Por Carlos Manuel Acuña
Nunca como ahora el gobierno está
tan atosigado por la adversidad interna y externa para librar una batalla
política que puede ser la definitiva no sólo para su estabilidad, sino también
y muy especialmente para su proyección hacia el incierto futuro. Mire donde se
mire el cúmulo de problemas genera no sólo presiones económico - empresarias y
sindicales, sino también divisiones internas que marcan las contradicciones
ideológicas y de intereses enfrentados que forman parte de las corrupción que
lo carcome. Un ejemplo de lo que decimos está dado por la carta - informe que
la conducción de YPF debió enviar a la Bolsa de Valores de los Estados Unidos
sobre la situación por la que atraviesa esa empresa que cotiza con sus
acciones. Cómo en este caso no se puede mentir como sucede en la Argentina,
debió informar que la inflación supera el 20 por ciento, que es imparable
dentro del actual contexto y presentó un listado de los problemas por los que
atraviesa. En pocas palabras, trasmitió una radiografía que contradice
abiertamente la versión del oficialismo que día a día se aleja más y más de la
realidad y que el gobierno no está en condiciones de defender si se produjera
un debate como en cualquier país normal. Por eso, Guillermo Moreno deberá callarse ante cualquier pregunta al
respecto.
Otro dato contradictorio o aparentemente contradictorio es el violento episodio registrado en la zona del Hospital Borda, que impidió el inicio de importantes obras de la Intendencia Municipal. Piedras, palos y todo tipo de agresiones que terminaron con policías y civiles heridos, pusieron en evidencia el intento de complicarlo a Mauricio Macri por razones estrictamente políticas. Los agresores pertenecían a determinados grupos mercenarios alimentados por el gobierno nacional y entre ellos Quebracho y el famoso "Vatayón Militante" formado por presos peligrosos organizados por el director del Servicio Penitenciario, el joven Hortel que puso en marcha un curioso y amenazante programa de "inclusión social". Los mencionados serían los manotazos más peligrosos
Si avanzamos un poco más con este tema, obligadamente debemos referirnos al intento de ingresar a través de la Aduana de El Palomar, 1.500 chalecos antibala valuados en más de 12 millones de pesos que aparentemente estaban destinados a Haití pero que se derivaron hacia la Argentina donde llegaron en un Hércules en el que viajaban funcionarios del ministerio de Seguridad y no de Defensa. La anomalía provocó rispideces entre los funcionarios y algunos grititos de una ofuscada funcionaria de Nilda Garré, pero la carga quedó demorada tal como lo informó el diario INFOBAE que no es contrario al gobierno, precisamente. Por cierto, se especula con que estos adminículos podrían tener como destinatarios a la organización Tupac Amaru que dirige Milagro Sala u otra similar como La Cámpora o Unidos y Organizados que ya tienen una isla en la zona del Delta donde adoctrinan y preparan jóvenes para actuar en política. Si avanzamos otro poco, llegaremos al preocupante crecimiento del narcotráfico que ha llegado a reclutar alumnos del ciclo primario para integrar las distintas bandas que se reparten los mercados menores del menudeo. Las noticias abundan y si bien no forman parte del cerco al que aludimos, si concurren a dibujar un escenario de violencia que contribuye al descontrol de la sociedad y a acentuar el plano inclinado hacia un conflicto que adquirió las formas - y el ruido - de la anarquía. Específicamente no forma parte del cerco pero debilita las defensas.
Lo más grave de lo que comentamos, es que desde el campo de las organizaciones partidarias no surgen voces contundentes para atender la preocupación que genera este estado de cosas que exceden el marco territorial y expanden el problema mucho más allá de nuestras fronteras. Esto sí se aproxima al cerco que comentamos que se une con lo que dijimos en materia económica, proceso que muestra la incapacidad de un manejo que quedó sintetizado en la desgastante frase del ministro de Economía, Lorenzino, quien dijo ante las cámaras de televisión "me quiero ir", como atajo para no responder a la pregunta de una periodista griega interesada en conocer las cifras de la inflación. Lorenzino, consciente de que si decía la verdad sería eyectado de un cargo que, obviamente, le queda grande, prefirió el papelón antes de decir la verdad y enfrentar la encrucijada que él mismo se creó al aceptar un reportaje con una pregunta obligada. Y ya que estamos, digamos que también fue obligada la negativa española a la oferta argentina para solucionar el problema de la incautación de YPF a Repsol. Con este tema, volvemos a acercarnos al cerco que tiene señales concretas y significativas. Una de ellas es la disparada del dólar que no se detiene con el drenaje de las reservas del Banco Central cuya titular, Mercedes Marcó del Pont, volvió a insistir con su renuncia que tuvo una extraña respuesta que, palabras más, palabras menos, fue parecida a la que recibió De Vido: "Si querés renunciar, el texto debe venir acompañado por el certificado de defunción". Con el ministro de Planificación, las palabras fueron parecidas: "Si te vas, solo tenés dos formas: o muerto o preso..." Resignado, el santacruceño se quedó a la espera de lo que ahora le sucede, cuando se lo señala con el dedo como el cajero de la corrupción kirchnerista. La premonición fue inevitable.
