Por Ricardo D. Díaz
Amigos del blog de Diario Pregón de La Plata, se acercan las elecciones legislativas, tan peleadas como las gubernamentales, pero peleadas con bajeza total y absoluta, sin retacear improperios, adjetivos descalificativos, en fin, de todo menos propuestas. Por lo tanto, no es descabellado que la gente vote al oficialismo, porque la oposición deja bastante que desear.
Tras que ya es un sistema perverso, el sufragio universal: los votos se cuentan en lugar de pesarse, es decir, vale lo mismo mi voto, que no se nada de política, que el suyo que sabe y conoce las propuestas, si es que las hay, y que se preocupa por la cosa pública. Vale lo mismo el voto de doña Rosa, que se la pasa mirando telenovelas, o el de Cacho que se la pasa mirando football, que el suyo que lee permanentemente sobre la actualidad política de su querida Patria.
Da lástima ver como miles y miles de personas son arrastradas hasta las urnas, por vagas promesas de mejoras en sus vidas. Con lo cual, uno podría pensar que la extendida miseria en nuestra amada Argentina, es un pingüe negocio para el gobierno que, con poco y nada, logra el voto de los mismos.
Es un sistema caído, y no estoy hablando de las computadoras de un organismo cualquiera del Estado, estoy hablando del sistema del sufragio universal.
Les cuento una anécdota: en las elecciones anteriores, para Presidente, fui a votar, lo confieso públicamente, pero fui porque tenía interés en votar por un partido chico; lo voy a nombrar, ¿por qué no?, el Partido Popular de la Restauración (PPR); y fui a última hora creyendo que así encontraría pocas personas, pero no fue así, el colegio estaba repleto, había un atraso de dos horas como mínimo porque a la mañana faltaron presidentes de mesa y se retrasó todo. A eso de las 20:15 hs. me tocó entrar al cuarto oscuro en dónde faltaban boletas tanto del PPR como de otros partidos chicos. Detrás de mí faltaban votar cientos de personas, y tengo entendido que lo mismo sucedía en todos los demás colegios; sin embargo, cuando llegué a casa, a tan sólo dos cuadras del establecimiento de marras, me encuentro con la noticia que la señora Cristina Fernández de Kirchner ya había hablado en cadena celebrando su triunfo. Mientras tanto, repito, había miles de personas votando: ¿?.
Para estas elecciones se corre el rumor, bastante creible, por tratarse de quienes se tratan, que se recurriría al sistema de urnas mellizas, es decir, terminada la jornada, si Dios quiere a las 18:00 hs., se recogen las mismas y son llevadas al Correo en donde estarían las mellizas esperando para el cambio, obviamente cargadas como ustedes se imaginan. Pero, esto hay que leerlo en potencial. No es dogma que así será el fraude, puede recurrirse a otras formas.
Por todo esto, cuando veo los carteles que dicen “NOSOTROS HACEMOS”, yo me hago dos preguntas: ¿y no es más que obvio, lógico, natural y justo que HAGAN, estando en el gobierno para eso?, y la otra pregunta es: ¿Cuando dicen NOSOTROS HACEMOS, se refieren a cosas para el bien común, o sólo pura actividad proselitista con una campaña de una bajeza insuperable, hasta con denuncias judiciales no realizadas antes de las elecciones?
Por eso cuando veo dichos carteles con el slogan “NOSOTROS HACEMOS”, yo agrego…FRAUDE.
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