domingo, 15 de mayo de 2011

LA IMPRESCINDIBLE GOBERNABILIDAD

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Por Ernesto Bobek Cáceres

Abogado (Justa Causa)

ebobek@fibertel.com.ar

Una vez más los argentinos asistimos a una repetida tragicomedia en la que volvemos a ser meros espectadores de las miserias de la política vernácula.

Desde el oficialismo, se aferran a la vacía frase de “profundizar el modelo”. Un modelo que nunca existió, ya que jamás hubo un plan económico desde el cual trazar políticas de estado. El “modelo” que pregonan, es la demostración más acabada del fracaso. Multiplicación de la pobreza pese a monumentales subsidios pésimamente aplicados. Ataques a la iniciativa privada, que es la dadora de mano de obra por excelencia. Ataques a la libertad de prensa, pretendiendo que la única palabra que se escuche sea la oficial.

En la pertinacia por violentar los más elementales preceptos constitucionales y a la democracia misma, siguiendo los peores ejemplos de la kakistocracia (*) internacional, -casos Venezuela y Ecuador entre otros deleites-, ya tenemos provincias cuyos gobernadores intentan como pulpos aferrarse al sillón de mandamás provincial, intentando forzar una ilegítima re-reelección con la anuencia del gobierno central. ¿Será esto una avance de las intenciones kirchneristas de cara a 2015?

El mayor deseo del oficialismo es que persista en su mayor potencial la fragmentación de la oposición, lo que ayudaría a su alternativa ideal de ganar en primera vuelta.

Mientras la inseguridad arrecia, se dilapidan fortunas en la ineficiente y archideficitaria Aerolíneas Argentinas, el fútbol para todos como droga y entre otras tropelías el saqueo de la Anses, el arco opositor se menea sin ton ni son en acuerdos, alianzas y pactos que resultan vergonzantes. El error básico radica en instalar nombres en vez de ideas y propuestas. Llegarán pocos candidatos, pero no por mérito propio sino porque el resto se cae solo. Los sobrevivientes buscan desesperadamente guiños de los que sin competir puedan sumar, como De Narváez y Reutemann.

Un estadista es quien se plantea y propone hoy el mejoramiento de la economía, la salud, la educación, el trabajo, la seguridad para dentro de 5, 10 y 20 años. A la luz del combo de opciones que se perfilan para octubre, notamos que todos los candidatos miran solo las encuestas. Lo importante son los votos, después se verá cómo se gobierna y con qué recursos. ¿La inflación? El peor enemigo del asalariado y los más postergados ya está instalado y habrá que convivir con él. En tanto, un Moyano cada vez más poderoso juega su propio partido condicionando al actual gobierno -del cual es pretenso aliado- en pos de proseguir acumulando poder económico y político.

El radicalismo, con un Alfonsín que pasó de cuatro de copas a figura estelar, busca aliados en el peronismo disidente, el que quedó electoralmente mutilado merced a groseros errores de lectura política. ¿Especularán con un fracaso del radicalismo si éste llega al poder, para en 2015 volver a escena como “el peronismo auténtico”?

Ya previendo esto, el kirchnerismo, a través del Secretario de Cultura de la Nación criticó al Perón que echó a los montoneros de la plaza y adjudicó la llegada de López Rega a la Revolución Libertadora. Asombroso; también se lo pudo adjudicar a Sarmiento o al Virrey Sobremonte, quien ya habría tenido a López Rega “in mente retenta”. Queda comprobado que el peronismo es un movimiento y no un partido, pero también que Néstor Kirchner era tan peronista como Cristina Fernández abogada.

Ante el panorama electoral, la gobernabilidad va a ser el insoslayable factor para que quien triunfe en la puja electoral concluya su mandato; o por el contrario, caiga estrepitosamente a manos de una implacable inflación y las presiones sindicales de quienes anhelan sin tapujos llegar a la primera magistratura como sea. Y a esto no escapan ni el oficialismo ni la oposición.

(*) El gobierno de los peores.

Buenos Aires, 08/05/11

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