El gobierno se defiende. Por un lado logró que la múltiple denuncia cuyo emblema es Lázaro Báez, caiga en manos del juez ultrakirchnerista Casanello (algo así como Oyarbide, pero sin tantos defectos) pero por el otro no puede detener la ampliación de las denuncias que Domingo a Domingo impactan a la opinión pública nacional y extranjera ante la firmeza de los cargos que se formulan y a los mensajes que comienzan a lanzarse desde los centros del poder. Por ejemplo, el Vaticano con toda la fuerza moral de la Iglesia y del Papa argentino y el poder real que contiene la opinión norteamericana que ya anunció su inquietud por el intento de dominar al Poder Judicial. La cuestión tiene sus bemoles: la Justicia neoyorkina se expedirá dentro de poco sobre la manoseada cuestión de los acreedores bonistas que posiblemente logren un fallo favorable que supera la fatídica cifra de diez mil millones de dólares que, obviamente, forman parte del cerco problemático al que hacemos referencia. Como si esto fuera poco, desde la OEA y otras entidades internacionales surgen mensajes coincidentes que - es innecesario aclararlo - también forman parte de ese cerco que se agranda como un verdadero desafío. Con tristeza, aunque no se lo crea, debemos acotar que el lavado de dinero que marcha acompañado de la droga, de los retornos y los sobreprecios, ha descendido a niveles tan insospechados como que ahora late la acusación contra Víctor Santa María, secretario del Sindicato de Porteros.
El cerco ofrece diversas formas y contenidos. Por ejemplo, la impericia gubernamental (¿impericia?) influye en una aceleración de la trepada del dólar para el que ahora se vaticina la meta de 15 pesos, como una consecuencia entre otras cosas, de la desconfianza que se ha instalado en la sociedad. A medida que se devalúa el peso, el público busca refugiarse en la moneda norteamericana o en la unidad europea, como se dice de Báez. Así, el blue y el euro suben y suben, la gente retira sus depósitos y se refugia en el billete verde y de esa manera comienza una carrera que desespera a los bancos que registran colocaciones a plazo fijo por más de 90 mil millones de pesos que comienzan a irse vertiginosamente. La espiral gira, Cristina se queja por presuntos palos en la rueda, no acepta que la presión fiscal es insoportable, desconoce los números que la demuestran y no se percata de lo que sucede. Para ella, la realidad es ajena y pertenece a un universo enemigo. Mientras tanto, el representante de la única inflación que cabeza a cabeza compite con la nuestra, el venezolano Maduro, se apresta a venir a Buenos Aires este mes de mayo, después de su instructiva visita al gobierno cubano que fue anfitrión del Foro de San Pablo que visitará a la Casa Rosada el próximo mes de Julio. El Eje La Habana, Quito, Caracas, Buenos Aires, está en marcha con sus promesas de fracasos y pobreza.
Este forma parte de los mecanismo de defensa que posee Cristina. Ayer instrumentó el respaldo de la línea oficial del Partido Justicialista que se reunió diez minutos con la presencia malhumorada de Daniel Scioli, quien se retiró poco antes de concluir la ceremonia de apoyo que, además, convocó a la formación de un frente o alianza de corrientes afines. Kunkel, Garré, Mariotto, Bonafini, Carlotto, Capitanich y algún otro gobernador, se aprestan a liderar las estructuras que lograron montar hasta el momento, en tanto el bonaerense se ha gastado con su silencio y paciencia exagerada. Así lo dicen las encuestas. A la inversa, el cordobés De la Sota, con el prestigioso Momo Benegas, De Narváez - probable futuro gobernador de Buenos Aires - Hugo Moyano que ha ganado la pulseada sindical, el diputado nacional Yoma y otros que se aprestan a sumarse al cerco interno, lanzaron desde el centro del país Unidos para el Cambio. Comienzan a perfilarse los frentes pero la cuestión central, la más abarcativa y que puede ser decisoria, aguarda con paciencia el desarrollo de los acontecimientos. Ya hay tres presentaciones en busca de una definición de inconstitucionalidad por parte de la Corte Suprema, respecto de las leyes que pretenden reformar nuestro sistema jurídico. Habrá más y mientras Maduro prepara sus valijas para visitarnos y las listas de candidatos se modifican y vuelven a modificarse, se abre un interregno nervioso que permite prever que creada la disyuntiva, el máximo Tribunal dictará la inconstitucionalidad. De Cristina dependerá la amplitud de la crisis que ya ha nacido e INDRA - el nuevo conflicto que se abre en el horizonte - comenzará sus preparativos para manejar las probables elecciones.
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