domingo, 11 de septiembre de 2011

HUMOR: LÁPIDA DEL PRESBÍTERO PARA EL GRAN MAESTRO DOCENTE




Un emérito Gran Maestro modernista de espíritu masónico, deconstruccionista postmodernista católico, quien enseñaba en el Seminario sus ideas “filosóficas” para “iluminar” a los futuros sacerdotes para que vean, estudien y vivan la Fe desde su mirada intelectual, como era de esperarse, un día falleció.
Un Presbítero, simple docente sin más título que haber sido ordenado en el Seminario como Sacerdote, que transmitía solo aquello que había aprendido en Verdad y Sabiduría, era arrinconado y denostado en esa Casa de-formación de los futuros diáconos y sacerdotes.
El motivo de semejante desprecio y desautorización, era su particular insistencia en no compartir con aquella “eminencia internacional” los desvaríos del intelecto, negándole su condición de “filósofo” mundialmente reconocida.
Es que el humilde Presbítero, consideraba Sofista a todo aquél que contradecía al sentido común y a los principios ontológicos en la base del pensamiento. Pero además, también consideraba como sofista a todo aquél que contradice la lógica en el trayecto intelectual.
La cuestión no acababa allí, sino que lo más grave para los “escandalizados” por sus afirmaciones contra aquella eminencia, era su consideración como sofista-hereje y falso teólogo a todo aquél que osara arribar a consecuencias intelectuales de un razonamiento errado que en sus conclusiones acaba contradiciendo la Teología.
Este Presbítero sólo calificaba como Filósofo a quien arribaba a conclusiones verdaderamente Sabias (en sentido humano y espiritual), partiendo de principios ontológicos que son fundamento del sentido común, en un encadenamiento lógico de las ideas, que jamás contradicen a la Teología.
El simple lema de este Presbítero era: “La Filosofía es la Ciencia con la cual, o sin la cual, el mundo sigue tal cual”.
Al fallecer aquél emérito Gran Maestro, el encargado de confeccionar su lápida fue este humilde Presbítero, que asumió como sucesor en el cargo como Rector, el cual pertenecía al catolicismo tradicional, inspirado en la corriente Filosófica realista aristotélico-tomista agustiniana y neotomista asumida con espíritu franciscano-ignaciano.
El siguiente fue el texto de la lápida, para la sepultura del eminente modernista de espíritu masónico, desconstruccionista postmodernista:
“Aquí yace el Gran Maestro
Profesor, Director, Rector,
Especialista, Licenciado, Doctor,
Master, y Post-Doctor
Quien fuera un eminente gran orador,
Señor Don Presbítero Fulanito de Tal.
Quien terminó en el Cementerio igual”.

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