Por Rafael González Martín
http://desdeelrincondemiclausura.blogspot.com/
Hemos dejado ya atrás un año más y nos disponemos a comenzar un año
nuevo. En estos momentos nace casi espontáneamente en nosotros la
reflexión. Son momentos idóneos para realizar un balance del pasado y
proyectar también nuestra mirada hacia el porvenir.
El prólogo del evangelio de Juan, leído últimamente, nos va a servir para la reflexión.
" En el principio ya existia la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra er Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Srgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La palabra era luz verdadera, que alumbraba a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba; el mundo hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de dios. Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. juan da testimonio de él y grita diciendo: " Éste es de quien dije: el que viene detrás de mí, porque existía antes que yo". Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia: porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer ". Evangelio según San Juan 1, 1-18
Al comenzar el año, este texto magistral del Evangelio de Juan nos plantea lo más profundo que encontramos en el Evangelio. Todo se puede resumir en este planteamiento: " Jesús representa, para todos los seres humanos, no sólo el proyecto de establecer la "relación" del hombre con Dios, sino algo que es lo decisivo y determinante, la "unión" de Dios con el ser humano. En el ser humano, que fue Jesús, Dios se funde y se confunde con lo humano".(JM Castillo).
"Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho". En esto consiste lo sorprendente del Evangelio, que recoge la vida, las costumbres, las enseñanzas, las palabras y los hechos de Jesús. Y por lo tanto recoge, lo que le gusta a Dios, cómo es Dios y lo que Dios quiere, espera y promete a cada uno de nosotros.
Las preguntas que podemos hacernos son muchas. Aumentaremos nuestro nivel de vida y nuestro confort quizás, pero, ¿seguirá empequeñeciéndose nuestro corazón? Tendremos tiempo para trabajar, para poseer, para disfrutar, ¿lo tendremos también para crecer como personas?
Este año será semejante a tantos otros. ¿Aprenderemos a distinguir lo esencial de lo accesorio, lo importante de lo accidental y secundario? Tendremos tiempo para nuestras cosas, nuestros amigos, nuestras relaciones sociales. ¿Tendremos tiempo para ser nosotros mismos? ¿Tendremos tiempo para Dios?
Y sin embargo, ese Dios al que arrinconamos día tras día entre tantas ocupaciones y distracciones es el que sostiene nuestro tiempo y puede infundir a nuestra existencia una vida nueva.
En la Palabra encontramos el sentido de nuestra vida. Por eso, estamos obligados a DIFUNDIR EL EVANGELIO.
El prólogo del evangelio de Juan, leído últimamente, nos va a servir para la reflexión.
" En el principio ya existia la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra er Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Srgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La palabra era luz verdadera, que alumbraba a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba; el mundo hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de dios. Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. juan da testimonio de él y grita diciendo: " Éste es de quien dije: el que viene detrás de mí, porque existía antes que yo". Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia: porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer ". Evangelio según San Juan 1, 1-18
Al comenzar el año, este texto magistral del Evangelio de Juan nos plantea lo más profundo que encontramos en el Evangelio. Todo se puede resumir en este planteamiento: " Jesús representa, para todos los seres humanos, no sólo el proyecto de establecer la "relación" del hombre con Dios, sino algo que es lo decisivo y determinante, la "unión" de Dios con el ser humano. En el ser humano, que fue Jesús, Dios se funde y se confunde con lo humano".(JM Castillo).
"Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho". En esto consiste lo sorprendente del Evangelio, que recoge la vida, las costumbres, las enseñanzas, las palabras y los hechos de Jesús. Y por lo tanto recoge, lo que le gusta a Dios, cómo es Dios y lo que Dios quiere, espera y promete a cada uno de nosotros.
Las preguntas que podemos hacernos son muchas. Aumentaremos nuestro nivel de vida y nuestro confort quizás, pero, ¿seguirá empequeñeciéndose nuestro corazón? Tendremos tiempo para trabajar, para poseer, para disfrutar, ¿lo tendremos también para crecer como personas?
Este año será semejante a tantos otros. ¿Aprenderemos a distinguir lo esencial de lo accesorio, lo importante de lo accidental y secundario? Tendremos tiempo para nuestras cosas, nuestros amigos, nuestras relaciones sociales. ¿Tendremos tiempo para ser nosotros mismos? ¿Tendremos tiempo para Dios?
Y sin embargo, ese Dios al que arrinconamos día tras día entre tantas ocupaciones y distracciones es el que sostiene nuestro tiempo y puede infundir a nuestra existencia una vida nueva.
En la Palabra encontramos el sentido de nuestra vida. Por eso, estamos obligados a DIFUNDIR EL EVANGELIO.
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