Granos: comentario de mercados
APUntes sobre precios y tendencias
& CIA (Consultoría, Investigación y Agroinformaciones)
Por Alejandro Pérez Unzner
Martes 29-9-9
Como para ayudar a achicar la incertidumbre, el informe de cada lunes (vía USDA) sobre el progreso de cultivos estadounidenses mantuvo las características de esta campaña: calidad sin fisuras y atraso madurativo, tanto en maíz como en soja. Todavía falta (están allí como acá a fines de marzo), es cierto, porque si bien la trilla ha comenzado esta demora en “cerrar” la cosecha es lo que abre la puerta a que si llega el frío con fuerza los precios dejen de acomodarse hacia abajo y peguen un salto.
El mercado internacional anda, pues, acomodándose desde la temporada “climática” (oferta norteamericana) a la “comercial” (demanda, tanto china como europea y de otros destinos). De a poco, las miradas se irán posando en el Sur, luego de que el Norte defina de una vez sus cosechas y gire la rueda en un nuevo ciclo de sus ventas externas. Un Sur que va preparando sus lotes para, en el caso argentino, tratar de aprovechar cierta baja de insumos y alquileres, las lluvias que se vayan dando y las novedades que surjan, sin descuidar la implementación de adecuadas estrategias comerciales (por los carriles legales) merced a las herramientas disponibles, como para no desperdiciar en la post-cosecha los buenos resultados productivos que se alcancen. De hecho, Chicago mostró recuperación en varias posiciones, sobre todo en cereales, y a una soja nuevamente flojita, aunque no demasiado. La posibilidad de un martes de cambio de rumbo siempre está latente, tanto como la influencia de datos “macro”, las repercusiones que los vaivenes del petróleo (Irán y sus plantas nucleares mediante) tengan, etc., etc.
Por acá, frío persistente. Es que entre el final del invierno y el primer mes de la primavera es normal se alternen masas de aire frío y cálido en el comando del espacio (aéreo) agrícola nacional, hasta que el sol y el almanaque hagan que las últimas ganen la pelea. Para el fin de semana se prevén probables lluvias.
Sin embargo, con o sin agua y frío, lo insoslayable es que tanto “allá” como “acá” se debe sortear el siempre difícil mes de octubre, en el que históricamente las cotizaciones accionarias y de commodities suelen dar sorpresas desagradables a quienes albergan expectativas alcistas. De modo que conformar un plan comercial de corto y mediano plazo debe contemplar la mayor cantidad posible de variables en juego.
Los precios locales siguen sin conformar demasiado: se vende lo necesario, la soja no sale de su siesta y reza por la no-destrucción de sus pisos de precios en cosecha nueva, y maíz y trigo esperan que de una vez se plasme lo de la apertura de exportaciones (aunque en trigo, con tan magra cosecha a la vista, hay dudas) como para traer cierta tranquilidad en cuanto a variantes comerciales al productor y demás actores del negocio.
Mientras tanto, a cuidar los milímetros que lluevan y los pesos que se consigan. La Sra. Presidente retomó el tema de la cartera agropecuario-alimentaria, en medio de rumores y de danza de nombres para el cargo de Secretario/a (¿o de Ministro?). Las posiciones del ruralismo institucionalizado (Comisión de Enlace y otros) atraviesan un aparente estancamiento entre la sociedad y aun lo partidario, y los números gruesos de la economía nacional siguen apuntando hacia un horizonte crítico (repetimos: no sólo para el productor sino también para el fisco). Claro que siempre están a mano lápiz y goma para el “dibujo numérico” oficial, y más todavía de cara, en poco tiempo más, a las proyecciones electorales del 2011.
Otro de los temas sin resolver es el portuario: al conflicto salarial de los capitanes mercantes se suma el de otros gremios de actuación en las estaciones de carga bonaerenses, por el impuestazo provincial. Se pide a La Plata que sea eliminado de la norma impositiva en curso el gravamen de 18 $/t despachada, 6 por la importada y 3 por el movimiento, pues los gremios temen fuga de cargas a Santa Fe y Entre Ríos y pérdida de hasta 3.000 puestos de trabajo. No se descartan más medidas de fuerza en las terminales, caso las fluviales del NE, Quequén o Bahía Blanca. Todo, en medio de alzas de los costos logísticos que superan el 15% este año.
Quiera Dios que la sensatez reine. Y gobierne..
