Por el Padre Thomas J. Euteneuer
Presidente de HLI (Human Life International)
El martes 22 de enero del 2008, se cumplieron 35 años de la legalización del aborto a petición durante los nueve meses del embarazo en todo EEUU. Con motivo de la recordación de esta tragedia, ofrezco una lista de diez retos para el movimiento pro-vida en EEUU y en el mundo hispano. Si de verdad queremos que desaparezca la “cultura” del aborto, tenemos que madurar como movimiento. Las mismas ideas y estrategias que hemos empleado durante 35 años no nos han logrado la victoria que buscamos. Ello se debe a que la lucha contra el más difundido de los males espirituales que jamás haya penetrado en el mundo, sólo puede ser ganada según lo que Dios ha dispuesto. El movimiento pro-vida ha invertido más en el cambio político y cultural que en el cambio espiritual. No temamos luchar contra las armas de destrucción masiva de Goliat con la fe de David, que enfrentó al gigante “en el Nombre del Señor de los Ejércitos” (1 Samuel 17:45).
1- Pongámonos de rodillas y supliquemos al verdadero Salvador que le ponga fin al aborto. El movimiento pro-vida tiene que confesar con humildad que el aborto es un mal tan grande y tan profundamente arraigado en nuestra sociedad, que ningún poder humano por sí mismo podrá eliminarlo. Si bien es cierto que tenemos que votar por los políticos pro-vida, es más cierto aún que ellos no son los que nos van a salvar. El aborto tiene que ser expulsado por la autoridad espiritual que Cristo mismo le ha dado a la Iglesia, como en el caso de los espíritus impuros. Cuando el movimiento pro-vida comience a luchar con seriedad contra el aborto en su dimensión espiritual, entonces veremos auténticos triunfos pro-vida en la política y en la sociedad. No podemos decir que la oración no ha funcionado, cuando de verdad no se ha intentado.
2- Hagamos ayuno por la conversión de los que promueven el aborto. “Algunos demonios sólo pueden ser expulsados por medio de la oración y el ayuno”, dijo el Señor en Mateo 17:21. Los sacrificios tangibles y concretos que se ofrezcan de forma habitual por aquellos que han sido atrapados por el demonio del aborto, lograrán erosionar el poder de este mal. El Señor simplemente necesita un ejército de personas que están dispuestas a abrazar esta práctica. Entonces abundarán los resultados asombrosos. ¿Por qué no regresamos a la práctica del ayuno o de la abstinencia de carne los viernes, para ofrecerla por esta causa?
3- Recordémosles otra vez a las iglesias cristianas que el aborto existe con el permiso de ellas. La historia juzgará a las iglesias de Cristo que han sido apáticas ante el aborto, con más dureza que a las de Alemania durante las décadas de los 30 y 40 del siglo pasado –no porque el mal de esa época no fuese verdaderamente horroroso, lo fue, sino porque los cristianos de hoy no están siendo enviados a las cámaras de gas por denunciar abiertamente el aborto, de manera que no tenemos excusa. Se ha dicho que los lugares más calientes del infierno están reservados para los que, ante una crisis moral, no han hecho nada. Los cristianos deben saber que tendrán que dar cuenta de su silencio e indiferencia, ante la suerte de los más pequeños de los hermanos y las hermanas de Cristo.
4- Luchemos contra la investigación de células madres embrionarias y la eutanasia, con el mismo ardor que contra el aborto. No adoptemos la misma “lógica” de los abortistas, que se desentienden del niño no nacido y de la persona incapacitada, por la “inconveniencia” que representa para ellos, y a quienes consideran personas “no viables” y miran para otro lado, cuando se los destruye por razones de lucro, o peor aún, cuando se les mercadea como si fuesen material de exterminio. Reconozcamos que nuestra defensa de la vida debe permanecer sólida como una piedra a través de todo el ámbito de la vida humana, sin importar cuán pequeña o vulnerable sea.
