Por el Dr. Cosme
Beccar Varela
Buenos Aires, 10 de Mayo del año 2012 - 1104
Una
fiel lectora de "La botella al mar", amiga de los nacionalistas, cuando le pregunté porque los
nacionalistas me rechazan me respondió
que es porque dicen que yo soy liberal.
He
sufrido ese insulto varias veces de parte de los nacionalistas y como me
pareció siempre una perfecta
imbecilidad, tan evidente es la oposición que tengo y que he mantenido toda mi vida contra el
liberalismo, que nunca me he ocupado en
contestarla, excepto en el caso de mi polémica con el Profesor Antonio Caponnetto cuando me acusó de violar la doctrina de la
Iglesia por haber fundado un partido
político católico. A él le respondí en tres artículos que pueden leerse en este periódico: el nro. 794 del
14/6/2007, el nro. 795 del 25/6/2007 y
el 809 13/9/2007.
En esos
artículos le explicaba al Prof. Caponnetto
que la Iglesia siempre aceptó el sistema
electoral (llamado "democrático") como una de las maneras de llegar al gobierno, citando los
textos pontificios tradicionales
correspondientes, de manera que su grave acusación de heterodoxia contra
mí era equivocada e injusta en extremo.
Pero
que esta buena señora se haga eco de tan absurda acusación me hace pensar que el infundio continúa siendo
difundo por los nacionalistas, a pesar
de que muchos de ellos son amigos míos y no me lo dicen en la cara
porque saben perfectamente bien que no
es verdad.
Eso me
obliga a demostrar lo obvio, aún sabiendo que no conseguiré que esos detractores de mala fe reconozcan que me han
difamado a sabiendas y se retracten. Tal
vez alguno lo haya hecho de puro burro que es, incapaz de entender ideas. También hay de esos y no sé
si no son la mayoría.
Lo hago
a pesar de que es inútil ya que los de mala fe son siempre pertinaces y los burros son siempre burros. Pero por si hubiera algún joven que repite la especie de oídas, sin haber
analizado el asunto, le daré a aquella
señora y a él las pruebas de que no sólo no soy liberal sino que soy enemigo mortal del liberalismo.
Desgraciadamente no tengo a mano los muchos artículos que he escrito
y algunos libros en los cuales ataco el
liberalismo, pero sí tengo los que
publiqué en "La botella al mar" a lo largo de los últimos doce años. De manera que me limitaré a citar
algunos de ellos al final de esta
exposición porque me parece más interesante empezarla definiendo y
execrando el liberalismo en todas sus
formas.
* * *
1) Los
liberales auténticos sostienen que cada uno puede decir y hacer lo que le dé la gana, inclusive matar, robar y
mentir si eso fuera necesario para
promover el liberalismo, pero nadie puede defender los ideales del catolicismo.
Robespíerre y sus amigos de la revolución francesa con la guillotina;
De Gaulle y los de la 4ta. República
francesa con la "depuración"
de "colaboracionistas";
los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki,
entre otros, han probado hasta la
saciedad esta legitimación del crimen
por parte de los liberales auténticos
Huelga decir que esta opinión politica me parece repugnante.
2) Los
liberales auténticos admiran al comunismo aunque objetan sus métodos tiránicos. Por eso prefieren a los
socialistas que intentan lo mismo pero por
la vía electoral. Para el liberal auténtico lo que decida una mayoría
debe ser acatado aunque sea la
monstruosidad más grande, porque la suma mayor de "libertades" es la ley suprema.
De ahí
nace el Estado moderno, en todas sus formas, la máquina más tiránica que ha conocido la Historia. Sin embargo de esa repugnancia
teórica por las tiranos comunistas, no tienen empacho en aliarse con ellos
cada vez que les convenga, aunque sea
para someter a personas y aún a pueblos
enteros a ese yugo nefasto, por ejemplo en Yalta, después de la 2da.
guerra mundial. Esta es una repudiable y
destructiva doctrina política.
3) Los
liberales vergonzantes están de acuerdo en que cada uno puede decir y hacer lo que le dé la gana, pero prefieren
que no se mate, ni se robe, ni se
mienta. Digo "prefieren" porque una vez cometido un crimen por
los liberales auténticos, aunque sea la
bomba de Hiroshima, el liberal
vergonzante lo acepta o no admite que se lo critique.
En lo
que coinciden con entusiasmo con los liberales más frenéticos es en prohibir totalmente toda libertad de promover
los ideales del catolicismo y en expulsar
de la vida pública a los católicos que quieran hacerlo. A esos católicos se les niega el pan y el agua, no
se les deja hacer carrera, ni escribir
en diarios, ni tener cátedras, no mucho menos aún algún cargo público con poder. Y si se les pregunta qué
opinan de ellos, darán siempre opiniones
peyorativas y descalificantes. Esta clase de alimañas liberales son numerosísimas y particularmente
despreciables.
