esbozo telegráfico que no llega a ningún lado. El teléfono se ha convertido en un verdadero intruso. Cada vez es peor. Antes, la gente solía buscar un rincón para hablar. Ahora se ha perdido el pudor. Todo el mundo grita por su móvil, desde el lugar mismo en que se encuentra.

No niego las virtudes de la comunicación por celular. La velocidad, el don de la ubicuidad que produce y por supuesto, la integración que ha propiciado para muchos sectores antes al margen de la telefonía. Pero me preocupa que mientras más nos comunicamos en la distancia, menos nos hablamos cuando estamos cerca.

Me impresiona la dependencia que tenemos del teléfono. Preferimos perder la cédula profesional que el móvil, pues con frecuencia, la tarjeta SIM funciona más que nuestra propia memoria. El celular más que un instrumento, parece una extensión del cuerpo, y casi nadie puede resistir la sensación de abandono y soledad cuando pasan las horas y este no suena.

Por eso quizá algunos nunca lo apagan. ¡Ni en cine! He visto a más de uno contestar en voz baja para decir: "Estoy en cine, después te llamo".

Es algo que por más que intento, no puedo entender. También puedo percibir la sensación de desamparo que se produce en muchas personas cuando las azafatas dicen en el avión que está a punto de despegar que es hora de apagar los celulares.

También he sido testigo de la inquietud que se desata cuando suena uno de los timbres más populares y todos en acto reflejo nos llevamos la mano al bolsillo o la cartera, buscando el propio aparato.

Pero de todos, los Blackberry merecen capítulo aparte. Enajenados y autistas. Así he visto a muchos de mis colegas, absortos en el chat de este nuevo invento. La escena suele repetirse.

El Blackberry en el escritorio. Un pitido que anuncia la llegada de un mensaje, y el personaje que tengo en frente se lanza sobre el teléfono. Casi nunca pueden abstenerse de contestar de inmediato. Lo veo teclear un rato, masajear la bolita, y sonreír; luego mirarme y decir: "¿En qué íbamos?". Pero ya la conversación se ha ido al traste. No conozco a nadie que tenga Blackberry y no sea adicto a éste.

Alguien me decía que antes, en las mañanas al levantarse, su primer instinto era tomarse un buen café. Ahora su primer acto cotidiano es tomar su aparato y responder al instante todos sus mensajes. Es la tiranía de lo instantáneo, de lo simultáneo, de lo disperso, de la sobredosis de información y de la conexión con un mundo virtual que terminará acabando con el otrora delicioso placer de conversar con el otro, frente a frente.



Lo anterior va de la mano que este breve y elocuente video:


Autor Desconocido

Fuente del texto original:
Hay en Internet publicaciones posteriores que han adaptado el texto a una forma de expresión más comprensible

LA REVOLUCIÓN DE CRISTINA FERNÁNDEZ O "TODA LA CARNE EN EL ASADOR..."




Por Carlos Manuel Acuña

La revolución que quiere protagonizar Cristina W. Fernández se desenvuelve en medio de grandes contradicciones. Por un lado, la presidente de la ex República Argentina no deja de cometer desatinos que socavan decididamente su imagen y capacidad de maniobra. Valga un ejemplo ilustrativo del descontrol con que toma sus decisiones. Hace poco - casi unas horas - el personal de la AFIP de la delegación de Bahía Blanca inició una protesta gremial en reclamo de haberes atrasados y aumentos no concretados, que paralizó totalmente las actividades en ese centro de gran recaudación. El propio titular del organismo, Ricardo Echegaray, debió intervenir personalmente y logró un acuerdo que permitió solucionar el problema y reanudar el trabajo. Todos contentos, pero el caso es que alguien le habló a Cristina al oído para comentarle que el dirigente bahiense de los recaudadores pertenecía al ala gremial que responde a Hugo Moyano. Ni corta ni perezosa, la Presidente llamó al titular de la AFIP y le ordenó por teléfono que suspendiera el entendimiento logrado y para que entendiera mejor, entre otras cosas le dijo algo así como "no le daré ninguna oportunidad política al enemigo..."

