En la foto: Néstor Kirchner, quien siendo Presidente huyó del Tedeum en la Catedral Metropolitana para encontrar un Obispo adicto en Santiago del Estero, el polémico Juan Carlos Maccarone, quien renunció a su cargo tras un escándalo público por hechos de homosexualidad
Finalmente, habrá dos Tedeums el 25 de mayo de 2010, cuando se conmemora el primer Gobierno Patrio que tuviera lugar en Buenos Aires hace 200 años. Siendo tal fecha conmemorativa de relevancia, habrá un Tedeum en la ciudad de Luján, y otro no oficial en la Catedral Metropolitana.
No se trata más que de un artilugio para evitar la presencia del Cardenal Primado de la Argentina por temor a duras palabras no muy espirituales que caigan mal a los oídos oficialistas. Por eso, su táctica es la huida.
Por otra parte, mientras la ciudadanía conmemora los 200 años de la Junta de Mayo de 1810, en la burbuja de la élite gubernamental viven la sensación de que son ellos quienes fundan la “nueva Patria”, una especie de la globalizada “new age” pero su versión (o subversión) criolla.
Hablar de 50 o 60 años a la actualidad, no es Historia sino política. Pero en la mentalidad kirchnerista, la Historia Argentina comenzó el 25 de mayo… pero de 2003, cuando tras ser designado por Eduardo Duhalde como su sucesor, Néstor Kirchner asumió la presidencia. Ese es el 25 de mayo que celebra el Gobierno, y que muchos no comprenden.
Efectivamente, se trata de un gobierno “fundacional”, ya que consolidó el hambre generalizada, el colapso espiritual, moral, social, económico, educativo, sanitario, cultural y en todo aspecto a escala desconocida hasta ese momento, sin promesa de que los beneficiarios de la indignidad de la desocupación que viven de un plan no-trabajar salgan de su actual situación. Más de un 60% de piqueteros, a quienes se equiparan los asalariados con niveles de vida devaluados por una inflación no reconocida oficialmente… son logros de un modelo kirchnerista que en su discurso sistemáticamente aclara que busca ser profundizado. Es decir, en su profundización de este modelo… ¿no pararán hasta que el 95% de la población sea piquetero hedonista materialista ateo cuya vida no tiene más sentido que la de una simple cucaracha conformando una estadística económica?
Tras asumir el 25 de Mayo de 2003, Néstor Kirchner asistió al Tedeum en la Catedral. El año siguiente, tras haber hecho gala de sus formas políticas poco prolijas como Presidente, el cardenal Jorge Bergoglio se refirió a la "intolerancia", la "ceguera de la mediocridad" y el "bastardeo de las instituciones" del Gobierno. La reacción kirchnerista desde ese momento fue la clásica: huir.
El modo de la huida consistió en desarrollar los actos en otra ciudad para no estar presente en la Capital. Así, en el año 2005 el “anfitrión” fue el Obispo de mayor preferencia en su momento para Néstor Kirchner: el nunca bien ponderado Mons. Juan Carlos Maccarone, quien ejerciera su función en Santiago del Ester. La gran ortodoxia y coherencia vital del Obispo acabó en su renuncia por un escándalo de homosexualidad.
La decisión del Gobierno de suspender el Te Deum tradicional del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana y trasladar el oficio religioso a la provincia de Santiago del Estero “no tiene que interpretarse como un desaire o una ofensa”, dijo el P. Guillermo Marcó, como portavoz del Cardenal Primado. La homilía de Maccarone fue delicada, obsecuente y complaciente con el gobierno de turno… “políticamente correcta”.
Después, en el año 2006, Néstor Kirchner regresó a la Catedral Metropolitana y Bergoglio dio su homilía, pero fue la última vez, pues ni él ni su esposa volvieron a concurrir al Tedeum en la Capital Federal.
Hace 200 años la Primera Junta asistió al Tedeum en la Catedral de Buenos Aires para dar las gracias en nombre del Primer Gobierno Patrio, ya que eran personas profundamente católicos practicantes, y desde la primera Misa celebrada en Argentina en adelante la Iglesia Católica actuó de forma decisiva en la prédica del Evangelio y de preservar una sociedad católica.
El arzobispado porteño no invitará a autoridades, sino a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires, al pueblo, esperando una numerosa concurrencia que colme el Templo. ¿Iría Mauricio Macri al Tedeum, cuando públicamente se ha reconocido un impulsor del homomonio? Esta hipótesis no resulta certera.
Se trata toda esta situación del preludio de una persecución anticatólica que se irá acentuando, ya que el Gobierno busca causar el mayor daño posible al Catolicismo, y lo borraría de la faz del planeta si tuviera poder para ello. Numerosos han sido los genocidios perpetrados contra los cristianos, y el cristianismo continúa. Como dice el Evangelio: “no prevalecerán”.
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