4)
Todos los liberales se unen para negar la existencia de una moral fundada en la Ley de Dios, natural y revelada. Los
liberales vergonzantes, en general,
suelen ser personalmente honestos, por atavismo, por buen gusto, por el qué dirán, pero no porque acepten que haya
una moral pública exigible a no ser que
su violación esté sancionada por el Código Penal. Es claro que éste puede ser modificado por una mayoría
"democrática" y en ese caso,
el liberal vergonzante cambia de actitud.
5)
Todos los liberales, auténticos y vergonzantes, se fundan en la filosofía del relativismo agnóstico, o sea, rechazan
toda verdad objetiva, superior a todas
las subjetividades, por lo cual nadie puede rechazar la idea del otro basado en la Verdad porque la Verdad para los
liberales no existe. Sólo hay opiniones,
tan válidas unas como las otras. “Cada uno tiene su verdad”, suelen decir estúpidamente.
Por
eso, la vida en sociedad para ellos sólo es admisible si la opinión que prevalece es la de la mayoría, aunque sea una
mayoría de ignorantes, resentidos e
injustos, cuya opinión mayoritaria es creada en los oscuros talleres en que se forja el “Pensamiento
Único” e inducida por la totalidad de
los grandes medios de difusión que tienen a su disposición. Muchos pelafustanes sumados, para un liberal,
son más valiosos que un sabio aislado.
6) Los
liberales odian a Dios porque es infinito, innegable, todopoderoso y juez inapelable final de Quien depende la
vida eterna. Dios es lo contrario del
liberalismo y su existencia es intolerable para los liberales. Odian en particular al verdadero Divino Redentor
porque murió por nosotros y muriendo nos
compró al precio de Su sangre. Su derecho sobre nosotros es total. Por eso es Rey y los liberales execran a los
verdaderos reyes.
Los
liberales vergonzantes se han inventado un Jesucristo a su medida que es "un amor
de amoroso", que no exige nada y es por eso que los católicos que van a misa los Domingos, al
llegar el momento de la Comunión, se
levantan todos y van a comulgar sin que casi nunca se vean, previamente, confesores ni confensandos. ¿Qué
necesidad hay de confesarse si el Jesús de ellos es un amigo que no exige nada?
7) Los
liberales odian a la Iglesia verdadera, porque tiene dogmas, porque tenía un Index de libros prohibidos, porque
sostiene que el Papa es infalible cuando
habla ex cathedra, porque condenaba a los herejes, porque rezaba por
la conversión de los "pérfidos
judíos", porque recomendaba hacer
penitencia de nuestros pecados, porque todo lo subordinaba a la
salvación de las almas, porque dice que
en la Hostia está Jesús en cuerpo, alma y
divinidad, porque sostiene que Dios creó el universo de la nada en
seis días y si ahora toleran a la Iglesia es porque el
Concilio Vaticano II se encargó de
desfigurarla.
8) Los
liberales son la repetición humana del "¡Non serviam!" de Satanás. No quieren servir a Dios, ni a la
Verdad, ni al Bien como realidades por
encima de ellos y de su razón. Quieren servirse a sí mismos y prefieren ser esclavos de una mayoría de degenerados
que tener la honra de servir a Dios. Me
acuerdo que en la entrada de una de las abadías de la Orden de Cluny, la que está en Paris, hay una frase
que dice: "Servire Te, regnare
est" (Servirte a Tí, es reinar). Eso no lo entiende u liberal y si lo entiende no lo acepta.
9) El
capitalismo liberal es una mentira, aunque el sistema de propiedad privada y el contrato de salario en que se
funda el capitalismo ha sido legitimado
por la enseñanza pontificia.
Y es
una mentira porque no es verdad que las grandes empresas sean de propiedad privada sino de sus Directores y
Gerentes, como lo probó el famoso
escritor norteamericano James Burnham, en su libro de 1941
"The managerial revolution".
Y como
lo prueba el gran economista francés René Berger en su libro "La economie politique, un fausse science",
que podrán leer en la sección
"Documentos" de este periódico, todas las empresas
capitalistas tienden al monopolio con
auxilio del Estado. Los empresarios que claman por la "libre empresa" son cómplices de
los políticos que les ayudan a suprimirla
si puede beneficiar a un competidor más pequeño.
Es de
toda evidencia que la "libre competencia" no existe sino que los más fuertes se tragan a los más débiles.
El público consumidor debe someterse a
lo que les resulte rentable a los grandes empresarios y es una gran masa esclavizada a la cual se le quita
lo poco que tiene mediante la fiebre del
consumismo.
* * *
¿Cómo
pueden los nacionalistas acusarme de pertenecer a esa secta execrable? Sólo por ignorancia o mala fe, que en
definitiva es lo mismo porque la
ignorancia es muy fácil de solucionar, simplemente leyendo cualquiera de
mis escritos.