Otro hecho reciente. Mientras los deportistas argentinos se preparaban para viajar a Londres, Sebastián Demarchi rechazó de plano las presiones del gobierno y de las mismas Madres de la Plaza de Mayo para que se preste a una publicidad favorable. Demarchi se negó y en consecuencia el gobierno decidió no pagarle los pasajes y la estadía. Demarchi resolvió vender su automóvil, rompió la alcancía de sus ahorros y viajo un día antes del comienzo el torneo pues carecía de recursos para pagarse el hotel. Ganó la única medalla de oro de la que podamos ufanarnos pero al regreso, junto con los restantes atletas argentinos, Demarchi debió participar de la reunión con la que Cristina los recibió y muy suelta de cuerpo aseguró que su gobierno continuaría con el apoyo de dinero a los actos deportivos "como lo hizo hasta ahora".

Podríamos repetir el lugar común que sostiene que "para muestra basta un botón", pero el caso es que hechos similares se repiten a diario y cada vez con mayor frecuencia. Esto hace que se multipliquen las versiones sobre los anormales cambios de carácter de Cristina Fernández y que sus colaboradores teman las reacciones imprevistas y fuera de lugar de la titular del Poder Ejecutivo. Recordemos que hay ministros y secretarios de Estado que lo comentan entre si y no ocultan sus temores por lo que pueda ocurrir el día de mañana. Capitanich, gobernador del Chaco que goza de la simpatía presidencial, es un fiel testigo de lo que decimos, con el agregado de que abiertamente, delante de testigos importantes y por medios periodísticos electrónicos, la Presidente tuvo palabras impropias -por así decirlo- que puso a todos en aprietos y hasta los aplaudidores que siempre actúan cuando habla Cristina, batieron nerviosamente sus palmas mientras sonreían nerviosos y se miraban entre sí. Como lo saben nuestros lectores, Capitanich se mordió los labios e hizo esfuerzos para superar el incidente. Esfuerzos parecidos a los que en su momento tuvo que hacer cuando se enteró que no iba a ser el candidato a la vicepresidencia y que su reemplazante sería el guitarrista rockero.

Episodios como los relatados suceden todos los días y en relación con temas superiores que hacen a los actos de gobierno, lo que abona los rumores acerca de la profundidad de la inestabilidad emocional de Cristina. Para que decir si recibe malas noticias o simples relatos adversos. Hay quienes explican que contribuye el grave problema de la adicción de su hijo Máximo que ha llegado al punto de agredir a la madre de su novia y a esta misma, con el agregado de que se niega rotundamente a aceptar un tratamiento para recuperarse. Hace poco, Cristina debió utilizar antes de la madrugada al avión presidencial Tango 01 para buscarlo a Río Gallegos con el fin de internarlo en Buenos Aires en un establecimiento de prestigio, asunto que despertó severas críticas por utilizar particularmente un bien del Estado a un costo muy alto. Lo hizo personalmente y el suceso aceleró la caída de la imagen de Cristina que, como lo saben quienes nos leen, tiene un setenta por ciento de rechazo, lo cual intensificó la tarea de los encuestadores y medios de comunicación periodísticos que responden al oficialismo, para ejercer la propaganda y alcanzar un porcentaje incierto del 50 por ciento, en el que nadie cree.

Ya existen legisladores que diplomáticamente se enferman o simplemente no se presentan en ocasiones de importancia. Ayer, el Senado aprobó por cuarenta votos contra veintiocho la media sanción para expropiar la empresa Ciccone, en uno de los actos más insólitos que se recuerda. Menem, Reutemann y otros estuvieron ausentes y no son pocos quienes le encuentran significado a las bancas que quedaron vacías. Además la sesión fue presidida por Boudou (Amado), quien está seriamente complicado en este escandaloso asunto que ofrece otra particularidad extraordinaria: se expropia un bien del que se desconoce quien es su propietario. En el kirchnerismo se tiene la esperanza de que no surjan nuevas complicaciones y que como siempre sucede, la opinión pública se olvide de este suceso organizado para rescatar la imagen del trovador, cuyo desprestigio, de todos modos, está en boca de todo el mundo.

