viernes, 11 de mayo de 2012

EXECRACIÓN DEL LIBERALISMO




Por el Dr. Cosme Beccar Varela

Buenos Aires, 10 de Mayo del año 2012  - 1104



  Una fiel lectora de "La botella al mar", amiga de los  nacionalistas, cuando le pregunté porque los nacionalistas me rechazan me  respondió que es porque dicen que yo soy liberal.

  He sufrido ese insulto varias veces de parte de los nacionalistas y como me pareció  siempre una perfecta imbecilidad, tan evidente es la oposición que tengo y  que he mantenido toda mi vida contra el liberalismo, que nunca me he ocupado  en contestarla, excepto en el caso de mi polémica con el Profesor Antonio Caponnetto  cuando me acusó de violar la doctrina de la Iglesia por haber fundado un  partido político católico. A él le respondí en tres artículos que pueden  leerse en este periódico: el nro. 794 del 14/6/2007, el nro. 795 del  25/6/2007 y el 809 13/9/2007.

  En esos artículos le explicaba al Prof. Caponnetto que la Iglesia siempre  aceptó el sistema electoral (llamado "democrático") como una de las  maneras de llegar al gobierno, citando los textos pontificios tradicionales  correspondientes, de manera que su grave acusación de heterodoxia contra mí  era equivocada e injusta en extremo.

  Pero que esta buena señora se haga eco de tan absurda acusación me hace  pensar que el infundio continúa siendo difundo por los nacionalistas, a pesar  de que muchos de ellos son amigos míos y no me lo dicen en la cara porque  saben perfectamente bien que no es verdad.

  Eso me obliga a demostrar lo obvio, aún sabiendo que no conseguiré que esos  detractores de mala fe reconozcan que me han difamado a sabiendas y se  retracten. Tal vez alguno lo haya hecho de puro burro que es, incapaz de  entender ideas. También hay de esos y no sé si no son la mayoría.

  Lo hago a pesar de que es inútil ya que los de mala fe son siempre pertinaces  y los burros son siempre burros.  Pero por si hubiera algún joven  que repite la especie de oídas, sin haber analizado el asunto, le daré a  aquella señora y a él las pruebas de que no sólo no soy liberal sino que soy  enemigo mortal del liberalismo.

  Desgraciadamente no tengo a mano los muchos artículos que he escrito y  algunos libros en los cuales ataco el liberalismo, pero sí tengo los que  publiqué en "La botella al mar" a lo largo de los últimos doce  años. De manera que me limitaré a citar algunos de ellos al final de esta  exposición porque me parece más interesante empezarla definiendo y execrando  el liberalismo en todas sus formas.

  * * *

  1) Los liberales auténticos sostienen que cada uno puede decir y hacer lo que  le dé la gana, inclusive matar, robar y mentir si eso fuera necesario para  promover el liberalismo, pero nadie puede defender los ideales del  catolicismo.

  Robespíerre y sus amigos de la revolución francesa con la guillotina; De  Gaulle y los de la 4ta. República francesa con la "depuración"  de  "colaboracionistas"; los bombardeos de Hiroshima y  Nagasaki, entre otros,  han probado hasta la saciedad esta  legitimación del crimen por parte de los liberales auténticos    Huelga decir que esta opinión politica me parece repugnante.

  2) Los liberales auténticos admiran al comunismo aunque objetan sus métodos  tiránicos. Por eso prefieren a los socialistas que intentan lo mismo pero por  la vía electoral. Para el liberal auténtico lo que decida una mayoría debe  ser acatado aunque sea la monstruosidad más grande, porque la suma mayor de  "libertades" es la ley suprema.

  De ahí nace el Estado moderno, en todas sus formas, la máquina más tiránica  que ha conocido la   Historia. Sin embargo de esa repugnancia teórica por las  tiranos comunistas,  no tienen empacho en aliarse con ellos cada  vez que les convenga, aunque sea para someter a personas y aún a pueblos  enteros a ese yugo nefasto, por ejemplo en Yalta, después de la 2da. guerra  mundial. Esta es una repudiable y destructiva doctrina política.

  3) Los liberales vergonzantes están de acuerdo en que cada uno puede decir y  hacer lo que le dé la gana, pero prefieren que no se mate, ni se robe, ni se  mienta. Digo "prefieren" porque una vez cometido un crimen por los  liberales auténticos, aunque sea la bomba de Hiroshima, el liberal  vergonzante lo acepta o no admite que se lo critique.

  En lo que coinciden con entusiasmo con los liberales más frenéticos es en  prohibir totalmente toda libertad de promover los ideales del catolicismo y  en expulsar de la vida pública a los católicos que quieran hacerlo. A esos  católicos se les niega el pan y el agua, no se les deja hacer carrera, ni  escribir en diarios, ni tener cátedras, no mucho menos aún algún cargo  público con poder. Y si se les pregunta qué opinan de ellos, darán siempre  opiniones peyorativas y descalificantes. Esta clase de alimañas liberales son  numerosísimas y particularmente despreciables.