Yo
tengo, en cambio, una acusación bien fundada contra los nacionalistas y es que siempre se han negado a combatir a los
liberales de la única forma en que hoy
es posible hacerlo: fundando un Partido católico o al menos de inspiración católica para quitarle el poder a
esta tiranía.
Siempre
esperando el “general salvador” (que no existe), con la excusa falsa que les proveyó el Profesor
Caponnetto de que la democracia es
intrínsecamente perversa, se abstienen de actuar políticaemnte y dejan
que el país se hunda cada vez más y que
el poder del enemigo crezca cada día más.
ESTA
democracia es intrínsecamente perversa en su funcionamiento concreto y actual. Pero no el sistema electoral, si
consiguiéramos que mediante la acción
decidida de un gran número de católicos reunidos y organizados en un Partido se obligara a la
"dirigencia" corrupta e inepta a respetar la Constitución y el acceso de esos católicos
a la gran prensa.
Pero
eso no ha sido posible, a pesar de los intentos de unos pocos, entre los que me encontraba, por la tozuda y malévola
oposición de la mayoría de los
nacionalistas a que esa acción fuera posible.
* * *
El
Padre Félix Sarda y Salvany en su famoso libro "El liberalismo es pecado"
(1886) dice: "Lo que se llama, pues, un partido católico, sea cualquiera el otro apellido que
se le dé, es hoy día una necesidad....Que
se procure una política católica, una legalidad católica, un Gobierno católico, por medios dignos y católicos,
¿quién lo puede reprochar? ¿No bendijo
la Iglesia en la Edad Media la espada
de los cruzados y en la moderna las
bayonetas de los zuavos pontificios?...¿Qué inconveniente hay en que
un partido católico se lance hoy en día
a la cruzada que permitan las
circunstancias... mientras aguarda la hora histórica en que disponga
Dios enviar a favor de su pueblo cautivo
la espada de un nuevo Constantino o de un
segundo Carlomagno?" (op. cit. pag. 178).
Pero no
fue posible. Lo intenté en 1987 con el Partido Orden y Justicia y nuevamente en el 2002 con el Partido de la
Recuperación Argentina. Pero me
encontré siempre con la cerrada campaña
de silencio y la oposición de los "buenos patriotas", en especial de los liberales y de los nacionalistas.
Ahora,
con varios años más (74) espero que alguien más joven y con más fuerza empiece el Partido necesario de nuevo para
sumarme con todo entusiasmo a la buena
causa.
Una de
las misiones de ese Partido deberá ser defender nuestras libertades legítimas que nos son negadas hoy por la tiranía.
Por eso me parece útil reclamar el
restablecimiento de la Constitución de 1853, no
porque sea de inspiración liberal, sino porque su aplicación es el fin
de la tiranía actual y porque sus
garantías individuales nos favorecen a nosotros
ya que no tenemos el poder del Estado y sólo la fuerza moral del
Derecho, aplicado por un Poder Judicial
imparcial y justo, podrá protegernos.
Además,
tiene un artículo esencial; el 16 que exige idoneidad para ocupar cualquier cargo en los tres poderes. Si se
aplica ese artículo todos los políticos
que hoy ocupan esos cargos deberán ser destituidos. Son
todos ladrones, ignorantes y hasta en algunos casos, asesinos.
* * *
Para
terminar, en una nota al pie le doy una lista de algunos de los artículos que he publicado en "La
botella al mar" en los que ataco
sin tapujos al liberalismo. Podrá encontrar muchos más si usa el "buscador" que está en la portada
de la página y usa la palabra
"liberal".
Cosme Beccar Varela
NOTA: Algunos de los artículos en que
ataco el llibealismo.
2010-05-12 nro.967 UNA DEMOCRACIA DE BANDIDOS Y EL DEBER DE RESISTENCIA
2008-07-10 nro. 857 EL LIBERALISMO NO DEFIENDE LA VERDADERA LIBERTAD
2008-12-10
nro. 885 "DEMOCRACIA" PARA SIEMPRE
2007-06-14 nro 794 UN ERROR QUE PARALIZA A LOS BUENOS PATRIOTAS
2007-06-25 nro.795 RESPONDO AL PROFESOR CAPONNETTO, AUNQUE ME IGNORE
2007-01-04 nro 762 DESMITIFICAR LA DEMOCRACIA PARA SERVIR A LA REPÚBLICA
2006-03-07 nro. 709 MARIANO, EL APÓSTATA
2006-01-12 nro. 705 HAY IDEAS QUE MATAN
2005-11-02 nro 688 ESBOZO DE UNA DEFINICIÓN DEL "PENSAMIENTO
ÚNICO"
2005-06-01 nro. 652 UN INTENTO DE QUITARLES LA MÁSCARA A LOS
LIBERALES
2004-10-19 nro.633 ABSURDOS DEL LIBERALISMO
2003-01-27 nro.436 LA LEYENDA
DEL "CAPITALISMO LIBERAL".
2001-01-10
nro. 70 EXCLAMACIONES
CBV
e-mail:
correo@labotellaalmar.com
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