Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)
El homenaje del recuerdo a ese vehículo
singular, conocido como Jeep Willys, que mostró en los campos de batalla de la
II Guerra Mundial su calidad y capacidad.
Cuando los Estados Unidos de América
ingreso en la II Guerra Mundial puso toda su capacidad industrial en la fabricación
de sus armamentos. Tanques y cañones, aviones y helicópteros, buques y
submarinos, junto con miles de armas livianas, salieron de las plantas que se
ajustaron rápidamente, desde su capacidad de fabricación de vehículos, utensilios
y elementos de uso social, para proveer materiales militares. Entre las
demandas militares, estaba la necesidad de un vehículo liviano, con agilidad específica
y la posibilidad de adaptar, sobre su batea, los más diversos instrumentos. Así
en el año 1942, se origino un vehículo conocido como G.P. que su uso convirtió
en "jeep", cuyo fabricante principal fue la empresa Willys.
El jeep Willys pasó a ser material de dotación
de todas las fuerzas, por su facilidad de utilización, y aparece en los más
diversos frentes y momentos de la guerra, recorriendo los lugares mas inhóspitos,
salvando los diversos obstáculos y recorriendo los campos de batalla, se convirtió,
así, en una figura clásica, diríamos en realidad, un "potro de cuatro
ruedas". La invasión a Normandia en el año 1945, hizo que cientos de jeeps
llegaran a las costas, en el desembarco mas importante que recuerda la historia
militar. Los jeeps, en las más diversas funciones, avanzaron junto con los
tanques y los semiorugas, encabezando las columnas y desplegándose en las
batallas, ganando prestigio y respeto por su calidad y condiciones. Terminada
la conflagración en Europa, una gran cantidad de jeeps quedo como un vehículo
practico, simple, de fácil adaptación, aceptado y aprovechado por los civiles,
pasando a ser, ahora, casi una leyenda. Sin embargo, hubo cantidades que
quedaron aparcadas en amplios campos de materiales, compartiendo este destino final
con los más variados tipos de otros vehículos y materiales y, finalmente,
ingresaron en el calificativo de chatarras.
En el año 1947 se ofreció a nuestro país la posibilidad de adquirir
alguna de esas "chatarras" que se compraron por su peso y así llegan
a fines de año, diferentes materiales y, entre ellos, los jeeps Willys,
que inundan las playas de Villa Martelli y luego son
distribuidos, junto con los camiones, tanques, carriers y semiorugas, a las recién
creadas unidades mecanizadas.
Lo que no se recuerda, es que hubo cinco jeeps Willys que llegaron
antes, nuevos, a mediados de ese año, que fueron entregados a la Escuela de
Tropas Mecanizadas y que, dentro de ella, fueron asignados como dotación de la Compañía
de Tanques Medianos Nahuel. Eran cinco vehículos impecables que desfilarían como escolta
paralela a los tanques Nahuel ese 9 de julio del año 1947, uniendo, seguramente
sin así haberlo determinado, la tenue capacidad de fabricación nacional con la
poderosa acción de los norteamericanos.
Un detalle, que quizás resulte interesante traer a la memoria, es que
estos jeeps tenían una "chapa patente", que por primera vez se
utilizaba para los vehículos militares, y que les correspondió la
"Ejercito Argentino 0001" a "Ejercito Argentino 0005",
respectivamente. La chapa blanca, con bordes celestes tenía los números y
letras de ese mismo color, se destacaba sobre el verde oliva de pintura que les
correspondía.
El jeep, que había sido figura destacada en los campos de batalla,
durante la paz alcanzo creciente empleo y aplicación, particularmente en las
tareas y actividades rurales, mostrando, de esta manera, que continuaba siendo
un vehículo de alta calidad e inmejorable capacidad, tal como se lo pensó, al
ser concebido. Vaya un recuerdo, con un poco de emoción, a aquellos que fueron
parte de la dotación militar en nuestro país, claro esta que, en especial, a
los "Ejercito Argentino 0001" a "Ejercito Argentino 0005"
hermanados por el destino en aquel
momento con los tanques Nahuel.
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