El pensamiento de Mons. Richar Williamson
Obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
Número CCXXX (230) - 10 de diciembre 2011
Según la religión del liberalismo – no se puede
repetir lo suficiente que el liberalismo sirve de un sucedáneo de religión-- es
una absoluta herejía declarar que cada Estado sobre la tierra tendría que
apoyar y proteger la religión Católica. Sin embargo, si Dios existe, si
Jesucristo es Dios, si cualquier sociedad natural de seres humanos, como el
Estado, es una criatura de Dios, y si Jesucristo fundó la Iglesia Católica como
su único y sólo instrumento para salvar a los hombres de los fuegos eternos del
Infierno, entonces a menos que un Estado quiera ser un enemigo de la especie
humana, está obligado a favorecer y proteger la Iglesia Católica. Pero existen
objeciones a esta conclusión. Consideremos tres entre las mas
habituales:--
Primera objeción: Nuestro Señor El mismo dijo
a Poncio Pilato (Jn. XVIII,36) que su Reino no era de este mundo. Pero
el Estado es de este mundo. Por consiguiente el Estado no tendría nada que
hacer con su Reino o con su Iglesia.
Solución: Nuestro Señor le estaba diciendo a
Pilato que su Reino y el Estado son distintos pero no estaba diciendo
que tendrían que estar separados. El alma de un hombre es distinta de su
cuerpo, pero separarlos es la muerte del hombre. Los padres son distintos de
sus niños, pero separarlos (como las Agencias de la Niñez están hoy alentadas a
hacerlo) es la muerte de la familia. La Iglesia y el Estado son tan distintos
uno de otro como la vida sobre la tierra es distinta de la vida eterna, pero
separarlos es poner un abismo entre la primera y la segunda, y es aumentar
mucho el número de los ciudadanos que caerán en el Infierno.
Segunda objeción: La religión Católica es
verdadera. Pero la Verdad es lo bastante fuerte como
para hacer su propio camino. Por consiguiente la religión Católica no necesita
de un poder coercitivo del Estado para ayudarla, tal como la supresión de la
practica publica de las otras religiones.
Solución: En sí misma, en verdad “La
verdad es poderosa y prevalecerá”, como decían los Latinos, pero entre
nosotros los hombres no prevalecerá fácilmente, a causa del pecado
original. Si todos los seres humanos (con la excepción de Nuestro Señor y de
Nuestra Señora) no hubieren sufrido jamás, desde la Caída, de las cuatro
heridas de Ignorancia, Malicia, Debilidad e Concupiscencia ,
entonces le hubiera costado mucho menos a la Verdad prevalecer, y Thomas
Jefferson hubiera tenido razón al proclamar que la verdad necesita únicamente
ser expuesta en la plaza del mercado para prevalecer. Pero los Católicos saben
lo que la Iglesia enseña, a saber que el hombre permanece sujeto, aún despues
del bautismo, a ser arrastrado hacia abajo por el pecado original, de tal
manera que para encontrar esta verdad, sin la cual él no puede salvar su alma,
necesita toda la ayuda razonable de su Estado. Esta ayuda razonable excluye
todo esfuerzo del Estado para obligar a cualquiera a ser
Católico, pero incluye que el Estado mantenga las peligrosas anti-verdades
afuera de la plaza del mercado de Jefferson.
Tercera objeción: Un gran poder puede ser
grandemente mal usado. Ahora la unión de la Iglesia y del Estado es muy
poderosa para los dos. Por consiguiente puede provocar un gran daño –véase a
que punto la Iglesia Conciliar y el Nuevo Orden Mundia secular se están
potencializando mutuamente!
Solución: “El mal uso no puede parar el uso”,
decían los Latinos. ¿Acaso Nuestro Señor no hubiera tenido que darnos la Santa
Eucaristía por el hecho de que puede ser gravemente mal usada? La Iglesia
Conciliar reuniéndose con el Estado liberal es un poderoso mal uso de la unión
de la Iglesia y del Estado, pero prueba el error del liberalismo, no el error
de la unión del Estado Católico con la Iglesia Católica.
Kyrie eleison.
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