LA PATRIA:
No cabe duda que si desde ahora gustamos de las
primicias de la Patria Celestial en una realidad determinada de nuestras vidas,
irremediablemente esto nos compromete a amar con incansable ardor y fervor la Patria terrena, que es nuestro lugar de pertenencia temporal.
JESUS tenía este
amor y pasión por su lugar de pertenencia, y muchas veces en sus enseñanzas
puntualizaba este amor a su Patria reprochándole de no haber aceptado al Hijo
de Dios cuando la visitó, y así muchos ejemplos más, pero siempre demostrándole
su amor ferviente por ella.
Indudablemente que la relación de nosotros con esta
realidad sobrenatural no está muy lejana, porque como dice san Pablo es lo que
tanto deseamos y anhelamos conseguir y donde Nuestro Señor Jesucristo por medio
de su Palabra nos promete, a lo que debemos aspirar, que es la vida eterna.
La
mirada escatológica en este sentido nos ayuda a contemplar como en un espejo
que la Patria a la que pertenecemos es reflejo incompleto de la Celestial, pero
nos ayuda a confirmar que la misma no es algo abstracto e ilusorio, sino que al
ser primicia de la Patria Celestial tan anhelada, debemos cuidarla y amarla
con celo ferviente.
En este sentido Si JESUS con el Bautismo nos hace
partícipes de la Vida en el Espíritu liberándonos del pecado haciéndonos
miembros activos y participes de su Iglesia, también sella y bautiza un lugar
de pertenencia, una Patria donde educados y formados en los valores evangélicos
vivamos plenamente la vida de la fe.
Seguramente que si hay factores externos que
distorsionen los valores morales y sociales de nuestro primer lugar de
pertenencia, estos malos valores influirán irremediablemente en la educación y
formación de las personas que pertenezcan al lugar.
Por eso es tan importante
no anular ni evitar vivir los valores religiosos, políticos y culturales en
donde bajo el sello de DIOS la Patria nació, y respetar, cuidar y defender sus
raíces su idiosincrasia, sus costumbres y la de su historia.
AMAR A DIOS ES AMAR A LA PATRIA
porque el punto en común de este AMOR son los hombres, y son
ellos que a imagen y semejanza de Dios tienen la responsabilidad genuina de
amar su lugar y cuidarlo siempre y en cualquier circunstancia.
En la Omnipotencia de DIOS y en su Amor sin limites hacia los hombres somos
participes tambien de la vida de gracia que debemos cuidar, amar, recordar y
anhelar. Es en ella donde tenemos que reconocernos hijos de un creador
bondadoso y misericordioso y no olvidar nunca que lo que sembremos ahora será
el fruto para los que vengan y una ves terminado nuestro misión en esta Patria
temporal, anhelemos llegar a la celestial donde nos recibirá con los brazos
abierto el Padre del Cielo y nos dirá:
VENGAN USTEDES, LOS QUE HAN SIDO
BENDECIDOS POR MI PADRE, RECIBAN EL REINO QUE ESTA PREPARADO PARA USTEDES DESDE
QUE DIOS HIZO EL MUNDO.
CLAUDIO BRACA
Acción Nacional Católica
Movimiento Nacionalista La Barbarie
Comando Restaurador Nacionalista
Comando Alejandro Heredia San Miguel de Tucumán
Comando Felipe Ibarra Santiago del Estero
Comando Reverendo Padre Ezcurra Mendoza
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