En su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (que se emite por AMERICA TV, los sábados a las 11.00 horas), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, se refirió a “la situación religiosa de la Argentina en los siguientes términos:
“Hoy quisiera hablarles de la situación religiosa de la Argentina, a propósito de un estudio que, según parece, tiene características científicas. Se ha publicado en los diarios que al parecer en la actualidad el número de católicos ha disminuido en nuestro país al 75 ó 76 por ciento. Se insistió mucho en este dato, que hay una especie de éxodo de gente desde la Iglesia Católica, que iría a engrosar, sobre todo, los grupos evangélicos libres y las organizaciones religiosas de características sectarias”.
“Lo que me llamó la atención es que mientras se publicaban estas cosas ocurrían fenómenos católicos masivos, que no eran señalados con énfasis especial. Cientos de miles de personas en San Nicolás, cientos de miles de personas en Luján, cientos de miles de personas en el Señor y la Virgen del Milagro en Salta que es el fenómeno más puro de la Argentina, y podríamos hablar de otros encuentros de este tipo en Itatí en Corrientes, en San Cayetano en Buenos Aires, en el Cristo del Mailín en Santiago del Estero”.
“Esto quiere decir que el espíritu católico de la inmensa mayoría de los argentinos se mantiene vigente, por lo menos la referencia a estos signos, diversos entre sí, de la religiosidad popular, de la piedad de nuestro pueblo que manifiesta de ese modo su adhesión a la fe católica, su adhesión a la Iglesia”.
“Por eso creo que no debe preocuparnos tanto la disminución cuantitativa del número de fieles. En todo caso se está blanqueando una situación congénita porque de qué vale que en un censo declare el 95% que son católicos si después no aparecen. Quiero decir que no se los nota”.
“Estas manifestaciones, que son cada vez más impresionante, nos interpelan, porque lo que importa es que activamente procuremos mejorar la calidad de la profesión de fe, y esto es una responsabilidad muy grande para los pastores de la Iglesia”.
“Se trata de la urgencia de evangelizar, no sólo de evangelizar esos fenómenos de piedad popular, sino sobre todo de hacernos cargo de lo que el documento de Aparecida señala: hacer de cada uno de nuestros fieles un discípulo-misionero”.
“Los número de una encuesta tendrían que reflejar también que muchas comunidades parroquiales, aún las que parecen cuantitativamente pequeñas, son vivas y dinámicas, animadas por un grupo de fieles bien formados y con espíritu misionero”.
“Como digo, ésta es una tarea fundamental de los pastores de la Iglesia, pero el planteo que acabo de formular puede ser un mensaje para todos ustedes que me están viendo y oyendo. Que nos demos cuenta que cada uno de los miembros de la Iglesia somos, de algún modo, aunque sea en una pequeñísima parte, responsables de la extensión de la verdad de la fe, del amor a Jesucristo, del amor a la Santísima Virgen y de la afirmación de este sentimiento católico que tiene sus raíces en el origen de nuestra nacionalidad”.
“Lo que me llamó la atención es que mientras se publicaban estas cosas ocurrían fenómenos católicos masivos, que no eran señalados con énfasis especial. Cientos de miles de personas en San Nicolás, cientos de miles de personas en Luján, cientos de miles de personas en el Señor y la Virgen del Milagro en Salta que es el fenómeno más puro de la Argentina, y podríamos hablar de otros encuentros de este tipo en Itatí en Corrientes, en San Cayetano en Buenos Aires, en el Cristo del Mailín en Santiago del Estero”.
“Esto quiere decir que el espíritu católico de la inmensa mayoría de los argentinos se mantiene vigente, por lo menos la referencia a estos signos, diversos entre sí, de la religiosidad popular, de la piedad de nuestro pueblo que manifiesta de ese modo su adhesión a la fe católica, su adhesión a la Iglesia”.
“Por eso creo que no debe preocuparnos tanto la disminución cuantitativa del número de fieles. En todo caso se está blanqueando una situación congénita porque de qué vale que en un censo declare el 95% que son católicos si después no aparecen. Quiero decir que no se los nota”.
“Estas manifestaciones, que son cada vez más impresionante, nos interpelan, porque lo que importa es que activamente procuremos mejorar la calidad de la profesión de fe, y esto es una responsabilidad muy grande para los pastores de la Iglesia”.
“Se trata de la urgencia de evangelizar, no sólo de evangelizar esos fenómenos de piedad popular, sino sobre todo de hacernos cargo de lo que el documento de Aparecida señala: hacer de cada uno de nuestros fieles un discípulo-misionero”.
“Los número de una encuesta tendrían que reflejar también que muchas comunidades parroquiales, aún las que parecen cuantitativamente pequeñas, son vivas y dinámicas, animadas por un grupo de fieles bien formados y con espíritu misionero”.
“Como digo, ésta es una tarea fundamental de los pastores de la Iglesia, pero el planteo que acabo de formular puede ser un mensaje para todos ustedes que me están viendo y oyendo. Que nos demos cuenta que cada uno de los miembros de la Iglesia somos, de algún modo, aunque sea en una pequeñísima parte, responsables de la extensión de la verdad de la fe, del amor a Jesucristo, del amor a la Santísima Virgen y de la afirmación de este sentimiento católico que tiene sus raíces en el origen de nuestra nacionalidad”.
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