Una camioneta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN) con altoparlantes que hacían oír la dolorosa voz de la queja, un hombre vestido como preso a la antigua usanza con traje a rayas volanteando la zona, desde el balcón una muñeca representando a la muerte con el signo "Pesos" pegado en dorado bien grandecon y una guadaña en su mano, junto a grandes carteles colgados pidiendo "Basta de impunidad", y "Basta de inacción UEJN", con un importante número de empleados judiciales en la manifestación, fueron el marco de manifiesta indignación del escrache que se desarrolló en la jornada del 21 de junio de 2011 ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, contra el Juez Carlos Alberto Rozanski.
Una multitud de pequeños volantes con la foto del Juez en los que se denunciaba: "Primero la fama, después, el harem; y último, las causas ¿Quién lo defiende? Dr. Rozanski, 500 causas prescriptas y un juicio por año UEJN"; "Los juicios a los represores son del pueblo no de los jueces UEJN. Dr. Rozanski, deje el té y póngase a trabajar".
En su petitorio, exigen que cese el maltrato dentro del Tribunal, y que se reinicie inmediatamente la investigación en el Consejo de la Magistratura, que por segunda vez ha suspendido la prosecución del proceso abierto para investigar los hechos denunciados.
También el hombre disfrazado de preso entregaba una hoja tamaño A4 en la que aparece una caricatura del Magistrado, sobre la cual hay una leyenda que afirma: "Juez Rozanski sáquese la CARETA. Usted es el victimario". Al dorso de la hoja, se consigna el siguiente texto, que transcribimos en su integridad a continuación:
BASTA DE MALTRATO Y DESIDIA EN EL TRIBUNAL ORAL FEDERAL 1 DE LA PLATA
La Unión de Empleados de Justicia de la Nación, nos volvemos a manifestar en contra del maltrato laboral, el bastardeo de nuestro trabajo y la desidia en el trámite de todos los expedientes del Tribunal Oral Federal n° 1 de La Plata.
Nuestro ámbito de trabajo, manifiestamente hostil para con un grupo de compañeros que decidió decir "basta" a esta forma de trabajo, continúa regulado por el autoritarismo, la falta de directivas claras y el privilegio para unos pocos.
Así, con esta situación que ya lleva por lo menos cuatro años, se llegó a un estado caótico: más de 900 causas que están prácticamente paralizadas, entre ellas unas 450 que ni siquiera se tocaron y unas 500 literalmente prescriptas. A todas las personas involucradas en esos expedientes, sean inocentes o culpables, sean víctimas o querellantes, no se les respetan los Derechos Humanos. Como a nosotros, los empleados.
Todas estas situaciones fueron producto de sucesivas reestructuraciones dispuestas con un desigual reparto de tareas, una desidia insoportable, y un desconocimiento del manejo de un Tribunal totalmente exasperante.
De todo esto se responsabilizó a los 8 secretarios que "renunciaron" porque, supuestamente, no supieron interpretar el "pensamiento" de un juez, y a compañeros a los que se les iniciaron sumarios y tuvieron que retirarse del Tribunal. Por si fuera poco, todo sucedió en un clima de hostigamiento, de maltrato, de violencia verbal y simbólica, de infiltración en las asambleas y de persecución gremial.
Esta es la verdad del Tribunal, que se intenta ocultar con el argumento de la complejidad y la extensión de las causas de lesa humanidad, en las que nosotros trabajamos dejando todo nuestro esfuerzo para que la sociedad recibiera Justicia. Los empleados decimos, por si hiciera falta recordarlo, que los juicios de lesa humanidad son una victoria del pueblo argentino, y no de los jueces.
El único juez que permanece en el Tribunal después de toda esta vorágine es el Dr. Carlos Alberto Rozanski. Lo hacemos responsable de todo este descalabro. ¡Dr. Rozanski, sáquese la careta, deje de victimizarse!
Ahora bien, el Consejo de la Magistratura de la Nación tomó cartas en el asunto, nos empezó a citar a declarar y hace pocos días, y por segunda vez, acaba de suspender la investigación, después de que varios testigos comprometieran seriamente a Rozanski y revelaran esta verdad. Las dos suspensiones fueron por iniciativa del propio Rozanski, que busca como excusa su -y, por consiguiente, peligrosa, actuación en los juicios de lesa humanidad, para encubrir su responsabilidad.
En noviembre de 2010, el Dr. Rozanski quiso echar a 8 compañeros, pero no pudo. Acá estamos, para decir: ¡Basta de maltrato! ¡Basta de privilegios para unos pocos! Basta de usar los juicios contra los represores para hacer "fama" y construir poder! ¡Condiciones de trabajo dignas dentro del Tribunal! ¡Reinicio ya de la investigación en el Consejo de la Magistratura!
UNIÓN DE EMPLEADOS DE LA JUSTICIA DE LA NACIÓN ¡A PASO DE VENCEDORES!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.