APUntes sobre precios y tendencias
& CIA (Consultoría, Investigación y Agroinformaciones)
Por Alejandro Pérez Unzner
Martes 29-9-9
Como para ayudar a achicar la incertidumbre, el informe de cada lunes (vía USDA) sobre el progreso de cultivos estadounidenses mantuvo las características de esta campaña: calidad sin fisuras y atraso madurativo, tanto en maíz como en soja. Todavía falta (están allí como acá a fines de marzo), es cierto, porque si bien la trilla ha comenzado esta demora en “cerrar” la cosecha es lo que abre la puerta a que si llega el frío con fuerza los precios dejen de acomodarse hacia abajo y peguen un salto.
El mercado internacional anda, pues, acomodándose desde la temporada “climática” (oferta norteamericana) a la “comercial” (demanda, tanto china como europea y de otros destinos). De a poco, las miradas se irán posando en el Sur, luego de que el Norte defina de una vez sus cosechas y gire la rueda en un nuevo ciclo de sus ventas externas. Un Sur que va preparando sus lotes para, en el caso argentino, tratar de aprovechar cierta baja de insumos y alquileres, las lluvias que se vayan dando y las novedades que surjan, sin descuidar la implementación de adecuadas estrategias comerciales (por los carriles legales) merced a las herramientas disponibles, como para no desperdiciar en la post-cosecha los buenos resultados productivos que se alcancen. De hecho, Chicago mostró recuperación en varias posiciones, sobre todo en cereales, y a una soja nuevamente flojita, aunque no demasiado. La posibilidad de un martes de cambio de rumbo siempre está latente, tanto como la influencia de datos “macro”, las repercusiones que los vaivenes del petróleo (Irán y sus plantas nucleares mediante) tengan, etc., etc.
Por acá, frío persistente. Es que entre el final del invierno y el primer mes de la primavera es normal se alternen masas de aire frío y cálido en el comando del espacio (aéreo) agrícola nacional, hasta que el sol y el almanaque hagan que las últimas ganen la pelea. Para el fin de semana se prevén probables lluvias.
Sin embargo, con o sin agua y frío, lo insoslayable es que tanto “allá” como “acá” se debe sortear el siempre difícil mes de octubre, en el que históricamente las cotizaciones accionarias y de commodities suelen dar sorpresas desagradables a quienes albergan expectativas alcistas. De modo que conformar un plan comercial de corto y mediano plazo debe contemplar la mayor cantidad posible de variables en juego.
Los precios locales siguen sin conformar demasiado: se vende lo necesario, la soja no sale de su siesta y reza por la no-destrucción de sus pisos de precios en cosecha nueva, y maíz y trigo esperan que de una vez se plasme lo de la apertura de exportaciones (aunque en trigo, con tan magra cosecha a la vista, hay dudas) como para traer cierta tranquilidad en cuanto a variantes comerciales al productor y demás actores del negocio.
Mientras tanto, a cuidar los milímetros que lluevan y los pesos que se consigan. La Sra. Presidente retomó el tema de la cartera agropecuario-alimentaria, en medio de rumores y de danza de nombres para el cargo de Secretario/a (¿o de Ministro?). Las posiciones del ruralismo institucionalizado (Comisión de Enlace y otros) atraviesan un aparente estancamiento entre la sociedad y aun lo partidario, y los números gruesos de la economía nacional siguen apuntando hacia un horizonte crítico (repetimos: no sólo para el productor sino también para el fisco). Claro que siempre están a mano lápiz y goma para el “dibujo numérico” oficial, y más todavía de cara, en poco tiempo más, a las proyecciones electorales del 2011.
Otro de los temas sin resolver es el portuario: al conflicto salarial de los capitanes mercantes se suma el de otros gremios de actuación en las estaciones de carga bonaerenses, por el impuestazo provincial. Se pide a La Plata que sea eliminado de la norma impositiva en curso el gravamen de 18 $/t despachada, 6 por la importada y 3 por el movimiento, pues los gremios temen fuga de cargas a Santa Fe y Entre Ríos y pérdida de hasta 3.000 puestos de trabajo. No se descartan más medidas de fuerza en las terminales, caso las fluviales del NE, Quequén o Bahía Blanca. Todo, en medio de alzas de los costos logísticos que superan el 15% este año.
Quiera Dios que la sensatez reine. Y gobierne..
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