Por Juan Carlos Moraco
Queridos amigos:
Desde mi modesta óptica de veterano de 62 años, siendo medio “cabrón, protestón y mal hablado”, bastante fundamentalista, cargando en mi mochila muchos recuerdos y oraciones por nuestros muertos y presos políticos, arrastrando tantas ideas tristes por los momentos que vivimos, llevando en la grupa de mi pingo “Patria” mis amores por mi súper numerosa familia, por mis amigos (que por la gracia de Dios son unos cuantos y me soportan), por aquellos que están gozando la Gracia del Señor, después de haber ofrendado su vida por la Patria en las dos guerras que hemos vivido, les hago llegar unos versos de primera.
Ante todo pido disculpas, dado que no se trata de versos herméticos e inentendibles, no mencionan situaciones o ideas psicodélicas, tampoco hablan de desviados sexuales, menos aún de políticos delincuentes que viven del dinero aportado por los laburantes, en fin... Estos versos son ajenos a toda la escoria que el voto popular nos ha regalado.
Este SEÑOR, reflota, en sus simples palabras, ideas y sentires del “Buen Combate”, de la entrega por el País por nuestros familiares, amigos y camaradas, con una gran carga de pensamientos de Guerreros del Medioevo. El sable o espada del soldado, lleva la Cruz de Cristo en sí misma, basta acariciar su empuñadura para sentirse en la gracia de Dios.
Es un lindo tributo a todos los que queremos una Patria Cristiana, Combativa con honor, con Hombres con atributos en su defensa y Señoras Esposas e Hijas que esperan todo de nosotros.
Repito un lema de la España, adaptado a nuestra Patria, del generalísimo, por la gracia de Dios, Francisco Franco, de la Falange y de los Requetés…… ARRIBA ARGENTINA !!!!!
Este es un mensaje –ante tanta desesperanza– que vale mucho: “Si te dicen que he muerto desconfía”.
Pido disculpas a mis sufridos amigos que tienen la obligación de soportar mis escritos.
A todos un fuerte abrazo.
Su autor es Gabriel Ruiz de los Llanos, un “escribidor” de aquellos, ya muerto en la gracia del Señor, ahora va:
C O N J U R A
Si pensáramos que todo se termina con nosotros.
Si creyéramos que todo culmina con la muerte.
No estaríamos aquí.
Cuando no existan más nuestros cuerpos,
y dentro de ellos no habite más el alma.
Sucederá lo eterno, habrá lo permanente.
Pasará de mano el testimonio.
Ya vendrán otros que hablarán de Dios y de la Patria,
Y otros que desde el sacrificio se lanzarán
A lo audaz, a lo heroico, a lo santo.
Y si hemos vivido como era debido,
Si hemos vivido verdaderamente expresando lo eterno,
Manifestándolo en cada acto,
La muerte no se detendrá en nosotros.
No terminaremos ni en el luto ni el llanto,
Esas son las apariencias que engañan,
Viviremos.
No hay duda. ¡Viviremos!
Amigo.
Demás está decirte que esto es tuyo,
Te lo dejo para siempre.
Para vos. Para los nuestros.
Nosotros sabemos bien de qué se trata,
No hay lugar para la mediocridad.
No hay rincón para la cobardía.
No lo olvides
Si te dicen que he tranzado, es mentira.
Si me dan por vencido, se equivocan.
Si te dicen que he muerto, desconfía.
Si en tu mente ya cansada y confundida,
No encuentras razón para seguir luchando,
¡No te rindas!
Lucha por mí que ya he partido…
Con afecto y oraciones a la Virgen, va un saludo fraterno.
Juan Carlos Moraco
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