  4) Todos los liberales se unen para negar la existencia de una moral fundada  en la Ley de Dios, natural y revelada. Los liberales vergonzantes, en  general, suelen ser personalmente honestos, por atavismo, por buen gusto, por  el qué dirán, pero no porque acepten que haya una moral pública exigible a no  ser que su violación esté sancionada por el Código Penal. Es claro que éste  puede ser modificado por una mayoría "democrática" y en ese caso,  el liberal vergonzante cambia de actitud.  

  5) Todos los liberales, auténticos y vergonzantes, se fundan en la filosofía  del relativismo agnóstico, o sea, rechazan toda verdad objetiva, superior a  todas las subjetividades, por lo cual nadie puede rechazar la idea del otro  basado en la Verdad porque la Verdad para los liberales no existe. Sólo hay  opiniones, tan válidas unas como las otras. “Cada uno tiene su  verdad”, suelen decir estúpidamente.

  Por eso, la vida en sociedad para ellos sólo es admisible si la opinión que  prevalece es la de la mayoría, aunque sea una mayoría de ignorantes,  resentidos e injustos, cuya opinión mayoritaria es creada en los oscuros  talleres en que se forja el “Pensamiento Único” e inducida por la  totalidad de los grandes medios de difusión que tienen a su disposición.  Muchos pelafustanes sumados, para un liberal, son más valiosos que un sabio  aislado.

  6) Los liberales odian a Dios porque es infinito, innegable, todopoderoso y  juez inapelable final de Quien depende la vida eterna. Dios es lo contrario  del liberalismo y su existencia es intolerable para los liberales. Odian en  particular al verdadero Divino Redentor porque murió por nosotros y muriendo  nos compró al precio de Su sangre. Su derecho sobre nosotros es total. Por  eso es Rey y los liberales execran a los verdaderos reyes.  

  Los liberales vergonzantes se han inventado un Jesucristo a su medida que es  "un amor  de amoroso", que no exige nada y es por eso que  los católicos que van a misa los Domingos, al llegar el momento de la  Comunión, se levantan todos y van a comulgar sin que casi nunca se vean,  previamente, confesores ni confensandos. ¿Qué necesidad hay de confesarse si el Jesús de ellos es un  amigo que no exige nada?

  7) Los liberales odian a la Iglesia verdadera, porque tiene dogmas, porque  tenía un Index de libros prohibidos, porque sostiene que el Papa es infalible cuando  habla ex cathedra, porque condenaba a los herejes, porque rezaba por la  conversión de los "pérfidos judíos", porque recomendaba hacer  penitencia de nuestros pecados, porque todo lo subordinaba a la salvación de  las almas, porque dice que en la Hostia está Jesús en cuerpo, alma y  divinidad, porque sostiene que Dios creó el universo de la nada en seis  días  y si ahora toleran a la Iglesia es porque el Concilio  Vaticano II se encargó de desfigurarla.

  8) Los liberales son la repetición humana del "¡Non serviam!" de  Satanás. No quieren servir a Dios, ni a la Verdad, ni al Bien como realidades  por encima de ellos y de su razón. Quieren servirse a sí mismos y prefieren  ser esclavos de una mayoría de degenerados que tener la honra de servir a  Dios. Me acuerdo que en la entrada de una de las abadías de la Orden de  Cluny, la que está en Paris, hay una frase que dice: "Servire Te,  regnare est" (Servirte a Tí, es reinar). Eso no lo entiende u liberal y  si lo entiende no lo acepta.

  9) El capitalismo liberal es una mentira, aunque el sistema de propiedad  privada y el contrato de salario en que se funda el capitalismo ha sido  legitimado por la enseñanza pontificia.

  Y es una mentira porque no es verdad que las grandes empresas sean de  propiedad privada sino de sus Directores y Gerentes, como lo probó el famoso  escritor norteamericano James Burnham, en su libro de 1941 "The  managerial revolution".

  Y como lo prueba el gran economista francés René Berger en su libro "La  economie politique, un fausse science", que podrán leer en la sección  "Documentos" de este periódico, todas las empresas capitalistas  tienden al monopolio con auxilio del Estado. Los empresarios que claman por  la "libre empresa" son cómplices de los políticos que les ayudan a  suprimirla si puede beneficiar a un competidor más pequeño.

  Es de toda evidencia que la "libre competencia" no existe sino que  los más fuertes se tragan a los más débiles. El público consumidor debe  someterse a lo que les resulte rentable a los grandes empresarios y es una  gran masa esclavizada a la cual se le quita lo poco que tiene mediante la  fiebre del consumismo.

  * * *

  ¿Cómo pueden los nacionalistas acusarme de pertenecer a esa secta execrable?  Sólo por ignorancia o mala fe, que en definitiva es lo mismo porque la  ignorancia es muy fácil de solucionar, simplemente leyendo cualquiera de mis  escritos.

