jueves, 24 de diciembre de 2009

EN NOCHEBUENA, A LA ESPERA DE LA NAVIDAD


En esta noche oscura del alma a que es sometida la Patria de los Argentinos se impone contra toda desesperanza que los pastores y los perros retornen de los campos para meditar aquella escena del Pesebre de Belén. Es que la razón de todo pastoreo y de toda custodia de las almas irrumpió generosamente y sin alardes en el mundo hace 2009 en un ámbito sencillo, humilde. La DIGNIDAD MISMA vino a ofrecerse para trocar el destino de este estado de indignidad en que estabamos
Que nos dejemos como niños arrojar al cuidado del Padre; como Hermanos a la Verdad que se contiene toda en el Verbo Encarnado, por ello, al Espíritu Santo que nos hace e impulsa en Cristo como depósitos de la Verdadera Fe, representantes de la Verdadera Religión, miembros de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Tiempos de dificultad se avecinan. A tiempos así cabe al soldado de Cristo el combate por el rescate de muchos.
Si el Cristiano se ha dejado al duro entrenamiento que la vida propone a todos, entonces el combate será fácil pues habrá de saberse que la mirada del Señor Jesús está presente en cada uno custodiándoles con celo.
Cabe al soldado de Cristo el empleo de la noble espada, del impenetrable escudo y del abrazador coraje en la batalla.

Pasar por esta vida, haber tenido la oportunidad de irrumpir en el mundo para haber sido bendecido con esta FE, haber recibido la bendición de lo Divino para se encontrado y enseñado en el por qué de la existencia, siendo tan poco , casi nada, amerita entrega generosa en el combate que reclama la poesía de lo heróico.

Sea esta Navidad un breve repliegue hacia el Pesebre donde agradecer haber sido convocado a participar a la más grande de las Victrorias, la de la Cruz; que nuestra entrega sirva a los tiempos por venir para que el Señor encuentre en este pesebre del mundo, la Fe.
Christo et patri. Feliz Navidad.
Eduardo Jorge Rodrigo

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