jueves, 11 de febrero de 2010

MAIZ: APURAN NEGOCIOS. SOJA: SE SUFRE EL TIEMPO


Por Alejandro Pérez Unzner

Jueves 11 de febrero de 2010, a las 11.45 hs.


La “pata financiera” de esta mesa que es el mercado de granos dista de afirmarse.

Si Bernanke propone un panorama sin tanto incentivo, si la UE en cumbre no sostiene a las columnas griegas que se caen a pedazos, si continúan apareciendo proyecciones no tan optimistas con respecto a los números de la economía global para este 2010… una vez más los granos siguen siendo refugio atrayente. Así, inversores que se habían retirado semanas atrás, vuelven a un mercado que siempre tiene las puertas abiertas, en uno y otro sentido, claro.

Ahora hay que ver si se mantiene en las dos últimas ruedas de esta semana el repunte visto ayer en Chicago, por ejemplo. Porque el citado “serrucho” sigue vivo, y por ahora su dibujo es cuesta abajo. Podrían jugar en contra de esto las potenciales mermas en las exportaciones semanales de EE.UU., el comportamiento de China y cualquier novedad que surgiera desde Sudamérica. Más los avatares del mundo financiero, dólar de por medio también.

Una semana, la corriente, que, en realidad, aparentaba bajista, si nos fijábamos en el mensual USDA -conocido el martes 9-, su ambiente previo y, luego de su difusión, la confirmación de que la cosecha estival sudamericana viene bien: Argentina con 53 mill./t de soja y 17,2 de maíz. Empero, atención al recorte en los stocks finales de soja estadounidense, que descienden a menos de 6 mill./t por la intensa presión demandante de poroto, y a la poda en nuestras exportaciones de soja tal cual, que bajarían a 7,85 mill./t desde los 9,85 anteriores. En despachos de Economía, AFIP y Olivos andan sacando cuentas…

Acá se apunta al maíz, rogando no le ocurra lo mismo que al trigo.

Como se otorgan permisos de exportación para el forrajero, la cosa funciona, por ahora. Fuentes confiables de Agricultura nos comentaron que los cálculos lanzados oficialmente para la implantación de los programas llamados “Plus” adolecen de errores, y que todo esquema que se propone en materia comercial no hace sino complicar la partida. Varios otros piensan lo mismo.

No importa si se habla de 115 u$s/t o algo más, ni de que los rindes parecen, a esta altura de la campaña, imbatibles. Hay que focalizar la atención en el saldo exportable (¿10 millones de toneladas?), en cómo se resolverá la matriz del rubro en cuanto a oferta y demanda, al fin y al cabo, y en no dejarse pasar por arriba, para que no se repita el drama triguero.


¿Y el trigo? ¡Regular nomás, gracias!

Resulta que los ministros (el nacional y el bonaerense) se la pasan explicando a los productores del Sudeste cómo se sale del brete, pero como ya casi nadie come vidrio, las respuestas no tardan en llegarles. O se vuelve a la situación previa al 2006, es decir, un mercado no distorsionado, o se termina mal, dicen las entidades representativas de la producción y el comercio. Mientras tanto, se suceden comunicados y declaraciones afirmando que “está todo bien”, pero el caso es que estamos como la Selección de Maradona: no aparece el equipo, ni se sabe a qué jugamos… a más de las dudas que, a ciencia cierta, se tienen sobre qué pasará con la pronto cercana nueva siembra del cereal, más allá de que afuera baje un día y se recupere al siguiente.

Eso sí, Brasil sigue en la suya, negociando extrazona y tratando de que esta virtual ruptura unilateral del contrato de cautividad comercial le duela lo menos posible. A los que nos va a doler es a nosotros.

Los molinos compran con intermitencia, mientras hacen cola para cobrar las compensaciones de ONCCA. La fila más grande va a ser la que se integre cuando haya que echar en cara a ciertos funcionarios su papel nefasto en el rubro que, hace 100 años, nos convirtió ya sabemos en qué del mundo.
El girasol espera por la definición de su cosecha.

La semilla vieja disponible, por su parte, viene recuperando terreno pasito a pasito y de los 880 pesos vistos durante varias jornadas trepó, de a 5 por día, a 895 ahora. El girasol nuevo se mantiene estable en 230 dólares.

Los productores ruegan para que no los abandone el ambiente atmosférico, ya que del político mucho no pueden esperar, ni tampoco desde la estructura compradora nacional.

La soja comienza a perfilar rindes, en medio de sombras.

Con plagas a la vista, de las que actúan bajo tierra y de las que se la agarran con las hojas. Con un mes y medio más de calor duro y ante un otoño que pinta con todos los ingredientes adversos juntos, salvo la seca. Con las antenas paradas en cuanto a eventuales anegamientos complejos por el exceso de agua que se sigue dando en varias zonas de cultivo. Con la mirada puesta en el aprovechar cada oportunidad comercial que se presente, sin descuidar las herramientas que los mercados siguen, a pesar de todo, ofreciendo (Porque un día la mercadería disponible podrá cotizar a 960 pesos, pero si en pocas horas baja a 910 no debería nadie darse por sorprendido), hay que seguir la marcha de la soja nueva y no sólo en el lote: ver si resiste en esos 215-220 u$s/t o, finalmente, desde marzo cae a cerca de 210, en función de cómo vaya Chicago.

Un marzo que es históricamente, recordemos, lluvioso (cabe volver la vista al de 2007, por ejemplo), y encima ya viene la crecida del Paraná y el Uruguay. A estar alertas, rogando que mejore la oferta de agua en el C-O de las pampas y que no se den las temidas heladas tempranas.

No está fácil, pero viene bien hasta ahora la cuestión y llegar a feliz término no es imposible. Lo de término, claro, no sólo con referencia al mercado local de futuros (que no se puede soslayar si se quiere estar cubierto, ante los riesgos corrientes de esta temporada).

Todo, dentro de un marco sustancialmente disímil al de esta altura de 2008, se sabe.

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