Como lo explicamos en su momento, esta carga moral tiene un notable contenido político porque le cierra al oficialismo la posibilidad de una sucesión -todavía imprevista- pero siempre posible. Comentarios como éste rondan en el mundo político y forman parte de los encuentros reservados entre dirigentes de los sectores más distintos. Por ejemplo, Hugo Moyano con Francisco de Narváez y otros que evalúan la realidad del momento desde distintos puntos de vista. Uno de ellos es el desprestigio en que cayeron los dirigentes y otro la ausencia de soluciones a los múltiples problemas que crecen día a día. Por ejemplo, el agotamiento de la liquidez para continuar con los subsidios y contener cualquier estallido que potencialmente se anida en la sociedad. Para ello y con la mirada en el corto plazo, se resolvió presionar a los exportadores de cereales para que vendan las diez millones de toneladas remanentes de la última cosecha, que podrían generar unos 2.100 millones de dólares. El apuro obedece a que después del pago de los Bonos de la deuda este 3 de agosto, se esperaba que de los 2.200 millones una parte mayoritaria reingresara al mercado local, pero la Casa Rosada y el ministerio de Economía -Axel Killisof incluído- olvidaron que el 70 por ciento de los tenedores de esos papeles eran extranjeros o argentinos con cuentas en el exterior. Todos resolvieron llevar sus capitales a otra parte.

En materia de granos, se ha producido otra novedad revolucionaria: los productores deben anticipar a la AFIP las superficies destinadas a la siembra, las especies elegidas y finalmente los resultados obtenidos. Nada se aclaró acerca de como deberá actuarse en el caso de cambios de opinión, pérdidas por pestes, inundaciones, sequías o cualquier otro motivo según la voluntad del propietario, mediero, aparcero o arrendatario. En concreto, un anticipo de lo que dijimos desde hace mucho y que en su momento no se concretó con motivo de la famosa 125: el dirigismo con  que se espera doblegar a un sector que ejerce un estilo, un sentimiento, una cultura muy propia de la Argentina e incluso una independencia política. Como será que hasta en alguna oportunidad desoyó los consejos y votó a favor del gobierno, lo que tal vez no volverá a suceder nunca jamás mientras los K estén en el poder. En el gobierno, la doctrina colectivista está por encima de las conveniencias.

Otro hecho significativo fue la celebración del centenario de la fundación de la Federación Agraria a la que se quiere separar de las restantes entidades que representan al campo. De todos modos, la fiesta fue un éxito al que contribuyó la pluralidad de concurrentes que abarcaron un horizonte diverso y movido. Desde Moyano, el "Momo" Benegas, Reutemann, Binner -curiosamente el gobernador Bonfatti no concurrió pese a que anticipó su concurrencia- radicales de variado pelaje y otras líneas políticas, gremiales, personalidades representativas del campo y de la industria, aunque no lo hicieron aquellos empresarios que, como De Mendiguren, siempre son oficialistas. Se habló de todo pero el tema que primó giró en torno de la grave situación institucional, el futuro de Cristina, la rebelión fiscal de los gobernadores de Córdoba y Corrientes, de otros que se aprestan a sumarse y del papel que podría tener el presidente de la Suprema Corte, Lorenzetti, en un futuro que se muestra brumoso. La niebla contribuyó a ese estado de ánimo y no faltaron los comentarios sobre el Batallón Combatiente -o Vatayón Militante, si se quiere- la formación de elementos de choque con delincuentes o el hecho indignante de los avances de La Cámpora en los Jardines de Infantes, establecimientos primarios y secundarios de educación. Fueron muchos y variados los comentarios pero sobre todo se destacó una coincidencia: "ellos - el crisitinismo - están apurados poniendo toda la carne en el asador..."