lunes, 5 de julio de 2010

ANTE UNA AFRENTA INADMISIBLE

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Arq. Raúl A. Sobrino Aranda.

El pasado 20 de junio, día de la Bandera Nacional se registró una actitud insólita y agraviante, en los actos oficiales realizados en nuestra ciudad, ya que por decisión de la Sra. Presidente de la República, se procedió a suprimir “la histórica ceremonia del juramento a nuestra enseña patria”.

Desde que se inauguró el magnífico Monumento Nacional a la Bandera el 20 de junio de 1.957 o sea hace 53 años, es la 1era.vez que ocurre un hecho de tal naturaleza, que fue silenciado por todos los medios de comunicación, salvo muy honrosas excepciones, entre ellas merece citarse las del conductor de este programa.

Según noticias extra-oficiales ha trascendido que el Jefe del Protocolo de la Presidencia de la Nación comunicó tal decisión en la víspera a las autoridades de la provincia de Santa Fe, “argumentándose que por razones de tiempo disponible en la estada de la Sra. Presidente, se debía tomar esa medida”.

Y el Sr. Gobernador Dr. Hermes Binner consintió que se consumara este despojo inconcebible, en otra demostración de su miopía política, de su falta de hidalguía y coraje cívico. El pudo si hubiera querido, oponerse a una nueva determinación de una ya larga lista de despojos, que forman parte de esta riesgosa y penosa pérdida de la identidad nacional, que desde hace varias décadas padece nuestra querida República.

Debemos recordar que por ley nacional nº 12.361 sancionada el 9 de junio de 1.938 se declaró “Día de la Bandera” al 20 de junio en homenaje al aniversario de la muerte de su creador el general Manuel Belgrano: en aquel mensaje remitido por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación se expresaba entre otros fundamentos, “que con esta iniciativa se aspira a intensificar el amor del Pueblo hacia su emblema y acrecentar esos homenajes de unificar en una fecha anual, la veneración de toda la Nación a su símbolo supremo, en armoniosa e integral coincidencia de todos los corazones argentinos.

El acto de la jura de fidelidad a la insignia patria se constituyó siempre, en una ceremonia emotiva y fundamental: era la más sublime de todas las manifestaciones de respeto y de amor a la Patria que iba precedida por la entrañable arenga que el Jefe militar de turno pronunciaba a los soldados de todas las Fuerzas Armadas, de seguridad, Prefectura, Gendarmería, policiales y alumnos de los Liceos Militares que por 1era.vez en su vida iban a experimentar y ser protagonistas de un hecho tan trascendente.

Porque indudablemente esa ceremonia de jura se convertía en el acto mas importante en la vida del soldado, lo que mas ansiaba, el privilegio de jurar frente al Monumento a la Bandera, diciéndole Si a la Patria, mirando a la enseña redentora con los ojos y con la determinación de defenderla hasta perder la vida si fuese necesario, exaltando el amor al prójimo, el respeto al dolor ajeno, el compromiso de velar por el cumplimiento de todas las normas de la Constitución Nacional, de mantener nuestra soberanía territorial y de honrar en ese fugaz momento a todos aquellos mártires que supieron morir por la Patria.

Sí; era un momento muy especial, donde se fomentaba un sentimiento profundo de hondo contenido patriótico, donde la identidad nacional era la protagonista excluyente.

Había arenga; había revista de tropa y todo culminaba con un desfile militar lleno de fervor y con un número adecuado de efectivos.

Nada de esto sucedió este 20 de junio.

Debemos preguntarnos: ¿Es acaso mas importante el protocolo que la jura de la bandera de la Patria?.

¿Por qué se quiere suprimir esa tradición que fomentaba amar a la patria, a sus próceres y que representaba la unión del Pueblo con sus Fuerzas Armadas, el respeto a las Instituciones, el sentimiento de solidaridad, de sacrificio y de abnegación?.

¿Adonde vamos argentinos con este decadente presente que ni siquiera permite jurar fidelidad a nuestro pabellón nacional?.

No claudiquemos, luchemos por la verdadera unidad nacional y sepamos reaccionar ante la adversidad que hoy estamos padeciendo.

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