viernes, 19 de octubre de 2012

LA PRESIDENTE Y LA "ESCUELA DE FRANKFURT"



Por Humberto Raúl Moreira

La intimidad del pensamiento
doctrinario de Crisitina W. F.
de Kirchner
y la realidad
del presente argentino




Se conoce como la Escuela de Frankfurt a un grupo de investigadores que adherían a Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba en el Instituto de Investigación Social, inaugurado en 1924, en Frankfurt. Fundada gracias al mecenazgo del multimillonario argentino, de origen alemán,  Félix Weil, se hicieron representantes de la “teoría crítica”, la cual debe entenderse como un aspecto de la práctica, denominado también marxismo cultural. La obra esencial de este Instituto fue el ensayo “Dialéctica de la ilustración”, editada entre los años 1944 y 1947 por ADORNO  y HORKHEIMER. Estos ideólogos y filósofos decidieron transcender las fronteras del positivismo, del materialismo vulgar y la teoría fenomenológica, a través de un retorno a Kant y sus sucesores en el idealismo Alemán, fundamentalmente Hegel. Los doctrinarios más famosos de este grupo fueron Adorno, Marcuse, Fromn, Habermas, Schmidt. Por supuesto, todos teóricos inmanentistas, quienes por ser ateos han roto toda vinculación con el “allende”, con lo absoluto en cuanto trascendente, es decir con Dios.
El marxismo cultural, modernamente, ya no va dirigido al proletariado, sino a los hijos de la alta burguesía y las clases medias. Se reformula así la lucha de clases. La clase pasa a definirse en función del grupo cultural al que se pertenece y deja de determinarse en función de la propiedad de los bienes de producción. Fidel Castro lo dijo en Córdoba, en su última visita, antes de enfermar: la revolución ya no necesita  de la violencia. Por supuesto que debe entenderse esto de la siguiente manera: “salvo que peligre la revolución”.
La República Argentina, a través de la Secretaría de Cultura de la Nación, de la Biblioteca Nacional y del Sindicato unificado de Docentes de Córdoba, firmó un Convenio, pasado el mediodía del cinco de octubre del año 2010 en el Hotel Frankfurter Hoff, el más elegante de Frankfurt, con esta Escuela o Instituto de Investigaciones Sociales. Estuvo acompañada,la Presidente Kirchner, en esa oportunidad por Mempo Giardinelli, periodista de cuño marxista-leninista, periodista de Página 12,  por Ricardo Forster de Carta Abierta, también izquierdista y Horacio González Director de la Biblioteca Nacional. Según cuenta Mempo Giardinelli, cuando ingresó la Presidente Kirchner, dijo, “qué linda gente que hay aquí”. Luego les habló a los intelectuales allí reunidos con gran solvencia sobre el conocimiento de lo que era el marxismo. Su oratoria, dijo, Giardinelli, duró media hora.
La Escuela de Frankfurt, para afianzar el marxismo cultural diseñado por Antonio Gramsci, es decir la Revolución Cultural, dio “recomendaciones para la transformación y disolución de la Europa cristiana”, entre otras cosas, propuso las siguientes pautas:
1) Fomentar la desintegración familiar;
2) Hacer depender a los ciudadanos del Estado o de los beneficios del Estado;
3) Mantener un sistema legal desacreditado, con  prejuicios contra las víctimas del delito;
4) Promocionar el vaciamiento de las Iglesias;
5) Promover el consumo excesivo de bebidas alcohólicas;
6) Promover migraciones para destruir la identidad;
7) Fomentar la destrucción de la autoridad en los Colegios y Universidades;
8) Suscitar la invención de delitos sociales;
9) El cambio continuo para crear confusión y
10) Fomentar la homosexualidad en los niños.



Este Decálogo, tiene mucha relación con aquél escrito por LENIN, en 1913:
1) Corrompa a la juventud y exacerbe la libertad sexual,
2) Infiltre y después controle todos los medios de comunicación masivos, 
3) Divida a la población en grupos antagónicos, incitando a la discusión sobre asuntos sociales,
4) Destruya la confianza del Pueblo en sus líderes,
5) Hable siempre sobre la Democracia, pero si llega la oportunidad, asuma el Poder sin escrúpulos,
6) Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos, y provoque la inflación,
7) Promueva huelgas, aunque sean innecesarias e ilegales,
8) Promueva disturbios y contribuya para que no sean reprimidos,
9) Ayude a destruir los valores morales y la creencia en las promesas de los políticos y gobernantes,
10) Registre a quienes tiene armas de fuego, para su posterior confiscación a fin de impedir cualquier resistencia.


Como se podrá apreciar, la línea de comportamiento del revolucionario debe ser necesariamente proteico (cambiar de forma constantemente) y protervo (obstinada en la perversión). Esto corrobora que la pretendida Filosofía marxista, es sobre todo, una metodología para la acción revolucionaria. Nada dicen los marxistas, sobre cómo deberá ser el comportamiento del revolucionario cuando esté en el Poder. Esta hipótesis está contemplada en lo que se denomina “dictadura del proletariado” en donde se habilitan todo tipo de arbitrariedades, perversiones e injusticias; es decir, nadie que no sea de la secta y presente resistencia quedará con vida. Luego se continuará con la propia tropa, si hay disidencias, aunque sean estas de  aspectos formales o si no hubiera la adhesión inequívoca al personalismo de turno.

Cuando la Presidente Cristina Fernández, dijo que era Hegeliana, en ocasión del Congreso de Filosofía del año 2007, en Mendoza, no lo hizo porque Hegel hablara en sus obras bien de las mujeres que ejercen el Poder, todo lo contrario, se declaró hegeliana porque es consciente de la fuerza que tiene el choque dialéctico, tanto para destruir, como para construir Poder y derrumbar así, valores tradicionales.

Cuando se ideó “el mundo uno”, el politólogo polaco Zbigniew Brzezinsky”, tenía diseñado que el nuevo orden mundial se edifique sobre una sociedad tecnotrónica, con humanismo marxista. Cabe aquí consignar que la Escuela de Frankfurt, durante la segunda guerra mundial funcionó hasta el año 1950 en los E.E.U.U, financiada por la Fundación Rockefeller.
Si alguien cree que la Presidente Fernández de Kirchner, está desequilibrada, incoherente, contradictoria y no sabe lo que dice o hace, podría llegar a equivocarse. Detrás de ella hay asesores que auspician y controlan el cumplimiento de las recomendaciones de la Escuela de Frankfurt y el Decálogo de Lenin. Todo está planificado para que así ocurra, desde su sobreactuación en los actos públicos, hasta la inflación que propicia. Ella encarna un “personaje” que muestra por Cadena Nacional, pero su verdadera personalidad no la conocemos. El Kirchnerismo busca la acumulación de Poder (vamos por todo), pero también busca el choque dialéctico constante (con las Provincias, La Iglesia Católica, los sindicatos, las Fuerzas Armadas, las personas particulares, etc.). Ellos entienden que destruyendo se construye.

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