5- Pongámonos a la ofensiva contra el financiamiento a la IPPF. Como muchos ya saben, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés), es la federación de organizaciones no gubernamentales (ONGs) más abortista del mundo [1]. El aborto no es la única fuente de dinero de la IPPF. Esta malévola organización también lucra abundantemente por medio de la venta de anticonceptivos (muchos de los cuales son abortivos) y de “servicios” de esterilización, así como del insensato financiamiento que reciben de los gobiernos, bajo el eufemístico pretexto de la “planificación familiar”. Los grupos pro-vida que no estén dispuestos a luchar para que retiren los fondos que financian los programas de anticonceptivos de la IPPF, simplemente continuarán presenciando el crecimiento de este monstruo y nunca serán eficaces en acabar con la demanda del aborto.
6- Boicoteemos a las empresas y organizaciones que financian o promueven el aborto. El negocio del aborto ansía lujuriosamente obtener el apoyo público de cualquier tipo. Las empresas y organizaciones que financian a los que matan bebés, necesitan que la conciencia pro-vida las sacuda contundentemente de su letargo. Las compañías que se nieguen a reconocer la dimensión moral del aborto, necesitan que se les haga sentir –en sus bolsillos—que el aborto es realmente una mala decisión empresarial. No escondamos la luz bajo la mesa: demos un testimonio público, escribamos cartas, llevemos a cabo manifestaciones, informemos a otros que disentimos de la “cultura” de la muerte.
7- Informemos a los médicos que los anticonceptivos abortivos constituyen un homicidio químico. La mayoría de los médicos pasan por alto la naturaleza abortiva de todos los anticonceptivos químicos. Esos médicos son cómplices de la muerte química de millones de bebés, y necesitan que se les diga que tendrán que dar cuenta ante el Trono de Dios por cada receta letal que tenga su firma. Si de verdad nos interesa su salvación, ¡informemos a nuestros médicos!
8- Desmintamos la idea, tan difundida y aceptada hoy en día, de que los preservativos y demás anticonceptivos reducen el número de abortos. Contradigamos esa falsedad con la verdad, a saber, que la difusión de la anticoncepción no reduce el número de abortos, al contrario, lo aumenta. ¿De qué otra manera se puede explicar por qué una sociedad, como la de EEUU, que está saturada de anticonceptivos, todavía practica 1,3 millones de abortos al año? Casi el 60% de las mujeres que recurren a los centros de abortos, dicen que la razón por la que están ahí para abortar, es porque les falló el anticonceptivo que utilizaron. Recordemos que las mismas personas que venden los “servicios” de abortos, son las mismas que venden anticonceptivos, y están logrando una enorme matanza.
9- Rechacemos a los políticos que creen que la violación, el incesto, la vida de la madre [2] y la malformación fetal, son causales para permitir el aborto. Los políticos o los candidatos a puestos políticos que creen en estas “excepciones” a la prohibición del aborto, en realidad están diciendo que “está bien” matar a algunos bebés y salvar a otros. Son peores que los fasos profetas; todos ellos son un fraude y perpetúan la idea de que podemos adoptar los anti-valores del diablo y, al mismo tiempo, servir a Dios. Votemos pro-vida y no pro-algunas-vidas.
[Nota del Traductor: El siguiente y último reto va dirigido a las personas pro-vida en EEUU.]
10- Reclutemos a los latinos y otras minorías, para que formen parte del movimiento pro-vida. Cuando marchemos en Washington DC, los mercaderes del aborto estarán planificando más formas de atrapar a las mujeres de las minorías, para que vengan a sus centros de matanza y así sacar provecho de su vulnerabilidad como inmigrantes, legales o ilegales. Todo grupo pro-vida tiene que inmediatamente colocar el interés por los latinos en su plan de acción, para que los valores católicos y culturales de estas personas no sean paganizados por la “cultura” de la muerte.
Que el Dios de la Vida les bendiga a todos.
Notas de VHI:
[1]. Para obtener más información acerca de la IPPF, visite, en el portal de VHI, http://www.vidahumana.org, el siguiente enlace: http://www.vidahumana.org/vidafam/ippf/ippf_index.html.
[2]. Para obtener una clarificación acerca de la diferencia entre el mal llamado “aborto” terapéutico y el aborto indirecto, que tiene que ver con el caso de peligro para la vida de la madre, visite, en el portal de VHI, el siguiente enlace: http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/peligro-madre_index.html.
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