  Yo tengo, en cambio, una acusación bien fundada contra los nacionalistas y es  que siempre se han negado a combatir a los liberales de la única forma en que  hoy es posible hacerlo: fundando un Partido católico o al menos de  inspiración católica para quitarle el poder a esta tiranía.  

  Siempre esperando el “general salvador” (que no existe), con la  excusa falsa que les proveyó el Profesor Caponnetto de que la democracia es  intrínsecamente perversa, se abstienen de actuar políticaemnte y dejan que el  país se hunda cada vez más y que el poder del enemigo crezca cada día más.   

  ESTA democracia es intrínsecamente perversa en su funcionamiento concreto y  actual. Pero no el sistema electoral, si consiguiéramos que mediante la  acción decidida de un gran número de católicos reunidos y organizados en un  Partido se obligara a la "dirigencia" corrupta e inepta a respetar  la Constitución y el acceso de esos católicos a la gran prensa.  

  Pero eso no ha sido posible, a pesar de los intentos de unos pocos, entre los  que me encontraba, por la tozuda y malévola oposición de la mayoría de los  nacionalistas a que esa acción fuera posible.

  * * *

  El Padre Félix Sarda y Salvany en su famoso libro "El liberalismo es  pecado"  (1886) dice: "Lo que se llama, pues, un partido  católico, sea cualquiera el otro apellido que se le dé, es hoy día una necesidad....Que  se procure una política católica, una legalidad católica, un Gobierno  católico, por medios dignos y católicos, ¿quién lo puede reprochar? ¿No  bendijo la Iglesia en la   Edad Media la espada de los cruzados y en la moderna las  bayonetas de los zuavos pontificios?...¿Qué inconveniente hay en que un  partido católico se lance hoy en día a la cruzada que permitan las  circunstancias... mientras aguarda la hora histórica en que disponga Dios  enviar a favor de su pueblo cautivo la espada de un nuevo Constantino o de un  segundo Carlomagno?" (op. cit. pag. 178).

  Pero no fue posible. Lo intenté en 1987 con el Partido Orden y Justicia y  nuevamente en el 2002 con el Partido de la Recuperación   Argentina. Pero me encontré siempre con la cerrada campaña  de silencio y la oposición de los "buenos patriotas", en especial  de los liberales y de los nacionalistas.

  Ahora, con varios años más (74) espero que alguien más joven y con más fuerza  empiece el Partido necesario de nuevo para sumarme con todo entusiasmo a la  buena causa.

  Una de las misiones de ese Partido deberá ser defender nuestras libertades  legítimas que nos son negadas hoy por la tiranía. Por eso me  parece útil reclamar el restablecimiento de la Constitución de 1853, no  porque sea de inspiración liberal, sino porque su aplicación es el fin de la  tiranía actual y porque sus garantías individuales nos favorecen a nosotros  ya que no tenemos el poder del Estado y sólo la fuerza moral del Derecho,  aplicado por un Poder Judicial imparcial y justo, podrá protegernos.   

  Además, tiene un artículo esencial; el 16 que exige idoneidad para ocupar  cualquier cargo en los tres poderes. Si se aplica ese artículo todos los  políticos que hoy ocupan esos cargos deberán ser destituidos.  Son  todos ladrones, ignorantes y hasta en algunos casos, asesinos.  

  * * *

  Para terminar, en una nota al pie le doy una lista de algunos de los  artículos que he publicado en "La botella al mar" en los que ataco  sin tapujos al liberalismo. Podrá encontrar muchos más si usa el  "buscador" que está en la portada de la página y usa la palabra  "liberal".

Cosme Beccar  Varela



  NOTA: Algunos de los artículos en que ataco el llibealismo.



  2010-05-12 nro.967 UNA DEMOCRACIA DE BANDIDOS Y EL DEBER DE RESISTENCIA

  2008-07-10 nro. 857 EL LIBERALISMO NO DEFIENDE LA VERDADERA LIBERTAD

  2008-12-10 nro. 885 "DEMOCRACIA" PARA SIEMPRE

  2007-06-14 nro 794 UN ERROR QUE PARALIZA A LOS BUENOS PATRIOTAS

  2007-06-25 nro.795 RESPONDO AL PROFESOR CAPONNETTO, AUNQUE ME IGNORE

  2007-01-04 nro 762 DESMITIFICAR LA DEMOCRACIA PARA SERVIR  A LA REPÚBLICA  

  2006-03-07 nro. 709 MARIANO, EL APÓSTATA

  2006-01-12 nro. 705 HAY IDEAS QUE MATAN

  2005-11-02 nro 688 ESBOZO DE UNA DEFINICIÓN DEL "PENSAMIENTO ÚNICO" 

  2005-06-01 nro. 652 UN INTENTO DE QUITARLES LA MÁSCARA A LOS LIBERALES 

  2004-10-19 nro.633 ABSURDOS DEL LIBERALISMO

  2003-01-27 nro.436 LA   LEYENDA DEL "CAPITALISMO LIBERAL".

  2001-01-10 nro. 70 EXCLAMACIONES







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